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II Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C. 119 de enero de 2025

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II Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C. 119 de enero de 2025

Este relato del Evangelio de Juan es el inicio del ministerio de Jesús, cuya misión es anunciar el Reino de Dios, y es la primera actuación pública que él hace. Se trata de una composición simbólica para hacer más comprensible su mensaje.

El pueblo de Israel, y así lo recoge la Sagrada Escritura, especialmente los profetas, ha descrito sus relaciones con Dios como si se tratase de unas relaciones matrimoniales o alianza esponsal. Esta escena de unas bodas en Caná de Galilea, viene a mostrarnos el comienzo de una nueva alianza entre Jesucristo y el nuevo pueblo de Dios, la Iglesia, representada en María y los discípulos.

El vino en la simbología judía nos recuerda el amor y la alegría que ha estado presente en la antigua alianza pero que está llegando a su fin. Las seis tinajas de piedra nos recuerdan por un lado la imperfección de la antigua alianza, pues el número perfecto para los judíos es el siete, y la insuficiencia de la ley de Moisés que fue escrita en unas tablas de piedra.

Ahora bien, ya que la antigua alianza ha caducado, Jesús interviene y es el que hace el cambio con la nueva alianza: con un nuevo y mejor vino (amor y alegría) que caracterizará esa unión y nueva alianza entre él y la Iglesia, el nuevo pueblo de Dios. Alianza que será sellada con la sangre de Jesús en la cruz y que en cada banquete de la Eucaristía actualizamos cuando el vino se convierte en la Sangre del Señor, poniéndose de manifiesto la primacía de la nueva ley: la del amor con que nos ha amado Jesucristo, siendo él el único Mediador entre Dios y su pueblo, al mismo tiempo que es el Mesías y el Salvador.

Emilio J., sacerdote

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Fonelas celebró a San Antón, este año con procesión

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Fonelas celebró a San Antón, este año con procesión

Después de cuarenta años, San Antón volvió a salir en procesión por la calles de Fonelas para pedir la lluvia

Este fin de semana se han multiplicado las celebraciones en torno a San Antón, cuya fiesta fue el viernes 17 de enero y que ha contado con chiscos y luminarias también durante la jornada del sábado, aprovechando el día de descanso en el fin de semana. Así ha sido en Fonelas, que celebró el sábado a San Antón, este año con una novedad.

Otros años, solo se sacaba la imagen a la puerta de la iglesia para bendecir los animales y pasar una velada en torno a San Antón, con luminaria y viandas asadas en el fuego. Pero este año se ha querido sacar en procesión al santo por las calles del pueblo, algo que no ocurría desde hace unos 40 años. Entonces se sacó en procesión para pedir la lluvia y este año, también muy seco, ha tenido en buena medida esa intención. Por cierto, hace 40 año, tras la procesión hubo abundantes lluvias.

Fue tras la Misa cuando tuvo lugar la procesión, muy concurrida por fieles. Después, como otros años, hubo bendición de los animales, roscos con chocolate y velada en torno al fuego, con música, para celebrar la fe y la devoción a San Antonio Abad, muy arraigada en toda la comarca.

Esperemos que San Antón también ayude este año y nos envíe la tan necesaria lluvia.

Antonio Gómez

Delegado diocesano de MCS. Guadix

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Adela Montes: «Lo primero que hice en la iglesia fue fregar el suelo con estropajo y jabón»

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Alfonsa Montes Caro es feligresa de la parroquia de Santiago Apóstol, en Monda. El año 2025 comenzó para ella recibiendo la Medalla Pro Ecclesia Malacitana. A sus 91 años, Alfonsa recuerda con cariño cómo lo primero que hizo en la parroquia, siendo muy jovencita, fue fregar el suelo con estropajo y jabón. 

Una sorpresa preciosa la que recibió el primer día del año. 

Una sorpresa preciosa que recibí muy contenta. Yo no esperaba nada de esto y me emocionó mucho. Había terminado la Misa y habíamos besado al Niño Jesús. Entonces, nuestro párroco, Jesús Gudapati, sacó un sillón rojo, aún estábamos cantando villancicos cuando me dijo: “venga, Alfonsa, siéntate en este sillón”, y me puse a llorar emocionada al ver a mis hijos allí, escuchar la de cosas bonitas que dijo mi párroco y ver el cariño de todos. La verdad es que siempre lo he hecho todo de corazón y nunca me ha pesado nada el trabajo. Cada vez que veo el cuadro que me regalaron y el ramo de flores me emociono, y la Medalla la llevé colocada todo el día en la solapa, no quería quitármela. 

¿Desde cuándo es usted la sacristana de la parroquia?

Pues hace ya 20 años. Aquí he estado para lo que ha hecho falta: para preparar lo necesario para Misa, tocar las campanas, preparar las novenas, los bautizos y las bodas, rezar el rosario, preparar la Adoración al Santísimo de los jueves, limpiar el templo, arreglar las flores, estar pendiente de los párrocos y llevarles el almuerzo cuando lo han necesitado… recuerdo con cariño que, siendo jovenzuela, lo primero que me invitaron a hacer en el templo fue fregar el suelo con estropajo y jabón porque aún no existían las fregonas. 

¿Qué es para usted la parroquia?

Es más que mi casa. Por ella han pasado muchos curas y todos han sido muy buenos, cada uno con su estilo. Me acuerdo mucho de D. Maiquel y, él también se acuerda de mí y de mi arroz con leche, que le encantaba. 

¿Cuál es su acción de gracias a Dios?

Tengo 91 años y le doy gracias a Dios todas las horas del día por mi familia, tengo cuatro hijos, uno ya falleció, cinco nietos y un bisnieto. Yo no soy de Monda, sino de un pueblo de Cádiz, Trebujena, pero trabajaba con una familia que veraneaba en Monda y allí conocí a mi marido, que falleció un mes después de celebrar nuestras bodas de oro. Llevo más de 63 años viviendo en Monda.

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La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en Iglesia Noticia

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El delegado de Ecumenismo Rafael Vázquez profundiza en el programa Iglesia Noticia de COPE Málaga sobre la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos y los retos actuales del ecumenismo en la Iglesia, entre otros temas de actualidad. Aquí puedes escuchar el podcast.

Iglesia Noticia este domingo:

  • te presenta el testimonio de santa Inés, patrona de la adolescencia
  • conoce la labor de la Cáritas parroquial de San Fernando en la sección LA CARIDAD TIENE VOZ
  • entrevista al delegado de Ecumenismo, Rafael Vázquez, en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
  • recuerda el paso de la Patrona de la diócesis por la parroquia de la Divina Pastora en la peregrinación que viene realizando por siete parroquias del centro histórico, en la sección VICTORIA, GLORIA A TI
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Los sonidos de la peregrinación de la Patrona hasta la parroquia de la Divina Pastora

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NoticiaVictoria, Gloria a Ti

Llegada a la Divina Pastora

Publicado: 19/01/2025: 25

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Victoria, Gloria a Ti

¿Qué sonaba a la llegada de la Patrona, desde el Santuario de la Victoria, a la parroquia de la Divina Pastora? ¿Y en la semana de estancia en dicho templo? Te lo contamos en el podcast de este domingo en Victoria, Gloria a ti. Aquí puedes escucharlo.

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COPE ESPEJO ALMERÍA: Entrevistamos al director del secretariado de pastoral gitana, Oscar Trujillo

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En Baza, por San Antón, para los animales una bendición

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En Baza, por San Antón, para los animales una bendición

Durante una sencilla y emotiva celebración, se han bendecido animales de compañía, perros y gatos, en la celebración de la fiesta de San Antón, en la parroquia Mayor de Baza.

Desde el año 2022, venimos celebrando esta ceremonia de bendición de los animales, principalmente mascotas. Cada año se van sumando más personas que sienten verdadero cariño por aquellos seres que día a día les hacen compañía.

El Señor, en la creación, nos mandó que cuidáramos de los seres vivos, las personas en primer lugar, pero también aquellos seres que nos hacen compañía y nos dan el sustento necesario.

San Antonio Abad, san Antón como lo conocemos, es un ejemplo de cómo curó a unos jabatillos que estaban ciegos y su madre, en agradecimiento, sirvió a San Antón librándolo del posible mal que le hicieran otros animales.

Estos, los animales, son agradecidos con las personas.

El próximo año esperemos que traigan más animales, no solo mascotas sino de cualquier otra especie.

Manuel Millán

Párroco de La Mayor. Baza

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Carta del administrador diocesano para la campaña de Manos Unidas 2025

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COMPARTIR ES NUESTRA MAYOR RIQUEZA

No es nada novedoso describir nuestra sociedad contemporánea occidental como una sociedad absorbida por la denominada, en palabras del papa Francisco, cultura del descarte. Las diferencias sociales y el abismo existente entre los países ricos y los empobrecidos, son fiel reflejo de esa cultura que beneficiamos y que nos beneficia a algunos.

Manos Unidas, la Asociación de la Iglesia Católica en España que, desde 1959 ayuda a la promoción y desarrollo de los países más empobrecidos, es luz y signo de esperanza transformadora en medio de esta estructura de injusticia.

Su campaña contra el hambre de este año, que celebraremos el 9 de febrero, tiene como lema: “Compartir es nuestra mayor riqueza”. Un lema que nos sitúa de manera directa y radical ante nuestra propia realidad. Quienes somos privilegiados y tenemos, frente a quienes son descartados y no tienen. Es por eso también importante el ayuno voluntario al que nos invita el viernes anterior, el 7 de febrero. Al menos, un día sentir el hambre de los que pasan habitualmente hambre, no solo nos sensibiliza, sino que nos empatiza. No solo fortalece nuestra voluntad, sino que también da sentido a nuestra compasión. Nuestro padecer hambre con los que padecen hambre. Al menos un día.

Porque este compartir, no tiene su origen en la pena, que aumenta aún más si cabe este desequilibrio. Tiene su origen en la corresponsabilidad, gratuidad y compromiso. Este compartir, sí que mejora la vida de las personas, de las comunidades y del mundo en general.

El impacto positivo que provoca la solidaridad y generosidad en nuestras comunidades es incalculable. Muestra de ello son las diferentes campañas que a lo largo de estos 66 años ha desarrollado Manos Unidas.

Compartir, entendido desde la solidaridad, como nos decía el papa Francisco en su encíclica Fratelli Tutti:

“Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. También es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del imperio del dinero. La solidaridad, entendida en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia.” (FT 116)

Compartir, el pan común de la casa común, provoca el milagro de la multiplicación en la mesa en la que cabemos todos y todas. Casa y mesa común en la que todos somos compañeros, literalmente, que comparten el mismo pan. Y, sin duda alguna, recogeremos los cestos sobrantes, que no son otros que nuestra realización personal y comunitaria (Mt 14, 13-21; Mc 6, 30-44; Lc 9, 10-17; Jn 6, 1-15). De todo esto que se comparte depende la siempre difícil y precaria comunidad del nosotros.

Compartir no de lo que nos sobra, sino de lo que necesitamos, al estilo de la viuda del evangelio (Mc 12,41-44; Lc 21,1-4), nos hace mejores, eleva nuestra humanidad a cotas cada vez más altas. Compartir nuestros bienes, nuestros saberes, nuestras capacidades, nuestro tiempo, nos hace crecer a nosotros mismos, porque quien más da, más tiene, más recibe.

El darnos y el dar, efectivamente, nos enriquece.

 

Antonio M. Pérez Morales

Administrador diocesano

X Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías del Dulce Nombre de Jesús (Iglesia del Dulce Nombre de Jesús-Antequera)

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Homilía de Mons. Jesús Catalá en la Eucaristía con motivo del X Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías del Dulce Nombre de Jesús.

DÉCIMO ENCUENTRO NACIONAL DE HERMANDADES Y COFRADÍAS DEL DULCE NOMBRE DE JESÚS

(Antequera, 18 enero 2025)

Lecturas: Is 62, 1-5; Sal 95, 1-3.7-10; 1 Co 12, 4-11; Jn 2, 1-12.

(Domingo Ordinario II-C)

1.- Celebramos el décimo Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías del Dulce Nombre de Jesús. Acoge este encuentro la “Pontificia, Real e Ilustre Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y María Santísima de la Paz coronada de Antequera”, coincidiendo con el 157 Aniversario de la consagración de esta iglesia del Dulce Nombre de Jesús, que es su sede, que tuvo lugar un 19 de enero de 1868. En nombre del entonces Obispo de Málaga bendijo la iglesia Mons. Pablo Benigno Carrión, obispo de Puerto Rico.

Hoy bendecimos el nuevo altar, que es símbolo de Jesucristo, que se ofrece en sacrificio para salvar a toda la humanidad. Cristo es Sacerdote, que ofrece al Padre; Víctima, que se ofrece; y Altar, donde se ofrece. Ofrezcámonos también nosotros como oblación al Señor uniéndonos al sacrificio de Jesús en la cruz, que de manera incruenta se celebra y se actualiza en la Eucaristía. El sacrificio de Cristo en la cruz fue sangrienta, cruenta, violenta y dolorosa; mientras que la Eucaristía es un sacrificio incruento.

2.- En el pueblo del antiguo Israel eran los padres quienes solían imponer el nombre de sus hijos, como también suele suceder en nuestra cultura. Pero el nombre de Jesús fue impuesto por el mismo Dios a la Virgen María, a través del ángel Gabriel en la Anunciación: «Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús» (Lc, 1, 31).

El significado del nombre Jesús es “Dios salva” o “Dios es salvación”, haciendo referencia a la misión de Jesucristo en la tierra, para salvar a la humanidad del pecado y otorgarle la vida eterna.

Felicitamos a las Hermandades y Cofradías del Dulce Nombre de Jesús que participáis en este Encuentro Nacional. Y os pedimos que promováis la devoción del Nombre de Jesús, porque «no hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos» (Hch 4, 12).

El papa Francisco ha impartido su Bendición Apostólica para este Encuentro “con el deseo de que, siguiendo el ejemplo de san Francisco de Asís, tengan siempre este bendito nombre en sus corazones como miel en la boca”.

Una hermosa manera de rezar son las “jaculatorias”, que son oraciones cortas: de alabanza, de adoración, de perdón, de acción de gracias, de petición de bienes. Podéis hacer oraciones cortas con el nombre de Jesús: “Señor Jesus, tened piedad y misericordia de mí”, “Señor Jesús, te quiero”, “Señor Jesús, gracias”.

3.- Desde los primeros siglos los cristianos empezaron a invocar este bendito nombre. Pero la devoción al Dulce Nombre de Jesús se establece en el Concilio de Lyon (1274), cuando el papa Gregorio X dictó una Bula para desagraviar los insultos que se manifestaban contra el Nombre de Jesús.

Las órdenes religiosas de los dominicos y los franciscanos fueron las encargadas de custodiar y extender esta devoción por toda Europa.

Con el nombre “Sociedad del Santo Nombre de Dios” fue fundada en 1430 por Fray Diego de Vitoria en el Convento de San Pablo de Burgos la primera Cofradía del Dulce Nombre de Jesús de España mediante la Bula “El nombre de Jesucristo, Salvador nuestro” (Salvatoris et Nomini Nostri Iesu Christi).

Como fiesta litúrgica se celebró por primera vez en el año 1530, cuando el papa Clemente VII concedió a la Orden Franciscana el privilegio de poder celebrarlo como Oficio propio.

Con posterioridad, en el año 1721, el papa Inocencia VI la estableció como fiesta para toda la Iglesia latina en tiempo navideño, en el segundo domingo después de la Epifanía. San Pío X la trasladó al primer domingo de enero, si no coincidía con la Epifanía; de lo contrario el Nombre de Jesús se celebraba el día 2. Después del Concilio Vaticano II desapareció como fiesta litúrgica; y, finalmente, el papa Benedicto XVI la puso como fiesta fija el día 3 de enero.

4.- El evangelista Juan nos ha narrado con detalle las Bodas de Caná de Galilea, en las que participaban Jesús, su madre y sus discípulos (cf. Jn 2, 1-2), compartiendo la alegría de los novios, que empezaban su nueva vida en común y el encuentro con los amigos.

En una fiesta no puede faltar el vino, que es símbolo de alegría, de fraternidad, de compartir, de generosidad; el vino saca la chispa que crea júbilo y fiesta.

Pero en esas Bodas el vino se terminó; y María, la Madre de Jesús, siempre atenta a las necesidades de los demás, se dio cuenta. Entonces acudió a Jesús, quien parece que no le hizo mucho caso (cf. Jn 2, 3-4); pero ella se dirigió a los sirvientes diciéndoles: «Haced lo que él diga» (Jn 2, 5).

Y Jesús convirtió el agua en vino, renaciendo la alegría en aquella fiesta nupcial. Todos quedaron maravillados por el vino excelente y abundante.

5.- Es muy significativo que el primer milagro de Jesús fuera en una fiesta de boda, para significar que él había venido a desposarse con la humanidad, para llegar al corazón de cada persona en su dimensión más honda, la esponsal, y llenarla de sentido. La relación más profunda entre dos personas es la esponsal. Jesús es el Esposo de la Iglesia y de la humanidad, por quien da la vida.

Jesús ha venido a restaurar lo que el pecado había roto y saciar la sed de inmortalidad del corazón humano. En nuestra sociedad parece que todo termina cuando se dice que se acaba el amor entre los esposos; y la única solución a este fracaso sea rehacer cada cual su propio camino. Pero esta no es la solución, porque el amor no termina. Finalizan, claramente, los deseos, los sentimientos, los gustos, las pasiones, los placeres; pero el amor es eterno; porque el amor es “darse”; no es tomar al otro para el propio placer.

Si Jesucristo está presente en la familia y entre los esposos, se puede recurrir a María para que le diga a su Hijo que “no tienen vino”. Jesús puede sacar el buen vino, para que el amor y la felicidad no acaben nunca. Si el amor primero entre esposos se ha enfriado, puede reavivarse con la petición humilde a Jesús, que ha venido para llenar el corazón humano de gozo y recomponer la dimensión esponsal.

6.- Cristo ha instituido el sacramento del matrimonio por el que los esposos son consagrados por la acción del Espíritu Santo, para amarse mutuamente durante toda la vida con una entrega plena. En ese proceso es preciso cada día renovar el amor, aprender a perdonarse y aceptarse mutuamente.

Jesús ha santificado el matrimonio, cuyas raíces están en la misma creación del ser humano: «Varón y mujer los creó (…) y les dijo Dios: Sed fecundos y multiplicaos» (Gn 1, 26-28), elevando el matrimonio a la categoría de sacramento y significando la unión de Cristo con su esposa la Iglesia, como dice san Pablo: “Este es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a su Iglesia” (Ef 5, 32). Cristo es el verdadero Esposo que se desposó con la Iglesia para siempre y entregó su vida por ella; y continúa entregándose a la Iglesia, cuyos miembros somos nosotros.

Y, aunque os parezca un poco atrevido, teológicamente es cierto que nosotros somos la Esposa de Cristo; y en nuestra relación con Jesús, de Dulce Nombre, hay una relación esponsal. Su amor hacia nosotros es esponsal y el amor con que debemos corresponderle es esponsal; que quiere decir de entrega total.

7.- Para llevar adelante este proyecto los esposos necesitan de la gracia de Dios, porque no son capaces de ello con sus solas fuerzas. Jesús ha venido para hacerlo posible.

Queridos cofrades, mantened la fe bautismal junto con la esperanza y el amor, en esta sociedad que cada vez se aleja más de Dios; que el centro de vuestra vida sea Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios Salvador. Mantened y promoved la devoción al Dulce Nombre de Jesús.

Como María nos invita, hagamos «lo que el Señor nos diga». Y agradezcamos que, en nuestro tiempo, el vino nuevo nos haga recuperar la alegría de la fiesta, el gozo de la familia y la fraternidad de las hermandades. Amén.

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