
Con una Eucaristía en la Catedral, el domingo 1 de junio, se celebró en la diócesis de Guadix el Jubileo de los Catequistas. Antes, en el Hospital Real, hubo un momento de formación y, tras la Misa, también en el Hospital Real, un tiempo de convivencia en torno a la comida compartida. Organizado por la delegación de Catequesis, este acto jubilar sirvió para poner rostro a tantos catequistas que, en las parroquias, transmiten la fe a los más pequeños, de manera desinteresada, pero constante y comprometida.
El Jubileo de los Catequistas comenzó a las 10:30 de la mañana, en el Hospital Real, con una última charla de formación en la que se reflexionó sobre la identidad del catequista en la misión de la Iglesia. Con dicha charla concluía la formación online que mensualmente ha impartido el secretariado de Catequesis y que ha permitido que muchos catequistas de toda la diócesis, sin tener que desplazarse, pudiesen tener un proceso de formación que les permita crecer en su misión evangelizadora.
En este primer encuentro estuvo también el Obispo, D. Francisco Jesús Orozco. Además de hablarles sobre la identidad del catequista, les dio las gracias a todos por la labor que realizan, necesaria en la Iglesia y, por tanto, muy importante.
Después, todos se desplazaron hasta la Catedral para celebrar la Eucaristía, tras pasar por la Puerta Santa. Los catequistas, que fueron protagonistas en toda la celebración, fueron los encargados de iniciar la procesión de entrada.
En la homilía, el obispo hizo continuas referencias a la labor que realizan los catequistas, que es expresión, sin duda, del encargo recibido de Jesús de anunciar el Evangelio a todos, antes de su Ascensión. Y es que la Iglesia celebraba ese domingo la Solemnidad de la Ascensión del Señor a los cielos. Por eso, insistió el obispo en su predicación en la necesidad de hablar del cielo, de la trascendencia a la que nos llama la fe, pero sin desentendernos de nuestro compromiso con el mundo y con el anuncio del Evangelio, como hacen los catequistas.
Mons. Orozco recordó que la tarea de los catequistas es la transmisión de la fe. “En vosotros –dijo el obispo– se sintetiza la necesidad y la verdad de la identidad de la Iglesia para el mundo, transmitiendo el amor de Dios en Jesucristo muerto y resucitado y en la fuerza y santificación del Espíritu Santo para todos los tiempos, especialmente en medio de las vicisitudes, de las contradicciones, de la secularización que vive nuestro mundo”.
Y terminó el obispo agradeciendo a los catequistas la labor que realizan: “Que Dios bendiga vuestra generosidad, vuestros sacrificios y, sobre todo, esa esperanza que transmitís a las generaciones de niños, adolescentes, jóvenes y adultos en las catequesis, para vivir este camino hacia el cielo sin dejar de comprometernos en la tierra”.
Al final de la Misa, los catequistas recibieron como obsequio un leccionario con el Evangelio de cada día, que les ayude en la oración y en el acercamiento a la Palabra de Dios.
Antonio Gómez
Delegado diocesano de MCS. Guadix