

Como estaba previsto y anunciado, el Año Jubilar de la Esperanza, en su fase diocesana, se clausuró en la diócesis de Guadix el domingo 28 de diciembre. Fue en una celebración solemne, presidida por el obispo diocesano, D. Francisco Jesús Orozco, a la que asistieron numerosos fieles de Guadix y de otras parroquias. Con el cierre de la Puerta Santa de la Catedral, se pone fin a este Año Jubilar que ha convocado a muchos fieles de toda la diócesis, tanto en la Catedral como en Face Retama, los dos templos jubilares con los que ha contado la diócesis accitana.
La celebración comenzó en la entrada de la Catedral, ante la Puerta Santa. Tras una oración de agradecimiento por el año vivido, Mons. Orozco cerró la puerta que ha acogido a tantos peregrinos y que se abrió en la Navidad del año pasado. Después, continuó la celebración, en la que también fueron protagonistas los matrimonios, ya que se celebraba la fiesta litúrgica de la Sagrada Familia. Todos los matrimonios que quisieron pudieron recibir la bendición, en especial los que celebraban sus bodas oro y plata.
Homilía
En la homilía, el obispo habló de la familia, pero también del Año Santo que se clausuraba. Reconoció que se ha vivido como un tiempo de gracia, de conversión y de renovación espiritual para la Iglesia universal y para la diócesis, en sus dos sedes jubilares: la Catedral y Face Retama, lugar del martirio de san Torcuato.
También habló de cómo, durante este año, numerosas parroquias e instituciones diocesanas han peregrinado hasta estos templos para abrir las puertas del corazón a la esperanza y al perdón de Dios, mediante el sacramento de la Penitencia.
Y sobre la esperanza, que ha sido la virtud que ha centrado este Año jubilar, Mons. Orozco recordó que la esperanza cristiana no es evasión ni ingenuidad, sino una fuerza que nace del amor de Dios derramado en nosotros y que hace que la Iglesia sea signo de esperanza en medio de un mundo herido.
También insistió en que lo vivido en este jubileo ha de “continuar en nuestra vida concreta, en la vida concreta de cada cristiano”, tiene que fecundar nuestra vida cotidiana. “La Puerta Santa se ha cerrado, pero la llamada a vivir con el corazón abierto, reconciliado, lleno de esperanza, confiando en Dios más que en nosotros continúa más viva que nunca”, dijo Mons. Orozco en una homilía que miraba hacia atrás, al año vivido, pero animaba a seguir cultivando y viviendo la esperanza.
Los últimos en ganar el Jubileo
A la celebración asistieron las Comunidades Neocatecumenales de Purullena y Baza, que tenían previsto celebrar el Jubileo en Face Retama, pero decidieron hacerlo en la Catedral al saber que coincidía el día elegido por ellos con la clausura del Año Santo. Han sido, así, los últimos que han recibido las gracias jubilares en este Año Santo.
Con esta celebración, se ha clausurado el Año Jubilar de la Esperanza en la diócesis de Guadix. Y como en Guadix, en todas las diócesis, porque el papa Francisco quiso que todas las diócesis del mundo participasen de este Jubileo. El cierre definitivo será el 6 de enero, fiesta de la Epifanía, y lo hará el papa León XIV en la Basílica de San Pedro, Allí está la primera Puerta Santa que se abrió en este Año Jubilar, abierta por Francisco, y que será la última que se cierre.
Es este un Año Jubilar que ha vivido la Iglesia, durante todo 2025, para conmemorar nacimiento de Cristo. La Iglesia celebra, de manera ordinaria, un jubileo cada 25 años, con este motivo. El próximo tendría que ser en 2050, pero ya se ha anunciado uno extraordinario en 2033, para conmemorar el dos mil aniversario de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Ese año se volverá a abrir la Puerta Santa en la Iglesia y, quién sabe, quizá también en la catedral de Guadix.
Antonio Gómez
Delegado diocesano de MCS. Guadix





















distintas islas, además del fallecimiento del que fuera obispo nivariense, Bernardo Álvarez, etc



