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Fernando Ruano Segado es ya diácono de la Iglesia de Jaén en su destino hacia el sacerdocio 

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En este día en el que la Iglesia recuerda a San Mateo apóstol, Fernando Ruano ha recibido la ordenación diaconal de manos del Obispo de Jaén, Monseñor Chico Martínez, en la que se ha convertido en su primera ordenación como Prelado a un diácono aspirante al sacerdocio, como Obispo de Jaén. Junto con el presbiterio diocesano, el Obispo emérito, Don Amadeo Rodríguez Magro, ha querido compartir con su Diócesis este momento de Júbilo de esta Iglesia particular. 

Fernando Ruano, natural de Arjonilla y de 28 años ha estado acompañado por miembros de su comunidad parroquial, la de Nuestra Señora de la Encarnación, así como su familia, amigos y compañeros del Seminario.  La ceremonia ha sido solemnizada por el Coro y Orquesta MusicAlma. 

Las lecturas han estado participadas por un amigo de Fernando, su compañero de Seminario, Salvador Ruiz y por una feligresa de su parroquia natal. Al finalizar la proclamación del Evangelio, a cargo del diácono permanente, D. Andrés Borrego, el seminarista se ha puesto en pie, a petición del Secretario Canciller, para que el Rector del Seminario, D. Juan Francisco Ortiz confirmara, ante el Obispo, que el joven arjonillero es apto para recibir el ministerio del diaconado. 

 Homilía 

El Obispo Don Sebastián ha comenzado sus palabras saludando al Obispo emérito, al Cabildo Catedral, al presbiterio y a los fieles, en particular a los de la parroquia de Arjonilla, para, inmediatamente dirigirse a los padres del seminarista que iba a ser ordenado con una sentida intervención: “Permitidme que salude de una manera especial a los padres de Fernando, Maricarmen y Fernando. Somos conscientes de que este es un momento de gran emoción y orgullo para vosotros. Habéis acompañado a vuestro hijo desde su nacimiento. Al ofrecerle al Señor lo más valioso para vosotros, habéis dado un ejemplo profundo de entrega y confianza en la voluntad de Dios. Os felicito y os agradezco la gran generosidad de vuestro corazón, que el Señor os la recompense con abundantes bendiciones”. 

Después, se ha dirigido a Fernando para decirle, Fernando, hoy te unes a Cristo en un modo profundo y especial. La vocación diaconal te invita a configurarte con Él, el Siervo de los siervos, quien nos mostró el camino del servicio, la entrega y el sacrificio. A través de tu ministerio, vas a vivir tres compromisos esenciales: el celibato, la obediencia y la oración”. 

Don Sebastián ha ido desgranando cada una de las promesas con las que se acaba de comprometer, para explicar al neodiácono y al pueblo fiel, lo que suponen cada una de ellas.  

Respecto al celibato, el pastor diocesano le ha dicho: “El celibato que prometes hoy es un testimonio de amor radical y exclusivo a Cristo. Al renunciar al matrimonio, eliges amar de manera plena y desinteresada a Dios y a la comunidad que Él te encomienda”. Respecto a la obediencia le ha animado a verla siempre como don y nunca como imposición. En este sentido, Don Sebastián ha afirmado: “Esta obediencia no es una carga, sino un camino de libertad. A través de la obediencia, te pones al servicio de la Iglesia con total disponibilidad, dejando que el Señor guíe tu vida y tus decisiones a través de sus pastores”. 

La oración, piedra angular de su vida interior: “Que tu vida de oración sea continua y ferviente, iluminada por el Espíritu Santo, quien te sostendrá en los momentos de alegría y en los momentos de dificultad”, ha expresado el Prelado. 

La liturgia, la caridad y la palabra también han sido recomendadas por el Obispo como herramientas claves no solo para su servicio diaconal, sino para su futura vida como sacerdote. 

Don Sebastián, con el amor entrañable de padre, ha querido expresar a Fernando, “Querido Fernando, Dios te ha buscado durante toda tu vida. Has reconocido esa llamada secreta que el Espíritu Santo te hizo, para responder al plan que Dios pensó para ti cuando pensó en ti y has respondido con todo el entusiasmo de tu corazón. ¡FELICIDADES! No temas por los deberes y las incógnitas del futuro. No temas que te falten las fuerzas o las palabras o incluso que te rechacen. Jesús, el Señor,  vive entre nosotros y de modo invisible nos sostiene, y no nos abandona”.  

El Obispo ha querido dirigirse, también a los jóvenes presentes para que se pregunten el para qué de su vida: “Queridos jóvenes, este momento no solo es significativo para Fernando, sino también para cada uno de vosotros que estáis aquí presentes. Es una invitación directa a reflexionar sobre vuestra propia vida y el plan que Dios tiene para cada uno de vosotros. Dios sigue llamando hoy a la vida sacerdotal. No tengáis miedo de preguntarle a Dios cuál es su plan para vosotros. Tal vez, entre los que estáis aquí hoy, Dios está llamando a alguien más a seguir este camino sacerdotal o de la vida consagrada”. 

Para finalizar su intervención poniendo bajo el manto amoroso de la Virgen de la Cabeza, patrona de la Diócesis, su ministerio diaconal. 

Rito de la ordenación 

Al término de la homilía ha dado comienzo el rito propio de la ordenación diaconal con las promesas del aspirante ante el Obispo. A continuación, Fernando Ruano se ha postrado de rodillas ante el Prelado para prometer respeto y obediencia, hacia él y sus sucesores. 

La oración hecha signo: mientras Fernando se ha postrado en el presbiterio ante el altar, mientras el pueblo fiel congregado en la Catedral de Jaén, ha ido respondiendo a las letanías de los santos, que han sido entonadas por el seminarista Daniel Cano para pedir la intercesión ante el Señor este nuevo diácono de la Iglesia y por su nuevo ministerio. 

El momento de mayor recogimiento y emoción contenida de la ordenación se ha producido cuando el Obispo ha impuesto sus manos sobre la cabeza del seminarista, ya que, bajo la acción del Espíritu Santo, es en este mismo instante en el que queda marcado por signo indeleble de la ordenación. 

Otro de los signos de esta ordenación es ser revestido con la dalmática y la estola. En esta ocasión, la estola no va sobre el cuello, sino que atraviesa en diagonal el cuerpo del diácono como símbolo de sacrificio y generosidad en el servicio de la comunidad cristiana. Han revestido al seminarista, el Vicario de Jaén y Mágina, y que fuera profesor de Religión del Seminarista cuando éste era estudiante, D. Jesús Millán, así como el sacerdote y profesor del Seminario, D. Antonio Robles Gómez, para ya como diácono tomar, de las manos del Prelado el Evangeliario, signo del ministerio que acababan de recibir. El penúltimo eslabón en una cadena de dones que los configura con Cristo, Buen Pastor, en su camino hacia el sacerdocio. 

Las ofrendas han sido presentadas ante el Obispo por los padres del diácono ordenado. 

Ya como diácono, Fernando Ruano se ha encargado del servicio del altar, ha anunciado el momento de la paz y ha despedido al pueblo. En el momento de la comunión los familiares del diácono la han recibido de sus manos. 

La solemne celebración eucarística ha concluido con la solemne bendición del Prelado del Santo Reino, para después todos juntos hacerse una foto de familia. 

A partir de ahora, Fernando será enviado como diácono a las parroquias de Bailén, como primer destino pastoral, mientras, a la vez, amplía sus estudios de Teología en Granada. 

La Iglesia diocesana de Jaén da gracias a Dios por la vida de este hombre, que llamado por Jesús, atendió su petición de ser “pescador de hombres”. 

Galería fotográfica: «Ordenación diaconal Fernando Ruano Segado»

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Homilía en la ordenación diaconal de Fernando Ruano Segado

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Querido D. Amadeo, obispo emérito de nuestra Diócesis. Un recuerdo para D. Ramón. 

Sr. Rector del Seminario y Formadores.

Profesores del Instituto Teológico San Eufrasio

Sr. Vicario General y Vicarios Episcopales. 

 Excmo. Cabildo Catedralicio. Sr. Deán. 

Saludo al presbiterio diocesano y a los diáconos permanentes

Queridos Seminaristas que vivís este momento especial de un hermano vuestro. Felicidades y os invito a avivar en esta celebración vuestra entrega a la voluntad de Dios y la esperanza que os ayuda a avanzar con fortaleza en vuestro camino de preparación al presbiterio. 

Hermanos sacerdotes, religiosos y religiosas. 

Queridos feligreses de Arjonilla, amigos de Fernando. Hermanos todos en el Señor, os saludo con gozo y alegría y os manifiesto mi cercanía y mi cariño. 

Permitidme que salude de una manera especial a los padres de Fernando, Maricarmen y Fernando. Somos conscientes de que este es un momento de gran emoción y orgullo para vosotros. Habéis acompañado a vuestro hijo desde su nacimiento. Al ofrecerle al Señor lo más valioso para vosotros, habéis dado un ejemplo profundo de entrega y confianza en la voluntad de Dios. Os felicito y os agradezco la gran generosidad de vuestro corazón, que el Señor os la recompense con abundantes bendiciones. 

Queridos hermanos, hoy en la fiesta de San Mateo, apóstol y evangelista, celebramos, por tanto, un acontecimiento de gran alegría y trascendencia para nuestra Iglesia de Jienense: la ordenación diaconal de un joven seminarista, nuestro hermano Fernando. En este día, la Iglesia se manifiesta viva y dinámica, llamando a uno de sus hijos a un ministerio particular de “servicio”, conforme al ejemplo de Cristo, que no vino para ser servido, sino para servir.  

Fernando, hoy te unes a Cristo en un modo profundo y especial. La vocación diaconal te invita a configurarte con Él, el Siervo de los siervos, quien nos mostró el camino del servicio, la entrega y el sacrificio. A través de tu ministerio, vas a vivir tres compromisos esenciales: el celibato, la obediencia y la oración. 

El celibato que prometes hoy es un testimonio de amor radical y exclusivo a Cristo. Al renunciar al matrimonio, eliges amar de manera plena y desinteresada a Dios y a la comunidad que Él te encomienda. Este don te permitirá estar siempre y totalmente disponible para el servicio del Pueblo de Dios. Hoy te vacías de ti para llenarte del Señor, entregando tu vida sin reservas, a imagen del propio Cristo, quien entregó su vida por la salvación del mundo. Que este amor celibatario sea para ti fuente de plenitud y una manifestación visible del Reino de los cielos. 

También haces hoy la promesa de obediencia a tu obispo, signo de confianza y apertura a la voluntad de Dios en tu vida. Esta obediencia no es una carga, sino un camino de libertad. A través de la obediencia, te pones al servicio de la Iglesia con total disponibilidad, dejando que el Señor guíe tu vida y tus decisiones a través de sus pastores. Así, serás instrumento de unidad y colaboración en la misión de guiar al Pueblo de Dios. 

Querido hijo, la vida de oración será el fundamento de tu ministerio. Sin una relación profunda, íntima y constante con el Señor, todo servicio pierde su sentido. A través de la oración, especialmente del rezo de la liturgia de las horas, te unirás a Cristo y su Iglesia, y llevarás a los pies de Dios las necesidades de la comunidad que te será confiada. Que tu vida de oración sea continua y ferviente, iluminada por el Espíritu Santo, quien te sostendrá en los momentos de alegría y en los momentos de dificultad. 

Como diácono, serás llamado a tres áreas principales de servicio: el ministerio de la liturgia, el ministerio de la Palabra y el ministerio de la caridad. 

En la liturgia, serás el servidor del altar, asistiendo al obispo y a los sacerdotes en la celebración de los sacramentos, especialmente la Eucaristía, fuente y cumbre de nuestra fe. A través de este servicio, ayudarás a que el pueblo de Dios pueda encontrarse con el Señor en su presencia real. Que tu servicio en el altar sea siempre humilde y reverente, recordando que estás al servicio del sacrificio más grande, el de Cristo. 

 Serás también ministro de la Palabra, llamado a proclamar el Evangelio, a enseñar la fe y a ser testigo de la verdad de Cristo en medio del mundo. Tu vida misma deberá ser una proclamación viva del Evangelio, con un testimonio coherente y valiente en todo lugar y momento. Que tu palabra siempre brote de la escucha atenta de la Palabra de Dios y de tu íntima relación con Él. 

Por último, el ministerio de la caridad te compromete a servir a los más necesitados, a los pobres, a los enfermos, a los que sufren. En cada uno de ellos, reconocerás el rostro de Cristo. Tu servicio no será simplemente una labor social, sino una manifestación del amor de Dios hacia los más vulnerables. Que tu corazón sea siempre sensible a las necesidades de los demás, y que tu servicio sea signo de la compasión y misericordia divina. 

Querido Fernando, Dios te ha buscado durante toda tu vida. Has reconocido esa llamada secreta que el Espíritu Santo te hizo, para responder al plan que Dios pensó para ti cuando pensó en ti y has respondido con todo el entusiasmo de tu corazón. ¡FELICIDADES! No temas por los deberes y las incógnitas del futuro. No temas que te falten las fuerzas o las palabras o incluso que te rechacen. Jesús, el Señor,  vive entre nosotros y de modo invisible nos sostiene, y no nos abandona… Su fuerza te impulsará a “levantarte y seguidle” hasta el final, siendo instrumento fiel de su misericordia.   

Manifiesta con orgullo, como luz y sal en medio del mundo, tu pertenencia al Señor, incluso en tu vestir. Sé fiel a su amor que te ha elegido para ser de los suyos y que te urge a servirle (a llevar este amor a) en los hermanos.   

Que no te falte la valentía, pues somos portadores de la respuesta que necesita el hombre, de la Verdad que espera. Y no olvides que sólo caminando tras sus huellas vamos en la dirección correcta, y debemos caminar y guiar a los demás en esta dirección.  

Aún debes seguir formándote y con gran seriedad, pues vas a ser la mano de Dios tendida a los hombres… obrero que tendrás que abajar montañas, eliminar valles y enderezar caminos para unir el corazón de los hombres al corazón de Dios. Vas a ser “Vía Sacra”, “camillero” de tantos necesitados de la sanación de Jesús. 

Y que no te falte la alegría de saberte en esta verdad. Por tanto, anuncia y testimonia la alegría y el gozo de la presencia de Dios entre nosotros. ¡Evangelizar!… es el núcleo central de nuestra misión de cristianos y del ministerio que vas a recibir en unos momentos.  

Queridos jóvenes, este momento no solo es significativo para Fernando, sino también para cada uno de vosotros que estáis aquí presentes. Es una invitación directa a reflexionar sobre vuestra propia vida y el plan que Dios tiene para cada uno de vosotros. 

Dios sigue llamando hoy a la vida sacerdotal. No tengáis miedo de preguntarle a Dios cuál es su plan para vosotros. Tal vez, entre los que estáis aquí hoy, Dios está llamando a alguien más a seguir este camino sacerdotal o de la vida consagrada. Os animo a que seáis valientes, a que confiéis en Dios, y a que, como Fernando, sigáis el camino que Él os proponga, con el corazón abierto y generoso… “No penséis en darle al Señor las migajas de vuestra vida”, Él no ha escatimado en darnos toda su vida. 

El mundo necesita más corazones dispuestos a servir, más jóvenes con valor y fe para responder a la llamada de Dios. Recordad siempre que quien se entrega a Dios nunca queda defraudado; Dios siempre recompensa con abundante amor, alegría y paz. 

Querido Fernando, hoy la Iglesia te confía una gran responsabilidad. Con tu sí, te entregas al Señor y a su pueblo con gran generosidad. No caminas solo; el Señor va contigo, te fortalece y te guía. La Virgen María, que siempre estuvo atenta a la voluntad de Dios y al servicio de los demás, te acompañará en este camino, intercediendo por ti en todo momento. 

Que el Espíritu Santo te llene de sabiduría, fortaleza y amor para que, siguiendo el ejemplo de San Mateo, puedas responder con fidelidad, todos los días de tu vida, a la llamada del Señor y vivir tu ministerio como verdadero servidor del Evangelio y de la Iglesia.  

Que nuestra Señora, la Virgen de la Cabeza, te cuide y te proteja siempre. 

+ Sebastián Chico Martínez
Obispo de Jaén

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COPE ESPEJO ALMERÍA: 50 años de presencia y servicio de las religiosas del Sagrado Corazón en Santa María del Águila

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Duodécimo aniversario episcopal de Monseñor José Rico Pavés

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Tal día como hoy hace 12 años el Santuario del Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles acogió la ordenación episcopal del nuevo Obispo auxiliar de la Diócesis de Getafe, Monseñor José Rico Pavés.

PINCHA AQUÍ PARA VER EL VÍDEO QUE PREPARÓ LA DIÓCESIS DE GETAFE EN EL PRIMER ANIVERSARIO DE LA ORDENACIÓN EPISCOPAL DE MONS. RICO PAVÉS.

Todo comenzaba el 6 de julio del año 2012, donde se hacía público el nombramiento del nuevo Obispo auxiliar de la Diócesis de Getafe, el sacerdote José Rico Pavés, se convertiría a partir de este momento en el Obispo auxiliar electo de la Diócesis que anteriormente perteneció a la Archidiócesis de Madrid. Una vez conocido el nombramiento, el cual se convertiría en el último realizado en España por el Papa Benedicto XVI, se puso fecha a la ordenación episcopal, que sería el 21 de septiembre del año 2012 en el Santuario del Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, Madrid. Día especial para la Diócesis de Getafe, la Archidiócesis de Toledo y la Archidiócesis de Granada, ya que las tres tienen vínculos con el que sería el nuevo Obispo auxiliar. De esta forma, Monseñor José Rico Pavés recibía de manos de Monseñor Joaquín María López de Andújar y Canóvas del Castillo el orden del episcopado, el cual comenzó a ejercer en la Diócesis de Getafe hasta el año 2021. En concreto sería el 9 de junio de 2021 cuando a las 12hrs se hacía púbico tanto en Jerez como en Getafe que recibiría una nueva tarea en el sur de España, en concreto en Asidonia-Jerez.

ORDENACIÓN EPISCOPAL DE MONS. JOSÉ RICO PAVÉS

Una vez pasado el primer período de episcopado en Getafe, donde estuvo durante 9 años, Monseñor José Rico Pavés, tomaba posesión como Obispo de Asidonia-Jerez, donde comenzaba una nueva labor pastoral. 

PINCHA AQUÍ PARA VER LA TOMA DE POSESIÓN COMO OBISPO DE ASIDONIA-JEREZ

Con motivo de este aniversario, desde la Diócesis de Asidonia-Jerez queremos felicitar a nuestro Obispo, por el cual rezamos para que Cristo y María lo sostengan y ayuden en su labor como pastor del Pueblo de Dios que peregrina en la Iglesia Asidonense

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San Mateo evangelista y apóstol

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San Mateo evangelista y apóstol

CANTARINI_Simone_Saint_Matthew_And_The_AngelNació en Cafarnaún, y, cuando Jesús lo llamó, ejercía el oficio de recaudador de impuestos. Escribió el evangelio en lengua aramea y, según la tradición, predicó en Oriente.

San Mateo es llamado por dos Evangelistas: Levi, ambos nombres son de origen Judíos. El último lo obtuvo antes de su conversión, el otro lo tomo después, para mostrar la renuncia a su profesión y que era un hombre nuevo. Hijo de Alfeo, vivió en Cafarnaun, en el lago de Galilea.

Fue por profesión un publicano, o colector de impuestos para los Romanos. Entre los Judíos, estos publicanos fueron mas infames y odiosos porque esta nación los miraba como enemigos de su privilegio de libertad natural que Dios les había dado, y como personas manchadas por su conversación frecuente y asociación con los paganos, y la esclavización sobre sus compatriotas. Los Judíos los aborrecían universalmente, veían sus propiedades o dinero como fortunas de ladrones , les prohibieron su comunión y participación en su actividades religiosas, al igual que de todos eventos de la sociedad cívica y de comercio. Tertuliano esta ciertamente equivocado cuando afirma que solo los gentiles fueron empleados en este oficio sórdido como San Jerónimo demuestra en varios pasajes de los evangelios. Y es cierto que San Mateo fue Judío, aunque un publicano.

Su oficio dice haber consistido particularmente en acumular costumbres de comodidades que vinieron por el Genesareth o Tiberias, y un peaje que los pasajeros pagaban al venir por agua; San Marco dice que San Mateo mantuvo su oficio de cobro de peaje al lado del lago, donde él se sentaba. Jesús, habiendo últimamente curado un paralítico famoso, salio de Cafarnaúm, y camino sobre los bancos del lago o mar de Genesareth, enseñando las personas que le seguían. Aquí el observó a Mateo que realizaba su trabajo de cobro de peaje a quien el llamo a venir y a seguirle. El hombre era rico, disfrutaba de un sueldo lucrativo, era un hombre sabio y prudente, y entendía perfectamente lo que seguir a Jesús le costaría. Pero el no tuvo miramientos y dejo todos sus intereses y relaciones para hacerse un discipular del Señor. No sabemos si el ya estaba relacionado con la persona o doctrina de nuestro Salvador, especialmente como estaba cerca de Cafarnaúm, y su casa parece haber sido en la ciudad, donde Cristo había vivido por algún tiempo, había predicado y hechos muchos milagros, por lo cual el estaba en algún medido preparando a recibir la impresión que el llamado de Jesús había hecho sobre el.

San Jerónimo dice que un cierto aire de majestad brillaron en la continencia de Nuestro Divino Redentor, y traspaso su alma y lo atrajo fuertemente. Este apóstol, a la primera invitación, rompió todas ataduras; dejo sus riquezas, su familia, su preocupaciones del mundo, sus placeres, y su profesión. Su conversión fue sincera y perfecta. San Mateo nunca regreso a su oficio porque era una profesión peligrosa, y una ocasión de avaricia, opresión, y extorsión. San Mateo, al convertirse, para mostrar que no estaba descontento con su cambio, pero que lo miraba como su mas gran felicidad, entretuvo a Nuestro Señor y sus discípulos en una gran comida en su casa a donde invito sus amigos, especialmente los de su ultima profesión, como si esperaba que por medio de la divina conversación de Nuestro Salvador, ellos también quizás sean convertidos.

Después de la ascensión de Nuestro Señor, San Mateo predicó por varios años en Judea y en los países cercanos hasta la dispersión de los apóstoles. Un poco antes de la dispersión escribió su evangelio, o pequeña historia de Nuestro Bendito Redentor. Que la compilo antes de su dispersión aparece no solo porque fue escrito antes de los otros evangelios, sino también el Apóstol Bartolomé se llevo una copia con él a la India, y la dejo allí. San Mateo escribo su evangelio para satisfacer los conversos de Palestina. El Evangelio de San Mateo desciende a un detalle mas particular y completo en las acciones de Cristo que los otros tres, pero desde el Capitulo V al XIV el frecuentemente se distingue de los otros en la serie de su narrativos, ignorando el orden del tiempo, para que esas instrucciones que tienen mas afinidad una con la otra, estén relacionadas juntas. Este evangelista mas bien enfoca sobre las lecciones de moralidad de Nuestro Salvador, y describe su temporal o generación humana, en que las promesas hechas a Abraham y David respecto al nacimiento del Mesías de su semilla fueron realizados; tal argumento inducía de manera particular a los Judíos para que creyeran en Él.

San Mateo, después de haber hecho una gran cosecha de almas en Judea, fue a predicar la fe a las naciones barbaras e incivilizadas del Este.

Era una persona muy devota a la contemplación celestial y llevaba una vida austera, usando una dieta muy rigurosa; pues no comía carne en vez satisfacía su apetito con hierbas, raíces, semillas.

San Ambrosio dice que Dios le abrió el País de los Persas. Rufinus y Sócrates nos dicen que el llevo el evangelio a Etiopía, significando probablemente las partes Sur y Este de Asia. San Paulino menciona que el terminó su curso en Parthia.

Venantus Fortunatus relata que el sufrió el martirio en Nudubaz, una ciudad en esas partes. Dorotheus dice que el fue honorablemente enterrado en Hierapolis en Porthia. Sus reliquias fueron traídas al Oeste. El Papa Gregorio VII, en una carta al Obispo de Salerno en 1080, testifica que fueron guardados en una iglesia que tenia el nombre de la ciudad. Todavía están en este lugar.

(Fuente: corazones.org)

Predicó entre los judíos por 15 años, incluyendo posiblemente a los judíos de Etiopía, Africa. Murió mártir.

http://www.santopedia.com/santos/san-mateo-evangelista-y-apostol

 

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El Obispo Don Amadeo predica la novena de la Virgen de las Angustias, patrona de Granada

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Reflexionar por el camino de la verdad bíblica, histórica y teológica, y por el camino de la belleza. Este será el contenido de la predicación que, durante estos próximos días, hasta el 27 de septiembre, ofrecerá el obispo emérito de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, en su predicación durante la novena en honor a la Virgen de las Angustias, Patrona de Granada, y que, este jueves, día 19 comenzó.

Acompañado en este primer día por el arzobispo de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, el obispo de Jaén profundizó en su predicación sobre la belleza de la Virgen María, especialmente en su advocación de la Virgen de las Angustias, una piedad que sostiene a su Hijo Jesucristo en su regazo. “Esta belleza y lo que representa esta Madre con su Hijo hace maravillas en el corazón”, señaló Don Amadeo, que invitaba también a “contemplar a María, dejándonos evangelizar”.

D. Amadeo subrayó que la primera contemplación de la belleza de María viene de la Divina Revelación. “Al contemplar a la Virgen la vemos como modelo discípula ejemplar. Con ella nos acercamos a su Hijo Jesucristo, a quien nos dio para nuestras vidas”, señaló el obispo emérito de Jaén.

En su predicación, que continuará desarrollando a lo largo de estos días a las 20 horas durante la Eucaristía en la basílica patronal, ahondó en la advocación de esta Virgen dolorosa, de las Angustias. En este sentido, habló de la belleza de esta advocación, porque “representa un maravilloso misterio de amor: el hijo crucificado y el dolor de una madre. Representa una belleza que salvará al mundo. Es la belleza del amor”. “La angustia de María es esperanzada”, concluyó.

La novena puede verse en directo en el canal de Facebook de la Hermandad en Ntra. Sra. de las Angustias, al que también puede accederse a través de la web www.hermandadangustiasgranada.es  

NOVENA

Con el canto del himno a la Virgen de las Angustias y un unánime aplauso a la Madre de Dios concluyó la Eucaristía en el primer día de Novena, que se prolongará hasta el 27 de septiembre, a las 20 horas. Previamente, tendrá lugar el rezo del Santo Rosario y la Salve a las 19:15 horas.

La novena se celebra en los días previos a la procesión, que tendrá lugar el último domingo de septiembre -el día 29- con la Sagrada Imagen recorriendo las calles de la ciudad. Este año, con la novedad de su entrada en la Catedral, accediendo por la Puerta del Perdón y saliendo por la Puerta de la Encarnación, desde donde, en la Plaza de las Pasiegas, continuará su recorrido de vuelta hasta su sede en la Basílica. Esta procesión, organizada por la Hermandad Patronal, comenzará a las 18:30 horas.

Fuente: Archidiócesis de Granada

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Lecturas del Domingo XXV del Tiempo Ordinario (Ciclo B)

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Primera lectura

Lectura del libro de la Sabiduría 2, 12. 17-20

Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta fastidioso: se opone a nuestro modo de actuar, nos reprocha las faltas contra la ley y nos reprende contra la educación recibida. Veamos si es verdad lo que dice, comprobando cómo es su muerte. Si es el justo es hijo de Dios, él lo auxiliará y lo librará de las manos de sus enemigos. Lo someteremos a ultrajes y torturas, para conocer su temple y comprobar su resistencia. Lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues, según, dice Dios lo salvará».

Salmo

Sal. 53, 53, 3-4. 5. 6 y 8 R: El Señor sostiene mi vida

Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R.

Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios. R.

Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R.

 

Segunda lectura

Lectura de la carta del Apóstol Santiago 3, 16–4, 3

Queridos hermanos: Donde hay envidia y rivalidad, hay turbulencias y todo tipo de malas acciones. En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar intachable, y además es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera. El fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz. ¿De dónde proceden los conflictos y las luchas que se dan entre vosotros? ¿No es precisamente de esos deseos de placer que pugnan dentro de vosotros? Ambicionáis y no tenéis; asesináis y envidiáis y no podéis conseguir nada, lucháis y os hacéis la guerra, y no obtenéis porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, con la intención de satisfacer vuestras pasiones.

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

Comentario bíblico de Álvaro Pereira

En el Evangelio de hoy, Jesús camina con sus discípulos hacia Jerusalén y les anuncia por segunda vez su Pasión, Muerte y Resurrección. El camino de Jesús pasa inexorablemente por la cruz. Su destino encarna el destino del justo perseguido que describe la primera lectura del libro de la Sabiduría. La vida del justo incomoda a los injustos, se convierte en denuncia de sus comportamientos. Por eso, se le acusa, se le tortura y se le abandona a su suerte para ver si Dios, de quien dice que es hijo, le responde y auxilia. Jesús, el Justo por excelencia, caminó en fidelidad, apoyado en su Padre Dios (Sal 53), hasta entregar su vida por todos y recuperarla en la resurrección.

La firmeza en el caminar de Jesús contrasta con los derroteros por los que pasa el camino de los discípulos. Ellos no entienden cómo es posible que el Mesías, a quien siguen, acabe de esa manera, humillado, sufriendo el desprecio y la muerte. Desconcertados, tienen miedo de preguntarle. Además, su preocupación por el camino es otra. Discuten sobre quién es el más importante. Entonces Jesús, que los instruye en el servicio camino de Jerusalén, los vuelve a resituar. Ser primero es hacerse último y servidor de todos. Él ilustra su ejemplo fijando su mirada en un niño, signo de los débiles y los que confían en Dios. El que acoge a los pequeños acoge a Jesús y, en él, al Padre. Es decir, se convierte en verdadero discípulo de Jesús e hijo de Dios. Hacerse último es también la mejor manera de evitar las envidias y contiendas que denuncia la carta de Santiago. El servidor humilde no genera rivalidad.

Orar con la Palabra

  1. ¿Te has sentido alguna vez despreciado por tus comportamientos justos y honrados? ¿Has encontrado fortaleza en Dios?
  2. ¿Cómo afrontas los sacrificios que implica el vivir en actitud de servicio y entrega?
  3. A la luz de la carta de Santiago, ¿qué es lo que codicia y ambiciona tu corazón?

 

 

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Once nuevos Diáconos

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Con esta carta dominical os comunico una noticia que nos produce gran alegría y esperanza: el sábado 22, Dios mediante, tendrá lugar la ordenación de once nuevos diáconos al servicio de nuestra Archidiócesis en la Catedral de Santa María de la Sede y de la Asunción de Sevilla, la Magna Hispalense. Ellos son Manuel Camacho Quijano, Alberto Jesús Campos Torres, Manuel Carrasco García-Moreno, Pedro Duo Lu Li, Javier Llorente Gutiérrez, Ángel López Olivero, Teodomiro Ortega Fernández, Lukas Pysz, Cristian Omar Robles, Andrés Urtasun Biurrun y Sujith Vidhyadharan Pillai Sujatha. Demos gracias a Dios.

Nuestra vieja Europa lleva años padeciendo una progresiva disminución de las vocaciones sacerdotales, aunque hay otros continentes en los que se registra un crecimiento: en particular en África, Asia y algunas regiones de América Latina, especialmente Brasil. Vivimos en un mundo de contrastes. Hace unos años me llamó la atención el análisis que Alvin Toffler, sociólogo estadounidense, hacía en su libro La tercera ola. Según él, la primera ola configura el mundo con la revolución agrícola, con la que se supera la etapa de la caza y la pesca, y nace la agricultura. La segunda ola surge durante el siglo XIX, con la revolución industrial. Ahora nos hallamos en la tercera ola, la de la revolución tecnológica.

Esta nueva revolución trae consigo nuevos estilos de vida, nuevas formas de trabajar y de relacionarse, nuevos modos en la economía y la política, y, en definitiva, una nueva forma de pensar y de vivir. Toffler considera que esta revolución tecnológica es la más profunda estructuración creativa de todos los tiempos. Su desarrollo tiene relación directa con el ser humano y su modo de vida. Las principales investigaciones que se realizan actualmente buscan como objetivo lograr resolver las grandes incertidumbres y limitaciones del ser humano, y también lograr un desarrollo sostenible a lo largo del tiempo que respete al medio ambiente, y conseguir una mayor optimización de los recursos y los modos de producción.

Junto a estos avances podemos recordar algunos contrastes terribles de nuestro tiempo. ¡Cuántas heridas en nuestro mundo, cuánto dolor! La herida de las guerras, el terrorismo, los bombardeos, atentados, tiroteos masivos; y también la violencia en los matrimonios y en las familias, en las relaciones, el maltrato infantil, el acoso escolar, el abuso de poder, todo tipo de violencia. Las exclusiones, la intolerancia y la discriminación por motivos de raza, sexo, idioma o religión. Las situaciones inhumanas de las que muchas personas tratan desesperadamente de huir: guerra, pobreza, hambre, falta de agua, persecución política. La pobreza y el hambre, al que deben enfrentarse cada día tantos millones de personas. No es una fatalidad a la que una parte de la humanidad esté predestinada, sino el resultado de la injusticia.

En este contexto hemos de seguir elevando la mirada hacia lo alto, reafirmarnos en que el ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y llamado a desarrollar todas las capacidades y potencialidades que ha recibido. El problema se presenta cuando los avances técnicos nos llevan al olvido de Dios y a la despreocupación por las cuestiones fundamentales sobre el origen y destino trascendente del ser humano. El problema consiste en sustituir a Dios por la riqueza, el confort, el progreso, la tecnología, con la consiguiente pérdida de sentido y el vacío existencial.

La contemplación de Cristo Resucitado, que camina junto a nosotros, nos ayuda a reavivar la confianza; también nos conforta la parábola de la semilla que crece silenciosamente gracias a la obra incesante de Dios, que hace germinar la semilla del Reino que, aunque pequeña y aparentemente insignificante, sigue creciendo sin que el sembrador sepa cómo (cf. Mc 4,26-27). Por eso seguimos trabajando en la Pastoral Vocacional con esperanza y rogar al Señor nuevas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Llenos de alegría damos gracias a Dios porque el sábado 22 ordenaré once nuevos diáconos al servicio de nuestra Archidiócesis.

 

+ José Ángel Saiz Meneses

Arzobispo de Sevilla

¿Quién es el primero?

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En el evangelio de este domingo, Jesús va camino de Jerusalén y anuncia por segunda
vez a sus discípulos su muerte redentora. Segundo anuncio de la pasión. Va a Jerusalén
a padecer y morir, y también a resucitar. A Jesús no le pilla por sorpresa lo de la Cruz,
sabe a dónde va y por qué va. A los discípulos, sin embargo, no les entra en la mollera
este plan de Jesús, este camino para los que quieran seguirle. No lo entendían ni querían
entenderlo, por eso no preguntaban, “les daba miedo preguntar”.
Jesús entra de lleno con su pregunta, porque sabe lo que pasa en nuestros corazones.
¿De qué discutíais por el camino? Ellos callaban. Otros evangelistas dan más detalles
del episodio. Los discípulos se habían sentido fascinados por Jesús, y por eso lo habían
dejado todo para seguirle. Pero todavía su corazón volvía a los intereses humanos,
todavía no han sido transfigurados por la resurrección y la acción del Espíritu Santo.
Todavía entre ellos había sus rencillas, sus envidias, sus aspiraciones bastardas.
Por el camino habían discutido quién era el más importante. Incluso la madre de los
Zebedeos, Santiago y Juan, había intercedido por sus hijos, pidiendo a Jesús los
primeros puestos en su reino. A los demás les sentó como un tiro aquel adelantamiento
por la derecha, porque en el fondo todos aspiraban a eso mismo. Unas veces lo sentían y
lo callaban, otras veces lo hablaban, otras discutían sobre ello. Y les sentó fatal que la
madre de los Zebedeos se metiera en esto, porque descabalaba los planes de todos.
Una primera reflexión brota de la lectura de este evangelio. En el seguimiento de Jesús,
qué buscamos. Buscamos seguir a Jesús, estar con él, compartir su vida, participar en
los sentimientos de su corazón. O buscamos nuestro interés egoísta, incluso disimulado:
una colocación de nuestra vida, un puesto de trabajo, un puesto de honor, o incluso los
primeros puestos.
Jesús entra de lleno con su pregunta y con su propuesta. “Quien quiera ser el primero,
que sea el último de todos y el servidor de todos”. Decía san Carlos de Foucault, a
propósito de esto: “busca el último puesto, y nadie te lo quitará”. La tendencia del
egoísmo humano es la de sobresalir, destacar, ser aplaudido, ponerse uno en el centro.
Jesús nos enseña a dar la vida, a buscar el último puesto, a parecernos a un niño, tal
como lo propone en el evangelio de hoy.
Leía hace poco el testimonio de santa Ángela de la Cruz, su elección de vida y la
propuesta para sus hijas de la Compañía de la Cruz, “donde el bajar es subir”. Qué bien
entendió esta mujer el seguimiento de Cristo y cómo lo plasmó en su vida, haciéndose
por ello enormemente famosa y querida por todos en Sevilla y en todos los lugares
donde están. Ella buscaba lo que nos enseña Jesús en el evangelio de hoy: ser la última,
no ser tenida para nada en cuenta, parecerse a Jesús y vivir crucificada con él. Ella
quería servir, servir a los pobres, desde una pobreza y humildad más grande que la
pobreza de aquellos a los que atendía. Eso es el evangelio, accesible a todos por la
gracia de Dios. En cada uno de nosotros tendrá sus expresiones variables, según la
condición, estado, circunstancias, etc. Pero para todos es el camino que Jesús nos marca,
y que a nosotros nos cuesta tanto entender.
¿Quién es el primero? –El que busca ser el último. Quién produce fruto? –El que vive
crucificado con Cristo. Vayamos con Jesús a Jerusalén y dejemos a un lado todas las

insinuaciones del camino. Cuando uno busca el último puesto, todo le parece bien, no
suscita ni padece envidias, todo se le hace poco a la hora de dar y está siempre
satisfecho a la hora de recibir.
Vayamos y muramos con él, porque ese camino es el único que conduce a la
resurrección.
Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

La lógica evángelica

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No hay conversión sin cambio de mentalidad. Seguir a Jesús en fidelidad comporta desterrar los modos mundanos de pensar y acomodar la vida cada vez más a Él. Pensamientos, decisiones y afectos sanados por el perdón y la misericordia divina, para atisbar la verdad, bondad y belleza en la comunión que Cristo nos regala. Quien se deja hacer por el Señor, descubre su inteligencia ensanchada, su voluntad ordenada, sus sentimientos colmados. Esta es la tarea admirable y paciente que Jesús realiza con los que le siguen, tal como relatan los evangelios y podemos experimentar en el trato que Él mismo nos regala mientras recorremos el camino de la vida.

Así, cuando estamos en los albores de un nuevo curso pastoral, después de haber puesto la Diócesis bajo el signo de la cruz redentora de Cristo y habernos confiado a la protección amorosa de María Santísima, acogemos la Palabra viva que se nos regala en la eucaristía dominical y descubrimos enseñanzas fundamentales que debemos poner en práctica para vivir este nuevo curso con provecho.

Jesús anuncia su pasión, muerte y resurrección. Los discípulos no entienden y no preguntan por miedo, pero no abandonan a Jesús y siguen con Él haciendo camino. Entonces Jesucristo toma la iniciativa y pregunta a los que le siguen para que descubran lo que llevan en el corazón. Infinita paciencia del Señor que hace escuela del camino y ofrece enseñanzas de vida eterna con sus preguntas. Jesús habla de muerte ignominiosa y resurrección, y los discípulos se entretienen litigando entre sí para saber quién es el primero. Tozuda y torpe es la condición humana cuando, incluso estando cerca del mismo Cristo, se ocupa en aspiraciones orgullosas y egoístas. Toque fuerte de atención para los que nos decimos cercanos del Señor: si nos empeñamos en seguir manteniendo nuestras reivindicaciones soberbias, si buscamos el aplauso del mundo, si nuestra preocupación está puesta únicamente en querer estar por encima de los demás, entonces cosechamos el fruto amargo del engreimiento que nos aísla de todos y de todo, dejando al descubierto nuestra sola miseria. La lección de Cristo es luminosa: quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos. En la lógica evangélica, el más importante es el que se sabe último y servidor. Por eso, Jesús corrige nuestra forma equivocada de pensar y actuar, poniendo ante nuestra mirada la autoridad invencible de los más pequeños: el que acoge a un niño como este en mi nombre -dice Jesús-, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.

Al inicio de cada nuevo curso, la misericordia infinita de Dios nos sorprende con un regalo siempre renovado: completando las celebraciones patronales en honor de Nuestra Madre María Santísima, la ciudad de Jerez se postra ante su magna patrona: Nuestra Señora de la Merced. A Ella confiamos los frutos de un curso que, con toda la Iglesia, será jubilar, y le pedimos que nos conceda un corazón sencillo y humilde como el suyo, para desterrar todo aquello que nos aleja de su Hijo y aprender la lógica evangélica que nos lleve a vivir como últimos y servidores de todos.

 

+ José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

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