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Alrededor de 90 voluntarios sevillanos llevaron esperanza a las víctimas de la DANA en Catarroja

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Alrededor de 90 voluntarios sevillanos llevaron esperanza a las víctimas de la DANA en Catarroja

Feligreses de la Parroquia Nuestra Señora del Rocío, de Dos Hermanas, con su párroco a la cabeza, el sacerdote Carlos Carrasco, organizaron una misión solidaria en Catarroja, localidad de la Comunidad Valenciana, el pasado domingo 12 de enero.

En el marco del año jubilar Peregrinos de Esperanza, la Real y Trinitaria Hermandad del Stmo. Sacramento, Ntro. Padre Jesús Cautivo y María Stma. de la Esperanza con sede en la Parroquia Ntra. Sra. del Rocío, de la mano de decenas de asociaciones, y feligreses de todas las parroquias del Arciprestazgo de Dos Hermanas, (alrededor de 90 voluntarios), organizaron un encuentro fraterno para tres mil personas de la Comunidad Valenciana, víctimas de la DANA, “con la finalidad de acompañarlos, escucharlos y ayudarlos a superar el trauma vivido”.

En colaboración con la Parroquia de San Antonio de Padua, de Catarroja, todos los voluntarios y asistentes “vivimos momentos testimoniales realmente increíbles, de cómo la caridad y la solidaridad hacen posible recuperar la esperanza y dejar atrás situaciones tan trágicas y complejas”, añadió Carrasco.

En el Colegio Diocesano San Antonio de Padua II se desarrolló toda la jornada el domingo 12 de enero, fiesta del Bautismo del Señor. Sobre las diez de la mañana se organizaron juegos y animación para más de mil niños y jóvenes. Posteriormente se sirvió la comida a todos los asistentes “en un gran despliegue que ha sido posible, gracias, en primer lugar, al arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, que nos ha enviado como parte de la misión diocesana, a las parroquias, al Ayuntamiento, al Consejo de Hermandades y Cofradías de Dos Hermanas y a la Hermandad de los Gitanos de Sevilla, por sumarte a esta misión de la esperanza en Valencia”.

“Una vez iniciado el año jubilar ‘Peregrinos de Esperanza’, entendimos que el Señor nos pedía hacer realidad este deseo y viajar hasta Valencia para llevar la alegría y el acompañamiento que las personas afectadas por la tragedia necesitan para mantener siempre viva la esperanza”, subrayó.

Zonas afectadas

Los voluntarios de Sevilla recorrieron algunas de las zonas afectadas por la DANA, guiados por miembros de la Cofradía de San Antonio de Padua, de Valencia, “relatándonos algunas de las muchas experiencias dramáticas que aún, tras más de dos meses, les hacen imposible contener la emoción”.

Encuentro festivo

A las cuatro de la tarde tuvo lugar la celebración de la Eucaristía, presidida por el párroco de San Antonio de Padua, Francisco Javier Martínez. Durante su homilía destacó la labor de los voluntarios “que se han convertido en ángeles custodios de los más necesitados”. Al término de la Eucaristía, la representación de Sevilla hizo entrega a la parroquia de una imagen de la Virgen de los Reyes, patrona de la Archidiócesis de Sevilla, como presente y recuerdo del viaje.

En palabras del párroco de Nuestra Señora del Rocío, “la finalidad de este encuentro fraterno era recuperar el ánimo de las víctimas de la DANA. Tras 75 días de la tragedia, hay personas que se sienten rotas tras las pérdidas humanas y materiales. Creo que Dios se ha valido de momentos como estos para hacer brotar la esperanza de los corazones, una esperanza que viene de Él y que nos lleva a seguir adelante”.

Destacó, en un plano más personal “estar muy orgulloso de los sacerdotes de Catarroja y de la Iglesia de Valencia, por el esfuerzo que hoy siguen haciendo, sin haber tenido descanso, superando enfermedades y sus propios dramas personales. He vivido estos días como un don de Dios, desde el germen de la iniciativa hasta la culminación. Hasta el último minuto hubo dificultades para emprender esta misión y, Dios ha ayudado en todo momento”.

Por su parte, el párroco de San Antonio de Padua, “entregó a todos los voluntarios una medallita en la que han simbolizado sus sentimientos durante la tragedia: por un lado el Niño Jesús, pequeño y desvalido como ellos se sintieron; por el otro, un ángel custodio que encarnado en los voluntarios acudió en su ayuda para demostrarles que el Padre siempre cuida de sus hijos”.

Finalmente, Carlos Carrasco, recordó que “en este año jubilar de la esperanza, los voluntarios también hemos podido ganar el jubileo y tocar con nuestras propias manos el drama de nuestros hermanos. Los valencianos allí presentes dieron las gracias a los voluntarios y valoraron este encuentro como el cierre de un episodio y la apertura de una nueva etapa de esperanza”.

 

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Retiro de silencio de las Hermanas Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santo

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El Monasterio de la Cartuja de Jerez acogerá el próximo 26 de enero esta actividad que dará comienzo con la Eucaristía a las 10hrs.

Tras la celebración de la Navidad, las distintas realidades de la Iglesia Asidonense siguen con la tarea pastoral del curso, teniendo en cuenta los distintos pilares necesarios para alimentar nuestra fe. En este caso, uno de estos pilares se trata del ámbito de la oración e intimidad con el Señor, el cual podemos nutrir retirándonos de nuestro quehaceres diarios y poniendo nuestra mirada en el Padre.

Por este motivo, las Hermanas Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santo han organizado y guiarán el próximo 26 de enero un retiro de silencio en el Monasterio de la Cartuja. Este dará comienzo este mismo día con la Eucaristía de las 10hrs. Asimismo, hay que tener cuenta que la fecha máxima para inscribirse será el 24 de enero, siendo el donativo por la actividad de 10 euros. Para más información pueden contactar por Whatsapp al 644 12 59 05.

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Jornada de Encuentro y Misión del Movimiento Cultural Cristiano

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Será el sábado, 25 de enero, en la capilla del Adoremus, junto a la parroquia de La Compañía

La parroquia del El Salvador y Santo Domingo de Silos y el Movimiento Cultural Cristiano de la diócesis de Córdoba organiza una jornada de encuentro y misión, prevista para el sábado, 25 de enero, en la capilla del Adoremus.

Por un lado, a las 10:00 horas, comenzará la cita con un encuentro con el Señor guiado por el sacerdote Fernando Lavirgen; y por otro, a las 11:30 horas, los participantes profundizarán en la misión del laico y la familia en la Iglesia, de la mano de José A. Langa, laico miembro del Movimiento Cultural Cristiano. Asimismo, culminará con la celebración de la Eucaristía.

Los interesados en participar deberán inscribirse a través del email mcccordoba@gmail.com o en el teléfono 606749010.

El Movimiento Cultural Cristiano es un Movimiento de Apostolado Seglar dentro de la Iglesia Católica, cuyo compromiso cristiano se centra en las personas, grupos y familias que deseen vivir una Militancia Cristiana de por vida, solidarizándose con los empobrecidos de la tierra.

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Homilía en el L aniversario de la bendición de la imagen de Ntra. Sra. de los Desamparados, del Parque Alcosa

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12 de enero de 2025. Fiesta del Bautismo del Señor, Ciclo C.

Un saludo cordial a todos los hermanos y hermanas que participáis en esta celebración: al sr. párroco, P. Gonzalo; sacerdotes concelebrantes; comunidad de Franciscanos Conventuales; miembros de la vida consagrada y del laicado; a todos los presentes y a los que participáis a través de la retransmisión de Canal Sur Televisión. Celebramos la fiesta del Bautismo del Señor. En Sevilla, en Parque Alcosa, en la parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados, celebramos el 50 aniversario de la bendición de la imagen de la titular de la Parroquia por don Antonio Montero, Obispo Auxiliar a la sazón. Hoy contemplamos especialmente a María santísima, Señora y Madre de los desamparados, y la invocamos como mediadora de todas las gracias, y nos encomendamos a su intercesión poderosa y maternal.

Hace poco menos de un año celebrábamos el 50 Aniversario de la creación de nuestra parroquia. Recordamos que la parroquia es una comunidad de fieles que se reúne en torno a la Palabra de Dios y la Eucaristía y los otros sacramentos, que vive en comunión, compartiendo sus bienes, y se proyecta ayudando a los necesitados. En la parroquia se enseña la doctrina cristiana y se transmite la fe. Es una comunidad en conversión continua, en comunión y en misión; es comunidad de comunidades y propicia la unidad de todos los carismas que se encuentran en ella y que por ella quedan insertados en la Iglesia universal. La parroquia tiene presente y futuro y está llamada a ser fermento evangelizador y a desempeñar un importante papel de cohesión e integración social como una familia, como una casa abierta a todo el mundo, como una fuente en medio de la plaza que ayuda a todos a calmar la sed de paz, de amor y de infinito.

Celebramos la fiesta del Bautismo del Señor, que cierra el ciclo de Navidad. El relato de san Lucas, que hemos escuchado en la lectura del Evangelio, nos presenta a Jesús que llega para recibir el bautismo de conversión que administraba Juan el Bautista junto al río Jordán. El pueblo estaba expectante y todos pensaban que Juan seguramente sería el Mesías. Pero él tiene clara su misión de precursor: preparar el camino, señalar al Mesías cuando llegue, y después, desaparecer con toda humildad y discreción. Nos podemos preguntar si necesitaba Jesús recibir de Juan un bautismo de penitencia y conversión. Ciertamente no. Sin embargo, quiere recibir el bautismo de Juan, y se coloca entre los pecadores para realizar este gesto de penitencia, y a través de este gesto se hace solidario con los pecadores, aunque él no necesita purificación alguna.

Y durante el bautismo se produce una teofanía, una manifestación de Dios: “se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él” (Lc 3, 21-22). Jesús es ungido por el Espíritu Santo y proclamado Hijo de Dios por la voz del Padre desde el cielo. A partir de ahí es acreditado como el Mesías esperado y comienza su vida pública. Se trata de una verdadera manifestación de la Santísima Trinidad, que da testimonio de la divinidad de Jesús, de que él es el Mesías prometido, el Salvador.

La expresión “abrirse el cielo” es una imagen simbólica, una forma de decir que Dios entra en comunicación con el hombre, que se unen el cielo y la tierra; es un signo de intercomunicación con Dios que se realiza en Cristo, porque en su persona se establece la comunicación definitiva entre Dios y el ser humano. El Bautismo del Señor significa que el Hijo eterno de Dios asume la realidad de nuestra carne para manifestársenos, y nosotros estamos llamados a dejarnos transformar internamente en su imagen.

Esta fiesta es una buena ocasión para reflexionar sobre nuestra realidad de bautizados y recordar nuestro compromiso bautismal con todas sus consecuencias. La vida cristiana comienza en el sacramento del Bautismo del Espíritu Santo. Por el Bautismo renacemos como hijos de Dios, partícipes en la relación filial que Jesús tiene con el Padre, capacitados para dirigirnos a Dios con plena confianza de hijos. También sobre todo bautizado el cielo está abierto y para Dios somos sus hijos. Por el Bautismo también somos incorporados al Pueblo de Dios, a la Iglesia y hechos partícipes de la misión del Señor.

¿Qué significa vivir como bautizados? El cristiano recibe en el Bautismo una vocación a la santidad y a la misión, una llamada a vivir plenamente su condición de hijo de Dios y a ser testigo de Jesucristo en el mundo. Es gracia de Dios, don suyo, vida nueva que nos ofrece continuamente para poder llegar a alcanzar este ideal de perfección. La respuesta por nuestra parte debe ser de confianza, deseo, colaboración, correspondencia generosa. Lejos de nosotros instalarnos en la mediocridad o en la rutina, porque el Señor nos llama a la santidad, a la perfección; aunque somos pobres y pequeños, el Señor nos llama a cosas grandes, tengamos confianza. Por otra parte, la misión evangelizadora debe propiciar una profunda renovación, una auténtica transformación de cada persona y de toda la humanidad. Por el Bautismo somos llamados a construir el Reino de Dios en la tierra, un Reino de justicia y de paz, de verdad y de amor.

Vivir como bautizados significa manifestar y testimoniar nuestra fe, la alegría de ser cristianos y pertenecer a la Iglesia. Es la alegría de reconocernos hijos de Dios, de descubrirnos confiados en sus manos, de sentirnos acogidos en un abrazo de amor. Aunque sea difícil, aunque nos toque vivir contra corriente. Ojalá nuestro testimonio llegue a vencer las dificultades y prejuicios, y transmitiendo la alegría y la belleza de la vida cristiana, ayude a los demás a encontrarse con Dios.

En los inicios de un nuevo Año Jubilar, pedimos a Nuestra Señora de los Desamparados que interceda por nosotros, para que nos mantengamos siempre fieles a nuestra fe bautismal. Que nos ayude a vivir siempre confiando en Dios, con la fuerza del Espíritu Santo, bien unidos a Jesucristo. Hagamos también memoria agradecida de todos los hermanos que nos han precedido y que descansan en la presencia de Dios. Que el Señor nos ayude a mantener nuestras raíces cristianas, nuestras tradiciones, el legado que hemos recibido, y ponerlo al servicio de nuestra parroquia, de nuestro barrio, de nuestra ciudad, de nuestra diócesis y del mundo entero, llevando a cabo la misión de transmitir la fe en Jesucristo.

María, tal como hizo en Caná de Galilea, a lo largo de la historia presenta al Hijo las necesidades de los otros hijos y orienta a estos hijos nuevos al encuentro con Cristo y al seguimiento fiel. Así lo vivimos, acudiendo a ella en la oración y confiando en su mediación y amparo. Hoy nos encomendamos a su intercesión para que el Señor nos conceda la gracia de ser una comunidad viva y evangelizadora, de profunda espiritualidad y de una eficaz acción caritativa y social, que cuida también su formación, para poder dar razón de la fe y la esperanza. Damos gracias a Dios por todas las gracias recibidas en estos 50 años, por todos los frutos de amor compartido, por el futuro que se abre caminando siempre como peregrinos de la esperanza, en la compañía de los hermanos, de la mano de Cristo el Señor y de Nuestra Señora de los Desamparados. Así sea.

Monseñor José Ángel Saiz Meneses

Arzobispo de Sevilla

Homilía en la Eucaristía del día del Bautismo del Señor

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Homilía del arzobispo Mons. José María Gil Tamayo en la Eucaristía del día del Bautismo del Señor, el 12 de enero de 2025, celebrada en la S.A.I Catedral.

Muchas gracias Don Juan Manuel, párroco de Órgiva, la comunidad en la que ha estado viviendo este proceso Andrea,

Queridos hermanos concelebrantes,

Queridos seminaristas,

Queridos hermanos y hermanas, también los que habéis venido de Órgiva.

También al coro, os doy las gracias por acompañarnos y ayudarnos a vivir esta liturgia.

Estamos celebrando el bautismo del Señor, con el que concluyen las fiestas de la Navidad del Señor. Jesús, que veíamos en la Epifanía, se manifiesta a todos los pueblos a través de una estrella, con esa atracción de los Magos que vienen a adorarle.

Hoy vemos ya el inicio de su vida pública que los evangelistas nos ponen, precisamente, en el momento del bautismo del Señor. Entre medio hay un tiempo de ocultamiento del Señor, el tiempo de Nazaret. El tiempo en que el Señor, pues, en ese silencio operativo del trabajo sencillo y de la vida oculta, asumió también nuestra condición humana en el trabajo, en la obediencia, en la sencillez, en la humildad.

Esa lección tan larga de Cristo, la que le ocupa más tiempo y es el tiempo que nos invita a nosotros también, los cristianos, porque su vida es ejemplo para nosotros de que nuestra vida está hecha de las cosas ordinarias de cada día. De que no tenemos que esperar cosas extraordinarias, espectaculares, a las que tan acostumbrados nos tiene nuestro mundo, que vivimos de espectáculo, que vivimos de cosas llamativas.

El Señor nos enseña el valor de la vida ordinaria, del trabajo, de la vida de familia. Nos enseña el valor de esos días, todos iguales, pero que no son iguales a los ojos de Dios. Porque en ellos tenemos que desplegar nuestras virtudes cristianas. Pero volviendo al bautismo del Señor, tenemos una epifanía, que se llama así teológicamente. Una manifestación de Dios en su Trinidad.

El Padre que nos habla del Hijo, el Hijo que acude a ser bautizado, poniéndose en la cola de los pecadores. Él, en quien no hay pecado, para mostrarnos el espíritu de conversión y cómo quiere ser presentado ante el pueblo de Israel. Como ese Mesías soñado, ciertamente, por el profeta, en la primera lectura. De aquel sobre el que viene el Espíritu y que viene a salvar a su pueblo. Aquel que es el siervo sencillo y humilde, pero que es al mismo tiempo el Mesías Salvador, el Mesías liberador, liberador del pecado.

Porque eso es, en definitiva, lo que significa el Mesías, y lleva ese nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados. Y Él se acerca y se pone en la cola, de tal manera que el Bautista queda extrañado. Soy yo quien tiene que ser bautizado por ti. Pero Jesús le pide que se cumpla lo que está escrito.

Y vemos que aparece esa manifestación de Dios Padre que nos muestra que su Hijo amado, el que ha enviado… Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su propio Hijo. Y este es el gran amor y la misericordia de Dios. Que es cercanía, que es ternura, que es misericordia, en su Hijo Jesucristo. Él carga con nuestros pecados. Él se hace el siervo de Yahvé que llevará la cruz y tomará nuestros pecados sobre sí para expiar por todos nosotros. Ese sacrificio redentor de Cristo que ya se nos muestra desde el momento, ciertamente, del bautismo, de una manera clara.

Y Él viene a bautizarnos con un bautismo mucho más importante. El bautismo que tú vas a recibir, Andrea, ahora, que es el bautismo salvador de Cristo. El bautismo en el nombre de la Trinidad del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. El bautismo del que habla Jesús, que es bautizado. El Espíritu Santo y fuego.

Ese fuego del amor de Dios, de su misericordia. Ese Espíritu que nos transforma y que tú también vas a recibir de manera especial al recibir el Sacramento de la Confirmación. Ese Espíritu que hace de nosotros hijos e hijas de Dios. No hemos recibido un espíritu de esclavitud, nos dice la Sagrada Escritura, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos que nos hace exclamar ¡Abba, Padre!

Luego, queridos hermanos, querida Andrea, esta es nuestra condición de bautizados, de la que este domingo del bautismo del Señor nos invita a tomar conciencia. Somos hijos de Dios. Y como nos dice San Juan en su primera Carta, cuando nos habla y nos dice: “Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios”, dice el evangelista Juan. Y lo somos.

No es un título simplemente. Y aún, dice él, no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que cuando se manifieste seremos semejantes a Él, porque le veremos tal cual es. Ese es el viejo sueño del hombre de querer ser como Dios, de ver a Dios. Pero se cumple por Jesucristo, que se ha convertido en nosotros en el camino por el que transitar, siguiendo sus huellas, siguiendo sus mandatos.

La verdad que da razón a nuestras aspiraciones, a nuestras preguntas, a nuestro deseo de saber que forma parte inseparable de la vida del hombre, hasta el punto de definir al propio hombre como una pregunta en la historia.

Y la vida, esa Vida con mayúsculas que nos hace trascender nuestra propia muerte. Esa vida que hace que tengamos esa esperanza para siempre, que no queda defraudada porque el Hijo de Dios, el primogénito de entre los muertos. Como nos dice la Escritura, ha abierto para nosotros la esperanza de la vida eterna.

Nuestra condición de bautizados es ser otros Cristos. Y es en Él en el que vas a ser bautizada. Vas a ser hecha hija de Dios, vas a ser transformada en Cristo. Y esa es nuestra condición de cristianos, otros Cristos, revestidos de Cristo, injertados en Cristo. De tal manera que, como San Pablo, nosotros podamos decir: “Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí”.

Cada cristiano es otro Cristo. Y por eso tiene mayor sentido desde el punto de vista cristiano y queda elevado aún más la solidaridad entre los hombres, porque queda elevada a la caridad cristiana, que no es dar ropa usada, lo que nos sobra, o solo beneficencia. Que es el amor de Dios con el que amamos a los demás. Les miramos, hermanos nuestros, y esto es más necesario en un mundo como el de hoy, donde vemos tanta fractura, tanta división.

El amor cristiano espera en el otro, otro Cristo. Cualquier cosa que hagáis con uno de estos mis humildes hermanos, nos dice Jesús, lo hacéis conmigo. Luego esta es nuestra vida. Ser cristiano, fundamentalmente, es corresponder a ese amor de Dios. Porque somos hijos de Dios, porque Él nos ha hecho hijos en el Hijo. Él nos ha hecho de esta condición divina y por eso lo hemos pedido en la oración colecta, en la primera oración de la misa, en la que es esta oración, para este día en todas las iglesias del mundo. Quedar transformados, interiormente, a imagen de Aquel que ha compartido nuestra naturaleza, nuestra condición.

Luego, querida Andrea, se trata de que te parezcas a Jesús. Y podrás decir, eso qué difícil es. Cumplir sus mandatos, vivir en amor a Dios y a los demás. Eso que nos cuesta a todos, vivir las bienaventuranzas. Pero el Señor te va a dar su ayuda. Y eso son los sacramentos. Esa participación en la vida divina, en la vida de la gracia.

Porque no se debe solo a nuestras fuerzas, sino es el Señor quien nos ayuda. Nos levanta cuando caemos, nos da fuerza para ser mejores, nos hace amar a los demás con el amor de Cristo. Nos hace, pues, hacer cosas imposibles humanamente de bondad, que por nuestra sola fuerza no podríamos. Y nos hace, en definitiva, caminar hacia una plenitud que ya se inicia en ti hoy, con la recepción del Bautismo. Formando parte de la comunidad cristiana de la Iglesia, de esta Iglesia nuestra que confesamos, como tú lo harás dentro de un momento: una santa, católica y apostólica. Renunciando a la vida interior, la vida de pecado. Y esa es una tarea de toda la existencia renunciar al mal y tratar de vivir como Jesús nos pide. Pues hoy, en la fiesta del bautismo del Señor, al asistir y participar en tu bautismo, le pedimos al Señor que nosotros también tomemos conciencia de nuestra condición de bautizados, llamados a vivir como Jesús en su Iglesia.

A vivir la santidad como hijos hijas de Dios. Que la Virgen, Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, nos haga vivir como Jesús nos pide. Ella, que nos ha acogido como hijos, nos ayude a parecernos al Hijo de Dios y su Hijo por antonomasia, que es Jesucristo. Dios hecho hombre en sus purísimas entrañas y manifestado hoy con esa presencia de la Trinidad. Como aquel que pasó haciendo el bien, como hemos escuchado en la predicación de Pedro, en la segunda lectura, pasó haciendo el bien y curando en los oprimidos por el mal.

Que así sea.

San Miguel Arcángel se convierte en Templo Jubilar

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Palenciana vivió una jornada histórica con la apertura de la Puerta Santa y este nombramiento de su parroquia

El pasado sábado, 11 de enero, Palenciana vivió un acontecimiento histórico, el nombramiento de la parroquia de San Miguel Arcángel como Templo Jubilar por los 250 años de su construcción y por la inminente Coronación Canónica Pontificia de la Santísima Virgen del Carmen, Patrona y Alcaldesa Perpetua de la localidad.

El Vicario General de la Diócesis, Jesús Daniel Alonso, presidió la Eucaristía en la que tuvo lugar la retirada de corona a la Virgen del Carmen y al Niño Jesús del Santo Escapulario, acto simbólico con el que el pueblo de Palenciana se prepara para este gran acontecimiento que marcará  la vida de todos los fieles.









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“San Juan Bautista de la Concepción es el santo de la vida y el pueblo cotidiano”

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“San Juan Bautista de la Concepción es el santo de la vida y el pueblo cotidiano”

La familia trinitaria de Córdoba celebra, a partir del 1 de febrero, un jubileo por el 50 aniversario de la canonización del reformador san Juan Bautista de la Concepción. El obispado de Córdoba ha confirmado a la comunidad y parroquia trinitaria de Córdoba la aprobación de este tiempo especial que se prolongará hasta el 15 de junio

La sede jubilar será la parroquia trinitaria de Córdoba, ubicada en la iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San Eulogio, donde se custodian las reliquias del santo. El padre Sergio García, superior de la comunidad trinitaria y capellán de la cárcel junto a Manuel García, párroco de Santa María de Gracia y San Eulogio, están muy implicado en la organización de las actividades jubilares, insertas en el Jubileo de la Esperanza. Propagar el carisma trinitario e impulsar la obra de su reformador son dos acciones preferente en este tiempo de gracia.

-Celebran un jubileo que marca medio siglo desde que el Papa Pablo VI proclamara santo al Reformador, un momento de gracia para la Orden y para vuestra provincia trinitaria. ¿Cómo se está viviendo, cómo se vive y se difunde el eco de aquel día?

Sergio García.-Con mucho gozo, con mucha esperanza, porque fue un momento de gracia muy grande para la Orden. Es un gran Santo y Córdoba es un lugar de referencia para todos los trinitarios del mundo porque es donde se encuentran sus reliquias, es donde él murió y desde aquí se promovió su beatificación y después su canonización. Aquel fue un momento de gracia  más de una década antes, en todo ese movimiento que supuso el Concilio Vaticano II, en cuanto a reforma de la iglesia. También, la canonización fue un momento de gracia donde las reliquias que están aquí en Córdoba viajaron por varios lugares de España significativos para su reforma y se promovió, entre otras cosas, la publicación de sus obras: es un gran místico reconocido por la iglesia durante el siglo de oro, al mismo de Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz. Décadas después, se publicó la edición crítica de sus obras en la BAC, en la Biblioteca de Autores Cristianos y se reconoce como un gran santo para la Iglesia.

-Hemos llegado a este momento de gracia y se ha creado una comisión a raíz de esta concesión que ya ha sido presentada al obispo de Córdoba. ¿Existe ya alguna programación de actividades?

Manuel García.- Sí, desde hace ya dos años lo estamos trabajando junto con el obispo y  cuando se nos concedió este tiempo jubilar, desde el 1 de febrero hasta el 15 de junio, solemnidad de la Santísima Trinidad, cinco o seis personas, entre ellas dos hermanos de la comunidad, estamos confeccionando el calendario de estos cuatro meses. Entre ellos tenemos actos religiosos, que son los más importantes, caritativos y también lúdicos para que la imagen del santo sea divulgada no solamente entre los feligreses de Santa María de Gracia y San Eulogio y la diócesis de Córdoba, sino también en el mundo entero.

Hay que recordar que San Juan Bautista es nuestro padre fundador de la rama descalza y es místico, místico reformador y un hombre con una fortaleza increíble que lucho mucho por la reforma, por eso sufrió penurias, divisiones, discusiones, muchas palizas y gracias a toda esa lucha él pudo ver con sus ojos que, al final, la obra era de Dios. Toda esa obra no solamente es para la gloria de la santísima Trinidad, sino también por los pobres y los cautivos.

-La canonización supuso, sin duda, un impulso para la difusión de la figura, la obra y el mensaje de San Juan Bautista de la Concepción, como se articuló desde la Orden, la propagación de su obra reformadora

Sergio García.- Lo hizo en distintas dimensiones, en el encuentro con Dios, en la oración, en  la formación para que se divulgue su obra a través de sus escritos místicos. Los especialistas dicen que es un poco del estilo de Santa Teresa de Jesús, porque utiliza muchos ejemplos cotidianos e iba narrando cómo Dios lo va llamando y va fundando los conventos, las dificultades que encuentra. Hubo muchísimas vocaciones y de ahí salieron también varios santos como San Miguel de los Santos del que también celebramos el cuarto centenario de su muerte en este año. Fue una ola de santidad y para la orden una bendición por todo lo que ha supuesto también para los más necesitados. Hay que decir también que ha sido un santo muy desconocido en la Iglesia y en muchos sectores de nuestra orden. Él tiene más escritos que San Juan de la Cruz y que Santa Teresa de Jesús y desde la canonización se han explotado mucho las ediciones nuevas de los escritos de nuestro padre. En la actualidad, todos los años hacemos una jornada de estudio de San Juan Bautista sobre temas diversos: sobre los pobres, la caridad, las llagas de amor, etc. Es un santo que siempre que “toca todos los palos”. Habla sobre cosas del campo, con fabulas, con cuentos; es un santo muy de la vida y del pueblo cotidiano. Incluso él habla comparando las cosas divinas con las cosas más humanas y hace referencia a los  juegos de cuando él era niño, a los toros de su pueblo cuando él los corría. Hay un dato poco conocido y es que San Juan Bautista de la Concepción, de ahí que la Orden Trinitaria fuera también la impulsora para la beatificación de San Juan de Ávila, por ser el tío del santo.

-¿Qué mensaje tiene aquella reforma en la iglesia de hoy?

Sergio García.-  Pues que es necesario seguir reformándonos. La orden tiene 825 años y la reforma fue hace 400 años. En esos momentos, donde toda la iglesia se estaba reformando, él convive con San Juan de Ávila, que como hemos dicho son paisanos y familia, los dos nacen en  Almodóvar del Campo.

Su referencia en una de sus citas figura “mi Trinidad, que es Dios, el pobre y yo”, entonces para llegar a Dios también tiene que ser a través de los pobres, a través de los cautivos, a través de la redención de los cautivos, de estas personas con las que trabajamos en la pastoral penitenciaria, en el comedor de Trinitarios, en la Fundación Prolibertas, con todas estas personas sin techo que tenemos en el Centro de Día. A Dios se llega a través del pobre.

-¿Cómo animaríamos a participar al pueblo de Córdoba en esta celebración jubilar?

Manuel García.- Cuando uno cruza una puerta santa tu vida cambia, se borra todo pecado y los sueños del Señor comienzan a florecer en la vida del que cruza esa puerta santa. Y si yo lo llevo a mi vida, puedo ver que en estos tres años que estoy aquí en Córdoba, esa puerta de los trinitarios, que no es santa hasta el día 1, pero es como si ya lo fuera, ha cambiado la vida de muchas personas. He visto mucho sentimiento, muchas historias, he visto mucho sufrimiento en vidas. Y cuando han entrado y se han encontrado con el Señor, he descubierto que por la intercesión de San Juan Bautista, sus vidas han sido distintas, diferentes. Si eso ha sido capaz de hacerse en un día normal y corriente, en este tiempo jubilar, qué es lo que puede hacer Dios con todas nuestras almas.

Es decir, los pobres no tienen ningún lugar, pero la casa de la Santísima Trinidad tiene un lugar para esta gente. Y eso es la casa de San Juan Bautista, porque luchó por eso mismo cuando él vino aquí. Nadie quería más fundaciones en Córdoba, porque había muchas órdenes religiosas y temían que se repartiera la comida. Entonces, nuestro santo decidió construir en la muralla, que era la periferia de la ciudad, allí donde no había absolutamente nada, tan solo una capilla con una Virgen, que es la Virgen de Gracia, por eso se llama la iglesia Virgen de Gracia, aunque  en nuestras reglas siempre se dice que todas las iglesias se llaman con el nombre de la Santísima Trinidad, pero aquí se respetó esa circunstancia. No había medios para levantar nada porque no había agua. Y hay una historia real y es que el santo pidió agua y debajo de la Virgen nació un pozo. Y de ese pozo se hizo el convento, la iglesia entera, y hasta el año 1970 ese pozo ha estado visible dentro de la iglesia, donde la gente cordobesa visitaba, un pozo que recogía aguas santas. Si buscamos en los anales de Córdoba, puede descubrirse el Pozo de Gracia de San Juan Bautista.

 








 

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El Seminario Diocesano retoma la Misa de los lunes en Siete Palmas

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El Seminario Diocesano informa que, a partir de este, lunes 13 de enero, se retoman las Misas en la Parroquia Jesús de Nazaret, en Siete Palmas, Las Palmas de Gran Canaria. Las celebraciones se llevarán a cabo todos los lunes a las 20.30 horas. El Seminario invita a todos los diocesanos a participar en la celebracion de cada lunes.

Dos obispos uruguayos visitan la diócesis de Canarias

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Del 10 al 14 de enero, la diócesis de Canarias recibe la visita de dos obispos uruguayos que estarán en Gran Canaria y Lanzarote, Mons. Arturo Fajardo, obispo de la diócesis de Salto, y Mons. Heriberto Bodeant, obispo de la diócesis de Canelones.

Todos los diocesanos están invitados a la celebración de la Misa en honor al beato uruguayo-canario, Mons. Jacinto Vera, que será oficiada por ambos obispos, este lunes 13 de enero a las 19.00 horas en la parroquia San José Obrero, en El Cruce de Arinaga.

Participarán la cónsul general del Consulado de Uruguay en Canarias y la oficial de Cancillería, además de autoridades del ayuntamiento de la Villa de Agüimes e integrantes de la asociación de Uruguayos de Gran Canaria y miembros de la comunidad parroquial.

Espacio de reflexión sobre el Jubileo 2025 en Lanzarote

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Bajo el título ‘La esperanza no defrauda’, se ofrece un espacio de reflexión para vivir el Jubileo 2025, para el arciprestazgo de Lanzarote – La Graciosa, en la parroquia San Ginés, Arrecife, Lanzarote, el lunes 13 de enero, a las 18.00 horas, a cargo del sacerdote y doctor en Teología Jesús Sastre. A continuación, rezo del santo Rosario y Eucaristía.
El jueves 16 la reflexión se ofrecerá en la parroquia Santa Elena, Playa Honda.

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