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Cuatro nuevos diáconos permanentes para nuestra Diócesis Nivariense

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A partir de este próximo 14 de diciembre, nuestra diócesis contará con cuatro nuevos diáconos permanentes: Francisco Javier Afonso, Francisco David Sosa, Miguel Ángel Delgado y Michel Romano.

La ordenación, por imposición de manos del obispo Nivariense, Eloy Santiago, comenzará a las 17:00 horas, en la Catedral de La Laguna.

Asimismo, el viernes 12 de diciembre, a las 20:00 horas, el Seminario Diocesano acogerá una vigilia de oración por estos futuros diáconos permanentes.

Francisco Javier Afonso señaló que vive estos últimos días antes de la ordenación con una alegría inmensa. “Acojo con felicidad este regalo de Dios porque es un servicio que voy a realizar, sobre todo, en favor de los hermanos más necesitados. Al mismo tiempo, lo acojo con santo temor porque supone ser imagen de Cristo, el servidor de todos”. Afonso añadió que se siente profundamente agradecido a la diócesis por tantas personas que le han ayudado en la formación. Igualmente, destacó el apoyo que siempre ha recibido de su familia durante todo este camino.

Por su parte, Francisco David Sosa, indicó que este “sí a Dios” supone dar respuesta a una llamada que ha estado presente durante toda su vida. “Ahora, mi mujer y mi hijo compartirán conmigo esta vocación que es para toda la vida. Una vocación que también vivo en mi trabajo como maestro. En definitiva, siento que Dios me pide estar al servicio de los demás. Un servicio de entrega en la parroquia, en la catequesis, en Cáritas…Y todo, tratando de transparentar en las obras a Jesucristo”.

En la misma sintonía se mostró Miguel Ángel Delgado quien hizo hincapié en que la ordenación al diaconado no es un honor, ni un privilegio, sino una llamada a servir a todos. “Esta vocación es un camino de humildad donde no se trata de hacer mi voluntad, sino la suya. No es un camino para que yo, sino para que Él. No es a mi manera, sino a la suya. Ser diácono es buscar siempre configurarnos con nuestro Señor Jesucristo, servidor”.

Por último, Michel Romano destacó que ser ordenado diácono permanente significa acoger plenamente la llamada de Dios. “Se trata de dar respuesta a una invitación que me ha ido haciendo a lo largo de estos años el Señor. Por eso, quiero dar un sí renovado al servicio, a la caridad y al anuncio del Evangelio. Me siento profundamente agradecido porque Dios se haya fijado en mí. Y, a la vez, acojo humildemente esta gracia, deseando poner mi vida al servicio de Cristo y de la Iglesia”.

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Cáritas impulsa la rehabilitación energética de viviendas en La Línea, Tarifa y Algeciras

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Cáritas Diocesana de Cádiz ha comenzado hoy su proyecto de mejora de las condiciones de habitabilidad de viviendas de familias atendidas por el Programa de Familia a través de los equipos de Cáritas en las parroquias. En concreto, en esta edición serán 15 familias de Tarifa, Algeciras y La Línea de la Concepción. Este proyecto va a suponer que se logren 15 viviendas más eficientes y sostenibles, contribuyendo a la lucha contra la pobreza energética.

La primera fase del proyecto es el diagnóstico y la valoración de las viviendas por parte de los técnicos del Programa de Familia, el voluntariado de Cáritas de las parroquias que atienden a las familias seleccionadas y los técnicos de ECODES.

Este proyecto cuenta con la financiación de la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) y la colaboración de la Fundación EDP, que harán posible la implementación de medidas de eficiencia energética en los hogares. Las actuaciones previstas permitirán reducir el consumo eléctrico, mejorar el confort térmico y garantizar un entorno más saludable para las familias.

Con esta iniciativa, Cáritas refuerza su compromiso con la dignidad habitacional y la sostenibilidad, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el número 7 (Energía asequible y no contaminante) y el número 11 (Ciudades y comunidades sostenibles).

En palabras de Vicente Pablo Ortells, director de Cáritas Diocesana de Cádiz «nuestro objetivo es que estas familias vivan en hogares más seguros, saludables y eficientes. Gracias a la colaboración de ECODES y Fundación EDP, damos un paso importante hacia la dignidad habitacional».

La colaboración de Cáritas con ECODES y EDP ha permitido en los dos últimos años, realizar mejoras en las instalaciones del Centro Social Padre Cruceyra y de seis viviendas en Algeciras, encaminadas a la mejora de la eficiencia energética.

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Miércoles, 10 de diciembre

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Dossier de prensa diario elaborado por la Delegación diocesana de Medios de Comunicación Social de la diócesis de Córdoba.

20251210 Dossier de prensa

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Monumento al Sagrado Corazón en Sevilla (Parroquia Ntra. Sra. de los Ángeles)

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Monumento al Sagrado Corazón en Sevilla (Parroquia Ntra. Sra. de los Ángeles)

En Sevilla Este se edificaron varias parroquias, y una de las primeras es la que tiene el doble nombre de Nuestra Señora de los Ángeles y santa Ángela de la Cruz.

El templo se levanta en un amplio solar y, además de la iglesia, tiene otras instalaciones para catequesis, despachos y salas diversas. Cuando nos acercamos al recinto, en el exterior y delante del columbario, nos recibe una imagen del Divino Corazón. El conjunto monumental es de color blanco. Sobre una columna de fuste estriado colocaron la imagen de Jesucristo vestido con larga túnica ceñida que llega hasta los pies, que aparecen descalzos apoyados sobre una semiesfera; tiene los dos brazos extendidos horizontalmente, con las manos abiertas, de manera que desde lejos se ve como una cruz; pero, sobre todo, destaca el corazón en el centro del pecho, corazón rematado con una cruz y rodeado de rayos de luz; porque el Corazón de Jesús es luz que ilumina nuestra vida; la cabeza está ligeramente inclinada hacia adelante, y el rostro expresa la cercanía al dolor y al sufrimiento, porque en el lugar donde se encuentra, la entrada al columbario, es conveniente entender que el sufrimiento y la muerte tienen sentido desde el Señor; Él es quien consuela, quien ayuda, quien acompaña, y entiende el sufrimiento, el dolor y la muerte porque Él pasó primero por todo ello.

Esa imagen del Corazón de Jesús expresa que la muerte no es el final, sino la puerta, el acceso a la eternidad. Cristo está vivo en la Eucaristía, en el cercano templo, está resucitado, glorificado; contemplar esta imagen ayuda a todos.

Federico Jiménez de Cisneros

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‘A vueltas con la Inteligencia artificial’ (Tribuna en ABC de Sevilla. 09-12-2025)

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‘A vueltas con la Inteligencia artificial’ (Tribuna en ABC de Sevilla. 09-12-2025)

¿Se trata de una gran solución, o acarreará graves problemas? ¿Nos trae grandes ventajas, o serán mayores los inconvenientes? ¿Será beneficiosa para el bien común, o más bien perjudicial? Lo cierto es que la inteligencia artificial muy probablemente va a cambiar el mundo tal y como lo conocemos. En cada etapa de la historia han surgido desafíos que reclamaban respuestas acertadas y eficaces desde los diferentes ámbitos. El papa León XIII ofreció respuestas ante la revolución industrial; así lo hizo san Pablo VI en tiempos de cambios posconciliares, y después san Juan Pablo II ante las nuevas situaciones sociales, políticas y morales; así lo han seguido haciendo los pontífices Benedicto XVI y Francisco, y actualmente el papa León XIV, cuya reflexión sobre la cuestión digital es ya una referencia imprescindible. Porque la revolución de la Inteligencia Artificial se ha constituido en una nueva frontera.

Tanto en la Nota Vaticana Antiqua et Nova de los Dicasterios para la Doctrina de la Fe y para la Cultura y la Educación, que aprobó el Papa Francisco, como en las recientes reflexiones del Papa León XIV, encontramos un análisis profundo y realista. Se afirma con claridad que estamos ante una auténtica revolución, seguramente de mayor trascendencia que la industrial del siglo XIX. La Inteligencia Artificial está transformando la manera de pensar, de trabajar, de comunicarnos, de organizar las sociedades y, muy especialmente, de comprender al ser humano. El pasado 5 de Diciembre el Papa León XIV en su mensaje a la Fundación Centesimus Annus – SACRU, señalaba que “abordar este desafío requiere plantearse una pregunta aún más radical: ¿qué significa ser humano en nuestra época?” ya que – como señala el Santo Padre – “la llegada de la inteligencia artificial va acompañada de cambios rápidos y profundos en la sociedad, que afectan a las dimensiones esenciales de la persona humana, como el pensamiento crítico, el discernimiento, el aprendizaje y las relaciones interpersonales. ¿Cómo podemos garantizar que el desarrollo de la inteligencia artificial realmente sirva al bien común, y no solo se utilice para acumular riqueza y poder en manos de unos pocos?”.

El Concilio Vaticano II, ya afirmaba ante un cambio de época que la ciencia y la técnica deben estar siempre al servicio de la persona humana (cf. Gaudium et Spes, 26). Hoy hay que afirmar sin ambigüedades, que el hombre no puede ser reducido a un algoritmo, ni la inteligencia humana puede equipararse a los procesos estadísticos o funcionales de una máquina. Como subraya Antiqua et Nova, «la inteligencia artificial no constituye una forma de inteligencia en sentido propio, sino uno de los productos de la inteligencia humana» (n. 8). Esta distinción es esencial para evitar confusiones antropológicas y riesgos éticos de enorme calado.

El Papa León XIV ha situado la cuestión digital y la Inteligencia Artificial en el corazón de su pontificado. Recuerda que el ser humano tiene una dignidad infinita, irreductible a cualquier constructo tecnológico, porque es criatura amada por Dios por sí misma. Desde sus primeras intervenciones, León XIV ha insistido en tres líneas fundamentales: 1) Una visión antropológica sólida, que permita comprender quién es el hombre y por qué ninguna máquina puede suplir su libertad, su conciencia, su capacidad de amar y de buscar la verdad. 2) La urgencia de un marco ético y normativo global, que oriente el desarrollo tecnológico hacia el bien común, la justicia, la paz y la protección de los más vulnerables. 3) La llamada a la sabiduría del corazón, expresión ya empleada por el Papa Francisco, pero que León XIV asume y desarrolla como clave para discernir y gobernar esta nueva realidad. Así lo recordaba en su mensaje a la cumbre “AI for Good 2025” (IA para el bien 2025), señalando que la técnica «debe servir al ser humano y nunca sustituirlo». Sus palabras no dudan en afirmar la primacía de la dignidad humana sobre cualquier interés económico, político o militar.

La reflexión cristiana no se limita a señalar riesgos; también contempla con esperanza las posibilidades de bien que encierra este nuevo tiempo, los enormes beneficios: avances médicos, ayuda al desarrollo, gestión eficiente de recursos, incremento de la seguridad, herramientas educativas y nuevas posibilidades para la comunicación y el encuentro entre los pueblos. La Iglesia propone situar en el centro la responsabilidad moral, recordando que sólo el ser humano es sujeto capaz de optar libremente por el bien y de responder ante Dios y ante la historia por sus decisiones. Ningún algoritmo puede reemplazar este discernimiento. La Inteligencia Artificial no es simplemente una realidad técnica; es un horizonte antropológico, cultural y espiritual. Es una oportunidad para preguntarnos de nuevo quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos, cuál es el sentido de nuestra existencia, cuál es nuestra misión y hacia dónde queremos conducir la historia.

La prudencia, virtud clásica y cristiana, es imprescindible para orientarnos en este terreno. El enorme desafío de la Inteligencia Artificial exige criterios éticos firmes, marcos legales adecuados, educación de la conciencia y alianzas globales que impidan que la tecnología se convierta en un instrumento de dominación o exclusión. La Iglesia no puede faltar a este diálogo para custodiar la humanidad y su dignidad, especialmente de los pobres. En este contexto, los cristianos somos llamados a ser fermento de esperanza, contribuyendo a que la IA sea un instrumento de bien, un camino para una sociedad más justa y fraterna.

 

+José Ángel Saiz Meneses

Arzobispo de Sevilla

 

 

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La Diócesis de Huelva promulga los Estatutos del nuevo Voluntariado Diocesano

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La Diócesis de Huelva promulga los Estatutos del nuevo Voluntariado Diocesano

La Diócesis de Huelva ha querido fortalecer y ordenar la acción del voluntariado como expresión visible de la caridad pastoral y del compromiso misionero de los fieles. Con este objetivo se ha constituido formalmente el Voluntariado Diocesano de Huelva, una estructura que contará con un marco estable para impulsar, coordinar y acompañar la labor solidaria en toda la Iglesia onubense.

El Obispo de Huelva ha promulgado los Estatutos del Voluntariado Diocesano, tras haber sido revisados y aprobados por el Consejo Episcopal, el Consejo del Presbiterio y el Consejo de Pastoral Diocesano. El texto, que ha sido examinado conforme a la normativa civil —especialmente la Ley Andaluza de Voluntariado— y a la legislación canónica, entrará en vigor un mes después de su publicación oficial. Además, las Delegaciones Diocesanas competentes velarán por su adecuada implementación.

La creación del Voluntariado Diocesano responde a la voluntad de articular un servicio que, inspirado en la caridad cristiana, actúa en los distintos ámbitos de la misión de la Iglesia: la enseñanza, la santificación y el servicio pastoral. Los voluntarios acompañan a personas en situación de vulnerabilidad, colaboran en tareas pastorales, promueven la solidaridad y contribuyen al bien común desde una identidad plenamente eclesial.

El contenido de los Estatutos regula la naturaleza de este voluntariado, su ámbito de actuación y las finalidades que lo animan: promover el compromiso cristiano, apoyar actividades diocesanas y fomentar la evangelización y la acción social. También se recogen los principios esenciales que inspiran esta misión: espíritu cristiano, servicio desinteresado, solidaridad, comunión eclesial, formación continua, responsabilidad, respeto y confidencialidad.

Asimismo, los Estatutos detallan los derechos y deberes de los voluntarios, garantizando su dignidad, formación, seguridad y participación, al tiempo que subrayan la responsabilidad en el servicio, la confidencialidad, el respeto a los destinatarios y la correcta integración en la vida diocesana.

La estructura organizativa del Voluntariado Diocesano se articula a través de una Oficina Diocesana presidida por un Director nombrado por el Obispo. Esta oficina contará con un Secretario, un Tesorero, un Equipo de Coordinación para las distintas áreas pastorales y una Asamblea de Voluntarios como espacio de participación, diálogo y discernimiento comunitario. Cada órgano tiene funciones claramente definidas para asegurar un funcionamiento transparente, eficaz y en comunión con los planes pastorales de la Diócesis.

Los Estatutos establecen también el proceso de incorporación de los voluntarios, basado en un compromiso formal y en la ausencia total de relación laboral, así como la obligatoriedad de una formación inicial y continua que garantice la calidad del servicio.

Con esta normativa, la Diócesis quiere seguir cuidando y promoviendo el compromiso de tantos hombres y mujeres que, desde la fe, dedican su tiempo y capacidades al servicio de los demás, convirtiéndose en un testimonio vivo de la caridad cristiana en la sociedad onubense.

Decreto y Estatutos del Voluntariado Diocesano de Huelva

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Misa de clausura por los 600 años de la presencia del pueblo gitano en España

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El Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada, de Sevilla, acogió el pasado domingo, la Eucaristía flamenca de clausura del 600 aniversario del pueblo gitano. La misa fue presidida por monseñor José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla.

“Damos gracias a Dios por los 600 años de la llegada del Pueblo Gitano a España, un acontecimiento histórico que ha marcado la vida, la identidad y la riqueza cultural de nuestro pueblo; y recordamos también con gratitud la aprobación, un 7 de diciembre de 1753, de las Reglas de esta Hermandad, que desde entonces han iluminado su camino espiritual”. En esta línea, el arzobispo de Sevilla agradeció “por seis siglos de presencia, de fe y de esperanza. Presencia en los pueblos y ciudades, en los barrios y en los caminos; por la fe vivida en las familias, en el arte, en el cante, en las devociones; por la esperanza transmitida de generación en generación, en tantas vidas, en tantas historias, en tantas manos que nos han sostenido con su trabajo humilde y fiel”.

En este contexto litúrgico “resuena con fuerza la celebración de estos 600 años. Seis siglos en los que el Pueblo Gitano ha ido encontrando un hogar en nuestra tierra; siglos de luces y sombras, como en toda historia humana, pero también siglos de una aportación inmensa en humanidad, en fe, en arte, en fraternidad”.

Don José Ángel dijo que “la Iglesia reconoce y valora profundamente la vivencia religiosa de vuestro pueblo, marcada por la cercanía, la sensibilidad, la defensa de la familia, la dignidad de los mayores, el valor de la palabra dada, el respeto a la vida y la fuerza de la fe vivida en comunidad. El Pueblo Gitano tiene un lugar en el corazón de la Iglesia, un lugar propio, querido y respetado. Hoy, aquí, en esta celebración, os lo digo con claridad: la Iglesia os quiere, la Iglesia camina con vosotros y vosotros camináis con la Iglesia”.

“En esta Hermandad – añadió –   María ocupa un lugar central. Ella es Madre, consuelo, fortaleza y esperanza. Y en esta tierra, la devoción mariana del Pueblo Gitano es intensa, sincera y muy honda”.

Galería de la misa

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Retiro de Adviento para familias, en Guadix

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Retiro de Adviento para familias, en Guadix

 

Será este domingo 14 de diciembre y está abierto a todos, especialmente a las familias de la diócesis

El domingo 14 de diciembre se va a celebrar un retiro de Adviento para familias de toda la diócesis, en Guadix, aunque está abierto a todos los que quieran participar. Será en el Hospital Real de la Caridad, desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde, y está organizado por la delegación de Familia y Vida.

Dirigirá el retiro el consiliario de la delegación de Familia, el sacerdote Antonio Fajardo.

Despierta tu corazón a la esperanza, el Señor está cerca” es el título bajo el que se presenta este retiro espiritual, que servirá para preparar el Adviento y para prepararse personalmente para la celebración del Nacimiento del Señor.

Para facilitar la organización, se pide que los que vayan a asistir que lo confirmen es el teléfono 647995512. Aquí también pueden recibir toda la información que precisen. Como está incluida la comida, el precio por participar es de 15€ por persona.

Ya son varios los años que se viene haciendo este retiro de Adviento en el mes de diciembre, con la asistencia de un buen grupo de matrimonios, y es tan grata la experiencia que se ha vuelto a convocar un año más.

 

Antonio Gómez

Delegado diocesano de MCS. Guadix

Familia retiro de adviento familias 14 12 25 cartel

 

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Manos Unidas de Guadix presenta sus actividades solidarias de Navidad

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Manos Unidas de Guadix presenta sus actividades solidarias de Navidad

Manos Unidas de la diócesis de Guadix presenta las actividades que ha organizado para este mes de diciembre, en torno a la Navidad. Son actividades que van a tener carácter solidario, para ayudar en el proyecto que Manos Unidas de Guadix tiene comprometido en África, o ayudan a tomar una mayor concienciación. Algunas de estas actividades se organizan en colaboración con otras instituciones diocesanas o de la ciudad.

Estas son las propuestas que nos hace Manos Unidas para el mes de diciembre

* Mercadillo Solidario: del 4 de diciembre al 5 de enero ( de 11-13,30h y de 17-20h).

* Conferencia de la psicóloga educativa Amaya Prado Piña, con el título “¿puede una máquina tener empatía? La Inteligencia Artificial y el acompañamiento humano”, el día 11 de diciembre, en Liceo Accitano, a las 19,00 h.

* Concierto de Navidad con la participación del coro Accichorus, Coro Santa Cecilia de Granada y el guitarrista Juan Carlos, de Guadix, el 22 de diciembre, en el Teatro Mira de Amescua.

* Las Velas de Adviento que Manos Unidas enciende en distintas parroquias de #Guadix en las 4 semanas de este tiempo litúrgico que nos prepara para la Navidad. La 1ª fue en Cristo Redentor, la 2ª en el Sagrado Corazón de la Estación, la 3ª será en Nuestra Señora de Fátima y la 4ª en el Sagrario.

Todas estas actividades están enfocadas a la consecución del proyecto de este año destinado a la ayuda de mujeres madres que van a dar a luz o en los primeros momentos del nacimiento de sus hijos, para mejorar sus condiciones sanitarias y de esperanza de vida, beneficiándose de un pequeño centro materno-infantil en Lisaka, República Democrática del Congo.

Se hace un llamamiento desde Manos Unidas Guadix a la reflexión y solidaridad en un tiempo en el que ‘Compartir es y será nuestra mayor riqueza’, para con los que más lo necesitan.

Manos Unidas. Guadix

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Santa Eulalia de Mérida

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Santa Eulalia de Mérida

santa-eulalia-680Eulalia, de esclarecido linaje por su nacimiento, «pero más todavía por la condición de su muerte», nació en Mérida, la famosa ciudad antigua de los vetones, a fines del siglo III.

En aquellos días la colonia Augusta Emérita, que debía sus nombres a los eméritos, o soldados jubilados de la guerra contra los cántabros, y a Augusto, que para ellos la fundó el año 25 antes de Jesucristo con la categoría de capital de la Lusitania, era una de las ciudades más importantes de la Península Ibérica.

Plácidamente asentada en una vega regada por el río Anas —nuestro Guadiana—, por el que subían y bajaban constantemente las naves de los mercaderes y traficantes orientales, que internaban en la Península sus mercancías a cambio de las riquezas naturales del suelo hispano, Mérida se convirtió poco a poco en una ciudad cosmopolita donde convivían y alternaban romanos y griegos, indígenas y orientales; la prosperidad y floreciente vida comercial, la grandeza y magnificencia de sus templos y edificios públicos y privados, bien le merecieron el apelativo de la Roma de España.

Pues bien: esta esclarecida ciudad romano-hispana, que debió de ser de las primeras de nuestra Península que vió brillar la luz del Evangelio, iba a inmortalizar su nombre a principios del siglo IV, al ser la patria terrena de una de las mártires más famosas del cristianismo: Eulalia.

Doce años había cumplido cuando sufrió, intrépida, su martirio. Mas ya antes había manifestado cuál era su vocación: aspirar al cielo y guardar intacta su virginidad. En efecto, contra lo que suele acontecer, desdeñó muy pronto las muñecas y otros juguetes con que suelen divertirse las niñas de poca edad: despreciaba las joyas y aderezos femeninos; era seriecita de cara, modesta en el andar, y en sus costurnbres infantiles reflejaba la gravedad de los ancianos.

Pero cuando la cruel persecución conmovió a los siervos del Señor, obligando a los cristianos a ofrecer incienso y sacrificar víctimas a los dioses, se enardeció el espíritu de Eulalia, y así, con su intrépido carácter y suspirando en su corazón por la gloria de Dios, se dispuso a desafiar las armas de los hombres,

Mas he aquí que sus padres, que conocían muy bien la animosidad de Eulalia, procuraron alejarla solícitamente de la ciudad, llevándola a una casa de campo apartada, no fuera caso que la valerosa muchacha quisiera comprar a precio de sangre su amor a la muerte.

Pero una noche, cuando por nerviosa no podía conciliar el sueño, agobiada por la triste situación de aquel retiro obligado, sin que nadie la viera, protegida por la oscuridad, abrió sigilosamente las puertas de su casa, franqueó los portones de la cerca y, fugitiva, emprendió su camino a campo traviesa. Con paso diligente recorrió en aquella oscura noche las varias millas que la separaban de la ciudad, acompañada en aquellos caminos llenos de abrojos y zarzales por una luminosa comitiva angélica, no de otro modo que el pueblo de Dios guiado por una columna de luz en el desierto.

De madrugada, antes de la salida del sol, llegó a la ciudad, y, valerosa, se presentó ante el tribunal, en medio de cuyos lictores vociferó a los magistrados: «Decidme, ¿qué furia es esa que os mueve a hacer perder las almas, a adorar a los ídolos y negar al Dios criador de todas las cosas? Si buscáis cristianos, aquí me tenéis a mí: soy enemiga de vuestros dioses y estoy dispuesta a pisotearlos; con la boca y el corazón confieso al Dios verdadero. Isis, Apolo, Venus y aun el mismo Maximiliano son nada: aquéllos porque son obra de la mano de los hombres, éste porque adora a cosas hechas con las manos. No te detengas, pues, sayón; quema, corta, divide estos mis miembros; es cosa fácil romper un vaso frágil, pero mi alma no morirá, por más acerbo que sea el dolor»,

Airado sobremanera el pretor al oír tales requerimientos, ordenó furioso: «Lictor, apresa esta temeraria y cúbrela de suplicios para que así sepa que hay dioses patrios y que no es cosa baladí la autoridad del que manda», Pero inmediatamente, como volviendo sobre sí, dijo el pretor a Eulalia: «Mas, antes de que mueras, atrevida rapazuela, quiero convencerte de tu locura en lo que me es posible. Mira cuántos goces puedes disfrutar, qué honor puedes recibir de un matrimonio digno. Tu casa, deshecha en lágrimas, te reclama: gimiendo estará la angustiada nobleza de tus padres, puesto que vas a caer, tan tiernecita, en vísperas de esponsales y de bodas. ¿O es que no te importan las pompas doradas de un lecho ni el venerable amor de tus ancianos padres, a quienes con tu obstinada temeridad vas a quitar la vida? Mira, ahí están preparados los instrumentos del suplicio: o te cortarán la cabeza con la espada, o te despedazarán las fieras, o se te echará al fuego, y los tuyos te llorarán con grandes lamentos, mientras tú te revolverás entre tus propias cenizas. ¿Qué te cuesta, di, evitar todo esto? Con que toques tan sólo con la punta de tus dedos un poco de sal y un poquito de incienso, quedarás perdonada».

Pero Eulalia nada respondió, sino que, arrebatada de indignación, escupió al rostro del pretor, arrojó al suelo los ídolos que tenía delante de sí, y de un puntapié echó a rodar la torta sacrifical puesta sobre los incensarios.

Inmediatamente dos verdugos se aprestaron a desgarrar sus tiernos pechos y los garfios abrieron sus virginales costados hasta llegar a los huesos, mientras Eulalia tranquilamente contaba sus heridas.

Al contemplar aquella carnicería, Eulalia decía al Señor sin lágrimas ni sollozos: «He aquí que escriben tu nombre en mi cuerpo. ¡Cuán agradable es leer estas letras, que señalan, oh Cristo, tus victorias! La misma púrpura de mi sangre exprimida habla de tu santo nombre».

Y tan abstraída estaba la mártir en su oración, que el dolor atroz que debían causarle aquellos tormentos pasaba totalmente desapercibido, a pesar de que sus miembros, regados con tierna sangre, bañaban de continuo la piel con nuevos borboteos calientes.

Ante aquella intrepidez, los esbirros se dispusieron a aplicarla el último tormento; mas no se contentaron con propinarla azotes que la desgarraran fieramente la piel, que sería poco, sino que la aplicaron por todas partes, al estómago, a los flancos, hachones encendidos. Pero, así que la perfumada cabellera que se deslizaba ondulante por el cuello y se desparramaba suelta por los hombros para cubrir la pudibunda castidad y la gracia virginal de la mártir tocó el chisporroteo de las teas, la llama crepitante voló sobre su rostro, nutriéndose con la abundosa cabellera, y la envolvió por completo. Y la virgen, deseosa de morir, se inclinó hacia la llamarada y la sorbió con su boca,

Y, ¡oh maravilla!, he aquí que de su boca salió, rauda, una paloma más blanca que la nieve, que, hendiendo el espacio, tomó el camino de las estrellas: era el alma de Eulalia, blanca y dulce como la leche, ágil e incontaminada. Así lo vieron estupefactos y dieron de ello testimonio el verdugo y el mismo lictor al huir aterrorizados y arrepentidos. La Virgen torció delicadamente el cuello a la salida del alma; apagóse el fuego de la hoguera, y, por fin. quedaron en paz los restos exánimes de la mártir. Todo esto acaeció un día 10 de diciembre.

El cielo cuidó en seguida de velar por el tierno cuerpo de aquella virgen y rendirle las debidas honras fúnebres, porque al punto cayó una nevada que cubrió el foro, y en él el cuerpecito de Eulalia, que yacía abandonado en la helada intemperie como para protegerlo con una grácil mantilla blanca.

Tal es la primorosa descripción que nos dejó Prudencio del martirio de Eulalia de Mérida, en admirable coincidencia con las actas que sobre estas mismas hazañas escribiera un testimonio ocular. ¡Cuán distinto es el sabor y cuán lejos de la realidad histórica están otras «vidas» de la Santa emeritense!

Sigilosamente se aprestarían los cristianos de Mérida a rescatar las preciosas reliquias de aquella intrépida niña que con su muerte acababa de dar tan espléndido testimonio de la fe. Embalsamarían delicadamente su cuerpo y le darían sepultura precisamente en aquel mismo lugar donde pasada la tremenda borrasca de la persecución, se levantó una espléndida basílica, cuyo mármol bruñido -según testimonio de Prudencio, que la vió- iluminaba con cegadores resplandores sus atrios, donde los resplandecientes techos brillaba,n con áureos artesonados y los pavimentos de mármol jaspeados daban al peregrino la sensación de pasear en un prado en que se entremezclaban y combinaban las rosas con las demás flores. Y con un lirismo exultante termina el poeta su descripción: «Fuera las lágrimas dulzonas y melindrosas… Cortad, vírgenes y donceles, purpúreas amapolas, segad los encendidos azafranes: no carece de ellos el invierno fecundo, pues el aura tépida despierta los campos para llenar de flores los canastillos. Ofreced, ¡oh jóvenes!, estos presentes, que yo, en medio del corro también quiero llevar una corona en estrofas de poesía, vil y ajada, pero alegre y festiva. Así conviene venerar los huesos que yacen bajo el altar; ella mientras tanto, a los pies de Dios, ve todo esto e intercede, benévola, por nosotros».

(Fuente: http://www.mercaba.org/)

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