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El arzobispo de Sevilla a los nuevos seminaristas: «Seréis testigos de un amor infinito y eterno»

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El arzobispo de Sevilla a los nuevos seminaristas: «Seréis testigos de un amor infinito y eterno»

La Parroquia Nuestra Señora de los Remedios acogió la tarde de este domingo la Eucaristía de toma de cruces de los nuevos seminaristas que ingresarán al Seminario Metropolitano de Sevilla, al Seminario Diocesano Redemptoris Mater y la entrega de pergaminos a los candidatos que se incorporan al Seminario Menor en Familia. La santa misa fue presidida por el arzobispo hispalense, monseñor José Ángel Saiz Meneses y concelebrada por los sacerdotes Andrés Ybarra y Ramón González, rectores de ambos seminarios, así como por el equipo formativo, directores espirituales y párrocos de las comunidades de origen de los nuevos seminaristas.

La entrega de cruces a los nuevos seminaristas es una ocasión para el encuentro y la acción de gracias por el comienzo del discernimiento vocacional y la formación de las jóvenes que este año ingresan en el seminario.

Los diez jóvenes que ingresan al Seminario Metropolitano de Sevilla: Juan Nazario Balón Aguilar, de la Parroquia San Bartolomé (Sevilla); Manuel Blanco García, Parroquia Santa María Magdalena (Dos Hermanas); Juan Pablo Castillo de Luna, Parroquia Nuestra Señora del Buen Aire (Sevilla); Patricio López- Ladrón García de la Borbolla, Parroquia Nuestra Señora del Mar (Sevilla); Danny Patricio Pinzón Ochoa, Parroquia San Sebastián (Sevilla); Pedro Salado Álvarez, de la Capilla de la Universidad; Luis Ramón Serrano Salas, de la Parroquia Ntra. Sra. de las Mercedes y Santa Genoveva (Sevilla); Mario Yomar Altamirano Díaz y Jil Antonio Arceda Jimémez, ambos de la Parroquia San José Obrero, de El Tuma la Dalia (Nicaragua) y Pedro Pergentino Ensema Ndong Esomoyo, de Guinea Ecuatorial.

Del Seminario Diocesano Redemptoris Mater con cinco: Simón Soto Zuleta, Parroquia Nuestra Señora de las Nieves (Medellín, Colombia); Igor Sousa de Santana, Parroquia Ntra. Sra. de Lourdes (Brasilia, Brasil); Jesús Yonaiker Ramíres Higaldo, Parroquia Nuestra Señora del Rosario (Caracas, Venezuela) y Randolf José Rodríguez Guedez, Parroquia San Juan María Vianney, (Valencia, Venezuela).

Los candidatos al Seminario Menor en Familia son seis: Roberto Acevedo González, Parroquia Santa María de la Cabeza (Sevilla); Mario Asensio Sánchez, Parroquia San José, de San José de la Rinconada; José Narváez Lozano, Parroquia Santa María Magdalena (Dos Hermanas); Adrián Ordóñez Duzevich, Parroquia Santa María de la Gracia (Carmona); Francisco José Ortega Barba, Parroquia San Martín de Tours (Bollullos de la Mitación) y Víctor Romero Ruiz, Parroquia San Pablo Apóstol (Aznalcázar).

Sé fiel

Durante su homilía, el arzobispo de Sevilla dijo que la cruz «era un instrumento de suplicio y de muerte, pero gracias al amor de Cristo se ha convertido en instrumento de  salvación, de perdón y de misericordia. Símbolo por excelencia del amor que vence al odio».

A los nuevos seminaristas los exhortó a tener una actitud de humidad, «la madre de todas las virtudes, porque humildad es andar en verdad». Animó a los jóvenes a vivir «con particular radicalidad esta actitud de siervos, porque somos llamados y constituidos para actuar In persona Christi».

Finalmente destacó que las nuevas vocaciones son «una verdadera alegría para la vida de la Archidiócesis, especialmente en estos momentos de secularización». Dirigiéndose a los jóvenes le dijo: «cultivad los valores y el compromiso que hacen de la existencia  un servicio a los demás siguiendo las huellas de Jesús, no os dejéis seducir por los reclamos del poder y de la ambición personal, el ideal sacerdotal debe ser constantemente purificado de las medias tintas o de las posturas ambiguas. No tengáis miedo de acoger a Jesús, encontraréis seguramente sacrificios, pero seréis felices de servir y testimonio de aquél gozo que el mundo no puede dar, seréis testigos de un amor infinito y eterno».

Galería de la Eucaristía

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28 SEPTIEMBRE: «Poesía Mística y Música Sacra»: El Coro Provincial de Almería se une a la celebración del V Centenario de la Catedral

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El próximo 28 de septiembre de 2024, a las 20:30h, la Catedral de la Encarnación de Almería será el escenario de una nueva cita que une música y oració titulado «Poesía Mística y Música Sacra». Este concierto forma parte de la celebración del V Centenario de la Catedral y del Año Santo Jubilar, un momento significativo para la comunidad religiosa y cultural de la ciudad.

El Coro Provincial de Almería, creado en 2017, será el encargado de interpretar piezas de música sacra durante este evento. Este coro, compuesto por aproximadamente 40 integrantes, se ha consolidado como una de las principales agrupaciones corales de la provincia, destacándose por su capacidad para abordar una amplia variedad de repertorios polifónicos y sacros. Además, ha tenido participaciones destacadas a nivel internacional, como su reciente representación de España en el Summer Prague Choral Meeting en agosto de 2023​.

Este concierto promete ser una ocasión memorable de espiritualidad y arte en la emblemática catedral, uno de los edificios más importantes de la ciudad, en el contexto de la celebración de su quingentésimo aniversario.

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Concluyen días de “acción apostólica concentrada” 

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El obispo de Córdoba ha presidido la Eucaristía de clausura de la Misión Diocesana de Nueva Carteya y Llano del Espinar

Monseñor Demetrio Fernández ha presidido la solemne celebración en la que fieles adultos recibieron el sacramento de confirmación y ha congregado a la Iglesia local. El prelado reconoció en su homilía la labor de los misioneros «de toda condición» que durante una semana han salido puerta a puerta anunciando el Evangelio, una acción que ha supuesto «una concentración intensiva del amor de Dios», que es la tarea propia de la evangelización. En esta labor, ha explicado el prelado, se hace visible una certeza: “Dios te ama y quiere ayudarte en la situación que estés viviendo».

El Obispo expuso que «en las cosas de Dios es más importante lo que no se ve» y los frutos de esta Misión habrán de verse cuando fructifique esta acción apostólica concentrada, que es la misión. «El Señor ha pasado por Nuevo Carteya», aclamó el prelado, la Pascua que “cuando pasa por nuestra vida nos trasforma» y reconoce su presencia a medida que pasa el tiempo porque «cuando Dios pasa aumenta nuestro gozo y esperanza, rompe barreras y el anquilosamiento del pecado. Rompe moldes y nos abre a horizontes nuevos de esperanza», aseveró.

Monseñor Demetrio Fernández abundó en el sentido del sufrimiento para el cristiano e instó a los fieles a reconocer en él los signos del amor de Dios, «Jesús quiere cambiarnos en torno al sufrimiento, para Él no es una desgracia sino una ocasión de ofrecerse al amor hasta el extremo»

En ese sentido el pastor de la Diócesis instó a entrar en el círculo de Jesús, aunque a veces nos asusta, un temor que lo sugiere el demonio, aunque el dolor es siempre «ocasión para crecer en el amor» y «si tú le sigues, Él te hará participar de un gozo que nadie te podrá quitar», concluyó.

 

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El Papa concede la Rosa de Oro a María Santísima de la Esperanza Macarena

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El Papa concede la Rosa de Oro a María Santísima de la Esperanza Macarena

El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, ha comunicado esta mañana la concesión de la Rosa de Oro por parte del papa Francisco a María Santísima de la Esperanza Macarena. El anuncio ha tenido lugar este mediodía en la basílica de la Esperanza Macarena, tras el rezo del Ángelus. El nuncio apostólico en España, monseñor Bernardito C. Auza, fue el encargado de trasladar al arzobispo el mensaje de la Secretaría de Estado de Su Santidad con la concesión de tan alta distinción pontificia.

Monseñor Edgar Peña Parra, sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado y enviado especial del papa Francisco para el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, que tendrá lugar del 4 al 8 de diciembre, será el encargado de llevar la Rosa de Oro en nombre de su Santidad, y la colocará a los pies de la venerada Imagen de María Santísima de la Esperanza Macarena. El acto de entrega se hará en las vísperas de la apertura del II Congreso Internacional.

El arzobispo de Sevilla se ha trasladado esta mañana a la basílica de la Macarena para anunciar esta noticia junto al rector del templo, José María Losada; el hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero, al frente de la junta de gobierno de la corporación; y un nutrido grupo de fieles que se han congregado en el templo. La Rosa de Oro muestra la vinculación entre el Papa y su profunda devoción mariana. La Virgen de la Esperanza Macarena será la tercera imagen que reciba en España la Rosa de Oro, tras la Virgen de la Cabeza (2009) y la Virgen de Montserrat (2023).

Tras el anuncio por parte del arzobispo de Sevilla, el hermano mayor, visiblemente emocionado, agradeció al Santo Padre la concesión de la Rosa de Oro y renovó el permanente compromiso de la hermandad de seguir evangelizando incansablemente. Posteriormente invitó a todos los presentes a prepararse espiritualmente para este acontecimiento histórico en la hermandad. Subrayó que esta distinción pontificia es un reconocimiento a la piedad popular y mariana de toda la Archidiócesis de Sevilla, y agradeció al arzobispo su presencia y cercanía para que el Santo Padre haya otorgado este regalo que llenará del buen olor de Cristo la basílica de la Esperanza Macarena. Con el canto de la Salve concluyó el acto.

La rosa de oro simboliza la bendición papal

La Rosa de Oro es un regalo exclusivo de los pontífices para expresar reverencia a la Virgen María. Tiene raíces antiguas y simboliza la bendición papal. La tradición se remonta al papa León IX, que la instauró en 1049. A lo largo de los siglos se ha regalado a monasterios, santuarios, soberanos y personalidades destacadas en reconocimiento a su compromiso con la fe y el bien común.  Antiguamente la Rosa de Oro también se concedía a las reinas, entre ellas Isabel la Católica, que fue la primera monarca en recibirla en 1493 por concesión de Inocencio VIII. Es en la segunda mitad del siglo XX cuando las entregas de la Rosa de Oro fueron escasas, comenzando a concederse a santuarios marianos.

La Rosa de Oro está realizada en plata con un baño de oro y representa a un rosal con flores, botones y hojas, todo ello colocado en un vaso de plata de estilo renacentista y con el escudo papal. La Rosa de Oro es bendecida por el Papa el cuarto domingo de Cuaresma, o Laetare. Este domingo es el que mejor expresa el significado de la Rosa, ya que anticipa en medio de la Cuaresma la Resurrección de Cristo y la alegría por ella. De hecho, la liturgia de ese domingo también se reviste de ese color. La Rosa de Oro es un sacramental al ser ungida con el Santo Crisma e incienso, quedando de esta manera consagrada.

 La Rosa de oro desde el Concilio Vaticano II

Tras el Concilio Vaticano II (1962-1965) la Rosa de Oro ha sido concedida a devociones marianas de gran veneración, a las que se unirá el próximo mes de diciembre María Santísima de la Esperanza Macarena. El papa san Pablo VI hizo cuatro entregas de la Rosa de Oro durante su pontificado (1963-1978). San Juan Pablo II hizo ocho entregas y Benedicto XVI once. Por su parte, el papa Francisco habrá entregado trece distinciones durante su pontificado con la Rosa de Oro a la Esperanza Macarena.

Como curiosidad, Fátima tiene tres Rosas de Oro. La primera la concedió san Pablo VI, en la sesión del 21 de noviembre de 1964 del Concilio Vaticano II y bendecida por el mismo Papa el 28 de marzo de 1965. Fue entregada en Fátima por el cardenal legado Fernando Cento, en mayo de 1965. La segunda la entregó Benedicto XVI durante su visita a Fátima el 12 de mayo de 2010. Y la tercera Rosa de Oro es una concesión del papa Francisco fechada el 12 de mayo de 2017.

Concesiones de los últimos pontífices

Rosas de Oro concedidas por san Pablo VI: Al santuario de la Natividad de Belén (1963); Nuestra Señora de Fátima, Portugal (1965); Nuestra Señora de Guadalupe, México (1966) y Nuestra Señora de Aparecida, Brasil (1967).

San Juan Pablo II concedió estas distinciones: Santuario de Jasna Góra, Polonia (1979), santuario de Knock, Irlanda (1979), Nuestra Señora de Luján, Argentina (1982), santuario de Matka Boża Kalwaryjska, Polonia (1987), Nuestra Señora de la Evangelización en Lima, Perú (1988), Nuestra Señora de la Concepción del Sameiro, Portugal (2003), oratorio de San José, Quebec, Canadá (2004) y Nuestra Señora de Lourdes, Francia (2004).

Benedicto XVI concedió once: Nuestra Señora de Jasna Gora, Częstochowa, Polonia (2006), Nuestra Señora de Aparecida, Brasil (2007), basílica de Mariazell, Austria (2007), santuario nacional de la Inmaculada Concepción, Estados Unidos (2008), Nuestra Señora de Bonaria, Cagliari, Italia (2008), Nuestra Señora de Pompeya, Campania, Italia (2008), Nuestra Señora de Europa, Gibraltar (2009), Virgen de la Cabeza, Jaén, España (2009), Nuestra Señora de Ta ‘Pinu (2010), Nuestra Señora de Fátima (2010), Nuestra Señora del Socorro de Valencia, Venezuela (2010), Santuario de Nuestra Señora del Valle de Chile (2010) y Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Cuba (2012).

Rosas de oro concedidas por el papa Francisco: Nuestra Señora de Guadalupe, México (2013), Nuestra Señora del Cobre en Cuba, (2015), Nuestra Señora de Czestochowa, Polonia,(2016), La Virgen de Fátima (2017), Nuestra Señora de la Antigua, Panamá (2019), Nuestra Señora de Csíksomlyó, Rumanía (2019), Bienaventurada Virgen María de los Dolores de Šaštín, patrona de Eslovaquia (2021), Nuestra Señora de la Altagracia de la República Dominicana (2022), a Virgen del Rosario de Chiquinquirá, en Venezuela (2022), La Virgen de Ta’Pinu, en Malta (2023), el icono de la Virgen Salus Populi Romani, en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma (2023), la Virgen de Montserrat (2023) y, finalmente, la imagen de la Santísima Virgen de la Esperanza Macarena (2024).

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Comienza un nuevo curso para el Seminario de Almería

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Las primeras semanas de septiembre son muy importantes para nuestros seminaristas, que comienzan el nuevo curso una vez más junto al seminario de Murcia en la Diócesis de Cartagena. Desde el 9 al 12 de septiembre tuvieron los ejercicios espirituales, en la casa de Ejercicios Sagrado Corazón de Guadalupe. Y el 19 de septiembre ha tenido lugar la jornada de inicio del curso lectivo con la Eucaristía en el seminario de Murcia y la entrega de la certificación del título de Bachiller en Teología que han adquirido nuestros seminaristas Juan Antonio, Antonio Jesús, Juan Orta y Jesús Manuel, tras haber aprobado el examen de Grado el pasado julio.

En estos días la Diócesis también se alegra por la entrada al seminario de dos nuevos seminaristas: José Antonio, proveniente de la parroquia de Santo Domingo de El Ejido, y Vicente, de la parroquia de San Francisco Javier de Bayárcal, que se unen a sus compañeros que ya están realizando el primer curso (Pablo), tercero (Raúl y José Antonio) y Jesús Manuel (Año Ministerial). Les deseamos lo mejor a nuestros seminaristas y que tengan un año lleno de frutos en este camino al sacerdocio.

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En imágenes, la clausura del Año Jubilar de la Virgen de las Angustias, Patrona de Guadix

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En imágenes, la clausura del Año Jubilar de la Virgen de las Angustias, Patrona de Guadix

El sábado 21 de septiembre se cerró la Puerta Santa en la iglesia de la Virgen de las Angustias y, con ella, un Año Jubilar con motivo del Centenario de la Coronación Canónica de la Patrona accitana. El obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, presidió una celebración de la Eucaristía, en la que se dio gracias por el año vivido y se puso fin a un Año Jubilar que comenzó el 21 de septiembre de 2023 y se ha clausurado justo un año después.

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Domingo XXV del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 22 de septiembre de 2024

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Domingo XXV del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 22 de septiembre de 2024

Este relato del evangelista Marcos, a modo de catequesis, continúa ofreciéndonos una reflexión que culmina con una enseñanza sobre los valores del Reino de Dios y las actitudes que hemos de tener quienes nos consideramos discípulos de Jesús.

 

En la primitiva comunidad cristiana, como en todo grupo humano, hay tensiones en la convivencia y también luchas de poder por conseguir los puestos destacados, la autoridad y el dominio sobre los demás, algo que sigue sucediendo en la Iglesia de nuestro tiempo. Esta realidad también estaba presente en la comunidad formada por Jesús y sus primeros discípulos, algo que el evangelista no oculta.

Quienes tienen aires de grandeza, rechazan la humildad como el servicio, de ahí que Jesús, poniendo a un niño como referente, nos corrija e invite a no querer destacar y ambicionar los primeros puestos, sino a llevar una vida sencilla, de entrega a los demás y de entender nuestro trabajo desde el servicio.

Y, una vez más, anunciando Jesús su pasión y forma de muerte en cruz, los discípulos no podían comprender, porque en las pretensiones personales y meramente humanas de ellos no tenían cabida el dolor ni el sufrimiento, pues no podían aceptar, tampoco entender, que quien ellos identificaban con el Mesías prometido tuviera un final trágico y no de triunfo.

Jesús se nos muestra con una autoridad que se fundamenta en el servicio, y él es el ejemplo de quien lo vive día a día, en total entrega a la comunidad, teniendo en cuenta que en el Evangelio, el amor, el servicio y el sufrimiento suelen ir juntos.

Emilio J. Fernández, sacerdote

https://elpozodedios.blogspot.com/

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Homilía de monseñor Saiz Meneses en la ordenación de once nuevos diáconos (21-09-2024)

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Homilía de monseñor Saiz Meneses en la ordenación de once nuevos diáconos (21-09-2024)

Catedral de Sevilla, 21 de septiembre de 2024.

Lecturas: Ef 4, 1-7. 11-13; Sal 18; Mt 9, 9-13.

“Al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió.” (Mt 9,9).

Queridos hermanos y hermanas que participáis en esta celebración: Rectores y formadores de nuestros Seminarios, Consejo Episcopal, Cabildo de la Catedral, presbíteros, diáconos, seminaristas, miembros de la vida consagrada, miembros del laicado, hermanos todos en el Señor. Queridos Manuel Camacho, Alberto Jesús, Manuel Carrasco, Pedro, Javier, Ángel, Teodomiro, Lukas, Cristian, Andrés y Sujith, que recibiréis la ordenación diaconal. Saludo a vuestras familias, que os acompañan en un día tan señalado, las aquí presentes y las que siguen la celebración a través de los medios de comunicación.

Hoy celebramos la fiesta de san Mateo, Apóstol y Evangelista. Era publicano de profesión cuando recibió la llamada de Jesús, pero se levantó y le siguió, según el relato del evangelio. Jesús acoge en el grupo de sus más íntimos a un hombre que, según la concepción religiosa de Israel en aquel tiempo, era considerado un pecador público, porque Mateo colaboraba con una autoridad extranjera, el imperio romano, cuyos tributos solían establecerse de modo arbitrario y abusivo. Por este motivo, los publicanos eran considerados hombres injustos y ladrones. A pesar de su situación, Jesús no lo excluye ni de su llamada ni de su amistad; más aún, responderá a los que se escandalizaban que no necesitaban médico los sanos sino los enfermos; que no había venido a llamar a los justos, sino a los pecadores (cf. Mc 2, 17). La buena nueva del Evangelio consiste precisamente en que Dios ofrece su gracia a todos.

Es muy significativo el hecho de que Mateo responde inmediatamente a la llamada de Jesús, levantándose y siguiendo al Maestro. La brevedad de la frase refleja la prontitud de Mateo en la respuesta. Esto implicaba para él dejarlo todo, dejar un modo de vida acomodado, una fuente de ingresos de dudosa moralidad pero más que segura y abundante. Comprendió que seguir de cerca a Jesús era incompatible con su modo de vida y con su trabajo. En contraste con lo sucedido en la llamada de Jesús al joven rico, este publicano se levantó, y dejándolo todo, siguió al Maestro.

Vosotros también habéis sido llamados, y habéis seguido al Señor, y hoy recibiréis el diaconado, un don del Espíritu Santo para servir a la Iglesia. Como ministros del altar, proclamaréis el Evangelio, prepararéis la Eucaristía y distribuiréis a los fieles el Cuerpo y la Sangre del Señor; de acuerdo con la misión recibida del obispo, exhortaréis y educaréis en la fe, presidiréis la oración, administraréis el bautismo, asistiréis al matrimonio, llevaréis la comunión a los enfermos y el viático a los moribundos, presidiréis las exequias, y serviréis especialmente a los más pobres y pequeños.

Sois llamados y enviados a servir a todo el pueblo de Dios, con especial predilección por los más necesitados, al igual que el Señor. Habéis venido libremente para recibir el orden del diaconado, deseosos de ejercer este ministerio con sencillez y generosidad. Cumpliréis este ministerio observando el celibato, una relación íntima con Cristo para vivir la entrega total de sí mismos al Señor y al rebaño encomendado. Movidos por un amor sincero a Jesucristo os consagraréis a él de una manera nueva, os uniréis a él sirviendo a Dios y a los hombres, y trabajaréis para que todos vivan plenamente como hijos de Dios. Trabajaréis con empeño para que la Palabra de Dios ilumine la vida de las personas, renueve su corazón, lo llene de esperanza y alegría; porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, transforma la mente y el corazón, y se proyecta para renovar todas las cosas, todos los ámbitos de la vida personal, eclesial y social.

La Plegaria de Ordenación nos recuerda que en los inicios de la Iglesia los Apóstoles eligieron como colaboradores suyos en el ministerio de cada día, siete hombres bien vistos de todo el mundo y les encargaron el servicio de los pobres, para poder dedicarse ellos más plenamente a la oración y a la predicación de la palabra. Pediremos al Señor que envíe sobre vosotros el Espíritu Santo, para que os fortalezca y podáis cumplir fielmente vuestro ministerio diaconal mediante la vivencia de las virtudes evangélicas: el amor sincero, el celo por los pobres y los enfermos, la autoridad humilde, la pureza de vida y el comportamiento según el Espíritu. Sobre todo, imitando a Nuestro Señor Jesucristo, que no vino a ser servido sino a servir.

El P. Torres, sacerdote de nuestro presbiterio, canónigo de esta Catedral, que será beatificado el próximo nueve de noviembre, pocos días antes de su muerte recomendaba a sor Ángela de la Cruz que las hermanas “a los enfermos los tratasen en todo momento con verdadera veneración, viendo en ellos la imagen de Jesucristo, que les besaran los pies en señal de servicio y que jamás les hablasen de tú, pues ellos eran los señores a quienes servían las Hermanas de la Cruz; que lucharan con ahínco con el “yo” que carcomía a las comunidades: “No ser; no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera”.

San Pablo nos exhorta asimismo a la humildad y amabilidad, a la comprensión, a sobrellevarnos mutuamente con amor y mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. “Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos” (vv. 5-6). Mantener la unidad es condición indispensable para ser creíbles en nuestro ministerio. La unidad se vive a través de una mirada a la Trinidad Santísima, su fuente y origen; una mirada a la Iglesia, familia de la que formamos parte; y, en tercer lugar, una mirada a sus personas, estructuras, y a su misión evangelizadora. La unidad se vive desde la conciencia de Iglesia, desde la solidaridad entre los miembros, desde la necesidad de que cada miembro cumpla su misión específica, aporte su cooperación imprescindible buscando siempre el bien común. Señala Romano Guardini que la Iglesia «no es una institución inventada y construida en teoría…, sino una realidad viva… Vive a lo largo del tiempo, en devenir, como todo ser vivo, transformándose… Sin embargo su naturaleza sigue siendo siempre la misma, y su corazón es Cristo» (Meditaciones de La Iglesia del Señor, 1965).

María santísima es la Madre y Maestra que nos conduce por el camino de la unidad. Ella mantuvo unánimes a los apóstoles en la Iglesia naciente y enseña a los discípulos de su Hijo a vivir en comunión con Dios y en comunión fraterna. En María, la sierva del Señor, encontraréis inspiración y ejemplo. Contempladla en el misterio de su Visitación, cuando se pone en camino y va con decisión a la montaña, a la casa de Zacarías e Isabel. Un viaje misionero por el que sale de sí misma, de su casa, de sus seguridades, y va más allá. Ahí está la clave de vuestra vida de diáconos: una existencia en salida, en peregrinación, más allá de la rutina, de la comodidad, del miedo, del egoísmo y del egocentrismo.

En su respuesta al anuncio del ángel se define a sí misma como “la esclava del Señor”. Por eso se dirige con diligencia a la casa de Isabel para ofrecerle toda la ayuda que pueda necesitar. Ahora bien, el mayor servicio de María consiste en llevar y ofrecer a Jesús. Este es el corazón y la culminación del servicio y de la misión evangelizadora. Encomendamos a la protección de nuestra Reina y Madre, la Virgen de los Reyes, a los nuevos diáconos. Pedimos al Señor que Manuel, Alberto Jesús, Manuel, Pedro, Javier, Ángel, Teodomiro, Lukas, Cristian, Andrés y Sujith, vivan estas actitudes de servicio a Dios y a los hermanos, y que proclamen la Buena Nueva del Evangelio con valentía y nuevo ardor. Así sea.

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Mons. Saiz Meneses a los nuevos diáconos: “Sois llamados y enviados a servir a todo el pueblo de Dios, con especial predilección por los más necesitados”

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Mons. Saiz Meneses a los nuevos diáconos: “Sois llamados y enviados a servir a todo el pueblo de Dios, con especial predilección por los más necesitados”

Manuel Camacho, Alberto Jesús Campos, Manuel Carrasco, Pedro DuoLu Li, Javier Llorente, Ángel López, Teodomiro Ortega, Lukas Pysz, Cristian Omar, Andrés Urtasun y Sujith Vidhyadharan. Estos son los once nuevos diáconos de la Archidiócesis de Sevilla, tras la misa que se ha celebrado esta mañana en una abarrotada Catedral de Sevilla, que ha vivido una de las citas más esperadas del calendario diocesano.

El encargado de ordenar a estos once seminaristas, ocho del Metropolitano y tres del Redemptoris mater, ha sido el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz, que les ha marcado las claves de la vida que hoy comienzan: “Una existencia en salida, en peregrinación, más allá de la rutina, de la comodidad, del miedo, del egoísmo y del egocentrismo”.

Los nuevos diáconos han estado arropados por una representación del clero diocesano, entre ellos los responsables de ambos seminarios, Andrés Ybarra y Ramón González; los formadores de los seminarios y el deán del Cabildo Catedral, Francisco José Ortiz.

El arzobispo ha resumido la misión que tienen encomendada por razón de su ordenación diaconal: “Como ministros del altar, proclamaréis el Evangelio, prepararéis la Eucaristía y distribuiréis a los fieles el Cuerpo y la Sangre del Señor; de acuerdo con la misión recibida del obispo, exhortaréis y educaréis en la fe, presidiréis la oración, administraréis el bautismo, asistiréis al matrimonio, llevaréis la comunión a los enfermos y el viático a los moribundos, presidiréis las exequias, y serviréis especialmente a los más pobres y pequeños”. En resumidas cuentas, los nuevos diáconos, que seguirán preparándose para su ordenación sacerdotal el próximo mes de junio, “son llamados y enviados a servir a todo el pueblo de Dios, con especial predilección por los más necesitados, al igual que el Señor”.

Claves del ministerio diaconal

Monseñor Saiz Meneses les ha recordado la libertad con la que han recibido el orden del diaconado, “deseosos de ejercer este ministerio con sencillez y generosidad”, así como algunas claves de su ministerio diaconal: “Cumpliréis este ministerio observando el celibato, una relación íntima con Cristo para vivir la entrega total de sí mismos al Señor y al rebaño encomendado”. Además, les ha pedido que trabajen “con empeño” para que la Palabra de Dios “ilumine la vida de las personas, renueve su corazón, lo llene de esperanza y alegría”.

Los once nuevos diáconos contarán con la oración del arzobispo y de toda la Iglesia diocesana. Así lo ha asegurado el arzobispo: “Pediremos al Señor que envíe sobre vosotros el Espíritu Santo, para que os fortalezca y podáis cumplir fielmente vuestro ministerio diaconal mediante la vivencia de las virtudes evangélicas: el amor sincero, el celo por los pobres y los enfermos, la autoridad humilde, la pureza de vida y el comportamiento según el Espíritu. Sobre todo, imitando a Nuestro Señor Jesucristo, que no vino a ser servido sino a servir”.

“Mantener la unidad es condición indispensable para ser creíbles”

También ha aludido a San Pablo, que “nos exhorta a la humildad y amabilidad, a la comprensión, a sobrellevarnos mutuamente con amor y mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz”. En esta línea ha señalado que “mantener la unidad es condición indispensable para ser creíbles en nuestro ministerio”.

En otro momento de la homilía, monseñor Saiz Meneses ha recordado al venerable padre Torres padilla, cofundador de la Compañía de la Cruz, que el próximo 9 de noviembre será beatificado en esta misma Catedral. El arzobispo ha señalado cómo, pocos días antes de su muerte recomendaba a sor Ángela de la Cruz que las hermanas “a los enfermos los tratasen en todo momento con verdadera veneración, viendo en ellos la imagen de Jesucristo, que les besaran los pies en señal de servicio y que jamás les hablasen de tú, pues ellos eran los señores a quienes servían las Hermanas de la Cruz”.

Una liturgia especial

Especialmente emotiva ha sido el momento en que los once candidatos al diaconado se han postrado para escuchar las letanías, como momento previo a la imposición de manos por parte del obispo y la plegaria de ordenación. Posteriormente, los ordenados se han revestido con la estola diaconal y la dalmática. En este momento han contado con la ayuda de sus familiares y amigos más cercanos. De esta manera se ha manifestado visiblemente el ministerio que desde ahora van a ejercer en la liturgia. Finalmente, con la entrega del libro de los Evangelios se ha indicado la función diaconal de proclamar el Evangelio en las celebraciones litúrgicas, así como la de predicar la fe de palabra y de obra.

 

GALERÍA de la ordenación

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Fernando Ruano Segado es ya diácono de la Iglesia de Jaén en su destino hacia el sacerdocio 

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En este día en el que la Iglesia recuerda a San Mateo apóstol, Fernando Ruano ha recibido la ordenación diaconal de manos del Obispo de Jaén, Monseñor Chico Martínez, en la que se ha convertido en su primera ordenación como Prelado a un diácono aspirante al sacerdocio, como Obispo de Jaén. Junto con el presbiterio diocesano, el Obispo emérito, Don Amadeo Rodríguez Magro, ha querido compartir con su Diócesis este momento de Júbilo de esta Iglesia particular. 

Fernando Ruano, natural de Arjonilla y de 28 años ha estado acompañado por miembros de su comunidad parroquial, la de Nuestra Señora de la Encarnación, así como su familia, amigos y compañeros del Seminario.  La ceremonia ha sido solemnizada por el Coro y Orquesta MusicAlma. 

Las lecturas han estado participadas por un amigo de Fernando, su compañero de Seminario, Salvador Ruiz y por una feligresa de su parroquia natal. Al finalizar la proclamación del Evangelio, a cargo del diácono permanente, D. Andrés Borrego, el seminarista se ha puesto en pie, a petición del Secretario Canciller, para que el Rector del Seminario, D. Juan Francisco Ortiz confirmara, ante el Obispo, que el joven arjonillero es apto para recibir el ministerio del diaconado. 

 Homilía 

El Obispo Don Sebastián ha comenzado sus palabras saludando al Obispo emérito, al Cabildo Catedral, al presbiterio y a los fieles, en particular a los de la parroquia de Arjonilla, para, inmediatamente dirigirse a los padres del seminarista que iba a ser ordenado con una sentida intervención: “Permitidme que salude de una manera especial a los padres de Fernando, Maricarmen y Fernando. Somos conscientes de que este es un momento de gran emoción y orgullo para vosotros. Habéis acompañado a vuestro hijo desde su nacimiento. Al ofrecerle al Señor lo más valioso para vosotros, habéis dado un ejemplo profundo de entrega y confianza en la voluntad de Dios. Os felicito y os agradezco la gran generosidad de vuestro corazón, que el Señor os la recompense con abundantes bendiciones”. 

Después, se ha dirigido a Fernando para decirle, Fernando, hoy te unes a Cristo en un modo profundo y especial. La vocación diaconal te invita a configurarte con Él, el Siervo de los siervos, quien nos mostró el camino del servicio, la entrega y el sacrificio. A través de tu ministerio, vas a vivir tres compromisos esenciales: el celibato, la obediencia y la oración”. 

Don Sebastián ha ido desgranando cada una de las promesas con las que se acaba de comprometer, para explicar al neodiácono y al pueblo fiel, lo que suponen cada una de ellas.  

Respecto al celibato, el pastor diocesano le ha dicho: “El celibato que prometes hoy es un testimonio de amor radical y exclusivo a Cristo. Al renunciar al matrimonio, eliges amar de manera plena y desinteresada a Dios y a la comunidad que Él te encomienda”. Respecto a la obediencia le ha animado a verla siempre como don y nunca como imposición. En este sentido, Don Sebastián ha afirmado: “Esta obediencia no es una carga, sino un camino de libertad. A través de la obediencia, te pones al servicio de la Iglesia con total disponibilidad, dejando que el Señor guíe tu vida y tus decisiones a través de sus pastores”. 

La oración, piedra angular de su vida interior: “Que tu vida de oración sea continua y ferviente, iluminada por el Espíritu Santo, quien te sostendrá en los momentos de alegría y en los momentos de dificultad”, ha expresado el Prelado. 

La liturgia, la caridad y la palabra también han sido recomendadas por el Obispo como herramientas claves no solo para su servicio diaconal, sino para su futura vida como sacerdote. 

Don Sebastián, con el amor entrañable de padre, ha querido expresar a Fernando, “Querido Fernando, Dios te ha buscado durante toda tu vida. Has reconocido esa llamada secreta que el Espíritu Santo te hizo, para responder al plan que Dios pensó para ti cuando pensó en ti y has respondido con todo el entusiasmo de tu corazón. ¡FELICIDADES! No temas por los deberes y las incógnitas del futuro. No temas que te falten las fuerzas o las palabras o incluso que te rechacen. Jesús, el Señor,  vive entre nosotros y de modo invisible nos sostiene, y no nos abandona”.  

El Obispo ha querido dirigirse, también a los jóvenes presentes para que se pregunten el para qué de su vida: “Queridos jóvenes, este momento no solo es significativo para Fernando, sino también para cada uno de vosotros que estáis aquí presentes. Es una invitación directa a reflexionar sobre vuestra propia vida y el plan que Dios tiene para cada uno de vosotros. Dios sigue llamando hoy a la vida sacerdotal. No tengáis miedo de preguntarle a Dios cuál es su plan para vosotros. Tal vez, entre los que estáis aquí hoy, Dios está llamando a alguien más a seguir este camino sacerdotal o de la vida consagrada”. 

Para finalizar su intervención poniendo bajo el manto amoroso de la Virgen de la Cabeza, patrona de la Diócesis, su ministerio diaconal. 

Rito de la ordenación 

Al término de la homilía ha dado comienzo el rito propio de la ordenación diaconal con las promesas del aspirante ante el Obispo. A continuación, Fernando Ruano se ha postrado de rodillas ante el Prelado para prometer respeto y obediencia, hacia él y sus sucesores. 

La oración hecha signo: mientras Fernando se ha postrado en el presbiterio ante el altar, mientras el pueblo fiel congregado en la Catedral de Jaén, ha ido respondiendo a las letanías de los santos, que han sido entonadas por el seminarista Daniel Cano para pedir la intercesión ante el Señor este nuevo diácono de la Iglesia y por su nuevo ministerio. 

El momento de mayor recogimiento y emoción contenida de la ordenación se ha producido cuando el Obispo ha impuesto sus manos sobre la cabeza del seminarista, ya que, bajo la acción del Espíritu Santo, es en este mismo instante en el que queda marcado por signo indeleble de la ordenación. 

Otro de los signos de esta ordenación es ser revestido con la dalmática y la estola. En esta ocasión, la estola no va sobre el cuello, sino que atraviesa en diagonal el cuerpo del diácono como símbolo de sacrificio y generosidad en el servicio de la comunidad cristiana. Han revestido al seminarista, el Vicario de Jaén y Mágina, y que fuera profesor de Religión del Seminarista cuando éste era estudiante, D. Jesús Millán, así como el sacerdote y profesor del Seminario, D. Antonio Robles Gómez, para ya como diácono tomar, de las manos del Prelado el Evangeliario, signo del ministerio que acababan de recibir. El penúltimo eslabón en una cadena de dones que los configura con Cristo, Buen Pastor, en su camino hacia el sacerdocio. 

Las ofrendas han sido presentadas ante el Obispo por los padres del diácono ordenado. 

Ya como diácono, Fernando Ruano se ha encargado del servicio del altar, ha anunciado el momento de la paz y ha despedido al pueblo. En el momento de la comunión los familiares del diácono la han recibido de sus manos. 

La solemne celebración eucarística ha concluido con la solemne bendición del Prelado del Santo Reino, para después todos juntos hacerse una foto de familia. 

A partir de ahora, Fernando será enviado como diácono a las parroquias de Bailén, como primer destino pastoral, mientras, a la vez, amplía sus estudios de Teología en Granada. 

La Iglesia diocesana de Jaén da gracias a Dios por la vida de este hombre, que llamado por Jesús, atendió su petición de ser “pescador de hombres”. 

Galería fotográfica: «Ordenación diaconal Fernando Ruano Segado»

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