En un ambiente de fe, reflexión y fraternidad, el Movimiento Vida Ascendente celebró en la mañana del 30 de mayo el final de curso en la Iglesia Conventual de Santo Domingo, en Cádiz. Ante la imagen de la Patrona de la ciudad, Nuestra Señora del Rosario, los asistentes participaron como verdaderos peregrinos de la Esperanza en un acto cargado de simbolismo, que les permitió ganar el Jubileo y las indulgencias que este año jubilar ofrece.
Presidiendo el altar, una pancarta alusiva al Jubileo —aportada por el grupo San Francisco Javier— recordaba el sentido espiritual de la jornada. Desde las diez de la mañana, el padre Pascual Saturio, prior de los Dominicos, y el padre Valentín Vivar, consiliario del Movimiento, ofrecieron el sacramento de la Penitencia a quienes deseaban cumplir con los requisitos para obtener el Jubileo.
El padre Pascual, con su característico entusiasmo, ofreció a los presentes una detallada explicación histórica del convento dominico, desde su fundación hasta la actualidad, culminando con una presentación del retablo mayor y sus elementos artísticos y devocionales.
Los actos se iniciaron con una oración a la Virgen del Rosario, a quien se agradeció la acogida en su templo y se pidió protección para todos los miembros del Movimiento.
Durante el encuentro, la presidenta del Movimiento, Mª Luisa, dirigió unas palabras de agradecimiento a todos los asistentes, con especial mención a quienes se desplazaron desde distintos puntos de la provincia. Lamentó la ausencia de los grupos de Algeciras, que por razones logísticas no pudieron acudir. Además, anunció que, por motivos de salud, dejará su cargo al comienzo del próximo curso, y animó a los miembros a reflexionar durante el verano sobre su posible relevo.
Por su parte, la tesorera, Milagros, expuso con preocupación la situación económica del Movimiento, marcada por la disminución de aportaciones de los grupos, que constituyen su única fuente de ingresos. Así, solicitó colaboración para afrontar los gastos necesarios para el funcionamiento de la organización.
Posteriormente, los asistentes se dividieron en cuatro grupos de trabajo para compartir reflexiones en torno a dos preguntas: “¿Qué te ha aportado la llegada al grupo?” y “¿Cómo es la relación entre tu párroco y el grupo?”. En la puesta en común, todos coincidieron en el valor espiritual y humano que ha supuesto su integración en Vida Ascendente. Sobre la relación con los párrocos, la mayoría destacó una buena conexión, aunque algunos señalaron sentirse ignorados en sus parroquias.
Tras el trabajo en grupo, se celebró la Eucaristía, presidida por el padre Valentín Vivar y concelebrada por el padre Pascual Saturio, en un clima de recogimiento y celebración.
El encuentro culminó con un almuerzo fraterno, donde los miembros de los distintos grupos compartieron mesa, conversación y alegría, reforzando los lazos que unen a esta comunidad de personas mayores que siguen viviendo su fe con entusiasmo y compromiso.