En la víspera de la Solemnidad del Corpus Christi, el Obispo de la Diócesis, Don Sebastián Chico Martínez visitó la localidad de Villardompardo, en la que los altares que levantan los vecinos en honor a Jesús Sacramentado le han merecido la declaración de esta fiesta como Bien de interés cultural etnológico. El Obispo pudo compartir y alentar entre los vecinos el esfuerzo que supone cada año transformar el espacio urbano en todo un rosario de altares en los que se alaba a la Eucaristía a su paso en la custodia durante la procesión del domingo.
En el momento en el que las calles de Villardompardo comienzan a transformarse, El Obispo de Jaén pudo realizar un recorrido por los distintos altares en los que el vecindario se encuentra aunando esfuerzos y compartiendo la satisfacción del trabajo realizado meses atrás. Fueron los mismos vecinos los encargados de explicar a Don Sebastián Chico el proceso de creación y montaje de estos altares efímeros donde la simbología eucarística es todo un alarde de creatividad por parte de un vecindario que se significa entre toda la provincia en esta solemnidad.
Durante varios meses, el vecindario de Villardompardo se reúne en locales donde trabajan en la elaboración de los altares utilizando materiales en su mayoría de reciclaje a los que le dan un sentido nuevo. La temática de estas construcciones efímeras es todo un secreto hasta el momento de sacarlos a las calles, cuando se expone un trabajo cargado de ilusión y que ha supuesto meses atrás una ocasión valiosa para compartir la vida con sus vicisitudes y crear los lazos fraternos que caracterizan al pueblo de Villardompardo.
Don Sebastián, acompañado de su secretario particular, D. Francisco Javier Cova del Párroco, D. Ildefonso Rueda y del diácono, Samuel Valero, tuvo la oportunidad de felicitar a los vecinos en los distintos altares por los que hizo el recorrido vespertino en estas calles y los alentó a continuar esta hermosa tradición a la que han de sumarse. En este recorrido también estuvo presente el alcalde de la localidad, D. Francisco López Gay, quien agradeció al pastor de la Iglesia de Jaén su presencia en estos momentos tan significativos para la vida de Villardompardo.
Comunidad parroquial de Ntra. Sra. de Gracia de Villardompardo
Esta mañana se ha presentado en el Hotel Alfonso XIII de Sevilla la nueva iniciativa turístico-cultural del Cabildo Metropolitano: ‘Noches de la Catedral’, una propuesta de visitas nocturnas exclusivas que combinan arte, espiritualidad y emoción en uno de los espacios más icónicos del patrimonio mundial.
La presentación ha corrido a cargo de Francisco José Ortiz, deán del Cabildo, que ha destacado cómo, desde la catedral, se ha venido reflexionando en torno a “cómo abrir las puertas de este templo no solo al visitante, sino al alma de quien la pisa”. Con esta vocación nace ‘Noches en la Catedral’. En su opinión, el patrimonio que alberga la Catedral “no puede ser admirado sólo desde el punto de vista histórico y artístico, sino que debemos volver al fin para el que fue creado: cultivar la vía de la belleza como un camino para llegar a Dios”. En esta línea, ha destacado cómo, en el caso del templo metropolitano, se trata de “narrar la historia de la Salvación a través de las obras de arte que alberga la Catedral de Sevilla”.
Por su parte, Francisco Román, canónigo delegado de Administración, ha recordado que este esfuerzo del Cabildo por poner en valor el rico patrimonio de la Catedral con una finalidad catequética arrancó, con una nueva perspectiva, con ocasión de la Exposición Universal de Sevilla 1992. El Cabildo es, desde su creación, el garante de un legado heredado a través de los siglos y que cada día se pone a disposición de todos.
‘Noches de la Catedral’ consta de cuatro visitas que se realizan al caer la noche, y que están pensadas especialmente para el canal hotelero y turístico. Estas experiencias buscan ofrecer una alternativa de calidad, alejada de la masificación habitual, y fomentar la pernoctación en la ciudad.
Juanjo Domínguez, director general de Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, ha afirmado que ‘Noches de la Catedral’ “representa a la perfección el tipo de propuesta que desde el área de Turismo queremos impulsar: una oferta pensada para quienes eligen pasar la noche en la ciudad, contribuyendo así a un modelo de turismo más equilibrado, menos masificado y con mayor impacto económico local”.
Finalmente, Álvaro Alés, director general de Gastropass, ha explicado que esta oferta incluye “cuatro productos únicos pensados para ofrecer una experiencia irrepetible al anochecer: Evangelio de Madera, una dramatización envolvente en torno al retablo mayor; De Profundis, una catequesis en piedra que culmina con música sacra; Proyectando Historia, la Catedral como pantalla de su propio relato; y Visita Nocturna a las Cubiertas, Sevilla y su templo bajo las estrellas”.
Las visitas se realizarán en grupos de cien personas, excepto las visitas a las cubiertas, que se llevan a cabo en grupos de veinte personas.
El Patronato del Sagrado Corazón de Jesús, en colaboración con la Red Mundial de Oración del Papa y la Diócesis de Almería, ha organizado un programa de actos con motivo de la festividad del Sagrado Corazón de Jesús. Durante estos días, se invita a todos los fieles y devotos a unirse a estos encuentros de fe, oración y reflexión en un marco de fraternidad y espiritualidad.
Jueves 26 de junio
La jornada comenzará a las 19:30 horas con una visita guiada al Monumento del Sagrado Corazón de Jesús, dirigida por D. Antonio Andrés Díaz Cantón. Este recorrido permitirá a los asistentes conocer en detalle la historia, el significado y el valor artístico y espiritual de este emblemático lugar. El punto de encuentro y salida será la Parroquia de Santiago Apóstol, desde donde se iniciará el trayecto hacia el monumento.
Ya por la noche, a las 21:00 horas, tendrá lugar una Vigilia de Oración Juvenil en el propio Monumento del Sagrado Corazón de Jesús. Este momento de recogimiento y oración está especialmente dirigido a los jóvenes de la diócesis, aunque está abierto a la participación de todos aquellos que deseen compartir este tiempo de encuentro con el Señor.
Viernes 27 de junio
El programa culminará el viernes 27 de junio, también a las 21:00 horas, con la celebración de la Santa Misa. Esta Eucaristía solemne tendrá lugar en el Monumento del Sagrado Corazón de Jesús y será un momento destacado para la comunidad diocesana, que se reunirá en torno a su Pastor para rendir homenaje al Corazón de Cristo.
Invitación a la participación
El Patronato del Sagrado Corazón de Jesús anima a todos los fieles, familias, movimientos y grupos parroquiales a participar en estos actos, que suponen una oportunidad para fortalecer la fe, renovar el compromiso cristiano y compartir la alegría de pertenecer a la Iglesia.
El pasado viernes, 20 de junio, la parroquia de San Andrés de Fondón vivió una jornada de especial alegría con la celebración del sacramento de la Confirmación, que no se realizaba en la localidad desde el año 2019. La ceremonia fue presidida por el Ilustrísimo Sr. Vicario General, D. Ignacio López Román, y concelebrada por el párroco, D. Manuel Jesús Piedra Giménez, contando además con la asistencia del diácono permanente, D. José Antonio Maldonado Martín.
Un grupo de jóvenes-adultos procedentes de distintas localidades de la Alta Alpujarra —Laujar de Andarax, Alcolea y Fondón— tras la adecuada formación, recibió el don del Espíritu Santo, culminando así su proceso de iniciación cristiana y reafirmando su compromiso de ser testigos de la fe en el mundo.
Durante la misma celebración, se vivió otro momento de gran significado espiritual con la recepción del rito de admisión a la plena comunión con la Iglesia Católica por parte de dos jóvenes cristianos ortodoxos de la comunidad parroquial de Alcolea, gesto que testimonia la unidad y la apertura del corazón de la Iglesia.
Fue una jornada llena de emoción, esperanza y compromiso, tanto para los confirmandos como para las distintas comunidades parroquiales que los han acompañado y apoyado en su camino de fe.
El Colegio Diaconal de la Diócesis de Jaén celebró el pasado día 20 de junio su última reunión trimestral del curso pastoral, un encuentro marcado por la fraternidad, la reflexión y el compromiso con el ministerio del diaconado permanente.
La reunión contó con la presencia del Obispo de Jaén, Mons. Sebastián Chico Martínez, así como de los siete diáconos permanentes de la diócesis, el director del Secretariado para el Diaconado Permanente, D. José Antonio Maroto, y el delegado episcopal para el clero, D. Raúl Contreras.
Siguiendo lo previsto en el calendario diocesano, la sesión abordó diversos temas de interés para la vida y misión del diaconado, siendo un espacio de diálogo y evaluación del camino recorrido hasta el momento.
Uno de los puntos tratados fue la valoración del Plan de Formación Permanente para el diaconado permanente, tras su primer año de implantación y desarrollo. Se valoró muy positivamente el poder haberlo llevado a cabo en su totalidad el programa, así como el compromiso de los diáconos con este proceso formativo.
También, se abordó la situación actual del diaconado permanente, tanto desde la dimensión personal como colegial. Fue una oportunidad para compartir vivencias, expresar inquietudes y fortalecer los lazos fraternos que unen a quienes han sido llamados a este ministerio.
Se valoró positivamente el recorrido realizado por algunos de los arciprestazgos de la diócesis para dar a conocer la vocación del diácono permanente. Junto con el director del secretariado, algunos diáconos permanentes, candidatos y esposas han permitido acercar esta realidad vocacional a muchas comunidades, sembrando esperanza y animando posibles futuras vocaciones.
Se confirmó la fecha del Jubileo diocesano de los Diáconos, que tendrá lugar el próximo 26 de diciembre de 2025, dentro del Año Santo convocado por la Iglesia universal coincidiendo con el día de S. Esteban. Se tratará de una jornada festiva y profundamente espiritual, que pondrá en valor el servicio y la entrega de los diáconos a la Iglesia de Jaén.
Además, se hizo una valoración muy positiva de las celebraciones a las que los diáconos permanentes han asistido al Obispo a lo largo del año, en las que el ministerio diaconal ha tenido una presencia activa, destacando su función litúrgica y pastoral.
Como novedad de este encuentro, nuestro Obispo D. Sebastián manifestó su aceptación, con alegría y sentido eclesial, a la acogida de dos hermanos diáconos permanentes de la Diócesis de Granada, quienes han solicitado participar el próximo curso en las actividades organizadas por el Secretariado para el Diaconado Permanente de Jaén: formación, retiros, convivencias y otros momentos fraternos. Esta petición, aceptada con entusiasmo, refleja el espíritu de apertura y acompañamiento que caracteriza a nuestra Iglesia diocesana, llamada a caminar junto a quienes lo necesiten, y a compartir los bienes espirituales y pastorales desde la fraternidad evangélica.
La reunión concluyó con una oración comunitaria, dando gracias a Dios por el ministerio recibido y pidiendo su luz para seguir sirviendo con humildad y alegría al Pueblo de Dios.
El Colegio Diaconal de Jaén continúa así su andadura, fortalecido por estos espacios de comunión y discernimiento, y firme en su deseo de ser instrumento fiel del Evangelio al servicio de la Iglesia y de los más pobres.
Un grupo de seminaristas de nuestra diócesis se encuentra estos días en Roma con motivo de la celebración del Jubileo de los Seminaristas, enmarcado en las celebraciones del Año Santo convocado por el Papa. La peregrinación, que comenzó ayer lunes y se extenderá hasta mañana miércoles, está encabezada por el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza Boy, y cuenta con la participación de los seminaristas del Seminario Diocesano San Bartolomé y del Seminario Misionero Redemptoris Mater, acompañados por los rectores de ambas casas de formación.
El intenso itinerario espiritual que están siguiendo comenzó con el rezo de Laudes en la Casa de las Suore Povere di San Giuseppe y continuó con una visita y celebración de la Santa Misa en las Catacumbas de San Calixto. Posteriormente, realizaron oración y subida de la Scala Santa, seguida por el paso por la Puerta Santa y la oración del Credo en la Basílica de San Juan de Letrán, primera de las cuatro basílicas mayores de Roma.
Durante la jornada de ayer también participaron en el encuentro de acogida de los seminaristas del mundo entero en la Basílica de San Pablo Extramuros, donde se celebró el rezo del Rosario y un concierto del Coro Diocesano de Roma, bajo la dirección del reconocido maestro Marco Frisina.
Hoy martes, los seminaristas recorren la Via della Conciliazione en peregrinación hacia la Basílica de San Pedro, donde cruzarán la Puerta Santa, recibirán catequesis del Papa León XIV, participarán en la celebración de la Eucaristía y visitarán los Museos Vaticanos. También está prevista su presencia en la Iglesia de Santa María de Montserrat de los Españoles, donde se celebrarán momentos de oración, confesión y una nueva Eucaristía.
Por su parte, el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza, participará mañana miércoles en las actividades del Jubileo de los Obispos. Entre ellas se incluyen la peregrinación y cruce de la Puerta Santa en San Juan de Letrán, la asistencia a la Santa Misa jubilar, una meditación del Santo Padre y un almuerzo con la Comunidad Neocatecumenal de Roma.
Esta peregrinación supone un momento de gracia y comunión para los futuros sacerdotes de la diócesis, que están viviendo en Roma una experiencia única de fe, fraternidad y cercanía con la Iglesia universal en este Año Santo.
Organizado por la Pastoral Familiar, dentro de su propuesta estival del Curso “Amor humano, matrimonio y familia” que se desarrolla a lo largo del año.Tendrá lugar del 11 al 13 de julio y es necesaria la inscripción previa.
El Curso “Amor humano, matrimonio familia”, de la Pastoral diocesana de familia, cierra el ciclo académico con su propuesta formativa de verano, abierto a la participación de todo el mundo, que este año está dedicada a la soledad y “el arte de acompañar”. Se trata del curso de verano que organiza la Pastoral Familiar, que se celebrará del 11 al 13 de julio, y cuyo plazo de inscripción finaliza el día 7.
El título del curso de verano es “De la soledad a la plenitud. El arte de acompañar” y será impartido por profesionales cristianos del ámbito sanitario como un psicólogo y una neuropediatra, así como un sacerdote diocesano. Se abordará desde la situación de soledad, hasta el acompañamiento y las personas que llevan adelante ese acompañamiento, tanto a adultos como a jóvenes. Habrá también una mesa redonda donde se compartirá la experiencia en este campo por parte de personas que acompañan a quienes sufren el dolor de la soledad o viven en esa situación, así como unas propuestas para ser compañía de quienes están en soledad.
“Estas jornadas nacen de una visión compartida y madurada a lo largo de los últimos años. Lo que vemos en la sociedad —y también en los acompañamientos que realizamos en las diversas realidades de nuestra diócesis— nos muestra un mensaje repetido: que podemos con todo, que lo merecemos todo, que lo inmediato es lo valioso, y que basta con estar bien con uno mismo. Siempre conectados, siempre ocupados… pero muchas veces profundamente solos”, explica la Pastoral Familiar sobre el motivo de organizar el curso de verano de este año con este tema.
“Esta forma de vivir, tan extendida y presentada como modelo de realización, está generando individuos cada vez más aislados, que se sienten solos y, en no pocos casos, incluso culpables por sentirse así. Queremos invitarles a reflexionar juntos sobre esta realidad y a descubrir caminos que nos ayuden a salir de ella, desde nuestra fe y desde experiencias cercanas”, subrayan.
El Curso se desarrollará en el Centro de Estudios Superiores La Inmaculada, en un horario distribuido de 16 a 20 horas, el viernes; de 9:30 h a 14 y de 16 a 20 h, el sábado; y de 9:30 a 14 h el domingo.
Entrevistamos a los seminaristas que recibirán el diaconado de manos de Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez el próximo 28 de junio a las 11hrs en la Santa Iglesia Catedral.
1 –Estamos a pocos días de vivir la ordenación diaconal, lo primero, ¿Cómo te sientes al dar este paso que te acerca al sacerdocio?.
Siento una mezcla muy bonita de alegría serena y de temblor santo. Alegría porque llevo años caminando hacia este momento y reconozco en él el paso firme de Dios en mi vida. Y temblor porque soy consciente de que no es un premio, sino una misión. No me ordeno por ser digno, sino por ser llamado. Me emociona saber que pronto podré servir al Pueblo de Dios desde el altar y en la vida cotidiana.
2 – ¿Da vértigo el dar este paso?. ¿Cómo tienes pensado el vivir el diaconado?.
Sí, claro que da vértigo… pero es el mismo vértigo que se siente al amar de verdad. Porque el diaconado no es una “antesala”, es ya una entrega concreta. Lo quiero vivir como una escuela de humildad y de servicio silencioso. Quiero estar donde haga falta, acompañar sin ruido, sostener sin protagonismo. Ser un puente entre Dios y su pueblo desgastándome cada día. El diaconado no se vive desde el deber, sino desde el don.
3 – ¿La oración, el servicio y la Palabra de Dios qué están siendo para ti a pocos días de la ordenación?.
La oración está siendo mi raíz y mi refugio. No es que rece más, sino que rezo con más conciencia de que necesito a Dios en todo. El servicio empieza a ser como un lenguaje natural: en cada gesto pequeño de disponibilidad descubro el rostro de Cristo. Y la Palabra de Dios… está siendo como una lámpara encendida dentro. Me habla, me consuela, me corrige. Siento que la Escritura me acompaña como un amigo fiel que me prepara para lo que viene.
4 – Tras la ordenación diaconal te tocará acompañar a los fieles en celebraciones como el Bautismo, el Matrimonio o el rito de las exequias. ¿Cómo te ves en esos momentos tan importantes para la vida de los fieles?.
Me veo como un testigo silencioso del paso de Dios por la vida de las personas. No quiero ser un funcionario del rito, sino alguien que celebra con los que celebran y llora con los que lloran. Cada uno de esos momentos es tierra sagrada: el nacimiento a la fe, la entrega del amor, la despedida con esperanza. Quiero ser un servidor de lo que ocurre allí, no el centro. Que la gente vea a Cristo, no a mí.
5 – ¿Qué es lo que más te está ayudando en tu espiritualidad para prepararte estos días y durante el curso?.
La semana pasada nos hemos preparado con unos «Ejercicios Espirituales» y como en otras ocasiones, me está ayudando mucho el silencio. Escuchar sin prisa lo que Dios me susurra en lo escondido. También la fraternidad con mis compañeros: compartir la fe, los miedos, las risas. Y una cosa muy sencilla: agradecer. Doy gracias cada noche por este camino. Me ayuda a mantenerme humilde y confiado. Nada de lo que vivo es por mis méritos. Todo es gracia.
6 – ¿Qué te dice o consejos te da tu familia, amigos, seminaristas, directores espirituales a pocos días de la ordenación diaconal?.
Es curioso… en estos días he podido experimentar cómo el amor de mi familia trasciende las diferencias en la forma de vivir la fe. Algunos la viven intensamente y me acompañan desde la oración, otros quizás no frecuentan tanto la Iglesia, pero aun así me han expresado su apoyo con una ternura que me emociona. Para todos, esta ordenación es algo grande, aunque lo entiendan desde lugares distintos. Me dicen cosas como: “Sé tú mismo, y déjate cuidar por Dios”, “Estamos orgullosos de ti, o haz lo que te haga feliz”, y eso me toca profundamente.
Los amigos y compañeros del seminario han sido una bendición: compartimos este camino con verdad, con bromas, con fe. Y mis formadores me han recordado que en todo esto, lo más importante no es lo que yo haga, sino lo que Cristo hará en mí y a través de mí.
7 – Acercándonos ya al sacerdocio ¿Qué le dirías a esas personas que Dios llama y están indecisos en la decisión?.
Les diría que no tuvieran miedo. Que si sienten esa inquietud en el corazón, no la apaguen, que la escuchen cuidadosamente. Dios no quita nada, lo transforma todo. No hay vocación sin cruz, pero tampoco sin plenitud. Si Dios llama, es porque sabe que ahí está tu alegría más verdadera. No decides solo, decides con Él. Atrévete a preguntarle: “Señor, ¿qué quieres de mí?”
8 – ¿Qué mensaje puedes trasladar a un joven como tú que el sábado dará un paso más para seguir a Cristo?.
Le diría que no camina solo. Que cada paso que damos hacia Cristo lo damos sostenidos por su amor y acompañados por su Iglesia. Dar un paso hacia Cristo es también un paso hacia los demás. Hoy más que nunca necesitamos jóvenes valientes, que no vivan para sí, sino para amar y servir. Vale la pena. Y no porque sea fácil, sino porque es verdadero.
9 – Por último, ¿qué versículo, oración, lectura o salmo tienes más presente estos días?.
Me acompaña mucho aquel momento del profeta Elías en el monte Horeb, cuando Dios no se manifiesta en el viento huracanado, ni en el fuego, ni en el terremoto… sino en la brisa suave (1 Re 19,11-12). Esa imagen me ayuda a recordar que Dios actúa en lo pequeño, en lo silencioso, en lo que no se impone. Así ha sido su presencia en mi vocación: discreta, pero constante.
Y junto a esa escena, el Salmo 116: “¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación invocando su nombre.” Lo repito mucho estos días. Porque mi vocación no es una conquista, es una respuesta agradecida. Dios me ha dado tanto, que solo puedo ofrecerle mi vida.
El próximo 4 de julio, a partir de las 9:00 horas, la Ciudad Deportiva Bahía de Cádiz (Instalaciones El Rosal) acogerá la celebración del III Memorial Gabriel Delgado, un emotivo homenaje que busca mantener viva la memoria del sacerdote gaditano Gabriel Delgado Álvarez, fallecido en noviembre de 2021, y cuyo legado de compromiso con las personas más vulnerables sigue muy presente en la sociedad gaditana.
Este tercer memorial, patrocinado por la Excma. Diputación de Cádiz a través de su servicio de deportes, tendrá formato de triangular de fútbol, en el que participarán tres equipos con un fuerte simbolismo social. Por un lado, un equipo de la Fundación Cádiz Club de Fútbol; por otro, el Club Deportivo de la Asociación de la Prensa de Cádiz; y, finalmente, un equipo formado por personas migrantes acogidas y atendidas por la Asociación Cardijn y la Fundación Centro Tierra de Todos, dos de las entidades que el propio Delgado fundó y dirigió durante años.
El evento, que estará presidido por el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza, y que contará un año más con la participación del alcalde de Cádiz, Bruno García, no es solo una cita deportiva, sino un acto de memoria y reconocimiento a una figura clave en la defensa de los derechos humanos en la provincia de Cádiz.
Gabriel Delgado, nacido en Cádiz el 25 de octubre de 1946, dedicó toda su vida al trabajo con colectivos desfavorecidos, especialmente migrantes, jóvenes en riesgo y trabajadores. Ordenado sacerdote obrero en los Astilleros de Cádiz, fue también consiliario diocesano y regional de las Juventudes Cristianas de Andalucía, delegado diocesano de Pastoral Obrera, presidente de la Asociación Cardjin, director del Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, así como de la Fundación Tierra de Todos, donde articuló múltiples proyectos de integración, formación y acompañamiento.
Su labor traspasó el ámbito religioso. En un gesto simbólico entregó al Papa Francisco una pequeña patera, símbolo del drama migratorio, como recordatorio del compromiso que la Iglesia debe mantener con quienes huyen de la guerra, el hambre o la pobreza.
Por su trayectoria, recibió numerosos reconocimientos: la Medalla de Andalucía, el premio al Mejor Liderazgo Social de la provincia de Cádiz y, a título póstumo, fue nombrado Hijo Predilecto de la ciudad de Cádiz en mayo de 2022.
El III Memorial Gabriel Delgado es, en definitiva, un espacio de encuentro, deporte y reflexión que busca seguir construyendo el legado de un hombre que hizo de la solidaridad su forma de vida.
Vamos a tratar, en estas breves líneas, de la historia de amor de la Madre Luisa con el Nazareno. Ella misma reconoce que siempre sintió mucha devoción y ternura ante Jesús con la cruz a cuestas[2]. Tras la locución del Nazareno en el año 1939, debió recibir la gracia de un conocimiento muy profundo de Corazón de Jesús. A raíz de entonces, el Señor le infundió a la Madre Luisa su ardiente Caridad, para que pudiera amar con su mismo Amor, de un modo similar a como se lo transmitió el Corazón de Jesús a Santa Margarita María de Alacoque: “Mi divino Corazón está tan apasionado de amor por los hombres y por ti en particular que, no pudiendo ya contener en sí mismo las llamas de su ardiente caridad, le es preciso comunicarlas por tu medio y manifestarse a todos para enriquecerlos con los preciosos tesoros que te estoy descubriendo”[3].
La Madre Luisa explica, a través de estos breves versos, como recibió la Caridad como virtud sobrenatural:
¿Cómo se podría entender, si no, el modo extraordinario como ejerció la caridad con los enfermos, los más pobres y necesitados, en unas condiciones de extrema penuria y poniendo en riesgo su vida a causa de las graves enfermedades contagiosas a las que se expuso?
Madre Luisa Sosa (1944)
El amor entre la Madre Luisa y el Corazón de Jesús, concretado en la figura del Nazareno, fue un amor transformante de amante, de esposo, llegando a los más altos grados de amor que puede alcanzar el alma en esta vida, que ella expresa así a través de sus versos:
El amor de la Madre Luisa por el Nazareno lo concretó en esta máxima: “Grabando en nuestras almas la imagen del divino Nazareno”. Ese amor transformante le hizo trabajar incansablemente por la gloria de Dios, buscando “Rendir nuestras vidas a la mayor honra y gloria de Dios Nuestro Señor y por el bien corporal y espiritual del prójimo, en el que queremos ver siempre la imagen bendita de nuestro divino Redentor”[4].
Amor y reparación son la síntesis de la devoción al Corazón de Jesús. Podemos decir que la reparación es reflejo y medida del amor, y están íntimamente ligados. San Juan de la Cruz, de quien la Madre Luisa era tan devota, declara que «viendo a la esposa herida de su amor, Cristo, también al gemido de ella viene herido del amor de ella; porque en los enamorados la herida de uno es de entrambos y un mismo sentimiento tienen los dos»[5].
Madre Luisa Sosa (1938)
¿Cómo nació en la Madre Luisa su amor por el sufrimiento, tan contrario a la naturaleza humana? Ella misma lo cuenta así: “Me gustaba la vida fácil, cómoda, a capricho, esa es la verdad. Menos mal que el Señor, en su infinita misericordia, me mandaba muchos males corporales bastante penosos, que algo servirían de contrapeso. Porque, eso sí tenía, que los males que me mandaba el Señor —a veces dolores muy fuertes— siempre los recibí no ya con resignación, sino con alegría, con una alegría alborozada en el fondo de mi alma, porque pensaba que, ofreciéndolo al Señor, me perdonaría mis muchos pecados e infidelidades. Siempre que se me presentaba un dolor, le decía al Señor con toda mi alma: «¡Gracias, Jesús mío, bendito seas! Yo sé que por el dolor vas a salvar mi alma, que el dolor me va a redimir». Y en verdad que él me dio fuerzas para nunca cansarme de padecer, también me acordaba en mi padecer de los demás, de la salvación de las almas, de ofrecer para gloria de Dios y para reparar las ofensas que se hacían —y yo hacía— al divino Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen.”[6]
Impresiona ver cómo, a pesar de tantos sufrimientos, su alma estaba llena de sentimientos de dulzura y amor a Dios. Hizo de la reparación su modo de vida habitual, ofreciendo sus sufrimientos para purificar su propia alma (Limpia mi alma, oh Jesús, a fuerza de sufrimiento –Aspiraciones, 1946–) y salvar las almas de otras personas, algunas de las cuales las concreta en diversas poesías (A mi padre; A mi tía; Ofrecimiento para una conversión…).
A menudo exhortaba a sus queridas hijas de comunidad a ser pararrayos de la Justicia divina: «Si fuéramos buenas, podríamos ser pararrayos para reparar las ofensas que se hacen al Señor y a la Santísima Virgen».
Y todo ello, como fruto del amor: “Es un horizonte lleno de amor para nuestras almas enamoradas de Cristo: santificarnos nosotras mismas, grabando en nuestras almas la imagen del divino Nazareno”[7].
Por último, entresacamos del testimonio de una de las Hermanas: «La devoción de la Madre al Sagrado Corazón se concretaba en las oraciones de la mañana y de la noche, tanto las hermanas, como las ancianas y las niñas, siempre terminaban con la invocación al Sagrado Corazón, repetida por tres veces “Sagrado Corazón de Jesús en vos confío”. Otras veces la oí decir a algunas personas que pasaban por intenso sufrimiento: “Te pongo en la Sagrada llaga del Divino Corazón”.
Pero lo que sobre todo quiero reflejar en este escrito, es el amor tan intenso que nos ha transmitido al Divino Corazón. La Madre Luisa conocía las penas y sufrimientos que producen el desamor, el amor no correspondido, el olvido, la indiferencia, la frialdad, todas estas cosas son mucho más penosas que los sufrimientos físicos. Por este motivo, la Madre Luisa no fijo su atención en sus propios sufrimientos, que los tuvo grandísimos, sino en los del Corazón de su Divino Nazareno y mirándolo a Él se olvidó de sí misma, esta fue su gran fuerza para vivir una vida de tanto sufrimiento con tanta paz»[8]