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Semana del Matrimonio: hoy, Vigilia de Oración por los matrimonios, en la parroquia de San Miguel, de Guadix

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Semana del Matrimonio: hoy, Vigilia de Oración por los matrimonios, en la parroquia de San Miguel, de Guadix

Será a las 20:15h. y estamos invitados todos

Continúa la Semana del Matrimonio, que se celebra en la Iglesia española durante esta semana. Comenzó el 10 de febrero y terminará el domingo 16. Entre medios, numerosas actividades, preparadas por la delegación de Familia y Vida, para mostrar a la sociedad la belleza del matrimonio y para que los matrimonios católicos renueven su compromiso.

La Semana del Matrimonio se celebra en torno a San Valentín, que es el 14 de febrero. Es el día de los enamorados y la Iglesia quiere ir más allá, ampliándolo a una semana, para que se pueda celebrar la belleza y la grandeza del amor vivido en el matrimonio. En esta semana hay actividades que invitan a la oración y otras son más lúdicas. Pero todas giran entorno al Matrimonio y al amor entre los esposos o los novios.

miércoles 12 de febrero

Así, este miércoles 12 de febrero habrá una Vigilia de Oración por los matrimonios en la parroquia de San Miguel, de Guadix. Será a las 20:15h. y, por supuesto, está abierta a todas las personas que quieran participar, sean de la parroquia que sean.

El viernes 14 de febrero, día de San Valentín, habrá una Cata de Vinos para matrimonios, en el Hospital Real de Guadix. Estará ofrecida por las Bodegas Vertijana, de Polícar, y será a las 20:30h. Para participar hay que inscribirse y abonar una cuota de inscripción.

El sábado 15 de febrero, también en el Hospital Real de Guadix, habrá un Encuentro de Novios, que culminará con la bendición de los mismos. Será a las 17:00h. y para esta actividad no hace falta inscribirse.

Antes, ese sábado se ha organizado una peregrinación al santuario de Face Retama, para ganar el Jubileo, pues es uno de los dos templos jubilares que hay en la diócesis de Guadix, en este Jubileo de la Esperanza. Se saldrá en autobús, a las 9´15 y durante la mañana, habrá un retiro espiritual, que terminará con la Eucaristía. Tras la comida, se podrá visitar el santuario. Para ir en el autobús hay que inscribirse antes, como se indica en los carteles de la convocatoria.

Terminará la Semana del Matrimonio el domingo 16 de febrero, con la Misa en la Catedral, a las 12:00H. y con un Paseo Romántico en Baza, a partir de las 5 de la tarde.

Además, durante toda la semana se ofrece un “Retiro en casa para matrimonios”, a través de la App MatrimONio , que puede descargar quien quiera y utilizarla, sin necesidad de inscripción. En la App hay propuestas y contenidos para todos los días de la semana.

Antonio Gómez

Delegado diocesano de MCS. Guadix

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Nuevos nombramientos (12 febrero)

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El Sr. Obispo ha hecho públicos los siguientes nombramientos para la Diócesis de Málaga:

Publicados con fecha 12 de febrero de 2025

  • D. Enrique José Yanes Montero, administrador parroquial de Nuestra Señora del Socorro (Casabermeja) e Inmaculada Concepción (Villanueva de la Concepción)
  • D. Milton Benedicto Goytia Chambi, adscrito a la parroquia de San Antonio María Claret de Málaga

Los nombramientos diocesanos del año 2024 pueden consultarse en este enlace.

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Historia de una escalera

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La Catedral de Málaga, primer monumento de la Diócesis, es un tesoro que continúa sorprendiéndonos por las joyas que alberga cuando le falta poco para cumplir 500 años (2028). Recientemente se ha conocido que, con motivo de las obras que se están llevando a cabo en las cubiertas, han aparecido al menos cuatro escaleras que fueron cegadas en algún momento de la construcción y que se han conservado intactas a pesar del paso de los siglos. El arquitecto del templo, Juan Manuel Sánchez La Chica, explica la importancia de un hallazgo que, finalizada la obra, podrá ser admirado por quienes participen en las visitas guiadas.

El 1 de agosto del pasado verano, dimos las órdenes de obra para levantar puntualmente la solería de las terrazas sobre las capillas, frente a uno de los contrafuertes que sostienen la cabecera del templo. Según nuestros cálculos, y tal como contemplaba el proyecto, en ese lugar podría aparecer una escalera de traza helicoidal y factura renacentista, ya que conocemos su arranque en el nivel inferior.

Sin embargo, en un punto determinado, la escalera se encontraba cegada, lo que nos llevó a pensar que quizá los arquitectos del siglo XVI se arrepintieron y modificaron el rumbo de la obra. Para nosotros, la existencia de esta escalera era crucial, pues evidenciaría que las terrazas sobre las capillas fueron concebidas originalmente con tejado.

Al levantar los primeros ladrillos, en el punto exacto donde se había previsto, apareció la piedra que conforma el primer escalón. Poco a poco, al vaciar la tierra que cubría esta magnífica labra, descubrimos la escultórica escalera que conecta el interior del templo con las terrazas sobre las capillas.

Tras la repentina paralización de las obras en 1588, el tramo final de la escalera se rellenó de tierra, a la espera de que, una vez concluida la obra de cantería y siguiendo las normas de la buena construcción, se iniciaran los trabajos en madera. Repitiendo este proceso, hemos encontrado otras tres escaleras en posiciones similares.

Tras su restauración, este conjunto podrá ser disfrutado desde las terrazas sobre las capillas en las visitas que se posibilitarán una vez finalizadas las obras.

Juan Manuel Sánchez La Chica

Arquitecto de la Catedral de Málaga

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Trabajo y Esperanza en el XVIII Encuentro Diocesano de la Acción Conjunta contra el Paro

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Trabajo y Esperanza en el XVIII Encuentro Diocesano de la Acción Conjunta contra el Paro

El pasado sábado, 8 de febrero tuvo lugar en la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla el XVIII Encuentro Diocesano de la Acción Conjunta contra el Paro (ACCP), enmarcado dentro de las celebraciones jubilares de la diócesis de Sevilla.

Este contó con la participación de José Ignacio García Pérez, catedrático de Análisis Económico en la Universidad Pablo Olavide y rector de la Universidad Internacional de Andalucía, cuya ponencia se centró en analizar y mostrar una fotografía general sobre la situación actual del trabajo en España, aterrizando los datos y los diferentes factores que la condicionan en Andalucía y, de forma más concreta, en Sevilla. Un mercado laboral marcado principalmente por el sector servicios.

«Estamos en el mejor momento de trabajo en cuanto al número de personas empleadas en España: 22 millones, gracias en gran medida, a la inmigración», comentó García Pérez, que reconoció que, a pesar de los datos positivos, había que tener en cuenta la parcialidad de los trabajos y la precariedad de los bajos salarios para poder mejorar las condiciones laborales. «Deben preocuparnos más las condiciones de trabajo que viven las personas con trabajo (precario) que el paro en sí. Hay ocupaciones, pero en condiciones de precariedad», afirmó.

El economista expuso también que el salario ha subido “muy poco” desde los 90 en función a la subida de precios y que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), “aunque combate, en cierta medida, la precariedad salarial, debía fijarse no solo en los que se benefician de ello, también en todas esas personas que se quedarán sin trabajo porque el empresario no pueda asumir el coste que supone mantener dentro de esos márgenes a los trabajadores que necesita o tiene”.

Los datos volcados por García Pérez mostraron a tres millones de personas con trabajo actualmente en Andalucía, «la mayor cifra de personas trabajando en una comunidad autónoma en la que han caído los sectores de la construcción y la agricultura y se centra sobre todo en el sector servicios». La reforma laboral ha favorecido esta ocupación, sin embargo, José Ignacio mantuvo que el ritmo de crecimiento debía ser mayor, “sobre todo en cuanto a los días trabajados se refiere”.

Por otro lado, destacó los perfiles de las personas con mayor tasa de paro en Andalucía y a las que había que prestar mayor atención desde la perspectiva de la oportunidad, la formación y el acceso a un empleo: mujeres, jóvenes migrantes y personas con estudios básicos.

García Pérez finalizó su intervención reclamando reformas ambiciosas que generen esperanza y favorezcan el mercado de trabajo y sus condiciones. Concretamente, planteó cuatro propuestas: beneficiar con cotizaciones más bajas a las empresas que despiden poco y penalizar a las que más despiden; nuevos costes de contratación y despido, contemplando bonificaciones a la contratación solo si hay formación y mochila austriaca; un mejor impuesto negativo de la Renta para ayudar a los trabajadores con bajos salarios: y un nuevo sistema de jubilación activa que facilite la transición suave del empleo a la jubilación.

Mesa de experiencias

La segunda parte del encuentro se desarrolló a través de una mesa de experiencias que mostró signos de esperanza en personas que, desde una situación de riesgo o exclusión, habían conseguido acceder a una formación y una oportunidad para el empleo a través del acompañamiento que realiza el Centro Diocesano de Empleo de Cáritas Sevilla.

La mesa, moderada por Chema Copado, miembro de la HOAC, contó con la participación de Miguel Ángel Boza, técnico del Centro Diocesano de Empleo de Cáritas, y el testimonio de Abdessamad Anaou, un joven migrante marroquí que llegó a España para encontrarse con su mujer y mejorar sus condiciones de vida. Su mayor dificultad, el idioma y los trámites burocráticos que le impiden acceder a un puesto de trabajo para el que está cualificado. También dio su testimonio Sonia Román, que atravesó un complicado momento al verse afectada, durante la pandemia, por un ERTE que finalmente acabó en despido en la empresa en la que trabajaba. Ambos se encuentran en un proceso de formación y acompañamiento en el Centro Diocesano de Empleo y están realizando prácticas en empresas.

La delegada diocesana de Pastoral del Trabajo, Yolanda Fernández, finalizó la jornada reconociendo los años de dedicación y entrega a la Acción Conjunta contra el Paro de Marichi Fedriani (HOAC) y Diego Márquez, anterior delegado de Pastoral Obrera.

 

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Triduo en honor a la Virgen de Lourdes

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Del 13 al 15, con la Hospitalidad Granadina de Lourdes, que celebrará la Jornada del enfermo el domingo día 16, con la Eucaristía, unción de enfermos y procesión claustral, en la parroquia de San Agustín.

Hoy 11 de febrero, fiesta litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes, se celebra la Jornada del Enfermo y con ella se abre la Campaña que se extenderá hasta el VI Domingo de Pascua, el 25 de mayo.

Granada se suma a esta Jornada y, además de su Eucaristía cada 11 de cada mes para rezar por los enfermos, se prepara un triduo, con la Hospitalidad Granada de Lourdes y la Pastoral de la salud, que se celebrará del 13 al 15 de febrero. Este triduo en honor a la Virgen de Lourdes se celebrará en la parroquia de San Agustín, a las 19 horas el rezo del Santo Rosario, y posteriormente, a las 19:30 horas, con la Eucaristía.

Estos días de triduo culminarán con la celebración dominical de la Jornada de hoy 11 de febrero, que se traslada al domingo del Señor día 16. La parroquia de San Agustín acogerá la Eucaristía con la unción de enfermos y la procesión claustral con la Sagrada Imagen de la Virgen de Lourdes, a las 17 horas. Esta convocatoria está organizada y participada por la Hospitalidad Granadina de Lourdes, a la que están invitados cuantas personas deseen asistir.

La Jornada del enfermo se celebra este año con el lema “En esperanza fuimos salvados (Rom 8,24), en consonancia con el Jubileo 2025 convocado por el Papa Francisco para la Iglesia universal.

Foto archivo. Procesión claustral con la Imagen de la Virgen de Lourdes, con la Hospitalidad Granadina.

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Fray Leopoldo “se dio en permanente generosidad a los demás”

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Homilía de D. José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada, en la Eucaristía en la fiesta litúrgica del beato fray Leopoldo de Alpandeire, el 9 de febrero de 2025, en la parroquia La Inmaculada, donde está su cripta.

Querido Padre Alfonso;
querida comunidad de padres hermanos capuchinos, hijos de San Francisco de Asís;
queridos sacerdotes concelebrante;
queridos hermanos y hermanas;
devotos y amigos de Fray Leopoldo:

Al igual que a vosotros, a vuestro arzobispo lo trae también pedirle a Fray Leopoldo, acudir a la intercesión de este hombre sencillo, este hombre de Dios. Los santos son intercesores nuestros, son los amigos de Dios, son los que han imitado a Jesucristo y son grandes benefactores de la humanidad.

Todos, queridos hermanos, estamos llamados a la santidad. Fray Leopoldo, como Pablo, como el Apóstol, ha recorrido su camino, su carrera, la ha completado y ha recibido la corona. Es un santo de la Iglesia. Nosotros estamos también llamados a esa santidad. Lo hemos escuchado, que tenemos todos una vocación.

Hoy la Palabra de Dios nos trae ese texto del libro de Isaías en la que el profeta recibe la vocación. Y en todas las llamadas que hemos escuchado en esta celebración al ser proclamada la Palabra de Dios, vemos la grandeza de Dios, la grandeza que el profeta ve en que llena el templo, la grandeza de Dios que es infinita, majestuosa, y él se considera poca cosa, de hombre de labios impuros. Y el Señor tiene una misión para él: “¿A quién enviaré?”. Pero antes, ante el reconocimiento de esa pobreza, de esa pequeñez, de esa indignidad, el Señor le purifica. El Señor le purifica y ya hace que ese hombre sea el anunciador de los designios del Señor. “Aquí estoy, mándame”.

Hemos escuchado en la Segunda Lectura la vocación de San Pablo recordada por él mismo en la primera Carta a los corintios, cuando después de decirnos lo esencial cristiano que Cristo, que ha recibido una tradición que procede del Señor y que “a mi vez os he transmitido”, que el Señor Jesús se entregó en su pasión y muerte por nuestros pecados, que resucitó al tercer día, que se apareció a los apóstoles -dice- “y el último, como a un aborto, se me ha aparecido a mí”; y nos rememora, nos hace esa referencia a su conversión camino de Damasco. Dice: “Yo soy el más indigno de los apóstoles, porque he perseguido la Iglesia de Dios”. La grandeza de Cristo y de su obra salvífica y, al mismo tiempo, la indignidad del apóstol, pero llamado a una misión. “Hay de mí si no evangelizare”, dirá él. Y vemos por último en el evangelio tomado del capítulo 5 del evangelio de San Lucas esa escena de la llamada de los primeros discípulos de Jesús y esa pesca milagrosa. La gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Pero Jesús quiere servirse de unos hombres, de sus apóstoles, pero antes tiene que elegirlo. ¿Y a quiénes elige? A los mejores. Seguro que ningún jefe de personal hubiese elegido al equipo que eligió Cristo. Nos muestran los evangelios, sus efectos innegables. Y hoy hemos escuchado que el propio Pedro, el pescador del lago de Galilea, que se fía de Jesús y obtiene aquella pesca maravillosa, se pone a los pies de Jesús y dice “apártate de mí que soy un pecador”. Pero el Señor lo escoge y los invita a él y a sus compañeros, al hermano Andrés, hermano de Pedro, a Juan y a Santiago los invita a una misión: a ser sus anunciadores.

Todos tenemos, queridos amigos, una misión. No somos lanzados a la existencia en un sinsentido. No somos unos personajes absurdos de una novela idiota, sino que la vida tiene un sentido. El Señor nos ha puesto en la vida, en la existencia, en un momento determinado de la historia y en unas circunstancias concretas. Y le damos gracias a Dios por ello. Y a cada uno nos ha dado una misión, un papel. Y es en realizar esa misión en la que está nuestra felicidad y todos, con nuestra condición de cristianos, estamos llamados con una vocación común, la de la santidad, como os decía al principio.

Lo dice así san Pablo en la carta a los Efesios. “Benditos a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en la persona de Cristo nos eligió antes de la constitución del mundo, para que seamos santos e irreprochables ante Él por el amor”. Después, se van especificando esas llamadas, esas vocaciones a la vida sacerdotal, a la vida consagrada, a la vida misionera, al matrimonio. Pero, todos tenemos una misión, una llamada. Y a todos nos mira el amor con un amor, con Dios que es Amor, con un amor inmenso. Y un día nos va a preguntar cómo hemos respondido a esa llamada y, sobre todo, si hemos puesto amor en nuestra vida. Y eso es lo que hizo nuestro Fraile. Eso es lo que hizo este capuchino, que quiere tanto Granada. Eso es lo que hizo Fraile Leopoldo. Este hombre sencillo, que anduvo por nuestras calles, que llamó a las puertas, que escuchó tanto dolor y sufrimiento. Este hombre que hacía de su alforja un permanente manantial de caridad y que daba ese pan material, esa limosna, pero sobre todo se daba a él. Este hombre fue llamado por el Señor.

Escuchó en la celebración en Ronda de la beatificación de Diego José de Cádiz. Y otro capuchino que un día, si Dios quiere, vemos también en los altares de manera plena. Y escuchó. Y este chiquillo, este muchacho, entró en la orden capuchina y vino a dar en Granada. Hizo de Granada su recorrido habitual para ir extendiendo la caridad cristiana y el Evangelio. Y él es de esos que el Señor alaba “bendito te doy gracias Padre, Señor del cielo y la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y a los entendidos, y se lo has revelado a los sencillos”. Y él, desde esa sencillez del Evangelio, demostró en la pobreza de su propia condición, de un fraile que vive al ejemplo de su maestro Francisco de Asís, que imitó como nadie a Cristo sufriente, a Cristo pobre. Él se dio en permanente generosidad a los demás. Él fue paño de lágrimas de tantas y tantas familias. Por eso, este santo escucha tanto.

 

Por eso venimos con confianza, con fe, a decirle también nuestras preocupaciones, nuestras alegrías, pero, sobre todo, nuestros sufrimientos, nuestras enfermedades, para que nos eche una mano, para que reparta entre nosotros ese pan de la curación. Pero, sobre todo, queridos amigos, os quiero pedir de la concordia, de la paz, del amor, de la compresión, porque es lo que hizo: imitando a Cristo, sembró en la tierra esa semilla del amor de Dios, de la misericordia de Dios. Él fue un verdadero motivo de credibilidad en Dios. Al ver su vida, él no pronunció homilías, él no pronunció grandes discursos. Pero su vida fue tan elocuente, que convencía, porque el mejor predicador es Fray Ejemplo, y es lo que él hizo.

Así que con confianza vamos a acudir a él, vamos a seguir haciéndolo. Pero, queridos amigos, os he dicho que Fray Leopoldo es intercesor. Pero Fray Leopoldo también es modelo, no sólo es protector, es modelo. Y él puede decir como san Pablo, que “sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo”. Y no es cuestión de meterse a fraile, ojalá haya muchas vocaciones, sino imitar lo que él hizo, fundamentalmente, que es amar. Amar hasta el extremo, amar con el amor de Dios, amar empezando por la gente que tenemos al lado, amar no sólo dando cosas, sino dándonos los otros; amar perdonando, comprendiendo, escuchando, teniendo tiempo para los otros como él lo tenía. Él no iba con un reloj en la mano diciendo ‘ya se me ha acabado el tiempo de hablar con usted’, sino que escuchaba. Él anduvo por nuestras calles haciendo que Cristo en su persona pasara.

Su devoción a la Virgen, ese cariz tan propio franciscano y especialmente capuchino a la Divina Pastora, él se sintió bajo el callado de la Madre y fue también dando, no sólo ese amor de Dios que es nuestro Padre, sino el amor materno de la Madre con esas tres aves marías con las que respondía y que era una oración de intercesión, pero, al mismo tiempo, de alabanza de la Madre de Dios a la que acudimos nosotros también, poniéndonos bajo su protección.

Así sea.

+ José María Gil Tamayo
Arzobispo de Granada

9 de febrero de 2024
Parroquia La Inmaculada (Granada)

“Todos estamos llamados con una vocación”

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Homilía del arzobispo de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, en la Eucaristía celebrada en el V Domingo del Tiempo Ordinario.

Queridos sacerdotes concelebrantes, especialmente los sacerdotes de la Diócesis de Chicago en los Estados Unidos que nos visitan y concelebran en esta Eucaristía. Lo mismo que el padre Marcus, de Costa de Marfil, que viene para animar la campaña de la lucha contra el hambre en el mundo,

Queridos hermanos y amigos, especialmente los matrimonios que cumplís las bodas de plata y las bodas de oro,

Miembros del equipo de Pastoral Familiar, así como también los que estáis empeñados en el equipo de trabajo de la lucha contra el hambre de Manos Unidas,

Queridos hermanos y hermanas, todos

En este domingo concurren, como veis, varias celebraciones que atraen nuestra consideración, nuestra atención. ¿Y qué nos ha dicho la Palabra de Dios? Que, como dice la propia Escritura, es lámpara para nuestros pasos, luz en nuestro sendero.

Ella ilumina nuestras situaciones. Ella, como dice el Concilio Vaticano II en la Dei Verbum, cuando es proclamada en la liturgia es como si Dios mismo nos hablara. ¿Y qué nos dice la Palabra de Dios para nosotros aquí, ahora en Granada, en esta celebración para esta semana, especialmente? Por una parte, acabamos de escuchar la vocación del profeta Isaías. Va de vocación. No solo porque se está celebrando que termina esta mañana el Congreso de Vocaciones de la Iglesia en Madrid, sino porque todos estamos llamados.

Dios nos ha llamado a todos con una vocación santa. La carta a los Efesios “Bendito sea Dios Padre que nos ha elegido en la persona de Cristo antes de la constitución del mundo, para que seamos santos, irreprochables ante Él por el amor”. Hay una llamada que el profeta nos da unos rasgos de esa llamada, y es la grandeza de Dios que llega al templo. En esa visión que tiene el profeta Isaías y que desde allí Dios le envía un ángel para que ante la excusa del profeta soy un hombre de labios impuros. ¿Qué voy a hacer yo ante la misión que me confía? Soy un hombre. Nos desborda la misión, nos desborda aquello a lo que nos llama el Señor. ¿Y qué hace? Es purificada su lengua con el ascua encendida.

Y el profeta dice “Aquí estoy. ¿A quién enviaré? Aquí estoy. Mándame.” Y vemos después, como San Pablo, en la segunda, lectura tomada de la primera Corintios, después de hablarnos de lo esencial cristiano del anuncio de la resurrección de Cristo, de esa tradición que él ha recibido como apóstol, nos habla de su vocación. Y él se considera a sí mismo como el último al que ha llamado Cristo. “Como un aborto, el último me llamó a mí, a pesar de haber sido un perseguidor también de la Iglesia”, dice Pablo. Pero lo envía a una misión. A anunciar precisamente la resurrección de Cristo, la salvación que ha traído el Señor Jesús. Como veis, la inmensidad, la grandeza de Dios y la pequeñez del hombre. Pero Dios ha querido esta lógica de servirse de nosotros para hacer un mundo mejor y para hacer un mundo más cristiano, para llevar a todos la salvación del Señor Jesús, para evangelizar.

Y lo vemos ya más claramente en la propia llamada personal que hace Jesús, el Hijo de Dios, hecho hombre a los propios apóstoles. En el capítulo cinco del Evangelio de Lucas, que ha sido proclamado. Cuando Jesús tiene tras de sí esa multitud que se agolpa para escuchar la Palabra de Dios. Y Jesús quiere llegar a ellos, y se sube a la barca de Simón. De Simón Pedro y Andrés, pescadores.

Y Jesús les dice que remen mar adentro y que echen sus redes. Y Simón Pedro dice Pero bueno, que viene a darme lecciones. A nosotros que conocemos el lago como la palma de la mano. Viene este extraño, este Rabí y este maestro, pero un extraño y se fía en tu palabra. Echaré las redes. Y sacan cantidad de peces. Una pesca milagrosa. Y Simón Pedro se da cuenta de que está ante el Mesías. Apártate de mí, Señor, que soy un pecador. Y vemos, al mismo tiempo, cómo el Señor lo elige. Desde ahora seréis pescadores de hombres con una vocación que es compartida por su hermano. Y llaman a sus a sus compañeros, a sus socios. A Santiago y Juan. Luego, hermanos, todos tenemos esta misma lógica de Dios en nuestra existencia.

El matrimonio también es una llamada. Es una vocación que vosotros, queridos amigos matrimonios que celebráis los 25 en los 50 años, habéis vivido y estáis viviendo con fidelidad. El uno al otro, pero todos a Cristo, que nos ha llamado. No hemos sido lanzados a la existencia sin un sentido. No somos, como decía aquel nihilista francés, un personaje absurdo de una novela idiota.

Nuestra vida no es un sinsentido, precisamente en el ser humano no se contenta simplemente con tener medios de vida. No somos más felices porque tengamos más. Es más, en la dinámica de nuestro mundo, que el Papa denuncia como el mundo de descarte. Vemos también cuántos pobres, cuántas necesidades, cuántos bienes en manos de unos pocos que controlan la economía, la política y deja toda esa multitud inmensa de descartados en el Tercer Mundo, especialmente. Que viven esa necesidad de salir, de moverse porque les llegan las noticias espectacularizadas de una prosperidad en el primer mundo. Y huyen de las guerras, de las sequías, de los desastres naturales y buscan, como haríamos los otros, como hemos hecho nosotros ,que hemos sido un país de migrantes. Y cómo ese mundo… Tenemos que ayudarles con ese lema que nos propone Manos Unidas este año. El reparto… El compartir es la mayor riqueza. Y tenemos que salir de una lógica y de una dinámica de competencia, de solo buscar nuestro propio bien. Queridos hermanos, el ser humano no es un individuo perdido en una colectividad, que busca solo su supervivencia a base de tener cosas en detrimento de los otros. En un mundo de competencias que se salve el que más pueda.

No, somos personas y la persona siempre tiene una significación social de referencia a los otros. Sin los otros no somos nada. Es más, la gran lección de la pandemia es que somos dependientes, que somos débiles, que podemos desaparecer. Y que dependemos de Dios y de los demás. Queridos hermanos y amigos, todos estamos llamados con una vocación. Con una vocación radical, que es la de nuestro bautismo.

Dios nos ha llamado a ser santos, a santificarnos en medio de nuestras circunstancias ordinarias, y luego en la vida va mostrando vocaciones particulares a la vida consagrada, a la vida misionera, al sacerdocio. Y nosotros también, vuelvo a repetir, vemos las grandezas de Dios y nuestra pequeñez. Pero Dios nos llama para una misión. A vosotros, queridos esposos, para formar una familia, para abiertos a la vida, que veis con gratitud en vuestros hijos y en vuestros nietos, ya. En una vida que tiene dificultades, pero que se superan precisamente con la gracia y con la fuerza de la bendición del Señor en el sacramento. Y en la unidad, en el amor mutuo.

Y que sabéis que la vida no es color de rosa, sino que tiene momentos de dolor y de sufrimiento, y al mismo tiempo grandes momentos de satisfacción y alegría. Y que sabéis también que esos momentos y esos contrastes de la vida, dice la vieja canción castellana, Corazón que no quiere sufrir dolores pasa la vida entera libre de amores. Como decía Benavente, “Al amor le pasa como a los niños. No se nota que viven hasta que no lloran”. Sabéis que esos momentos de dolor, de dificultad, os han unido y habéis pasado por ello, porque ya tenéis un tramo de vida y de experiencia común. Y vuestros hijos, a los que no solo habéis dado unos medios de vida, sino que les habéis dado unas razones por las que vivir.

Y eso es lo que hay que pedir hoy para las familias, que sepan ser iglesia doméstica, que sepan ser hogar donde se enseña lo más fundamental de la vida. Por eso es tan importante la familia, por eso se ataca a la familia, para disgregar a la sociedad. La familia cristiana no es una familia de museo, pasado de moda. No es una familia tradicional, como si fuese algo de la Edad Media. Es la unión de un hombre y de una mujer para toda la vida. Abierto a la vida. Donde recibe, en la bendición de Dios, los hijos, que son el más grande.

Queridos hermanos, gracias por vuestro testimonio y adelante. Transmitir a los hijos no solo bienes, sino sobre todo amor. Y seguir haciéndolo. Y queridos hermanos, seamos generosos en esta colecta en favor de manos Unidas, en la lucha contra el hambre. Es un grano de trigo.

Pero sobre todo es enseñar a cultivar, es ayudar al desarrollo de los pueblos, a través, fundamentalmente de los misioneros. Por eso nos acompaña hoy uno de ellos, para dar testimonio al final de la Eucaristía.

Queridos amigos, démonos cuenta de que compartir es nuestra mayor riqueza. Pidámosle a la Virgen María que ella, como en las bodas de Caná, que ayuda a aquellos esposos, siga ayudándoos a vosotros, queridas familias. Y siga obteniendo también bienes necesarios para quien tanto lo necesita en nuestro mundo, y el hambre sea erradicada, y las armas y las guerras se han alejado. Y la paz sea fruto de la justicia.

Así sea.

+ José María Gil Tamayo
Arzobispo de Granada

9 de febrero de 2025
S. A. I. Catedral de Granada

El Colegio de la Consolación de Caravaca cumple 120 años educando desde la fe

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El colegio de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación en Caravaca de la Cruz conmemoró con la Eucaristía su 120 aniversario.

Coincidiendo con los 25 años de la construcción de su actual edificio, el Colegio Nuestra Señora de la Consolación de Caravaca de la Cruz celebró el viernes su 120 aniversario; más de un siglo de historia que la familia de la Consolación conmemoró con la celebración de la Eucaristía en la capilla del colegio.

Religiosas, docentes, alumnos, padres y madres, y varias generaciones de antiguos alumnos junto a sus familias se reunieron en esta celebración para dar gracias a Dios por cómo este colegio, de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación, ha dejado huella en su comunidad educativa y en Caravaca; así como por la entrega de estas religiosas.

Al término de la celebración, las hermanas dieron gracias al Señor por estos años de presencia de la Consolación en Caravaca de la Cruz, además de por todos aquellos que han prestado su ayuda a la comunidad en su labor educativa; por los trabajadores y el personal docente del colegio, que transmiten el carisma de la Consolación «en misión compartida»; y por todos los alumnos que han pasado por sus aulas y sus familias. «Gracias, Señor, porque en la larga historia de estos 120 años nunca has dejado de ser el centro ni de acompañarnos con tu presencia; porque la has hecho posible y, como obra de tus manos, no la abandonas; acoge nuestra acción de gracias y nuestro deseo de seguir haciendo grande esta familia de la Consolación en Caravaca».

Este colegio fue fundado en 1905 por la madre Purificación Cortés y las sores Bienvenida Mezquita, Inocencia Anquera, Emilia Dosdad, Evarista Petit, Gloria Gómez y Filomena Tardet. Inicialmente se ubicó en la calle de las Monjas y, poco después, en la calle Puentecilla, hasta que, hace ahora 25 años, se abrió el nuevo colegio de la calle que lleva el nombre de la fundadora de esta congregación, Madre María Rosa Molas, su actual ubicación.

Galería de imágenes (fotografías de Enrique Soler)

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Compartir es nuestra mayor riqueza

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«Compartir es nuestra mayor riqueza»

Queridos diocesanos:

La Campaña contra el Hambre, que realiza Manos Unidas, nos convoca un año más a compartir nuestros bienes, conscientes de que esa es nuestra mayor riqueza. Todo lo que se nos ha dado está en función del bien social, no para nuestro uso exclusivo.

En esta campaña se nos llama a tomar conciencia de la situación de hambre, desigualdad y pobreza en que se encuentran tantos hermanos nuestros, que reclaman nuestra atención y nuestra solidaridad. Como nos recuerda el Santo Padre Francisco: «Hay un reconocimiento básico, esencial para caminar hacia la amistad social y la fraternidad universal: percibir cuánto vale un ser humano, cuánto vale una persona, siempre y en cualquier circunstancia. Si cada uno vale tanto, hay que decir con claridad y firmeza que «el solo hecho de haber nacido en un lugar con menores recursos o menor desarrollo no justifica que algunas personas vivan con menor dignidad». Este es un principio elemental de la vida social que suele ser ignorado de distintas maneras por quienes sienten que no aporta a su cosmovisión o no sirve a sus fines» (Fratelli Tutti, 106).

Estas palabras del Papa traen a mi memoria la pregunta que el Señor hace a Caín sobre Abe!: «¿Dónde está tu hermano?» (Gen 4, 9). Y la respuesta es evasiva, ¿acaso es él el guardián de su hermano? Es la clásica respuesta de un corazón indiferente, no comprometido. Pero nuestra respuesta a una pregunta del Señor sobre nuestros hermanos que padecen hambre ydesigualdad no puede ser esa.Tiene que ser la generosidad, que hace abrir nuestro corazón, que pasa por abrir el bolsillo para compartir.

Nuestros problemas, nuestras carencias, nuestras pobrezas, que existen en este llamado Primer Mundo, palidecen ante el hambre y la desigualdad y la pobreza de estos hermanos nuestros que viven en el denominado Tercer Mundo. Ahora se nos llama, mediante esta Campaña que promueve Manos Unidas, a estrechar las nuestras con ellos, a mostrarles nuestra solidaridad y ayuda compartiendo nuestro bienes.

Los proyectos de nuestra Delegación de Huelva son los siguientes: la promoción del derecho al agua en Belén (Palestina); la infraestructura de agua en Assam (India); la mejora en el acceso a la educación en Marara (Mozambique); la inserción laboral de mujeres en Medellín (Colombia); el apoyo a la formación, acogida y reinserción de jóvenes en Parakou (Benín); y el fortalecimiento de las mujeres víctimas de la violencia en Tetuán, (Marruecos). Al ver cuánto bien podemos hacer a través de ellos, os animo a que colaboréis con los mismos. Compartir es nuestra mayor riqueza.

Con afecto os bendigo.

✠ Santiago Gómez Sierra
Obispo de Huelva

Rodríguez Olaizola abre, esta tarde, la 37ª edición de las Jornadas de Santo Tomás

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El jesuita José María Rodríguez Olaizola es el encargado de abrir, este año, la trigésimo séptima edición de las Jornadas Culturales de Santo Tomas, que organiza el Instituto Teológico San Eufrasio.

Darán comienzo a las 20 horas en la Casa de la Iglesia, y están abiertas a la sociedad jiennense.

Este año, en el que la Iglesia universal celebra el Jubileo de la Esperanza, las jornadas se desarrollarán bajo el lema: “La esperanza, la Iglesia y el mundo”.

En este caso, Rodríguez Olaizola (Oviedo 1970) ha titulado su ponencia: “Sueños, tiempo y esperanza”. Sacerdote jesuita, teólogo y sociólogo, en la actualidad es el secretario de Comunicación de la Compañía de Jesús en España. Tiene en su haber más de una veintena de libros, y su última publicación, “María en contemplaciones de papel”, (Sal terrae), publicado en septiembre de 2024 ha llegado ya a su sexta edición. Olaizola, con gran presencia en Redes Sociales, es un excelente comunicador.

Mañana, 12 de febrero, D. Sebastián Mora Rosado, Doctor en Sociología, licenciado en Filosofía, Máster en Doctrina Social de la Iglesia y profesor de la Universidad Pontificia de Comillas, ofrecerá la ponencia «Construir esperanza desde la vida dañada», en la que explorará cómo la fe y la esperanza pueden emerger incluso en contextos de sufrimiento y vulnerabilidad.

Finalmente, el 13 de febrero, será el turno de D. Miguel García-Baró López, Doctor en Filosofía, Miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de España y catedrático en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad Pontificia de Comillas. Abordará el tema «Lo misterioso rodea al ser», reflexionando sobre el misterio como dimensión esencial del ser humano y su relación con la esperanza.

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