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Huéscar festejó a sus Patronas en la solemnidad de su martirio

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Huéscar festejó a sus Patronas en la solemnidad de su martirio

En 22 de octubre, la feligresía de la parroquia Santa María, de Huéscar, se dio cita en su templo parroquial para celebrar la solemnidad del martirio de sus Santas Patronas, Alodía y Nunilón.

La celebración eucarística estuvo presidida por el párroco de Huéscar y concelebrada por el vicario parroquial, sacerdotes del arciprestazgo y los hijos de pueblo de Huéscar, acompañados por los monaguillos.

En la Eucaristía, estuvieron también presentes las distintas hermandades y cofradías de Huéscar, el alcalde junto con su corporación municipal, la comisión de fiestas y una gran cantidad de fieles y devotos que no se han querido perder esta celebración tan especial para todos los oscenses.

Este día ha estado precedido por el Triduo en honor a las Santas, que se ha celebrado con gran alegría, del sábado 19 al lunes 21 de octubre.

Al finalizar la Santa Misa, las patronas han procesionado alrededor de la parroquia, y se les ha cantado de nuevo su himno en la puerta del ayuntamiento.

José Antonio Martínez

Párroco de Santa María, de Huéscar

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Las personas sin hogar y el Encuentro Diocesano Misionero, en El Espejo

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El Hogar Pozo Dulce, y quienes viven en él, en el Día de las Personas Sin Hogar; el nuevo director del archivo diocesano y la invitación a participar en el Encuentro Diocesano Misionero, entre los temas del ESPEJO de COPE Málaga de este viernes. Aquí puedes escuchar el podcast.

El Espejo de COPE Málaga hoy:

  • entra en el Hogar Pozo Dulce para caminar junto a quienes allí viven
  • conoce a María Luisa Ríos, una de las artífices del programa «Experto en Aprendizaje, Valores y Liderazgo en Centros Educativos Católicos no Universitarios», de la Fundación Victoria
  • habla con el nuevo director del Archivo Diocesano, el sacerdote Miguel Ángel Gamero
  • invita a participar en el Encuentro Diocesano Misionero, de la mano de Pachón, miembro de la Delegación de Misiones
  • entrevista a la directora del Hogar Pozo Dulce, Belén García Magallanes
  • se acerca a Marbella a conocer los frutos del Jubileo con motivo de la coronación canónica de la Virgen del Carmen, en la parroquia de la Encarnación
  • invita a inscribirse en las jornadas sobre empresa y doctrina social de la Iglesia del 14, 21 y 28 de noviembre
  • invita a participar en el X Encuentro de Músicos Católicos Contemporáneos, de la mano de Unai Quirós

Aquí puedes escuchar la entrevista completa a la directora del Hogar Pozo Dulce, Belén García Magallanes:

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Se constituye el Consejo Presbiteral para los próximos cinco años

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El 24 de octubre de 2024, en Casa Diocesana Málaga, el Sr. Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, constituyó el nuevo Consejo Presbiteral, que se renueva cada cinco años. Este Consejo es un órgano de colaboración de los sacerdotes con su obispo, representativo del presbiterio diocesano.

Según el organigrama de la diócesis, los órganos consultivos del Obispo se sitúan en el primer lugar de la estructura diocesana y son: el Colegio de Consultores, el Consejo Episcopal, el Consejo Presbiteral, el Consejo de Asuntos Económicos (CAE) y el Consejo Pastoral Diocesano (CPD). El Consejo Presbiteral se constituye de conformidad con lo establecido en la Constitución Dogmática “Lumen Gentium” y en el Decreto “Presbyterorum Ordinis”, en cumplimiento del Motu Proprio “Ecclesia Sanctae”, y a tenor de la Carta de la Sagrada Congregación “pro Clericis” de 11 de abril de 1970. Según lo prevenido en el Derecho Canónico (cc. 4095-501), se renueva cada cinco años. El anterior se constituyó el 24 de octubre de 2019 y justo a los cinco años se constituye de nuevo, bajo la presidencia del Sr. Obispo, D. Jesús Catalá.

Este consejo se reúne tres veces al año, a primeros, mediados y finales de curso. Sus miembros son elegidos por los propios sacerdotes desde los distintos arciprestazgos por lo que es conocido como «el senado» del Obispo. El secretario general, Francisco García Villalobos, explica que «este consejo ayuda al Obispo a la toma de decisiones de calado en el ámbito pastoral y de entre sus miembros es de donde el prelado elige a los que compondrán el Colegio de Consultores. Es decir, que los componentes de este último consejo tienen una doble idoneidad, pues han sido nombrados desde abajo, por sus compañeros presbíteros; y desde arriba, por el Obispo».

El actual Consejo Presbiteral queda formado por los siguientes miembros:

1.- POR RAZÓN DEL OFICIO

  • Vicario General: Ilmo. Mons. D. Antonio-Jesús Coronado Morón
  • Deán de la S. I. Catedral: Ilmo. Mons. D. José-Manuel Ferrary Ojeda
  • Vicario Episcopal: Ilmo. Sr. D. Manuel-Ángel Santiago Gutiérrez, Vicario para el Laicado
  • Vicario Episcopal: Ilmo. Sr. D. Francisco-Javier Guerrero García, Vicario para la Evangelización
  • Vicario Episcopal: Ilmo. Sr. D. Juan-Manuel Ortiz Palomo, Vicario para la Acción Caritativa y Social
  • Vicario Territorial de Melilla: Ilmo. Sr. D. Eduardo Resa Huerta
  • Delegado de Cáritas Diocesana: Rvdo. D. Antonio Collado Rodríguez

2.- POR ELECCIÓN

De los Arciprestazgos:

  • Cristo Rey: Rvdo. P. Giovanni Torres Gutiérrez I.M.C.
  • Los Ángeles: Rvdo. D. José Ruiz Córdoba
  • San Cayetano: Rvdo. D. José Manuel Bacallado Cabrera
  • San Patricio: Rvdo. D. Gustavo Mills Escobar
  • Santa María de la Victoria: Rvdo. D. Rafael-Javier Pérez Pallarés
  • Virgen del Mar: Rvdo. D. Rafael Quevedo Romero
  • Álora: Rvdo. D. Francisco José Martínez García
  • Antequera: Rvdo. D. Daniel Gutiérrez Santiago
  • Archidona-Campillos: Rvdo. D. Petre Chelaru
  • Axarquía-Costa: Rvdo. D. José-Mariano Pérez Clavero
  • Axarquía-Interior: Rvdo. D. Liviu Marian Bulai
  • Coín: Rvdo. D. Andrés Merino Mateo
  • Fuengirola-Torremolinos: Rvdo. D. Aurelio-Julián López Sánchez
  • Marbella-Estepona: Rvdo. D. José-Javier García Pascual
  • Ronda y Serranía: Rvdo. D. Rafael-Jesús Caro González

De los Religiosos:

  • Rvdo. P. Felix-Clement Rajendran C.M.F.

De los Consiliarios de los Movimientos Apostólicos:

  • Rvdo. D. Francisco-Hugo Aurioles de Gorostiza

3.- POR DESIGNACIÓN EPISCOPAL

  • Rvdo. D. Rafael Navarro Cortés
  • Rvdo. D. Eduardo Muñoz Centeno

Entre los nuevos miembros que hicieron la jura y profesión de fe, los sacerdotes más jóvenes de la diócesis: Eduardo Muñoz (en la foto) y Daniel Gutiérrez. 

Aquí más información sobre los Consejos Diocesanos y el reglamento del Consejo Presbiteral.

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23 NOVIEMBRE. Viaje interreligioso sin salir de Málaga

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El sábado 23 de noviembre, la Delegación Diocesana de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso y la Fundación Lux Mundi organizan «Tender puentes de esperanza», un viaje interreligioso sin salir de Málaga enmarcado en el Jubileo próximo. El recorrido incluye la visita al templo hindú y al budiste de Benalmádena y a la mezquita de Fuengirola.

Esta iniciativa parte de una charla preparatorioa el sábado 16 de noviembre a las 11.00 horas en la parroquia de San Fernando, en calle Arsitófanes, 2, de Málaga.
Como explica el delegado de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso Rafael Vázquez, «nuestra fe nos hace reconocernos con la inmensa dignidad de ser hijos de Dios, con esta experiencia queremos provocar la salida al encuentro de nuestros hermanos creyentes de otras religiones con los que cohabitamos un mismo espacio. Construir puentes sociales con fundamentos religiosos es poner las bases para un futuro de paz y convivencia común. Es una actividad que se marca en la celebración del Jubileo del año 2025. Queremos ser, así, testigos de esperanza para un mundo necesitado de signos de fraternidad».

INFORMACIÓN E INSCRIPCIONES

El precio es de 18 €, incluyendo desplazamientos en autobús y visita. La salida es a las 8.45 horas desde Torre del Mar o a las 9.30 horas desde la parroquia de San Fernando (Málaga). 
A las 17 horas será la saida hacia el lugar de origen. Los participantes deben llevar su propia comida. 
Para hacer la reserva, hay que llamar al 654 50 62 49 o 606 68 04 58. 

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Comentario en texto al Evangelio de Ana María Barrera

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La profesora de los Centros Teológicos Ana María Barrera Piedras invita a profundizar en el Evangelio de este domingo, XXX del Tiempo Ordinario, (Mc. 10, 46-52).

El evangelio de este domingo nos presenta a Bartimeo, un mendigo ciego, sumido en la oscuridad, pero con la confianza puesta en Jesús. En cuanto escucha que Él está cerca grita pidiéndole compasión y, ante la represión de muchos para acallarlo, no duda en gritar más fuerte, tiene esperanza en que Él puede sacarlo de su situación.

Todos podemos ser Bartimeo. Cada uno de nosotros estamos postrados en el camino de nuestra vida, pedimos limosna de distintas maneras y muchas veces solo recibimos “falsas monedas”.

Quieren acallar nuestras voces cuando clamamos a Jesús, que no vivamos nuestra fe, que no molestemos con las cosas de Dios. Bartimeo nos enseña a ser valientes, a llamar a Dios “a gritos” frente a un mundo que no quiere escuchar su nombre. Nos muestra que, cuando Dios nos llama, hay que dejar todo, ponernos en pie y acercarnos a Él. Por fin llega el momento de Bartimeo, y Jesús, todo un Dios, se pone al servicio del mendigo ciego y le pregunta: “¿Qué quieres de mí?”. Siente compasión de él y quiere darle la más valiosa limosna que posee. Igual que a Bartimeo, Jesús nos pregunta a nosotros: “¿Qué quieres que haga por ti?”. Es el momento de abrirle nuestro corazón con confianza, como Bartimeo, sabiendo que solo Dios puede curarnos. Dios nos conoce y sabe cuáles son las limosnas que necesitamos, pero quiere que le abramos nuestro corazón y le pidamos con fe lo que solo Él puede concedernos.

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El Espejo Andalucía, 25 de octubre 2024

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Encarni Llamas Fortes

Encarni Llamas Fortes es madre de tres hijos. Periodista que desarrolla su labor profesional en la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga. Bachiller en Ciencias Religiosas por el ISCR San Pablo.

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El Señor cura

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Cuando Cristo sana, la curación aparece vinculada tanto al enfermo como al Padre. Y siempre se establece una relación de cercanía, particular y única, entre el enfermo y Dios. De hecho, los cuidados de Jesús hacia la persona enferma están estrechamente unidos a la oración: la implicación humana con el enfermo lleva a Jesús a rezar.

¿Pero qué ocurre cuando no experimentamos la acción sanadora de Cristo en medio de la enfermedad? Puede ocurrir. Es importante tener en cuenta que en la oración de petición no debemos esperar una realización inmediata de aquello que pedimos, de nuestra voluntad, sino más bien encomendarnos a la voluntad de Dios haciendo una lectura creyente de la realidad, de su Providencia Divina. Precisamente por eso, en nuestra oración, petición, alabanza y acción de gracias deberían ir juntas abandonándonos al amor de Dios. Es lo mejor que podemos hacer.

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El aprendizaje de la vida, por Pérez Pallarés

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La mayoría de las cosas que nos ocurren están interconectadas. Por no decir todo lo que nos pasa. Cuenta un proverbio chino que el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir en la otra punta del mundo; es lo que se llama el efecto mariposa, concepto vinculado a la teoría del caos; que no ley.

Pero si hay una evidencia es que la vida está relacionada, y, por analogía, podemos llegar a aprender de ella. También en materia teológica. La Teología cristiana es circular: la cojas donde la cojas, terminas desembocando en la resurrección de Cristo. Con la vida pasa igual, la tomes donde la tomes, terminas en ti. Y es bueno tomar conciencia de ello: podemos aprender de la vida, una evidencia, que no siempre tenemos en cuenta. También en materia deportiva.

¿Un ejemplo? Es más importante tomar conciencia de cuando hacemos un ejercicio mal que centrarnos en que lo estamos haciendo mal; cuando somos conscientes de que estamos haciendo algo de manera deficiente, podemos corregir… No importa tanto la mala ejecución como la conciencia de corrección. La vida es eso: a veces podemos confundirnos, equivocarnos, errar; pero quizá no sea tan importante el error como tomar conciencia de que el camino transitado no era el correcto, que lo que hicimos no era lo adecuado. En materia de fe lo mismo. Nadie escarmienta por cabeza ajena. Y nadie madura en otra alma. Por mucho que estemos conectados en lo que la teología ha venido a llamar la comunión de los santos. Aprendamos de la vida con toda su magna enciclopedia. Y estemos abiertos a señales que ésta nos ofrece para crecer personalmente de manera holística, también en materia espiritual, aunque tengamos que recurrir al deporte para aprender de la vida.

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El Sr. Obispo constituye el Consejo Presbiteral para los próximos cinco años

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El 24 de octubre de 2024, en Casa Diocesana Málaga, se constituyó el nuevo Consejo Presbiteral, que se renueva cada cinco años. Algunos de sus miembros renovaron su cargo y, los que se incorporaban por primera vez, hicieron la jura y profesión de fe. Este Consejo es un órgano de colaboración de los sacerdotes con su Obispo, representativo del presbiterio diocesano.

Según el organigrama de la diócesis, los órganos consultivos del Obispo se sitúan en el primer lugar de la estructura diocesana y son: el Colegio de Consultores, el Consejo Episcopal, el Consejo Presbiteral, el Consejo de Asuntos Económicos (CAE) y el Consejo Pastoral Diocesano (CPD).

El Consejo Presbiteral se constituye de conformidad con lo establecido en la Constitución Dogmática “Lumen Gentium” y en el Decreto “Presbyterorum Ordinis”, en cumplimiento del Motu Proprio “Ecclesia Sanctae”, y a tenor de la Carta de la Sagrada Congregación “pro Clericis” de 11 de abril de 1970. Según lo prevenido en el Derecho Canónico (cc. 4095-501), se renueva cada cinco años. El anterior se constituyó el 24 de octubre de 2019 y justo a los cinco años se constituye de nuevo, bajo la presidencia del Sr. Obispo, D. Jesús Catalá.

Este consejo se reúne tres veces al año, a primeros, mediados y finales de curso. Sus miembros son elegidos por los propios sacerdotes desde los distintos arciprestazgos por lo que es conocido como «el senado» del Obispo. El secretario general, Francisco García Villalobos, explica que «este consejo ayuda al Obispo a la toma de decisiones de calado en el ámbito pastoral y de entre sus miembros es de donde el prelado elige a los que compondrán el Colegio de Consultores. Es decir, que los componentes de este último consejo tienen una doble idoneidad, pues han sido nombrados desde abajo, por sus compañeros presbíteros; y desde arriba, por el Obispo».

El actual Consejo Presbiteral queda formado por los siguientes miembros:

1.- POR RAZÓN DEL OFICIO

  • Vicario General: Ilmo. Mons. D. Antonio-Jesús Coronado Morón
  • Deán de la S. I. Catedral: Ilmo. Mons. D. José-Manuel Ferrary Ojeda
  • Vicario Episcopal: Ilmo. Sr. D. Manuel-Ángel Santiago Gutiérrez, Vicario para el Laicado
  • Vicario Episcopal: Ilmo. Sr. D. Francisco-Javier Guerrero García, Vicario para la Evangelización
  • Vicario Episcopal: Ilmo. Sr. D. Juan-Manuel Ortiz Palomo, Vicario para la Acción Caritativa y Social
  • Vicario Territorial de Melilla: Ilmo. Sr. D. Eduardo Resa Huerta
  • Delegado de Cáritas Diocesana: Rvdo. D. Antonio Collado Rodríguez

2.- POR ELECCIÓN

De los Arciprestazgos:

  • Cristo Rey: Rvdo. P. Giovanni Torres Gutiérrez I.M.C.
  • Los Ángeles: Rvdo. D. José Ruiz Córdoba
  • San Cayetano: Rvdo. D. José Manuel Bacallado Cabrera
  • San Patricio: Rvdo. D. Gustavo Mills Escobar
  • Santa María de la Victoria: Rvdo. D. Rafael-Javier Pérez Pallarés
  • Virgen del Mar: Rvdo. D. Rafael Quevedo Romero
  • Álora: Rvdo. D. Francisco José Martínez García
  • Antequera: Rvdo. D. Daniel Gutiérrez Santiago
  • Archidona-Campillos: Rvdo. D. Petre Chelaru
  • Axarquía-Costa: Rvdo. D. José-Mariano Pérez Clavero
  • Axarquía-Interior: Rvdo. D. Liviu Marian Bulai
  • Coín: Rvdo. D. Andrés Merino Mateo
  • Fuengirola-Torremolinos: Rvdo. D. Aurelio-Julián López Sánchez
  • Marbella-Estepona: Rvdo. D. José-Javier García Pascual
  • Ronda y Serranía: Rvdo. D. Rafael-Jesús Caro González

De los Religiosos:

  • Rvdo. P. Felix-Clement Rajendran C.M.F.

De los Consiliarios de los Movimientos Apostólicos:

  • Rvdo. D. Francisco-Hugo Aurioles de Gorostiza

3.- POR DESIGNACIÓN EPISCOPAL

  • Rvdo. D. Rafael Navarro Cortés
  • Rvdo. D. Eduardo Muñoz Centeno

Entre los nuevos miembros que hicieron la jura y profesión de fe, los sacerdotes más jóvenes de la diócesis: Eduardo Muñoz (en la foto) y Daniel Gutiérrez. 

Aquí más información sobre los Consejos Diocesanos y el reglamento del Consejo Presbiteral.

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El Papa Francisco hace pública su cuarta encíclica, «Nos amó» sobre el Sagrado Corazón de Jesús

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«Dilexit nos», la cuarta Encíclica de Francisco, retoma la tradición y actualidad del pensamiento «sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo», invitándonos a renovar su auténtica devoción para no olvidar la ternura de la fe, la alegría de ponerse al servicio y el fervor de la misión: porque el Corazón de Jesús nos impulsa a amar y nos envía a los hermanos.

«»Nos amó», dice san Pablo refiriéndose a Cristo (Rm 8,37), para hacernos descubrir que de este amor nada «podrá separarnos» (Rm 8,39)». Así comienza la cuarta Encíclica del Papa Francisco, titulada a partir del incipit «Dilexit nos» (TEXTO INTEGRAL) y dedicada al amor humano y divino del Corazón de Jesucristo: «Su corazón abierto va delante de nosotros y nos espera sin condiciones, sin exigir ningún requisito previo para amarnos y ofrecernos su amistad: Él nos amó primero (cf. 1 Jn 4,10). Gracias a Jesús ‘hemos conocido y creído el amor que Dios nos tiene’ (1 Jn 4, 16)» (1).

El amor de Cristo representado en su Corazón santo

En una sociedad -escribe el Papa- que ve multiplicarse «diversas formas de religiosidad sin referencia a una relación personal con un Dios de amor» (87), mientras el cristianismo olvida a menudo «la ternura de la fe, la alegría de la entrega al servicio, el fervor de la misión de persona a persona» (88), el Papa Francisco propone una nueva profundización en el amor de Cristo representado en su santo Corazón y nos invita a renovar nuestra auténtica devoción recordando que en el Corazón de Cristo «podemos encontrar todo el Evangelio» (89): es en su Corazón donde «finalmente nos reconocemos y aprendemos a amar» (30).

El mundo parece haber perdido su corazón

Francisco explica que, encontrando el amor de Cristo, «nos hacemos capaces de tejer lazos fraternos, de reconocer la dignidad de todo ser humano y de cuidar juntos nuestra casa común», como nos invita a hacer en sus encíclicas sociales Laudato si ‘ y Fratelli tutti (217). Y ante el Corazón de Cristo, pide al Señor «que vuelva a tener compasión de esta tierra herida» y derrame sobre ella «los tesoros de su luz y de su amor», para que el mundo, «sobreviviendo entre guerras, desequilibrios socioeconómicos, consumismo y uso antihumano de la tecnología, recupere lo más importante y necesario: el corazón» (31). Al anunciar la preparación del documento al final de la audiencia general del 5 de junio, el Pontífice había dejado claro que ayudaría a meditar sobre los aspectos «del amor del Señor que pueden iluminar el camino de la renovación eclesial; pero también que pueden decir algo significativo a un mundo que parece haber perdido el corazón». Y ello mientras se celebran los 350 años de la primera manifestación del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María Alacoque en 1673, que se clausurarán el 27 de junio de 2025.

La importancia de volver al corazón

Abierta por una breve introducción y dividida en cinco capítulos, la Encíclica sobre el culto al Sagrado Corazón de Jesús recoge, como se anunció en junio, «las preciosas reflexiones de anteriores textos magisteriales y de una larga historia que se remonta a las Sagradas Escrituras, para volver a proponer hoy, a toda la Iglesia, este culto cargado de belleza espiritual».

El primer capítulo, «La importancia del corazón», explica por qué es necesario «volver al corazón» en un mundo en el que estamos tentados de «convertirnos en consumistas insaciables y esclavos de los engranajes de un mercado» (2). Lo hace analizando lo que entendemos por «corazón»: la Biblia habla de él como un núcleo «que está detrás de todas las apariencias» (4), un lugar donde «no importa lo que se muestre por fuera ni lo que se oculte, ahí estamos nosotros mismos» (6). Al corazón conducen las preguntas que importan: qué sentido quiero que tengan mi vida, mis opciones o mis acciones, quién soy yo ante Dios (8). El Papa señala que la actual devaluación del corazón proviene del «racionalismo griego y precristiano, del idealismo postcristiano y del materialismo», de modo que en el gran pensamiento filosófico se han preferido conceptos como «razón, voluntad o libertad». Y al no encontrar lugar para el corazón, «ni siquiera se ha desarrollado ampliamente la idea de un centro personal» que pueda unificarlo todo, a saber, el amor (10). En cambio, para el Pontífice, hay que reconocer que «yo soy mi corazón, porque es lo que me distingue, me configura en mi identidad espiritual y me pone en comunión con los demás» (14).

El mundo puede cambiar a partir del corazón

Es el corazón «el que une los fragmentos» y hace posible «cualquier vínculo auténtico, porque una relación que no se construye con el corazón es incapaz de superar la fragmentación del individualismo» (17). La espiritualidad de santos como Ignacio de Loyola (aceptar la amistad del Señor es cosa del corazón) y san John Henry Newman (el Señor nos salva hablándonos al corazón desde su Sagrado Corazón) nos enseña, escribe el Papa Francisco, que «ante el Corazón de Jesús, vivo y presente, nuestra mente, iluminada por el Espíritu, comprende las palabras de Jesús» (27). Y esto tiene consecuencias sociales, porque el mundo puede cambiar «a partir del corazón» (28).

«Gestos y palabras de amor»

El segundo capítulo está dedicado a los gestos y palabras de amor de Cristo. Los gestos con los que nos trata como amigos y muestra que Dios «es cercanía, compasión y ternura» se ven en sus encuentros con la samaritana, con Nicodemo, con la prostituta, con la adúltera y con el ciego del camino (35). Su mirada, que «escruta lo más profundo de tu ser» (39), muestra que Jesús «presta toda su atención a las personas, a sus preocupaciones, a su sufrimiento» (40). De tal manera «que admira las cosas buenas que reconoce en nosotros», como en el centurión, aunque los demás las ignoren (41). Su palabra de amor más elocuente es estar «clavado en la Cruz», después de llorar por su amigo Lázaro y sufrir en el Huerto de los Olivos, consciente de su propia muerte violenta «a manos de aquellos a quienes tanto amaba» (46).

El misterio de un corazón que amó tanto

En el tercer capítulo, «Este es el Corazón que tanto amó», el Pontífice recuerda cómo la Iglesia reflexiona y ha reflexionado en el pasado «sobre el santo misterio del Corazón del Señor». Lo hace refiriéndose a la Encíclica Haurietis aquas, de Pío XII, sobre la devoción al Sagrado Corazón de Jesús (1956). Aclara que «la devoción al Corazón de Cristo no es la adoración de un órgano separado de la Persona de Jesús», porque adoramos «a Jesucristo entero, el Hijo de Dios hecho hombre, representado en una imagen suya en la que destaca su corazón» (48). La imagen del corazón de carne, subraya el Papa, nos ayuda a contemplar, en la devoción, que «el amor del Corazón de Jesucristo, no sólo incluye la caridad divina, sino que se extiende a los sentimientos del afecto humano» (61) Su Corazón, continúa Francisco citando a Benedicto XVI, contiene un «triple amor»: el amor sensible de su corazón físico «y su doble amor espiritual, el humano y el divino» (66), en el que encontramos «lo infinito en lo finito» (64).

El Sagrado Corazón de Jesús es una síntesis del Evangelio

Las visiones de algunos santos particularmente devotos del Corazón de Cristo – precisa Francisco – «son bellos estímulos que pueden motivar y hacer mucho bien», pero «no son algo que los creyentes estén obligados a creer como si fueran la Palabra de Dios». Así, el Papa recuerda a Pío XII que no se puede decir que este culto «deba su origen a revelaciones privadas». Al contrario, «la devoción al Corazón de Cristo es esencial a nuestra vida cristiana, en cuanto significa la plena apertura de la fe y de la adoración al misterio del amor divino y humano del Señor, hasta el punto de que podemos afirmar una vez más que el Sagrado Corazón es una síntesis del Evangelio» (83). A continuación, el Pontífice invita a renovar la devoción al Corazón de Cristo también para contrarrestar «las nuevas manifestaciones de una “espiritualidad sin carne” que se multiplican en la sociedad» (87). Es necesario volver a la «síntesis encarnada del Evangelio» (90) frente a «comunidades y pastores centrados sólo en actividades externas, reformas estructurales desprovistas de Evangelio, organizaciones obsesivas, proyectos mundanos, pensamiento secularizado, en diversas propuestas presentadas como exigencias que a veces se pretende imponer a todos» (88).

La experiencia de un amor «que da de beber»

En los dos últimos capítulos, el Papa Francisco destaca los dos aspectos que «la devoción al Sagrado Corazón debe mantener unidos para seguir alimentándonos y acercándonos al Evangelio: la experiencia espiritual personal y el compromiso comunitario y misionero» (91). En el cuarto, «El amor que da de beber», relee las Sagradas Escrituras y, con los primeros cristianos, reconoce a Cristo y su costado abierto en «aquel a quien traspasaron», al que Dios se refiere a sí mismo en la profecía del libro de Zacarías. Un manantial abierto para el pueblo, para saciar su sed del amor de Dios, «para lavar el pecado y la impureza» (95). Varios Padres de la Iglesia mencionaron «la llaga del costado de Jesús como fuente del agua del Espíritu», sobre todo san Agustín, que «abrió el camino a la devoción al Sagrado Corazón como lugar de encuentro personal con el Señor» (103). Poco a poco, este costado herido, recuerda el Papa, «llegó a asumir la figura del corazón» (109), y enumera varias santas mujeres que «contaron experiencias de su encuentro con Cristo, caracterizadas por el descanso en el Corazón del Señor» (110). Entre los devotos de los tiempos modernos, la Encíclica habla en primer lugar de san Francisco de Sales, que representa su propuesta de vida espiritual con «un corazón atravesado por dos flechas, encerrado en una corona de espinas» (118).

Las apariciones a santa Margarita María Alacoque

Bajo la influencia de esta espiritualidad, santa Margarita María Alacoque relata las apariciones de Jesús en Paray-le-Monial, entre finales de diciembre de 1673 y junio de 1675. El núcleo del mensaje que se nos transmite puede resumirse en aquellas palabras que oyó santa Margarita: «He aquí aquel Corazón que tanto amó a los hombres y que no escatimó nada hasta agotarse y consumirse para darles testimonio de su Amor» (121).

Teresa de Lisieux, Ignacio de Loyola y Faustina Kowalska

De Santa Teresa de Lisieux, el documento recuerda haber llamado a Jesús «Aquel cuyo corazón latía al unísono con el mío» (134) y sus cartas a su hermana Sor María, que ayudan a no centrar la devoción al Sagrado Corazón «en un aspecto doloroso», el de quienes entendían la reparación como «primacía de los sacrificios», sino en la confianza «como la mejor ofrenda, agradable al Corazón de Cristo» (138). El Pontífice jesuita dedica también algunos pasajes de la Encíclica al lugar del Sagrado Corazón en la historia de la Compañía de Jesús, subrayando que en sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola propone al ejercitante «entrar en el Corazón de Cristo» en un diálogo de corazón a corazón. En diciembre de 1871, el padre Beckx consagró la Compañía al Sagrado Corazón de Jesús, y el padre Arrupe volvió a hacerlo en 1972 (146). Las experiencias de santa Faustina Kowalska, se recuerda, vuelven a proponer la devoción «con un fuerte acento en la vida gloriosa del Resucitado y en la misericordia divina» y, motivado por ellas, san Juan Pablo II también «vinculó íntimamente su reflexión sobre la misericordia con la devoción al Corazón de Cristo» (149). Hablando de la «devoción de consolación», la Encíclica explica que ante los signos de la Pasión conservados por el Corazón del Resucitado, es inevitable «que el creyente desee responder» también «al dolor que Cristo aceptó soportar por tanto amor» (151). Y pide «que nadie se burle de las expresiones de fervor creyente del pueblo fiel de Dios, que en su piedad popular busca consolar a Cristo» (160). Para que entonces «deseosos de consolarlo, salgamos consolados» y «también nosotros podamos consolar a los que se encuentran en toda clase de aflicciones» (162).

La devoción al Corazón de Cristo nos envía a los hermanos

El quinto y último capítulo, «Amar por amor», profundiza en la dimensión comunitaria, social y misionera de toda auténtica devoción al Corazón de Cristo, que, al «llevarnos al Padre, nos envía a los hermanos» (163). De hecho, el amor a los hermanos es el «mayor gesto que podemos ofrecerle a Él a cambio de amor» (167). Mirando a la historia de la espiritualidad, el Pontífice recuerda que el compromiso misionero de san Carlos de Foucauld hizo de él un «hermano universal»: «dejándose modelar por el Corazón de Cristo, quiso acoger en su corazón fraterno a toda la humanidad sufriente» (179). Francisco habla luego de «reparación», como explicaba san Juan Pablo II: «ofreciéndonos juntos al Corazón de Cristo, «sobre las ruinas acumuladas por el odio y la violencia, se pueda construir la civilización del amor tan anhelada, el reino del Corazón de Cristo» (182).

La misión de enamorar al mundo

La Encíclica recuerda de nuevo con san Juan Pablo II que «la consagración al Corazón de Cristo «debe asimilarse a la acción misionera de la Iglesia misma, porque responde al deseo del Corazón de Jesús de propagar en el mundo, a través de los miembros de su Cuerpo, su entrega total al Reino». En consecuencia, a través de los cristianos, «se derramará el amor en el corazón de los hombres, para que se edifique el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia y se construya también una sociedad de justicia, paz y fraternidad» (206). Para evitar el gran riesgo, subrayado por san Pablo VI, de que en la misión «se digan muchas cosas y se hagan muchas cosas, pero no se pueda provocar el feliz encuentro con el amor de Cristo» (208), necesitamos «misioneros en el amor, que aún se dejen conquistar por Cristo» (209).

La oración de Francisco

El texto concluye con esta oración de Francisco: «Pido al Señor Jesús que de su santo Corazón broten para todos nosotros ríos de agua viva para curar las heridas que nos infligimos, para fortalecer nuestra capacidad de amar y de servir, para impulsarnos a aprender a caminar juntos hacia un mundo justo, solidario y fraterno. Esto hasta que celebremos juntos con alegría el banquete del reino celestial. Allí estará Cristo resucitado, que armonizará todas nuestras diferencias con la luz que brota sin cesar de su Corazón abierto. Bendito sea siempre!» (220).

Fuente: Vatican News

The post El Papa Francisco hace pública su cuarta encíclica, «Nos amó» sobre el Sagrado Corazón de Jesús first appeared on Diócesis de Jaén.

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