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Cáritas Almería te ofrece una guía de cómo colaborar en la Ayuda a las Inundaciones

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En respuesta a la devastación causada por las recientes inundaciones, desde nuestra Diócesis nos unimos en oración y solidaridad para apoyar a las personas afectadas. Para aquellos que deseen contribuir económicamente, existen dos opciones de donación a través de Cáritas:

  1. Cáritas Española
  • Santander: ES4500491892642110553738
  • Sabadell: ES5400810216700002187226
  • BIZUM: Código 00089

  2. Cáritas Diocesana de Almería, mediante las siguientes cuentas:

  • Cajamar: ES37-3058-0000-4327-3001-1071
  • Unicaja: ES48-2103-5000-8203-0000-1831
  • BBVA: ES03-0182-4689-7802-0157-2976
  • La Caixa: ES56-2100-7442-1202-0002-4031
  • Santander: ES97-0049-4116-6828-1408-1249

Al realizar la transferencia, indicar como concepto “INUNDACIONES”. Si desea desgravar su donativo en la declaración de la renta, es importante incluir su nombre y DNI. También se pueden hacer aportaciones directamente en la parroquia, indicando que el donativo es para este fin.

Por el momento, debido a las dificultades logísticas, no se está recogiendo enseres ni alimentos.

¡Gracias por su generosidad y apoyo en estos momentos difíciles! Que nuestra ayuda sea un signo de esperanza y solidaridad con nuestros hermanos y hermanas afectados.

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Mons. Saiz en el XXV aniversario de la coronación de la Estrella: «Es la hora de la fe, de la esperanza y la caridad”

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Mons. Saiz en el XXV aniversario de la coronación de la Estrella: «Es la hora de la fe, de la esperanza y la caridad”

El 31 de octubre de 1999, el entonces arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos Amigo Vallejo, coronó canónicamente a la imagen de María Santísima de la Estrella en solemne pontifical que se celebró en la nave del Crucero de la Catedral. Veinticinco años y un día después, monseñor José Ángel Saiz Meneses presidió la Eucaristía con motivo del XXV aniversario de aquella coronación.

Son varias las similitudes entre ambos acontecimientos. Entonces como ahora, la lluvia ha sido un factor a tener en cuenta en los traslados del cortejo procesional entre Triana y la seo hispalense. Además, aquella coronación fue el colofón del primer congreso internacional de Hermandades y Religiosidad Popular. Cinco lustros después, estamos a poco más de un mes de la segunda edición de un congreso que volverá a tener como sede la Catedral. Entre los concelebrantes también hubo motivos para echar la vista atrás. El cardenal Baltazar Porras, arzobispo emérito de Caracas, también participó en la ceremonia que se celebró en octubre de 1999.

El arzobispo recordó esta circunstancia en su homilía. Tras repasar los hitos más significativos de la historia de la hermandad, fundada en 1560, aludió a la coronación de su titular y recordó que “han pasado veinticinco años, y Ella nos sostiene en la fe que hemos recibido de nuestros padres, y nos impulsa para transmitirla a los demás, en especial a nuestros niños y jóvenes”.

Más adelante subrayó la llamada universal a la santidad a la que se hizo referencia en el Concilio Vaticano II: “Es la misma para todos, cada uno en su vocación y ocupación concreta; es un camino que cada uno debe recorrer según el don que ha recibido y la misión que le ha sido encomendada”, afirmó. Al respecto señaló que “no cabe refugiarse en las limitaciones personales o en las dificultades externas para eludir esta llamada. Tampoco sirve la excusa de que, por tratarse de una meta tan extraordinaria, está reservada a unos pocos privilegiados, y resulta inalcanzable para la gran mayoría de cristianos. La llamada a la santidad -reiteró- concierne a todos los bautizados y debemos tener la valentía en primer lugar de escucharla, creerla y responder, y después, de proponerla a los demás con convicción y con esperanza”.

En otro punto de su alocución, monseñor Saiz Meneses recordó un principio teológico esencial: “La primacía de la gracia”. Y lo explicó: “Eso significa que los resultados no dependen de nuestras capacidades y esfuerzos”. En este camino de santidad señaló un modelo: María Santísima de la Estrella. “Contemplamos a María y nos alegramos por tener una Madre tan perfecta, tan llena de gracia, y nos esforzamos por imitar su perfección. María es toda santa, por eso en nuestra tierra la llamamos María Santísima”, apuntó.

Finalmente, se dirigió a los hermanos de la corporación trianera que llenaron la nave del Crucero, a quienes recordó que coronar una imagen de María significa “aceptarla como Reina de cielos y tierra, y acogerla en nuestro corazón como Reina y Madre, como ejemplo a imitar en nuestra vida de cada día”.

Con las víctimas de la DANA

También tuvo palabras de aliento para las personas que sufren violencia y los damnificados por la DANA en el Levante español. Al respecto afirmó que «nos duele as situaciones de guerra y de violencia que hay en distintos lugares del mundo, y hemos de seguir rezando incesantemente, por la paz. Hemos de ser constructores de paz, mensajeros de paz, y hemos de trabajar y crear una cultura de la paz. También nos sentimos golpeados por los desastres naturales, como pasa ahora en España, especialmente en valencia. Nuestra oración ha de ser de sentirnos unidos a nuestros hermanos que lo están pasando mal, a rezar por el eterno descanso de los que han fallecido, y a ofrecer toda nuestra ayuda y solidaridad hasta que se vaya reconstruyendo toda esa situación que ha quedado tan destrozada».

Concluyó su homilía advirtiendo que, a pesar de los aspectos a mejorar en el mundo y en la Iglesia, “es la hora de la fe, de la esperanza y la caridad”. Así, “como hijos fieles de María Santísima de la Estrella nos corresponde dar testimonio con la vida y con la palabra oportuna, llevar a los demás el Evangelio de Cristo, camino, verdad y vida”. Les conminó a “trabajar con determinación para construir una nueva civilización de amor, de justicia y paz, de solidaridad con los más necesitados”.

La procesión de regreso del palio de la Virgen de la Estrella a su templo trianero será mañana sábado.

Texto íntegro de la homilía

 

 

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XXV aniversario de la coronación de la Virgen de la Estrella

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XXV aniversario de la coronación de la Virgen de la Estrella

Homilía de Mons. José Ángel Saiz Meneses en la celebración del XXV Aniversario de la Coronación Canónica de María Santísima de la Estrella. 1 de noviembre de 2024. Santa Iglesia Catedral de Sevilla. Pontificia, Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de la Estrella, Triunfo del Santo Lignum Crucis, San Francisco de Paula y Santas Justa y Rufina. Lecturas: Solemnidad de Todos los Santos.

  1. Saludos.
  2. En el XXV Aniversario de la Coronación Canónica de María Santísima de la Estrella renovamos nuestro fervor y amor de hijos, y nuestro compromiso de fidelidad y agradecimiento hacia la Madre que en todas las circunstancias de la vida nos acompaña con su protección y amparo. En 1560 se fundó en Triana, en el convento de la Victoria perteneciente a los Frailes Mínimos de San Francisco de Paula, una hermandad de luz bajo el patrocinio de Nuestra Señora de la Estrella. Muchas son las fechas relevantes y significativas en cinco siglos de historia, permitidme recordar una: el 31 de octubre de 1999 el arzobispo de Sevilla Monseñor Fray Carlos Amigo Vallejo, coronó canónicamente la imagen de María Santísima de la Estrella en Solemne Pontifical celebrado en esta Iglesia Catedral. Han pasado 25 años, y ella nos sigue sosteniendo en la fe que hemos recibido de nuestros padres, y nos impulsa para transmitirla a los demás, en especial a nuestros niños y jóvenes.
  3. Hoy celebramos la fiesta de Todos los Santos, y contemplamos a María Santísima de la Estrella como Reina de todos los santos. Recordamos, en primer lugar, como el Señor encarga a Moisés que comunique a los israelitas este mensaje: «sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo» (Lv 19,2). Jesús hizo la misma llamada al final del sermón de la montaña, como recapitulación de toda su enseñanza: «sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5, 48). El apóstol san Pablo, en la carta a los efesios, al explicar el gran proyecto salvador de Dios, afirma que el Padre «nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuéramos santos e intachables ante él por el amor» (Ef 1,4).
  4. El Concilio Vaticano II puso mucho énfasis en la vocación universal a la santidad. Es la misma llamada para todos, cada uno en su estado de vida y ocupación concreta; es un camino que cada uno debe recorrer según el don que ha recibido y la misión que le ha sido encomendada. San Juan Pablo II recordó en la Carta Apostólica Novo millennio ineunte, que el camino pastoral en el tercer milenio debía situarse en la perspectiva de la santidad como fundamento de la programación pastoral que correspondía al iniciar el nuevo milenio. El papa Francisco ha vuelto a ponerla de actualidad con su exhortación apostólica Gaudete et exultate en la que destaca que la misión es el impulso más fuerte que puede encontrar la Iglesia para redescubrir su propia santidad y volver a escuchar la llamada a ser más santa.
  5. No cabe refugiarse en las limitaciones personales o en las dificultades externas para eludir esta llamada. Tampoco sirve la excusa de que, por tratarse de una meta tan extraordinaria, está reservada a unos pocos privilegiados, y resulta inalcanzable para la gran mayoría de cristianos. La llamada a la santidad concierne a todos los bautizados y debemos tener la valentía en primer lugar de escucharla, creerla y responder debidamente, y después, proponerla a los demás con convicción y con esperanza.
  6. En vuestras reglas tenéis definida la práctica del camino de la santidad. En primer lugar, a través de los cultos, de la oración, de la recepción de los sacramentos, especialmente la Eucaristía, y de la escucha de la Palabra de Dios. En segundo lugar, a través de la formación, siempre necesaria para profundizar y dar razón de la fe y la esperanza. Y, por último, por medio de la caridad y la acción evangelizadora, que procede de la misma naturaleza del ser cristiano y del envío misionero de Jesús.
  7. En el proyecto de vida cristiana de la Hermandad y en la programación pastoral de la Iglesia hay un principio teológico esencial: La primacía de la gracia. Eso significa que los resultados no dependen de nuestras capacidades y esfuerzos. Recordemos el episodio de la pesca milagrosa, cuando los discípulos no han recogido nada después de haber estado bregando toda la noche (cf. Lc 5,5). Cuando Jesús acaba de predicar le dice a Pedro que reme mar adentro y eche las redes. Así lo hace, confiando en su palabra, y se produce la pesca milagrosa. Es el fruto de la humildad y de la fe, de la confianza en el Señor, de la acción de la gracia, y también de la respuesta generosa.
  8. En este camino de santidad María Santísima de la Estrella es nuestro modelo, y es modelo para la Iglesia. A pesar de los pecados y flaquezas de sus miembros, la Iglesia es la comunidad de los que están llamados a la santidad y se esfuerzan cada día por alcanzarla; y en esta lucha se sienten alentados por la Virgen, que es modelo de todas las virtudes. Contemplamos a María y nos alegramos por tener una Madre tan perfecta, tan llena de gracia, y nos esforzamos por imitar su perfección. María es toda santa, por eso en nuestra tierra la llamamos María Santísima.
  9. Celebramos el 25 Aniversario de la Coronación Canónica con toda la solemnidad y el amor de que somos capaces. Coronar una imagen de María significa aceptarla como Reina de cielos y tierra, y acogerla en nuestro corazón como Reina y Madre, como ejemplo a imitar en nuestra vida de cada día. Ella se levantó y se puso en camino tras la anunciación para ayudar a su prima Isabel; ella nos enseña a acoger el don de Dios y comunicarlo a los demás, siendo portadores de Cristo; ella es nuestro modelo para orientar la vida decididamente hacia Dios y hacia los hermanos, especialmente los más necesitados, poniendo sus necesidades por encima de las propias, buscando el amor y el servicio, el compartir y el encuentro con el otro.
  10. Ya vemos que nuestro mundo tiene muchos aspectos que mejorar, y nos duelen las situaciones de guerra y violencia en Tierra Santa, en Ucrania y en Sudán, y en tantos otros lugares. Hemos de orar incesantemente por la paz, sembrar paz, ser constructores de paz; también sufrimos a causa de las catástrofes naturales, como el temporal que ha asolado España y especialmente Valencia. Rezamos por el eterno descanso de los fallecidos, y hemos de ser solidarios en la reconstrucción de todo lo que ha sido arrasado. Como miembros de la Iglesia, vivimos en proceso de conversión continua. Es la hora de la fe, de la esperanza y la caridad. Como hijos fieles de María Santísima de la Estrella nos corresponde dar testimonio con la vida y con la palabra oportuna, llevar a los demás el Evangelio de Cristo, camino, verdad y vida; en este tiempo nos corresponde trabajar con determinación para construir una nueva civilización de amor, de justicia y paz, de solidaridad con los más necesitados. María Santísima de la Estrella camina con nosotros y nos lleva de la mano, y nos enseña a vivir como hijos de Dios.
  11. Hoy, en el 25 Aniversario de su Coronación Canónica, renovamos el firme propósito de que reine en nuestros corazones, en nuestros hogares, en nuestra ciudad. Hoy le pedimos que ayude y proteja a todos los trianeros, a todos los sevillanos, a todos los fieles de la archidiócesis, del mundo entero, para que permanezcamos unidos a Cristo y demos frutos de amor. Ya sabemos que es difícil, y que nosotros somos pobres y pequeños, pero cada uno de nosotros tiene una misión, única e insustituible, que ha de llevar a cabo. En este día de fiesta damos gracias al Señor por el don de nuestra Madre, María Santísima de la Estrella, y queremos seguir caminando de su mano y bajo su protección. Ella nos enseña a seguir a Jesús por la senda del bien, de la humildad y el servicio, de la solidaridad y de la paz.

 

María Santísima de la Estrella,

joven humilde de Nazaret,

que cumpliendo la voluntad del Padre

avanzaste firme en el camino de la fe,

siempre al lado de Cristo, tu Hijo;

fuiste diligente con tu prima Isabel,

y solícita en las bodas de Caná;

sé luz que dirija nuestros pasos,

guía en las oscuridades y desalientos,

Estrella que oriente nuestro caminar

hasta que juntos lleguemos al gozo eterno

por los siglos de los siglos. Amén.

 

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Lecturas del Domingo XXXI del Tiempo Ordinario (Ciclo B)

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Lecturas del Domingo XXXI del Tiempo Ordinario (Ciclo B)

Primera lectura

Deuteronomio 6, 2-6

Escucha Israel: Amarás al Señor con todo tu corazón

Moisés habló al pueblo diciendo:

«Teme al Señor, tu Dios, tú, tus hijos y nietos, y observa todos sus mandatos y preceptos, que yo te mando, todos los días de tu vida, a fin de que se prolonguen tus días. Escucha, pues, Israel, y esmérate en practicarlos, a fin de que te vaya bien y te multipliques, como te prometió el Señor, Dios de tus padres, en la tierra que mana leche y miel.

Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

Estas palabras que yo te mando hoy estarán en tu corazón».

Salmo

Salmo 17, 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab

R: Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.

– Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza; Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.

– Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos.

– Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador: Tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu ungido.

Segunda lectura

Hebreos 7, 23-28

Como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa

Hermanos: Ha habido multitud de sacerdotes de la anterior Alianza, porque la muerte les impedía permanecer; en cambio, Jesús, como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive siempre para interceder a favor de ellos.

Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.

Él no necesita ofrecer sacrificios cada día como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

En efecto, la ley hace sumos sacerdotes a hombres llenos de debilidades. En cambio, la palabra del juramento, posterior a la ley, consagra al Hijo, perfecto para siempre

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 28b-34

Amarás al Señor, tu Dios. Amarás a tu prójimo

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?».

Respondió Jesús: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».

El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».

Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios».

Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Comentario bíblico de Miguel Ángel Garzón

Terminado el camino a Jerusalén, Jesús afronta en la ciudad santa las preguntas de los dirigentes judíos. En el evangelio de hoy escuchamos la última. Un escriba, prendado por las respuestas anteriores de Jesús, se acerca a preguntarle con buena intención sobre cuál es el mandamiento principal. Una cuestión muy discutida en el mundo judío que distinguía entre mandamientos pesados y ligeros.

Jesús responde con el artículo de fe esencial para todo judío, el Shemá (“Escucha”), que recoge la primera lectura (Dt 6,4-9). Esta oración diaria, afirma la unicidad de Dios y manda amarlo con todo el ser. Pero a Jesús no le basta con definir el primer mandamiento, es necesario añadir el segundo para entender la síntesis de la ley: el amor al prójimo (citando Lv 19,18).

El escriba ensalza la sabiduría del Maestro, y retomando sus palabras comprende la novedad de su enseñanza, pues no diferencia los dos mandamientos, sino que los une (“y”) en uno solo. Además, siguiendo la costumbre sinagogal, incluye una referencia de tradición profética, indicando la supremacía del amor sobre los sacrificios y holocaustos (cf. Os 6,6).

Jesús cierra el encuentro elogiando esta “sensata” respuesta del escriba que lo sitúa cerca del Reino. Ya conoce lo que marca la ley para llegar al Reino de Dios, solo le falta ponerlo en práctica y seguir al que ha hecho “cercano” este Reino (Mc 1,15), y así recorrer el camino que le queda para entrar en él.

Jesús revela la concreción del amor a Dios y al prójimo. Confiando en Dios, que es roca, alcázar y fortaleza del creyente (Sal 17), ha hecho una entrega total de amor al Padre y al prójimo hasta dar su vida entera en sacrificio (2ª lectura). Un amor sacrificial que ha establecido de una vez y para siempre la alianza entre el Padre y la humanidad y ha instaurado el Reinado del Amor.

Preguntas

  1. ¿Cuál es tu norma suprema de vida? ¿Qué valor das a los mandamientos principales que proclama Jesús?
  2. ¿Cómo amas a Dios? ¿Hay algo que te impide amar a Dios con todo tu corazón?
  3. ¿En qué medida vives en clave de amor oblativo? ¿Renuncias a amar cuando supone sacrificio?

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ARCHISEVILLA7días. Edición del 01-11-2024

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ARCHISEVILLA7días. Edición del 01-11-2024

Una nueva edición de ARCHISEVILLA7días, un resumen de la actualidad semanal de la Iglesia en Sevilla.

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Horarios de apertura de los cementerios parroquiales de la Diócesis

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Los cementerios parroquiales de la Diócesis de Cádiz y Ceuta han ampliado los horarios de apertura con motivo del día de Todos los Santos y Fieles Difuntos.

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📖 Reseña literaria: ‘La luz brilla en las tinieblas′, de Miguel Ángel Velasco

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📖 Reseña literaria: ‘La luz brilla en las tinieblas′, de Miguel Ángel Velasco

Es difícil que haya habido un hombre más libre en la cárcel que Francisco Javier Van Thuan. El Papa Francisco ha recordado que la Pasión de Cristo es completada hoy por los mártires y nunca ha habido tantos como en los últimos cien años. Van Thuan fue uno de ellos; supo ser una fascinante y permanente lámpara encendida no bajo celemín alguno, sino en lo más alto del candelero. La esperanza que brilla en todo lo que escribió ha hecho que sea definido como “el cardenal de la esperanza”. Estas páginas quieren ser la historia de esa esperanza impresionante y la crónica inacabada de un gran amor porque su luz sigue brillando en medio de nuestra oscuridad. A través de estas apasionantes y apasionadas páginas, redactadas por el conocido periodista Miguel Ángel Velasco, podemos descubrir su vida, su mensaje y su legado. Su nacimiento en una familia católica vietnamita, su vocación, los trece terribles años en las cárceles comunistas, que superó impulsado por la fe y la esperanza, así como los rasgos principales de su predicación, que han conmovido al mundo, comenzando por San Juan Pablo II, a quien dirigió unos ejercicios espirituales. Miguel Ángel Velasco (1939) es un periodista católico especializado en información religiosa. Estudió Filosofía y Letras en Salamanca, Ciencias Sociales en Santiago de Compostela y Periodismo en Madrid. Premio “Luca de Tena”, “Manos Unidas” y “Bravo” de información religiosa, fue subdirector de Opinión del diario “La información de Madrid” y subdirector de la revista “Mundo Cristiano”. Ha dirigido el semanario “Alfa y Omega” desde sus comienzos hasta mayo de 2014. Es autor, entre otras obras, de Juan Pablo II, ese desconocido, Los derechos de la verdad, Dios es corazón, Guía del Vaticano y Voluntarios, una revolución imparable así como de biografías de santa Teresa de Calcuta, santa Maravillas de Jesús, el padre Morales, santa María Josefa Sancho de Guerra, santa Josefa Recio y el cardenal Castrillón. Es caballero de la Orden Pontificia de San Gregorio Magno.

Fuente: Editorial Palabra

La Hermana Pilar González, desde la librería Welba, realiza el comentario literario sobre este libro en El Espejo de COPE Huelva.

La entrada 📖 Reseña literaria: ‘La luz brilla en las tinieblas′, de Miguel Ángel Velasco se publicó primero en Diócesis de Huelva.

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‘Dilexit Nos’, carta dominical del arzobispo de Sevilla del 3 de noviembre

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‘Dilexit Nos’, carta dominical del arzobispo de Sevilla del 3 de noviembre

Monseñor José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, ha reflexionado en su carta dominical del próximo domingo, 3 de noviembre, sobre la reciente publicación de la encíclica ‘Dilexit Nos’ del papa Francisco.

Se trata de la primera entrega de tres cartas dedicadas a profundizar en este texto del Magisterio de la Iglesia en el que el Papa nos invita a “descubrir que del amor de Cristo nada podrá separarnos”.

En esta primera carta dedicada a la encíclica, el arzobispo hispalense se refiere a las dos primeras partes del documento. Sobre la primera, anima a “revalorizar el centro íntimo del hombre, el corazón”, mientras que sobre la segunda se detiene en la contemplación del Corazón de Cristo.

Puede leer la carta completa aquí.

 

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Evangelio del XXXI Domingo del Tiempo Ordinario en Lengua de Signos Española (Ciclo B)

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Evangelio del XXXI Domingo del Tiempo Ordinario en Lengua de Signos Española (Ciclo B)

Evangelio del Domingo XXXI del Tiempo Ordinario (ciclo B), en Lengua de Signos Española .

Signado por el director del Departamento de Pastoral del Sordo de la Archidiócesis de Sevilla, el sacerdote Gumersindo Melo.

Produce: Archidiócesis de Sevilla

Ver en youtube

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Dilexit Nos (I)

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Dilexit Nos (I)

El pasado jueves 24 de octubre el Papa Francisco publicó su cuarta encíclica que lleva por título Dilexit Nos, Nos amó, expresión de san Pablo refiriéndose a Cristo (Rm 8,37), para ayudarnos a descubrir que de ese amor nada «podrá separarnos» (Rm 8,39). Nace esta encíclica en las celebraciones por el 350 aniversario de la primera manifestación del Sagrado Corazón de Jesús en 1673, y recuerda un tema central para nuestra vida de creyentes: la primacía de Dios, como se afirma en la exhortación Evangelii gaudium (cf. n.12).  Por eso el Papa nos invita a contemplar decididamente el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo (nº1): “Su corazón abierto nos precede y nos espera sin condiciones, sin exigir un requisito previo para poder amarnos y proponernos su amistad: «nos amó primero» (1 Jn 4,10). Gracias a Jesús «nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído» en ese amor (1 Jn 4,16). Para el Papa Francisco, en este mundo líquido es necesario hablar nuevamente del corazón, apuntar hacia allí donde cada persona, de toda clase y condición, hace su síntesis.

La encíclica se desarrolla en cinco partes: I. La importancia del corazón (2-31); II. Gestos y palabras de amor (32-47); III. Este es el corazón que tanto amó (48- 91); IV. Amor que da de beber (92-163); V. Amor por amor (164-216) y la conclusión (217-220). Desarrollaré cada apartado y me detendré en esta carta dominical, de las tres que dedicaré, a la primera y segunda partes de la encíclica invitando a su estudio personal y al diálogo en los diferentes equipos de pastoral.

En la primera parte, “La importancia del corazón”, el Papa lanza una pregunta: ¿qué expresamos cuando decimos “corazón”? En la sociedad líquida en que vivimos hay que re-valorizar el centro íntimo del hombre, el corazón.  Este rescate del corazón es de vital importancia para la antropología y permite reconocernos en nuestra integridad, ya que, en último término, yo soy mi corazón. Es lo que me distingue, me configura en mi identidad espiritual y me pone en comunión con las demás personas. El corazón hace posible cualquier vínculo auténtico para superar la fragmentación del individualismo. Anti-corazón es una sociedad, afirma el Papa, cada vez más dominada por el narcisismo y la autorreferencia. ¡Ningún algoritmo podrá albergar los recuerdos del corazón! Cuando miramos al Corazón de Cristo (nº29) y se toma en serio el corazón, se producen consecuencias sociales, como enseña el Concilio Vaticano II en la constitución Gaudium et Spes: «los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano».

En la segunda parte se detiene el Santo Padre en la contemplación del Corazón de Cristo, (nº 32) en “su centro personal, desde donde brota su amor por nosotros, es el núcleo viviente del primer anuncio. Allí está el origen de nuestra fe, el manantial que mantiene vivas las convicciones cristianas”. Recordando el pasaje del encuentro con el joven rico nos invita a preguntarnos: ¿Puedes imaginarte ese instante, ese encuentro entre los ojos de este hombre y la mirada de Jesús? Sin duda, aprendemos de Jesús, que la mirada precede al comienzo de la misión como atestigua la llamada personal a los Apóstoles. Jesús presta atención de tal modo que se admira por las cosas buenas que reconoce en nosotros, no se le escapan, y hasta se admira. Recuerda el Papa que Jesús había aprendido esto de María, su madre: “La que contemplaba todo con cuidado y “lo guardaba en su corazón” (cf. Lc 2,19.51), le enseñó desde pequeño, junto con san José, a prestar atención”. El Evangelio no oculta los sentimientos de Jesús. Sus gestos y palabras nos dejan ver de su corazón y están íntimamente unidos a Él. Concluye esta segunda parte con San Pablo en esa expresión (nº 46): «Me amó y se entregó por mí» (Ga 2,20). Aquí concentra su mayor convicción que le maravilla y es la de saberse amado. Coloca el amor como lo más grande y fundamental expresándolo en esta afirmación: «Me amó».

+ José Ángel Saiz Meneses

Arzobispo de Sevilla

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