El pasado sábado 13 de diciembre, con motivo de la Festividad de la Divina Enfermera (Virgen de la Esperanza), Patrona de Salus Infirmorum, tuvo lugar en la Catedral de Cádiz el acto de imposición de insignias y juramento del Código Deontológico de los alumnos del Grado de Enfermería y Ciclos Formativos (Grado Medio y Superior) de Salus Infirmorum de Cádiz.
El acto estuvo presidido por Mons. Ramón Valdivia, Administrador Apostólico de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, que estuvo acompañado por el Vicario General y consiliario de la Asociación Ntra. Sra. Salus Infirmorum de Cádiz y Ceuta, D. Óscar González Esparragosa.
Tras la Santa Misa la presidenta de la Asociación y Directora del CUE Salus Infirmorum, Isabel Lepiani, impuso la insignia a los nuevos asociados: Fernando Carmona Espinazo y Pablo Rodríguez Súnico.
Del 10 al 12 de diciembre se celebró un nuevo encuentro de sacerdotes jóvenes de la Diócesis, en el que participaron casi una veintena de presbíteros con menos de diez años de ordenación. Entre ellos estuvieron los dos neopresbíteros, ordenados hace apenas dos meses, así como los dos diáconos transitorios que se incorporaron a estos encuentros.
En esta ocasión, la convivencia tuvo lugar en la ciudad de Granada, donde los sacerdotes se alojaron en la Casa Diocesana de Espiritualidad. La convivencia comenzó en la noche del miércoles.
La mañana del jueves estuvo dedicada a un retiro predicado por D. Antonio Guerrero, que giró en torno a las cuatro copas de la cena pascual. Desde ellas, invitó a profundizar en algunas claves fundamentales de la identidad sacerdotal. Tras la meditación se expuso el Santísimo Sacramento, dando lugar para un tiempo prolongado de oración en el que los sacerdotes aprovecharon también para celebrar el sacramento de la reconciliación. La Eucaristía fue presidida por uno de los neopresbíteros, D. Fernando Ruano, quien compartió cómo, incluso en las debilidades y dificultades propias del ministerio, se puede experimentar la gracia de Dios, que sostiene y es raíz del ministerio sacerdotal.
Por la tarde, los participantes acudieron a la exposición «José de Mora. El barroco espiritual», en una visita guiada por su propio comisario de la muestra, Juan Jesús López-Guadalupe. A continuación, los sacerdotes se desplazaron hasta la iglesia de Santo Domingo, en el barrio del Realejo. Allí rezaron las vísperas y escucharon el testimonio de Moisés Fernández Martín, rector del Seminario Diocesano, que los acompañó durante toda la tarde y a quien le agradecemos su cercanía y acogida. En su intervención compartió la importancia de la fraternidad presbiteral, de la oración y de la dirección espiritual como pilares que han sostenido su ministerio sacerdotal a lo largo de los años. A continuación, se trasladaron a la basílica de Nuestra Señora de las Angustias, donde tuvieron la oportunidad de colocar sus vidas y al presbiterio diocesano a los pies de Nuestra Señora, patrona de la ciudad. La jornada concluyó con una cena fraterna en uno de los restaurantes de la ciudad.
La mañana del viernes comenzó con la charla «Construir la fraternidad», a cargo de Andrés Aldarias, que dio paso posteriormente a un diálogo abierto y enriquecedor. Antes de concluir el encuentro, los sacerdotes visitaron la Cartuja de Granada y finalizaron con una comida compartida.
Desde estas líneas aprovechamos para animar a todos a apoyar a los sacerdotes, especialmente a los más jóvenes, con nuestra cercanía y oración.
Una representación de Pastoral Penitenciaria viajó a Roma para participar en esta cita el pasado fin de semana
Seis personas relacionadas con la Pastoral Penitenciaria de Córdoba, como son la subdirectora del centro de inserción social de Córdoba, dos ex reclusos, dos voluntarios de la pastoral y el capellán, han vivido del 12 al 14 de diciembre, una “experiencia inolvidable” al participar en el Jubileo de los reclusos celebrado en Roma.
Más de seis mil peregrinos de unos 90 países acudieron a esta cita en la que se llevó a cabo una conferencia sobre el “Derecho a la esperanza” y la misa presidida por el Papa. Precisamente este Jubileo ha sido el último gran evento del Año Santo en el que se han inscrito representantes de la prisión Rebibbia Nuovo Complesso, de la prisión femenina de Rebibbia y del instituto penitenciario juvenil de Casal del Marmo de Roma, de las prisiones de Brescia, Teramo, Pescara, Rieti, Varese, Forlì y de la prisión juvenil San Vittore de Turín. Además, llegaron a Roma delegaciones de peregrinos organizadas por la Pastoral Penitenciaria de Portugal, las diócesis españolas de Barcelona, Sevilla, Asidonia-Jerez, Mérida-Badajoz, Valencia, Córdoba, Malta, Chile, y un grupo de 500 peregrinos acompañado por la Inspección General de Capellanes de las Cárceles Italianas, entre otros.
Para la misa con el Santo Padre, las hostias fueron donadas por la Fundación Casa dello Spirito e delle Arti a través del proyecto «Il senso del Pane» (El sentido del pan), que desde 2016 involucra cada año a más de 300 reclusos en la creación de hostias destinadas a más de 15 000 diócesis italianas y extranjeras.
El primer templo de la Diócesis acogerá este viernes, 19 de diciembre, a las 19 horas, la tradicional Eucaristía de la Luz de la Paz de Belén. Esta celebración estará presidida por el Obispo diocesano, Monseñor José Rico Pavés, y organizada por la Delegación del Movimiento Scout Católico de Asidonia-Jerez.
Con esta cita litúrgica, la Diócesis se une al gesto simbólico de acoger la luz encendida en la gruta del Nacimiento en Belén, que será repartida posteriormente por todas las comunidades cristianas de nuestro territorio. Este acto de comunión y esperanza, especialmente significativo en el tiempo de Adviento, nos invita a preparar el corazón para recibir al Señor que viene.
En las puertas ya del IV Domingo de Adviento, esta celebración se convierte en una oportunidad para renovar el compromiso cristiano de ser portadores de la luz de Cristo en medio del mundo, especialmente en aquellos lugares y realidades que más necesitan del calor de la fe, la esperanza y el amor.
El administrador apostólico presidió la Santa Eucaristía, instando a los fieles a vivir el Adviento con alegría y conversión.
La Parroquia de San Antonio de Padua, en la ciudad de Cádiz, vivió este domingo un día especial al recibir la visita de Mons. Ramón Valdivia, Administrador Apostólico de la Diócesis de Cádiz y Ceuta. En una jornada marcada por el tercer domingo de Adviento, conocido como ‘Domingo de Gaudete’ o ‘Domingo de la Alegría’, Mons. Valdivia presidió la Santa Eucaristía, acompañado por los sacerdotes de la parroquia: el párroco, padre Óscar González Esparragosa; el párroco in solidum, padre Rubén Jesús Virués Gómez; y el vicario parroquial, padre Anthony Enitame.
La misa fue un momento de reflexión y celebración en el que los fieles fueron invitados a vivir el tiempo de Adviento con una renovada esperanza y espíritu de conversión. En su homilía, Mons. Valdivia destacó el carácter jubiloso de este domingo de Gaudete, un día que marca el camino hacia la Navidad con una llamada a la alegría profunda que brota del encuentro con Cristo.
“Este tiempo de Adviento debe ser vivido como una preparación para la venida de Cristo. Es un tiempo de espera, pero una espera activa, llena de esfuerzo y compromiso espiritual, y, sobre todo, con la alegría de saber que Él está cerca”, afirmó el Administrador Apostólico.
El padre Óscar González, párroco de San Antonio de Padua, también destacó la importancia de este tiempo litúrgico, subrayando que la comunidad parroquial vive un clima de especial recogimiento, con actividades y celebraciones que fomentan el espíritu de conversión y renovación.
El Domingo de Gaudete es uno de los puntos culminantes del tiempo de Adviento, y esta visita de Mons. Valdivia refuerza el mensaje de esperanza y alegría en la preparación de los cristianos para la llegada de Jesús. Durante la misa, la comunidad compartió momentos de oración y reflexión, consolidando la unidad y el compromiso de los feligreses en su camino espiritual hacia la Navidad.
La jornada concluyó con un ambiente de fraternidad y esperanza, destacando la importancia del Adviento como un tiempo para fortalecer la fe y vivir con alegría la expectativa del nacimiento de Cristo.
Antonio David, Jesús y José fueron ordenados diáconos ayer, en una celebración presidida por el obispo de Cartagena.
La Diócesis de Cartagena cuenta desde ayer con tres nuevos diáconos: Jesús López Huéscar, de la Parroquia Santa María Magdalena de Ceutí, y Antonio David Gil Pereira, de la Parroquia Nuestra Señora de la Esperanza de Cartagena, ambos del Seminario San Fulgencio; y José Martínez Marín, de la Parroquia San Francisco de Asís de Caravaca de la Cruz, del Seminario Redemptoris Mater.
La ordenación diaconal tuvo lugar en la Catedral de Murcia, coincidiendo con el Domingo III de Adviento, el Domingo de la Alegría; y estuvo presidida por el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes.
«Tened la seguridad en vuestra vida de que seguís a Cristo, a nadie más, porque él es el centro de vuestra atención y habéis sido llamados por él a servir; habéis sido llamados a una misión, que consiste nada menos que en ser colaboradores de Dios». Así se dirigía el obispo en su homilía a Antonio David, Jesús y José, animándoles a aceptar la tarea del diaconado «con la humildad y con la sencillez más profunda y radical». También les exhortó a imitar al apóstol san Pablo, cuya entrega estuvo impulsada por «un corazón invadido por el amor de Cristo» a los demás. «Queridos candidatos al diaconado, rezamos por vosotros y con vosotros, porque el paso que vais a dar es tan alto y hermoso que merece toda la atención de la Iglesia de Cartagena. Sentíos contentos, no os desaniméis nunca y dad gloria a Dios con vuestra tarea; el Señor os necesita para iluminar el ánimo de vuestros hermanos», concluyó Mons. Lorca su homilía.
A continuación, los candidatos al diaconado prometieron obediencia al obispo y a sus sucesores, y se postraron en el suelo durante la letanía de los santos. Al finalizar la letanía, con la imposición de manos y la plegaria de ordenación, Antonio David, Jesús y José fueron ordenados diáconos por el obispo, y fueron revestidos con la estola cruzada y la dalmática. También se les hizo entrega de las Sagradas Escrituras. Por último, como símbolo de acogida, sellaron el rito de ordenación con el abrazo al obispo.
Terminado el rito, continuó la Eucaristía y los nuevos diáconos se incorporaron al altar para servir en la celebración, ejerciendo su nuevo ministerio.
La Diócesis de Huelva ha conocido los datos de la campaña de la declaración de la Renta correspondiente al ejercicio fiscal 2024, presentados recientemente por la Agencia Tributaria. Según estas cifras, un total de 99.688 contribuyentes en la provincia de Huelva han marcado la casilla 105 en favor de la Iglesia Católica, lo que supone 1.707 más que en el ejercicio anterior, cuando fueron 97.981 las declaraciones con asignación.
En términos porcentuales, el porcentaje de declaraciones que optan por destinar el 0,7% del IRPF a la Iglesia en Huelva se sitúa en 34,39%, frente al 34,80% del año anterior, lo que representa un ligero descenso de 0,4 puntos porcentuales. Este descenso no significa desapego o desconfianza a la labor que realiza la Iglesia, pues muestra, en algunos casos, falta de conocimiento u olvido en los nuevos declarantes. A pesar de esta variación en el porcentaje, la cantidad económica asignada ha experimentado un crecimiento significativo, alcanzando en el cómputo total 3.204.698 euros, frente a los 2.887.710 euros del ejercicio precedente, lo que supone un aumento de 316.989 euros. Este aumento, más que proporcional al incremento del número de declaraciones, se debe al incremento en la recaudación tributaria en términos globales.
Estos datos reflejan una respuesta solidaria de los contribuyentes onubenses al modelo de sostenimiento de la Iglesia a través del IRPF, contribución que no implica mayor retención ni menor devolución para quien marca la casilla, sino que se destina directamente al desarrollo de la misión pastoral, social, educativa y asistencial que la Iglesia realiza en la diócesis y en toda España.
A nivel nacional, la Conferencia Episcopal Española ha dado a conocer las cifras que sitúan en 7.946.347 el total de declaraciones presentadas en favor de la Iglesia Católica, lo que representa un incremento de 106.363 declaraciones respecto al año anterior y consolida una tendencia de crecimiento en 16 de las 17 comunidades autónomas, siendo Navarra la única comunidad donde se registra un descenso. El importe total asignado en España ha alcanzado 429.335.080 euros, cifra que supera en 46.897.081 euros a la del ejercicio anterior, lo que supone un aumento del 12% en términos absolutos.
La campaña de la Diócesis de Huelva agradece la confianza de los contribuyentes que, con este gesto responsable y generoso, hacen posible sostener la labor evangelizadora y de atención a las personas más vulnerables. Estos recursos favorecen el sostenimiento de parroquias, la formación cristiana, la acción caritativa de Cáritas Diocesana y otros proyectos de impacto social en toda la provincia.
La Diócesis anima a continuar informando y acompañando a los fieles sobre la importancia de este gesto de compromiso, que se traduce en una realidad tangible de servicio a la comunidad y de apoyo a la misión de la Iglesia en Huelva y en toda España.
Podrá visitarse por las tardes, gratuitamente, a partir del 20 de diciembre.
Al término de la Santa Misa en el III Domingo de Adviento celebrada en la Catedral, nuestro arzobispo Mons. José María Gil Tamayo bendecía el Belén, que podrá visitarse este tiempo litúrgico de espera y esperanza, así como en el de Navidad.
La bendición de manos de D. José María fue en el Domingo Gaudete -domingo de la alegría-, que alude a la cercanía festiva y alegre por el Nacimiento del Hijo de Dios.
El Belén en la Catedral podrá visitarse a partir del 20 de diciembre, todos los días, de forma gratuita, en horario de 19 a 21 horas, excepto los días 24, 25, y 31 de diciembre, y 1 de enero. También pueden visitarlo fuera de ese horario, a lo largo del día, durante la visita turística.
Ante la proximidad de la Navidad, la Iglesia diocesana de Jaén se dispone a celebrar, un año más, el entrañable acto de felicitación al Obispo, Don Sebastián Chico Martínez, como signo de comunión y cercanía en torno al misterio del Nacimiento del Señor. Será un momento para orar junto a nuestro Pastor diocesano y desearle que el Niño Dios que nace en Belén, Buen Pastor y Salvador del mundo, le conceda toda clase de bienes y lo sostenga con su gracia en el ministerio pastoral que ejerce entre nosotros.
La celebración tendrá lugar este viernes, 19 de diciembre, en la Capilla Mayor de la Casa de la Iglesia de Jaén, a las 12.30 horas.
En este curso pastoral, marcado por el trabajo en torno a la corresponsabilidad y por la participación en la fase de implementación del Sínodo, felicitarán al Obispo representantes de los grupos sinodales parroquiales y diocesanos, en nombre de toda la Diócesis.
Tras el acto de felicitación, los asistentes compartirán un aperitivo fraternal en la galería inferior de la misma Casa de la Iglesia.
El Vicario General, don Juan Ignacio Damas, quiere invitar a todos los miembros de la comunidad diocesana a participar en esta celebración. Asimismo, desea que “estas fiestas de Navidad nos ayuden a seguir sembrando esperanza y a salir al encuentro de cada persona, llevando la bondad y la ternura del Dios que se hace hombre”.
La jornada tuvo lugar en el marco del tercer domingo de Adviento, conocido como el domingo de la alegría, un tiempo especialmente propicio para renovar la esperanza y fortalecer la misión evangelizadora propia del carisma cursillista.
El encuentro comenzó con la celebración de la Eucaristía, presidida por el sacerdote D. Juan José Feria Toscano, en un clima de recogimiento y gozo compartido, poniendo en el centro la espera confiada del nacimiento de Jesús.
A continuación, la presidenta del Movimiento, Gema Andaluz, ofreció una reflexión en torno al sentido del Adviento y la Navidad, invitando a los participantes a profundizar, desde la vida cotidiana, en la vivencia cristiana de este tiempo litúrgico. Sus palabras dieron paso a un trabajo por grupos, con preguntas orientadas a la reflexión y al diálogo comunitario.
La jornada continuó con la puesta en común de los alimentos aportados por los asistentes, signo de fraternidad y sencillez, y concluyó con el canto de villancicos y una reflexión final compartida, recogiendo las aportaciones surgidas en los grupos.
La Ultreya de Navidad se convirtió así en un espacio de encuentro, oración y convivencia, que anima al Movimiento de Cursillos de Cristiandad a seguir adelante en su tarea de anunciar el Evangelio con alegría en la Iglesia diocesana de Huelva.