En su sesión anterior, contó con la visita del arzobispo.
La Delegación de Pastoral de la salud celebra en la tarde del miércoles 29 una nueva sesión de su Curso de visitadores y ministros de la Eucaristía, que tendrá lugar en su sede de la Casa de la Iglesia (C/ Gracia, 48), a las 17 horas.
El título de la sesión formativa de hoy es “Acompañar al final de la vida. Gestionar la propia muerte” y estará a cargo de su delegado D. Diego Molina. “Intentamos iluminar la experiencia del fin de su vida de mayores que acompañamos y a tener recursos para gestionar nuestra vida hasta el final, descubriremos cómo la muerte enseña a vivir”, explica D. Diego.
La primera jornada formativa de este Curso este año fue el pasado 18 de enero. En aquella ocasión contó con la visita del arzobispo D. José María Gil Tamayo, que intercambió algunos saludos con los asistentes al Curso y a los que pudo conocer personalmente.
Según explica el delegado diocesano de Pastoral de la salud, la idea de este Curso de visitadores y ministros de la Eucaristía es “ofrecer un servicio a todas las personas, a todas las parroquias, a todas las comunidades religiosas que quieran ser visitadores o ministros de la comunión, para ofrecer una capacitación relacional, emocional y espiritual en la visita al enfermo”. Es decir, “que no sea solamente llevar la comunión, sino aprender a hablar con el enfermo, para transmitir esperanza y para, de verdad, ayudarle a integrar todas las cuestiones personales, como son procesos de culpa, la pena, la tristeza, para fundir esperanza y acompañar en los procesos finales de la vida”, subrayó.
El obispo de Córdoba presidió la santa misa en la capilla, junto a los seminaristas y formadores
El Seminario Conciliar San Pelagio celebró el martes, 28 de enero, la festividad de Santo Tomás de Aquino con una misa en la que el obispo de Córdoba destacó la figura de Santo Tomás como un pilar fundamental en las universidades actuales, ante la presencia de los seminaristas y formadores.
Santo Tomás de Aquino destacó por tres enseñanzas importantes: la ética, la argumentación y el debate, conocer bien los argumentos del contrario para establecer un diálogo constructivo; en segundo lugar, la teología en sentido literal como el discurso de Dios sobre sí mismo para ver la realidad desde una perspectiva trascedente; y en tercer lugar, la búsqueda de la sabiduría constante.
Los compositores seleccionados por el jurado interpretarán sus obras el 27 de Junio en la Catedral, de donde surgirá el ganador
Con fecha 29 de enero de 2025, se hace público el fallo del Jurado relativo a la Fase Preliminar del I Concurso Internacional de Composición de Música Sacra Obispo Osio.
Siguiendo el procedimiento en dos fases establecido por las bases del concurso, tras diversas deliberaciones del Jurado Preliminar, se ha concluido la primera fase con la selección de cuatro composiciones finalistas. Sus lemas son: INFINITO, LUMEN, FIAT8 y NULLA DIES SINE LINEA.
Tras la apertura de plica, se desvela la identidad de los cantidatos:
– NULLA DIES SINE LINEA corresponde a EDUARDO LORENZO PRIETO
– FIAT8 corresponde a ALEKSANDER JAN SZOPA
– INFINITO corresponde a ENEKO VADILLO PÉREZ
– LUMEN corresponde a MIGUEL GÓMEZ DÍAZ
Los cuatro candidatos pasan a la Fase Final, consistente en el estreno de sus composiciones en un concierto interpretado por la Orquesta de Córdoba y el Coro de la Catedral de Córdoba, que tendrá lugar el 27 de junio de 2025 en la Santa Iglesia Catedral de Córdoba. Al término del concierto, el Jurado Final se reunirá para decidir y hacer público el veredicto que determine los premios, que serán otorgados en el mismo acto del concierto.
Con los profesores de Religión y la Delegación Episcopal de Educación Católica y Enseñanza Religiosa.
Con el título “Santo Tomás de Aquino: Una síntesis dialogal que trasciende el tiempo y el espacio”, se ha celebrado en el Seminario Diocesano San Cecilio una conferencia, a cargo del director del Instituto de Teología Lumen Gentium, D. Francisco Manuel Fernández Adarve.
La conferencia se celebró en la tarde del 28 de enero, con motivo de la festividad de santo Tomás de Aquino. A dicha ponencia asistieron los profesores de Religión con su Delegación diocesana, acompañados por su delegado D. Ildefonso Fernández-Fígares.
“Fueron muchos los profesores de religión que se acercaron para escuchar sobre la sabiduría y el legado que nos ha dejado este santo en el octavo centenario de su nacimiento”, señaló la Delegación Episcopal de Educación Católica y Enseñanza Religiosa. Esta Delegación también ha anunciado que “se harán todos los años, en torno a esta festividad, una conferencia magna en colaboración con el Instituto Lumen Gentium”.
En el acto celebrado esta mañana en la Curia Metropolitana. El lema de este año es “Compartir es nuestra mayor riqueza”.
Granada, 29 de enero de 2025.- La Curia Metropolitana ha acogido esta mañana la presentación de la LXVI Campaña contra el hambre de Manos Unidas, dedicada a la ayuda en cooperación internacional en todo el mundo, en la que también contribuye la Delegación de Granada. Su Jornada Nacional tendrá lugar el 9 de febrero.
Al acto de presentación han asistido el arzobispo de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, la delegada de Manos Unidas Granada, Feli Núñez, y el consiliario de esta entidad D. Francisco Mingorance. El arzobispo recordó la larga trayectoria de compromiso de Manos Unidas contra el hambre por parte de miles de voluntarios en sus casi 70 años, que se inició con las mujeres de la Acción Católica en los años 60.
“El hambre sigue estando presente en el mundo con muchas caras. Manos Unidas no sólo da respuesta a necesidades materiales, sino que, sobre todo, contribuye al desarrollo de comunidades, la inmensa mayoría en manos de misioneros, en países del tercer mundo, donde la pobreza es mayor, donde la desigualdad y el descarte es más evidente; los movimientos migratorios, que estamos viendo, con esa riada de gente que busca mejores condiciones de vida. Mejores condiciones de vida, en todos los sentidos, también político, de libertad, de salvar la propia vida, de buscar”, señaló el arzobispo en la presentación.
“COMPARTIR ES NUESTRA MAYOR RIQUEZA”
El lema de este año es “Compartir es nuestra mayor riqueza”, que pone el foco en la llamada “Economía de Francisco”, una economía que ponga en el centro de su acción a las personas.
Asimismo, Manos Unidas aborda esta Campaña desde la prosperidad compartida, con la mirada puesta en una economía que toma como reflejo a san Francisco de Asís y el Evangelio llevado al ámbito económico y social.
“En un mundo convulso, en el que las guerras, la violencia, la codicia humana o el maltrato al planeta han amplificado la brecha de la desigualdad, hasta el punto de que el 1% de la población más rica del mundo acumula el 95% de la riqueza mundial, y el hambre crónica afecta a 733 millones de personas, mientras cada día se desperdician toneladas y toneladas de alimentos”, señaló la delegada de Manos Unidas Granada, Feli Núñez. “Este año, por ello, vamos a reflexionar sobre la prosperidad compartida, para cumplir con nuestro propósito de que nadie se quede atrás, ni al margen. Por ello, nos proponemos un reto, liberar a la humanidad de la pobreza, del hambre y de la desigualdad”, subrayó.
FONDOS
En la presentación, se ha informado de los fondos obtenidos durante 2024 y en qué recursos o proyectos se ha destinado. Estos ingresos en Granada el pasado año alcanzaron los 694.686 euros, obtenidos gracias a las aportaciones voluntarias de socios (409.826 euros), parroquias (178.112 euros), colegios (43.112 euros), así como procedentes de herencias y legados, entidades religiosas, eventos, como conciertos y mercadillos, personas anónimas que han entregado sus aportaciones, empresas y fundaciones. A todos ellos, tanto el arzobispo como Manos Unidas Granada han expresado su agradecimiento y animado a seguir implicados en el compromiso de ayuda a las personas en los cinco continentes a través de su Delegación Diocesana.
Con estos fondos obtenidos el año pasado, Manos Unidas Granada financió 9 proyectos por un importe total de 492.902 euros, en sectores de educación, salud, derechos de las mujeres, agua y saneamiento. Los países donde se han destinado dichos fondos en 2024 son Sudán del Sur, Mozambique, Nicaragua, Cuba, Kenia y Camerún.
PROYECTOS 2025
También serán 9 proyectos que asumirá Manos Unidas Granada con los fondos que aporten los granadinos en esta Campaña, así como la de voluntarios, en actividades, herencias y legados, etc.
Estos proyectos se establecen en una financiación necesaria de 557.517 euros, que se dedicarán a alimentación, educación, salud, derechos de las mujeres, agua, saneamiento y medio ambiente. Sus países de destino en la Campaña de este año son Etiopía, Tanzania, Ecuador, India, Madagascar, Haití y Paraguay.
El Consiliario de Manos Unidas Granada, D. Francisco Mingorance, ha hecho un llamamiento para que los jóvenes se unan a esta “hermosa tarea” de la ayuda en cooperación internacional y de desarrollo del progreso humano desde Granada, que “es una parte esencial de la misión del Evangelio”.
Para promover su Jornada nacional, que tendrá lugar el 9 de febrero, Manos Unidas está elaborando una serie de actividades que llevará a cabo en los días previos. Entre ellos, el día 7 de febrero a las 20 horas, en el santuario del Perpetuo Socorro se celebrará la misa por las víctimas del hambre. Y el domingo día 9, a las 12:30 horas, tendrá lugar la Eucaristía en la S.A.I Catedral presidida por el arzobispo en el mismo día en que se celebra la Jornada Nacional de Manos Unidas.
La diócesis de Córdoba trabajará para que en el presente año se extienda su culto en la Iglesia Universal
Amigo del emperador Constantino, perseguido y torturado por no renegar de su fe, protagonista del Concilio de Nicea, defensor de la verdad frente a la herejía de Arrio y autor de una buena parte del Credo que profesamos cada domingo en Misa, Osio de Córdoba ya va camino de los altares.
El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ha informado en rueda de prensa que el Papa Francisco, en audiencia concedida el lunes, 27 de enero de 2025, al Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, ha tenido a bien firmar un Promemoria presentado por el Cardenal Prefecto para impulsar la Causa de Osio de Córdoba.
Con esta firma del Papa, la petición que monseñor Demetrio Fernández, actual obispo de Córdoba, ha elevado al Santo Padre, viene respondida positivamente. De manera inmediata, reunidos todos los documentos necesarios y recabados el parecer del Dicasterio correspondiente, se procederá a la glorificación de Osio de Córdoba, ampliando el culto que ya recibe en Oriente a toda la Iglesia universal. El hecho tiene lugar en el contexto del 1.700 aniversario del gran Concilio Ecuménico de Nicea (325), que fue presidido por Osio obispo de Córdoba. El actual Patriarca de Constantinopla, Su Santidad Bartolomé I, ha apoyado firmemente esta Causa.
Mons. Demetrio Fernández ha anunciado que esto es una gran noticia para la Iglesia que llega cuando el Papa Francisco viajará a Nicea junto a Bartolomé I, Patriarca de Constantinopla, quien ha apoyado firmemente esta causa. Como impulsor de la Causa, el prelado ha subrayado la importancia que tiene este reconocimiento para una figura esencial en la historia de la Iglesia, “un personaje que une a la Iglesia de Oriente y Occidente” y ha anunciado que será una gran celebración en la ciudad. Y ha añadido que “la diócesis de Córdoba trabajará para que este año se extienda su culto en la Iglesia Universal”.
Asimismo, el postulador de la Causa designado por el Obispo de Córdoba, Fray Alfonso Ramírez Peralbo, ha hecho un recorrido por la vida de Osio, desde el momento en que se solicitó la apertura de la Causa hasta hoy, destacando que cuando Osio sea canonizado “se anularán todas los documentos contrarios a que llegara a ser santo”.
Por su parte, el Vicario General de la diócesis de Córdoba, Jesús Daniel Alonso, ha destacado la importancia que tiene el impulso de esta Causa que estaba “ensombrecida” para que se reconozca la figura de Osio en todo el mundo. Además, ha asegurado que este hecho “surge para poner a Córdoba en el centro de la celebración y para darle un impulso económico a su vez”.
Datos relevantes en la vida de Osio
Ya en 1925 una peregrinación de la diócesis de Córdoba con su obispo al frente, D. Adolfo Pérez Muñoz, y 2.000 participantes se presentó en Roma para conmemorar el 1.600 aniversario de Nicea. El Papa Pio XI les dedicó un precioso discurso elogiando la figura de Osio de Córdoba: “Osio es gloria no sólo de Córdoba, sino de España y de toda Iglesia. Osio es una estrella que tiene grandeza de primer orden”. Al término de dicha peregrinación se inauguró el monumento al obispo Osio en la plaza de Capuchinas de la ciudad de Córdoba, con la presencia del Nuncio F. Tedeschini.
En 1957, con ocasión del 1.600 aniversario de la muerte de Osio, Fray Albino González promovió las celebraciones de Osio. También peregrinaron a Roma y el Papa Pío XII les dedicó otro bello y amplio discurso, elogiando la figura de Osio de Córdoba. Fruto de este centenario fue la presentación en Córdoba de la obra del padre Víctor D. De Clerq, Ossius of Cordova, (Washington 1954).
Osio de Córdoba fue considerado confesor de la fe, a punto de ser martirizado en la persecución de Diocleciano (304), él fue catequista del emperador Constantino y lo llevó al bautismo, él influyó decisivamente en la redacción del Edicto de Milán (313), primer documento de libertad religiosa, él presidió el concilio de Nicea (325). Amigo de san Atanasio (296-373), lucharon juntos contra el arrianismo. Éste lo considera santo después de su muerte.
Para recuperar su figura, se celebró en Córdoba el Congreso “El siglo de Osio de Córdoba” del 28 al 31 de octubre de 2013, en el 1.700 aniversario del Edicto de Milán (313), cuyas Actas ha publicado la BAC: Antonio J. Reyes Guerrero (ed.), El siglo de Osio de Córdoba. Actas del Congreso Internacional, BAC Madrid 2015, 610 p. En este Congreso se han afrontado todas estas cuestiones, el liderazgo y la santidad de Osio.
Durante ese Congreso apareció la obra magna de recopilación de todos los textos referentes a Osio de Córdoba: Juan José Ayán et alii, Osio de Córdoba. Un siglo de la historia del cristianismo, BAC 712 Madrid 2013, 930 p.
La firma del Papa supone el impulso definitivo a lo que la diócesis de Córdoba viene postulando hace siglos. “Agradecemos al Papa Francisco este reconocimiento y apoyo, que culminará, Dios mediante, en los próximos meses, dentro de este Año jubilar 2025”, como ha explicado el obispo de Córdoba.
El pasado sábado 25 de enero, la Diócesis de Cádiz y Ceuta vivió una jornada llena de fe, esperanza y solidaridad con la celebración del Encuentro Diocesano Misionero de Niños y Niñas y el Festival de la Canción Misionera. El evento, organizado por el Secretariado Diocesano de Misiones, congregó a casi 300 niños y jóvenes provenientes de distintas parroquias de la diócesis para conmemorar la Jornada de Infancia Misionera, bajo el lema Comparto lo que tengo.
La jornada comenzó en la Parroquia de Santo Tomás de Villanueva, en Cantarranas, con una emotiva Misa de Envío presidida por el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza. La misa, marcada por un profundo respeto y devoción, estuvo acompañada por un coro de Benalup, que animó a todos los presentes a cantar y reflexionar sobre el espíritu misionero. Durante la ceremonia, los niños y niñas recibieron la bendición para iniciar su marcha hacia la Iglesia de Las Lomas, en un recorrido que fue un verdadero testimonio de fe y unidad.
El trayecto, lleno de paradas catequéticas, permitió a los participantes profundizar en temas relacionados con la misión, como las diferencias entre los misioneros locales y aquellos que trabajan en territorios más distantes. Además, los niños escribieron cartas a los misioneros gaditanos, que fueron depositadas en un buzón preparado en la Iglesia de Las Lomas, como símbolo de su apoyo y oración.
Una vez finalizada la marcha, los jóvenes fueron recibidos en la finca privada Las Lomas, donde el ambiente festivo y misionero los acogió. Tras un almuerzo, comenzó el esperado Festival de la Canción Misionera, una de las actividades más destacadas del encuentro. Este año el grupo Día del Niño de la Parroquia de San Isidro Labrador de Los Barrios se encargó de amenizar el evento con su música alegre y su energía contagiante. A través de diversas canciones, los participantes reforzaron el mensaje de solidaridad y compromiso misionero.
Pepe Sánchez, director del Secretariado Diocesano de Misiones, ha agradecido a todos los involucrados por su dedicación y esfuerzo. «Gracias a todos los catequistas, parroquias y centros que han hecho posible este evento, los niños han vivido una experiencia enriquecedora que fortalecerá su fe y su espíritu misionero», ha afirmado el director de Misiones, destacando el éxito del encuentro en la formación y el compromiso de los más jóvenes con la misión.
El Encuentro Diocesano Misionero de Niños y Niñas y el Festival de la Canción Misionera continúan siendo un referente en la formación y el acompañamiento espiritual de los niños de la diócesis, fomentando un espíritu de solidaridad y colaboración con los más necesitados, tanto a nivel local como global.
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Este artículo ha nacido del asombro que he sentido al estudiar, como postuladora de la causa de beatificación de la Sierva de Dios Madre Luisa Sosa, la correspondencia epistolar[1] que mantuvo con el Venerable Mons. D. José María García Lahiguera durante veinticuatro años, desde 1964 hasta 1988, un año antes de que él falleciera. ¿Cómo no dar a conocer este gran tesoro espiritual?
Estamos en este año jubilar, año de gracia, guiados por el lema “la esperanza no defrauda”. Es una gracia poder constatar, a través de sus escritos y corroborado a través de sus vidas, cómo estas dos almas santas estaban firmemente ancladas en la virtud teologal de la esperanza.
Por aquellos años, la Madre, junto con las Hermanas, trabajaban con cariño y entrega, atendiendo a las 45 ancianas acogidas, además del grupo de niñas, en la nueva casa que Mons. D. Pedro Cantero Cuadrado les había construido en Nerva. Vivían de la caridad, confiadas de la mano de la Providencia, esperándolo todo del Señor.
La Providencia quiso que D. José María, fundador de la Congregación de Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, y la M. Luisa, fundadora de la Obra de Jesús Nazareno de Nerva, se conocieran con ocasión de su nombramiento como obispo de Huelva el 7 de julio de 1964. La Madre Luisa, siempre tan detallista, felicitó al obispo en cuanto tomó posesión. El reciente obispo, sin conocer todavía personalmente a la Madre Luisa, le responde exultante a su felicitación: “¡Cuánto me ha hecho gozar su carta! estoy deseando visitar esa casa, tan del Señor, y conocerlas a ustedes personalmente. También me ha encantado su lema ‘a la fe por la caridad’. Magnífico”.[2]
1968, Visita de Mons. D. José María García Lahiguera (1968)
Mons. García Lahiguera, en su Visita ad límina el 25 de diciembre de 1967, le entregó al Papa un informe que en el que hace referencia a “la ‘Obra de Jesús Nazareno’, que tiene como objetivo cuidar a las mujeres mayores, privadas de los medios económicos necesarios para la vida, con un gran espíritu de caridad (‘magno caritatis spiritu’ –sic–), en una casa preparada para este propósito: recibir y cuidar”.
¿Cómo es posible que dicho informe, que está custodiado en los archivos secretos del Vaticano, haya llegado a nuestras manos? Providencialmente, gracias a las Hnas. Oblatas de Cristo Sacerdote de General Aranaz de Madrid, como agradecimiento a las cartas de D. José María que les enviamos.
D. José María le escribe[3]: “Me gozo sobremanera en todo cuanto me dice. Por esos detalles podrá comprobar lo que el Señor vela por esa extraordinaria obra de Jesús Nazareno. De ahí el que tengamos que esperarlo todo de él, que tan bueno es con todos nosotros sus hijos. Mi más grata enhorabuena y adelante”.
El 24 de mayo de 1969, García Lahiguera aprueba definitivamente los estatutos, con este texto tan esclarecedor: “Declaramos: que plenamente satisfecho por los frutos apostólicos y espirituales obtenidos por la Pía Unión obra de Jesús Nazareno de Nerva, en su actuación caritativa de alta ejemplaridad durante diez años de experiencia desde su erección, aprobamos definitivamente sus estatutos. Con esta aprobación esperamos afianzar en el presente y asegurar para el futuro los frutos abundantes con que el Señor ha bendecido la Pía Unión, a la que agradecemos su entrega generosa y su constante ejemplar servicio en favor de los necesitados”.
Fue providencial esta aprobación en aquel momento porque, pocos meses después, D. José María sale de Huelva, al ser nombrado arzobispo de Valencia el 1 de julio de 1969. Tan solo estuvo cinco años en Huelva.
1968, Visita de Mons. D. José María García Lahiguera (1968)
Sabiendo muy bien en quién puede depositar su confianza, la Madre le habla a corazón abierto, porque este obispo fue para ella un faro seguro de luz y comprensión. La Madre, que podía ver el interior de los corazones, siempre le consideró un santo.
En Valencia, el arzobispo sufrió una trombosis cerebral en 1975. Unos meses más tarde, la Madre fue a visitarle y aquél le recomendó que fuese a hablar con el nuevo obispo de Huelva, D. Rafael González Moralejo, para pedirle que las erigiera en congregación religiosa, como ella soñaba y según se lo dio a entender el Señor[4].
García Lahiguera fue testigo primordial de cuántos sufrimientos ocasionó a la Madre este asunto tan doloroso e importante para ella como era el llegar a ser una Institución religiosa, e íntimamente relacionado con ello, la falta de vocaciones religiosas.
No es objeto de este artículo analizarlo detalladamente, porque sería muy extenso. Sin embargo, es muy aleccionador descubrir en sus escritos cómo reaccionaba ella ante tantos y tamaños sucesos adversos que jalonaron su vida, poniendo siempre en Dios su esperanza.
D. José María la estuvo acompañando, a través de la correspondencia y la oración, como su paño de lágrimas, hasta casi el final de sus días, como veremos. Presentó su renuncia al cumplir los 75 años, y se retiró a Madrid y desde allí, le escribe: “Yo sigo encomendándolas al Señor. No se me olvida la soledad en que están y la hermosa obra que Dios ha puesto en sus manos; y confío que, por el camino de cruz que él les traza, le están dando mucha gloria y recibe muchísimo amor. Sean fieles” (24 marzo de 1981).
Hubo además otro tema delicado y doloroso durante los años 81 a 83, lo que la Madre llamó una “borrasca”, y que la empujaba a hablar personalmente con D. José María García Lahiguera. No quería dejar constancia de ello por carta, por no dejar mal a nadie. A pesar de la necesidad de visitar a D. José María, a la Madre le resultaba muy complicado ausentarse del Asilo para ir a visitar al arzobispo, debido al trabajo y la responsabilidad del día a día [5]:
“Si V.E. supiera cuántas veces en mis dudas y perplejidades aparece ante mí vuestra imagen como faro seguro de luz y comprensión! …/…Solo me mueve –puede creerme, Sr. Arzobispo, le hablo a corazón abierto– el veros y consultaros algunas cosas. Hace tiempo que tengo este deseo…/… Pero como yo puedo estar equivocada y en cambio obedeciendo no me equivocaré jamás, haré lo que V.E. me diga en la seguridad de que es esa la Voluntad de Dios. Así se lo he encomendado a la Santísima Virgen. Y me quedaré contentísima, sin la menor turbación, con lo que me digáis”.
D. José María le responde (21 de enero de 1982): “He pensado ante el Señor lo que me consulta, y me inclino a decirle que venga…/…Entre tanto, pido al Señor que se cumpla su voluntad y que, si se celebra la entrevista, sea para bien de su alma y de la obra”.
Unos meses más tarde (19 de marzo de 1982), la Madre le comunica que sigue esperando el momento que el Señor disponga para ir a verle. El Señor la prueba en la paciencia, y ella no desespera por no poder ver cumplido su deseo: acepta el designio del Señor y no pierde la esperanza.
El 19 de diciembre de 1982, la Madre persiste en el mismo deseo: “Con la ilusión que yo tenía de ir a veros! Con la falta que me hacen vuestros consejos, que son mandatos para mí! Pero, hasta ahora, el Señor no lo ha querido. Bendito sea, aunque no pierdo la esperanza.
Mas no crea que ha pasado del todo la borrasca, no. A veces pienso si decirle algo por escrito, pero no me fío del papel, porque puede traicionarme y yo no quisiera de ninguna forma que por mí, alguien quede mal.
Es duro, Sr. Arzobispo, el camino de la santidad y yo, por lo visto, no me he decidido ni siquiera a emprenderlo. Y me da pena porque es el caso que tengo ardientes deseos de ser buena, ansias dolorosas de unirme al Señor, pero luego las cosas no van bien del todo y entonces pienso que algo falla, que algo va mal. Y ese algo no puede ser nada ni nadie, sino solo yo”.
D. José María la anima con estas palabras llenas de sabiduría (19 febrero de 1983): “Ciertamente, Dios dispone todas las cosas para nuestro bien, y así, en Acción de Gracias, hemos de aceptar cuanto acontece…/…Sí, el camino de santidad es duro, pero nunca nos debemos desanimar, sino que, confiando en el infinito amor de Dios, ser fiel cada día, que esa constante de fidelidad nos va acercando a la meta de santidad por Dios esperada. Cada día, mejor dicho, cada momento, cumplir la voluntad de Dios muriendo a sí misma y dándose plenamente a la misión que él le ha confiado. Así va caminando, no lo dude, y poniendo cimiento a esa obra que él puso en su corazón y en sus manos.
La Madre le contesta el 19 de marzo de 1983 con estas letras: “Con sincero deseo esperaba la llegada de vuestro santo para felicitaros con todo cariño y veneración y para deciros la inmensa gratitud y alegría que sentí al recibir vuestra carta. Qué impresión me hizo, Sr.Arzobispo! Qué consuelo más hondo! Como lloré leyéndola y releyéndola! El Señor os lo premie! Qué grande es el Señor!
Dos años después, sigue sin poder ir a visitarle. El 29 diciembre de 1983 le explica que la borrasca ya ha desaparecido, pero le sigue preocupando el tema de la falta de vocaciones: “Es una incógnita para mí. El Señor quiso y quiere la obra, no cabe duda. ¿Por qué entonces nos deja tan solas? Me preocupa, pero sin perder en absoluto la paz. Quiero, por encima de todo, que el Señor me dé su gracia para poderme santificar”.
D. José María le contesta (11 enero de 1984): “Me alegro mucho de la paz que goza y al Señor le doy gracias. Es un don que ha de procurar conservar y que se mantiene por el cumplimiento fiel de la voluntad de Dios en cada momento. Nada querer, nada temer, solo Dios y Su voluntad ha de ser nuestro anhelo. Encomiendo el aumento de vocaciones y Dios quiera lleguen para estímulo de todas y un nuevo motivo de fidelidad en la entrega a la Obra”.
La M. Luisa desahoga su alma con D. José María. Ante todas las zozobras, ancla su corazón en el Corazón de su Jesús (19 de marzo de 1984): “En medio de estas como tinieblas que me envuelven –a veces pienso si será tibieza– sólo me queda un refugio seguro: el Corazón de mi Jesús. Con Él me desahogo y le digo sinceramente, con toda mi alma que, ya que no tengo virtudes, no hago penitencias, no tengo salud, se digne al menos aceptar mi pobre humanidad, mi pobre cuerpo, para seguir sufriendo en él. Que no me tenga compasión con tal de que no me falte Su Gracia para resistir todo lo que se digne mandarme. Este es mi único consuelo, mi oración más querida”.
D. José María le responde (27 marzo de 1984): “He leído su carta con todo interés y mucho la encomiendo. Esté tranquila. Dios lleva por el camino de soledad a las almas para que solo en él ponga su esperanza, su confianza, su amor…/…No busque nunca más apoyo que ese Corazón divino de nuestro Cristo Redentor que acoge a las almas y las regala con su cruz. Ponga solo la mirada en la voluntad de Dios; en agradarle siempre; en no negarle nada; en decir SÍ a cuanto él le pida, olvidándose de sí misma, y verá como Dios le da la gracia para caminar fidelísimamente en el cumplimiento de su vocación–misión”.
El sufrimiento es una escuela de esperanza[6]. El sufrimiento, tanto físico como espiritual, fue una constante a lo largo de toda la vida de la Madre, este fue su emblema.[7]
Este sufrimiento dio como fruto que pusiera su esperanza en el amor del Señor (19 de marzo de 1985): “…Si Nuestro Señor quiere dejarme de nuevo en aquellas densas tinieblas, estoy dispuesta a ello contando siempre con Su ayuda y con que no deje de amarme porque entonces, me muero. Siempre se me escapa el corazón cuando os escribo”.
El arzobispo le contesta (27 de marzo de 1985): “Sea muy fiel, y adelante con la cruz de cada día y el alma llena de esperanza de que en ese caminar, unas veces con luz y otras a oscuras, está usted dando vida a la Obra y cumpliendo la voluntad de Dios”.
Esta carta es muy reveladora de en quién tiene ella puesta su esperanza (18 de diciembre de 1986): “A pesar de mi miseria, Sr. Arzobispo, cada vez tengo más ganas de ser buena, de entregarme, de serle fiel. Parece que siento cada vez más clara Su llamada, y aunque cada vez más claros veo también mis muchos pecados y me afligen, confío en su Gran Misericordia y no me desanimo…/…Dígnese pedir por nosotras, Sr. Arzobispo, que vuestra oración llega muy alto y siempre será escuchada”.
Finalmente, la Madre no pudo ver hecho realidad su deseo, desde el año 81, de ir a visitarle, en esos años de soledad y tinieblas. Ella aceptó pacientemente esta y todas las pruebas del Señor, siempre con esta frase en su boca: “No se mueve la hoja del árbol sin la voluntad de Dios”.
En la última misiva de la Madre a D. José María (18 de marzo de 1988), le decía: “No quiero cansaros, pero las muchas cosas que quisiera consultaros, os las expondré a los Pies de Jesús y de la Santísima Virgen”.
D. José María ya no pudo responder a las cuatro últimas cartas de la Madre. Al poco tiempo falleció, el 14 de julio de 1989. Actualmente es Venerable.
Celia Hierro Fontenla Postuladora de la Causa de beatificación y canonización de la M. Luisa Sosa
Este miércoles, 29 de enero, el Obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez, ha mantenido un encuentro con los directores y profesionales de los medios de comunicación locales, a quienes ha expresado su reconocimiento por la labor que desempeñan al servicio de la sociedad.
Durante su intervención, Mons. Santiago Gómez ha querido compartir con los asistentes algunos aspectos sobre la vida y obra de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas, cuya festividad se celebró el pasado viernes 24 de enero. Ha destacado la figura del santo como modelo de comunicador, resaltando su vocación divulgadora, su buen hacer y su amabilidad. Además, ha animado a los profesionales de la información a seguir desempeñando su trabajo con profesionalidad, veracidad y respeto, al servicio del bien común y de la evangelización, tal y como reflejó el Santo Padre Francisco con motivo de la 59 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, invitando a los más de 9.000 periodistas que se dieron cita en el Vaticano a ser “comunicadores de esperanza, comenzando por una renovación de su trabajo y misión según el espíritu del Evangelio”.
El encuentro ha concluido con un desayuno compartido, que ha permitido un enriquecedor intercambio de impresiones y experiencias entre los periodistas y el Obispo, en un ambiente de cordialidad y fraternidad.
El próximo 15 de febrero a las 19:30 h en el teatro Darymelia de la capital acoge un concierto solidario.
El fin es recaudar fondos para la residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres, que a través del carisma de Santa Juana Jugan, cuidan a los mayores sin recursos y sin más dotaciones económicas que las que provee la providencia.
El concierto, “Zarzuelas y habaneras” está organizado por Diferarte y cuenta con el patrocinio de Nieves Romero. Los artistas que participarán en esta gala musical benéfica son: Belén Elvira; Nieves Romero; Gabriel Blanco; Orquesta Filarmónica de la Mancha, bajo la batuta de Francisco Antonio Moya.
El concierto ha tenido una gran acogida y las entradas ya están agotadas, pero se puede colaborar con la fila cero, cuyo donativo puede entregarse en la Residencia de Mayores de las Hermanitas de los Pobres, en el Paseo de la Estación.
Desde la organización agradecen la generosidad de los jiennenses, así como al Ayuntamiento de Jaén y a las firmas colaboradoras que se han sumado a esta iniciativa, por su encomiable colaboración.