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Carta pastoral para la Campaña de Manos Unidas 2025

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«Compartir es nuestra mayor riqueza»

MENSAJE CON MOTIVO DE LA CAMPAÑA DE MANOS UNIDAS 2025

Queridos hermanos y hermanas:

Celebramos a inicios de febrero la Campaña contra el hambre de Manos Unidas. Esta ONG de la Iglesia católica nos ayuda constantemente a no olvidar nuestro compromiso con los más pobres del mundo, que no tienen las condiciones dignas para vivir. Nos interpelan, cada año con esta campaña, invitándonos a tomar conciencia de la lacra mundial del hambre y la pobreza en el mundo. Orar, ayunar voluntariamente, ofrecer sacrificios y colaborar económicamente en los proyectos asignados a cada Diócesis, es una forma concreta de sembrar Esperanza en el mundo.

Desde hace 66 años, el compromiso de unas mujeres de Acción católica, ha dado muchos frutos en la Iglesia de España en la ayuda, promoción y desarrollo de los países más desfavorecidos y en vías de desarrollo. Manos Unidas quiere levantar nuestra comodidad para que, sobrecogidos por la realidad de las cifras del hambre y las desigualdades, enfrentemos el problema de más de mil millones de personas empobrecidas y hambrientas; combatiendo lo que hoy es una de los mayores estigmas que azotan a la humanidad. Y lo hacen desde las raíces profundas de la fe y la caridad cristiana. Manos Unidas trabaja por el desarrollo integral de las personas: cubrir necesidades básicas y vivir dignamente el camino de la fe, peregrinando al cielo.

En este año santo de la Esperanza, hemos de acoger la insistencia de nuestro querido Papa Francisco para mirar constantemente a los que más sufren en nuestro mundo, para que nuestra fe no se esconda en falacias que nada tuvieran que ver con la realidad que nos rodea y con el sufrimiento de millones de hermanos nuestros, que gritan en su pobreza una verdadera fraternidad. El Papa Francisco, frente a la globalización de la indiferencia, nos invita constantemente a trabajar por acciones globales integrales, por gestos verdaderos en la economía, política, sociedad, en nuestra vida diaria, que dignifiquen la verdad de la dignidad de todo ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios. Frente a los alimentos destruidos para mantener el precio del mercado y del consumismo desenfrenado e inmoral, el Papa nos ha recordado, en muchas ocasiones, que “el escándalo del hambre tiene que hacer que todos nos sintamos incómodos” (Cf. Mensaje para La Jornada Mundial de la Alimentación, 2013).

El lema escogido para eta campaña, “Compartir es nuestra mayor riqueza”, nos lanza a una verdadera revisión de nuestra vida, de nuestros modos escandalosos y egoístas de vivir, a hacer examen de conciencia de nuestra fe y nuestro ser Iglesia. Sólo en el compartir lo necesario es posible sembrar de verdadera Esperanza, de Jesucristo y de caridad cristiana, nuestro mundo.

Son miles de colaboradores repartidos por cada una de las Diócesis españolas, movidos por la fuerza renovadora de la fe, poniendo en la Eucaristía el anhelo profundo de que imitemos a Cristo, que siendo rico se hizo pobre y compartió su filiación para que podamos experimentar que Dios es Amor. Ser hermanos nos envuelve en la dinámica constante del compartir todo lo que somos, desde los bienes materiales hasta la fe y la oración en el Cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia. El Espíritu Santo es el generador que nos impulsa a vivir y a expresar cada día esta verdad constitutiva de nuestra fe.

Quiero felicitar a la Presidenta Diocesana de Manos Unidas y a tantos voluntarios que repartidos por cada rincón de la Diócesis hacen posible este milagro del compartir con su servicio precioso, sacrificado y generoso en cada una de las actividades que realizan para el bien de nuestras almas y de toda la humanidad.

Os animo a todos a ser muy generosos con los que más sufren, a comprometeros en el voluntariado de Manos Unidas, a seguir ayudándonos a salir de nuestras burbujas consumistas de cristal y a encontrar nuestra mayor riqueza en compartir, sembrando Esperanza, la única que no defrauda el corazón, la dignidad de los pobres y la que tanto agrada al Señor.

Con mi afecto y bendición.

+Francisco Jesús Orozco Mengíbar

Obispo de Guadix

Madrid acogió el Congreso de Vocaciones

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La Iglesia en España ha celebrado su Congreso de Vocaciones «¿Para quién soy?«, entre el viernes, 7 de febrero, y hasta el domingo, día 9. El Congreso se ha celebrado en el «Madrid-Arena» y se puede seguir en la página web del Congreso y en el canal de Youtube de la Conferencia Episcopal. La Asamblea Plenaria de la CEE encomendó la organización de este evento al Servicio de Pastoral Vocacional. La Conferencia Episcopal Española cierra, con este Congreso, su ciclo del Plan Pastoral que inició en 2021. En el Congreso han participado cerca de veinte personas representando a la diócesis de Canarias.

Día primero. Inauguración, ponencia marco y vigilia de oración

A las 16.00 h. del viernes 7 de febrero comienza la acogida de participantes, que llegan de las 70 diócesis españolas con la alegría de los bautizados, de ser peregrinos, de compartir, de vivir desde el comienzo, personal y comunitariamente, los retos que plantea este Congreso: que sea un encuentro que ayude a reconocer que el Señor sigue llamando a la vida, a la fe y a la misión.

La inauguración del Congreso, a las 18.00 h., comienza con música, con la proyección del video-clip del himno del Congreso de Vocaciones, «Para quien soy yo», compuesto y cantado por Hakuna, en una acto amenizado por los periodistas Mª Angeles Fernández y Fran Otero, que invitan a una pequeña dinámica con algunas frases del himno del congreso, que interpelan al público: “Lo que todo el mundo ansía — ¿Qué ansía tu corazón?» ; “¿Para quién soy?» – ¿Qué hago aquí?” — «¿Qué haces aquí? y la frase “Tu mirada da sentido a nuestra vida” con la pregunta ¿Cómo me mira Jesús?. Los congresistas escriben sus respuestas en unos folios que alzan con las manos. La música y las canciones acompañarán también las distintas partes y reflexiones del Congreso.

Seguidamente, comienza un momento de oración guiado por un grupo de la archidiócesis de Valencia. «Somos una Asamblea de los llamados. Nos hemos preparado. la cuestión vocacional es un gran reto para nuestra Iglesia, que abre una respuesta desde el discernimiento y el acompañamiento que ofrece la Iglesia. El Señor nos sigue llamando a la vida. La vida cristiana es vocación. Toda vida es vocación. Se vive como una llamada y se ofrece como una misión particular», reflexionan.

«Queremos que este Congreso llegue a personas creyentes y no creyentes – continúan-, para que todos encontremos nuestro camino en la vida». Se escucha el Evangelio de san Marcos. Todos juntos rezan la oración del Congreso: «te respondemos con nuestro sí. Somos una Asamblea de llamados (…) «.

Saludos iniciales de bienvenida

Los saludos iniciales de acogida corren a cargo del arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo; el arzobispo de Braga, Mons. José Manuel García Cordeiro, responsable de Vocaciones y Jóvenes en el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa(CCEE); el nuncio apostólico en España, Mons. Bernardito Auza, quien agradece la celebración del encuentro y transmite el mensaje que el papa Francisco envía a los participantes de este Congreso. Por último, el presidente de la CEE, Mons. Luis Argüello, da la bienvenida también, cerrando este acto de recibimiento, a todos los congregados.

Cardenal Cobo: «nuestra vida tiene futuro, nuestra vida tiene sentido»

El primero en hablar, el cardenal Cobo, acoge con su saludo a todos los participantes en Madrid, con unas palabras y un deseo compartido: que nos escuchemos unos a otros durante estos días. Afirma que «lo mejor que a alguien le puede ocurrir en la vida es poder conducir su libertad a su horizonte más amplio y eso solo se hace si es capaz de formular a las preguntas fundamentales. Nada es tan obvio que no merezca ser interrogado. Nuestro tiempo presenta una grieta peligrosa y es la falta de preguntas».

«Dedicamos -continúa el arzobispo de Madrid- mucho esfuerzo a nuestra personalidad on- line, pero la falta de preguntas nos hace volar muy bajo. Navegamos en la incertidumbre y nos da mucho miedo el futuro. Ante una pandemia como la que tuvimos olvidamos las preguntas y no hacemos nada ante el miedo».

Por ello, explica que si no nos dejamos sorprender por el Dios que nos llama por nuestro nombre, seremos seres deshumanizados. Pero si cultivamos la capacidad del asombro seremos capaces de ver a Dios. «Despertad es la llamada. Despertad de la dormidera para poder hacer en el corazón las preguntas fundamentales. Para percibirnos creados y amados desde siempre. La revelación es así. La historia de un coloquio amoroso entre Dios y el hombre. Debemos apostar por la cultura del encuentro: que incorpora al otro y a los otros. La revelación es la que da sentido a nuestra vida. Hay que sentarse a escuchar y estar juntos», constata.

El cardenal Cobo explica que el divorcio de la fe en el día a día es una grieta y limita nuestra capacidad de vivir la fe en todos los aspectos de la vida. Por ello, el reto que nos propone es: integrar la fe en la vida cotidiana y así puede cumplir cada persona su misión en el mundo. «Él no nos propuso solo un ideal, Él se encarna. Nos propuso un encuentro con Él, vino a nuestro lado. «Maestro, ¿dónde vives? esta es la pregunta. Venid y veréis, la respuesta», reflexiona.

También destaca que «nuestra vida tiene futuro, nuestra vida tiene sentido porque depende de la mirada Dios. Somos convocados, Dios llama en la Asamblea que es la Iglesia. Por ello, «estar juntos nos da alas, para vivir más arraigados, haciendo uso de nuestra libertad. Nos hace caminar y aprender juntos». Así, indica que «Dios nos saca de nuestras ideas que polarizan la convivencia, que no acepta a los otros». Por ello, como toda vocación es un don y una vida, «todas las vocaciones deben ser acompañadas. La vocación es una llamada, la llamada del Maestro para seguirle. Vivimos un momento de gracia para la Iglesia. El Espíritu santo nos empuja a descubrirnos como Pueblo de Dios. Todos somos discípulos de Cristo en misión. Vocación única que nos iguala a todos. En la comunidad todos nos sentiremos valorados. Pongámonos en camino y preguntémonos «¿Para quién soy?».

A continuación, toma la palabra el Responsable de Vocaciones y Jóvenes en el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa(CCEE), Mons. José Manuel García Cordeiro, quien asegura en su saludo que «todos estamos llamados – todos somos una asamblea de llamados a la misión. De hecho, la Iglesia o es misionera o no existe. Salir, evangelizar y discipular son verbos activos para una Iglesia en misión peregrina de esperanza».

Mons. García Cordeiro da un «Sí» a la vocación misionera, sinodal y de comunión que tiene la Iglesia: «Sí, soñamos con una Iglesia en actitud permanente de oración, formación, renovación y misión; una Iglesia cada vez más atenta a todas las personas y a los signos de los tiempos. Sí, soñamos con una Iglesia que sienta, viva, comparta y se esfuerce por ayudar a resolver los innumerables problemas que afectan a las familias. Sí, soñamos con una Iglesia que se convierta en compañera de viaje de los jóvenes, atenta a sus sueños, deseos y dificultades, sabiendo que los jóvenes vienen a la Iglesia no para divertirse, sino para alimentarse desde dentro».

Ante todo ello, subraya el arzobispo, que más que saber responder a la pregunta fundamental: ¿Quién soy yo? «debemos responder con nuestra vida: ¿Para quién soy yo? ¿Para qué sirve la vida, sino para dar? ¿Qué puedo hacer por la Iglesia?».

Mensaje del papa Francisco al Congreso

Por su parte, el nuncio apostólico en España, Mons. Bernardito C. Auza, muestra su alegría por la organización de este Congreso vocacional y da lectura al Mensaje con el que el papa Francisco quiere unirse a la celebración de este Congreso de Vocaciones “agradeciendo a todos los que trabajan por las vocaciones en las amadas tierras de España”. El Santo Padre pone como ejemplo la situación que se vivió con la DANA “una situación que nos interpela profundamente, y que deja al vivo la idea de «para quién soy».

 

Ponencia marco inicial

A continuación, Ana Samboal y Alfonso Alonso-Las Heras presentan a los asistentes la ponencia marco inicial, que recoge el trabajo en común anterior a este Congreso. En ella destacan que la razón de realizar este Congreso es ofrecer la certeza de que «Dios sigue amando y llamando». «La vocación es el regalo que Dios nos dona junto a la vida, que debemos descubrir y a la que hay que responder«, subrayan.

Por ello, la Iglesia quiere ayudar a fortalecer la cultura vocacional para que cada persona pueda descubrir su vocación y alcanzar la plenitud a la que ha sido llamada.

Resumen de la Ponencia marco inicial

  • La razón de este Congreso es descubrir la “certeza de que Dios sigue invitándonos a todos a una existencia plena y dichosa”.
  • La vida es vocación de todos y para todos. La vocación encuentra su sentido en un bien que se dona, en una tarea para los demás.
  • «La vocación personal posee una dimensión comunitaria: la dicha es imposible sin los otros. En una sociedad individualista este fundamento es profundamente contracultural».
  • “Existe una crisis antropológica, de comprensión de lo que somos”.
  • «En la realidad actual está en crisis la “vida entendida como vocación”, no la falta de curas y monjas. Está en crisis la vida entendida como vocación en todos los ámbitos: en el familiar, en el profesional, en la Iglesia…
  • «La vocación es el regalo que Dios nos dona junto a la vida, que debemos descubrir y a la que hay que responder».

El Congreso de Vocaciones “¿Para quien soy yo. Asamblea de llamados para la misión”, cierra el ciclo pastoral 2021-2025 de la CEE, continuando el trabajo del Congreso de Laicos de 2020 “Pueblo de Dios en salida”. Con este encuentro se quiere dar un paso más: del anuncio del Kerigma a vivir la propia vida como respuesta al mismo. La razón última de este Congreso es descubrir la “certeza de que Dios sigue invitándonos a todos a una existencia plena y dichosa”. Es mostrar la certeza de que “todos tenemos vocación”. Por ello, la Iglesia quiere ayudar a fortalecer la cultura vocacional para que cada persona pueda descubrir su vocación y alcanzar la plenitud a la que ha sido llamada.

El Congreso comenzó hace meses con el trabajo previo y este fin de semana continúa el itinerario de encuentro, formación, oración y celebración.

Diagnóstico del momento actual: una crisis antropológica

Esta ponencia inicial parte de un diagnóstico de la situación actual, donde explica el porqué de este énfasis en el tema de la vocación en los últimos años. La respuesta es que existe una crisis antropológica, “de comprensión de lo que somos”.  Esta crisis no se limita a la disminución de vocaciones de “especial consagración” sino a la falta de vidas entendidas y vividas como vocación. En todos los ámbitos: en el familiar, en el profesional, en la Iglesia… lo que está en crisis es la “vida entendida como vocación”.

Explican que esta situación tiene diferentes causas, entre las que destacan:

La exacerbada búsqueda de libertad, que quiere a toda costa generar sujetos autónomos e independientes. Una exaltación de la autonomía casi por encima de todo. Una libertad, reduciéndola a su dimensión negativa, sin límites y sin asumir responsabilidades.

-Hoy se sitúa en el centro al sujeto y la búsqueda de bienestar se convierten en el foco de toda decisión. De manera que no hay cabida al amor, centro de un paradigma vocacional. La libertad en la sociedad actual se pone por encima del amor y desemboca en valores que son opuestos a las virtudes necesarias para poder responder a la propia vocación.

-Están en crisis los elementos antropológicos esenciales para la vocación. Existe una pérdida de trascendencia. Los jóvenes viven sumergidos en un mundo lleno de información, pero carecen de las herramientas básicas para la vida, con consecuencias de vacío existencial y soledad.

Pese a este contexto, la razón de realizar este Congreso no es esta crisis actual, es la certeza de  que “Dios sigue amando y llamando”, afirman. Es ayudar a descubrir y alcanzar la vocación de cada uno y acompañar en el proceso. Por ello, la Iglesia, con este encuentro, quiere ofrecer lo que Dios “sueña para todos y cada uno, que es un camino de dicha y verdadera plenitud”.

La vocación: una llamada al ser y un don para darse a los demás

Con este planteamiento recuerdan que la vocación no se reduce a una tarea o profesión, sino que tiene que ver con el ser antes que con el hacer. La vocación se convierte “en modo de vivir y de plantearse la existencia”. La vocación constituye a la persona. La vocación es un don que se recibe del amor de Dios y nos lleva a la felicidad y plenitud de vida.

En este sentido, constatan que la vida es vocación. Esto significa que la vida ha de vivirse como un don y encuentra su sentido convirtiéndola en un bien que se dona para todos.

Además, ofrecen algunas características que ayudan a entender mejor la vocación:

  • No es una auto-realización. Dios llama y tienen la iniciativa. Los propios sentimientos no son creadores de la realidad ni de la vocación.
  • Tiene un horizonte de sentido hacia el que dirigir la vida: marca la dirección de la vida como una brújula, más que como un GPS que indique tiempo y lugar a cada paso.
  • Es un don que ha de concretarse en una respuesta. Tiene carácter personal y dialógico: implica una relación con Dios que demanda respuesta libre y concreta.
  • Es un proceso dinámico:  es un camino continuo de actualización del «sí». La vocación no se impone. Es clave la revisión de vida, escuchar y avanzar.
  • Dimensión comunitaria, en un doble sentido eclesial y misional: toda vocación se verifica y enriquece en la Iglesia y en la misión común, en la sinodalidad. La vivencia personal es imposible sin los otros.
  • Tiene carácter de perpetuidad. La llamada vocacional nos lleva al compromiso y a perseverar en ella, incluso frente a los fracasos. Hay una continuidad inseparable entre vocación, misión y santidad.

La cultura vocacional: un desafío compartido

Ante una sociedad que prioriza el bienestar personal y la eficacia por encima del amor y el bien común, es esencial crear una cultura vocacional que ayude a cada persona a plantearse la vida como una respuesta a la llamada de Dios. Esta cultura debe impregnar todas las dimensiones de la Iglesia y sus estructuras. “Toca remar a contracorriente apostando por una cultura vocacional en todos los ámbitos”, apuntan.

El Servicio Nacional de Vocaciones, creado por la CEE en 2022, es un ejemplo de esta apuesta integral. Su objetivo es coordinar esfuerzos pastorales para generar un ambiente vocacional que anime a niños, jóvenes y adultos a descubrir su llamada personal y a responder con generosidad.

Promover una educación cristiana, ayudar en los procesos de iniciación, una visión comunitaria de las vocaciones, destacando la complementariedad entre ellas (sacerdocio, vida consagrada, laicado, matrimonio), así como ofrecer experiencias de encuentros con el Espíritu, especialmente a través de la Palabra y el sacramento de la Reconciliación, además de fomentar el acompañamiento y el discernimiento se muestran como herramientas claves.

Conclusión: una invitación a la conversión y la esperanza

Como conclusión, el horizonte de este Congreso es crecer en la conciencia de que la vida es don recibido y está llamada a ser don para otros. Es una una llamada a la conversión personal y comunitaria. Crear una cultura vocacional es un proceso largo, que exige superar el pesimismo y el derrotismo. Los jóvenes, lejos de ser culpables de la crisis actual, son víctimas de una cultura que los desorienta, pero también muestran una sed de sentido y una apertura a un discurso alternativo.

Este momento, por tanto, es una gran oportunidad para la evangelización y para testimoniar la belleza de una vida bien vivida, plena y en sintonía con el proyecto de Dios. El Congreso es una celebración de la riqueza de todas las vocaciones y una invitación a cada persona a descubrir para quién ha sido creada, con la certeza de que este camino es fuente de plenitud y alegría auténtica. «¿Para quien soy? nos preguntamos, con una respuesta clara en la vida cristiana: para Dios y para los demás, han concluido.

Para finalizar este primera jornada, Mons. Carlos Escribano, presidente de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida preside la Vigilia de oración a las 22.00 h.

Día segundo. Cuatro itinerarios: Palabra, Comunidad, Sujeto, Misión

La jornada ha comenzado con la celebración de la eucaristía, presidida por Mons. Jesús Pulido, obispo de Coria-Cáceres.

A continuación ha dado comiendo la sesión de la mañana con dos ponencias para todos los congresistas. En el pabellón Arena, Eloy Bueno de la Fuente, catedrático de la Facultad de Teología del Norte (Burgos), ha pronunciado la conferencia del itinerario Comunidad (descargar aquí); y en el pabellón Satélite, José Luis Albares Martín, profesor titular del Centro Universitario Cardenal Cisneros, en Alcalá de Henares (Madrid), ha pronunciado la ponencia en el itinerario Palabra (descargar aquí).

Por la tarde han intervenido María Concepción Isart Hernández, de la Universidad Católica de Valencia quien ha desarrollado el itinerario Vocación (descargar aquí); y en el pabellón Satélite ha intervenido María José Castejón Giner, del Instituto Secular Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote que ha desarrollado el itinerario Sujeto (descargar aquí).

Itinerario Palabra

En el primer itinerario del Congreso de Vocaciones, José Luis Albares parte de la constitución dogmática Dei Verbum para identificar hasta quince arquetipos de llamada en la Sagrada Escritura

Dei Verbum establece que el Concilio busca exponer la doctrina genuina sobre la divina revelación y sobre su transmisión y este enfoque, señala Albares, se puede relacionar con el pasaje de Marcos 3, 13-14, donde se narra cómo Jesús llama a sus discípulos para que estén con él y los envía a predicar. Esta conexión, prosigue, nos permite reflexionar sobre el significado de «estar con Jesús», la transmisión de la revelación y la llamada vocacional.

De esta forma, el primer objetivo de los discípulos es «estar con él» (Mc 3, 14a), no solo como una cuestión de proximidad física, sino de una relación profunda y amistosa. La Dei Verbum describe la revelación como un «diálogo amistoso» donde Dios se revela a sí mismo y se comunica con la humanidad: «Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor». La revelación, por tanto, es una invitación a una relación personal del hombre con el creador. La fe cristiana se basa en este diálogo, donde cada creyente es llamado a reconocer que «soy amado-llamado, por eso existo».

Itinerario Comunidad

Eloy Bueno de la Fuente ha señalado que hablar de comunidad en un evento sobre pastoral vocacional es «fundamental», ya que toda vocación cristiana es eclesial y la vida de la Iglesia se manifiesta como un dinamismo continuo de vocaciones. La vocación y la comunidad están intrínsecamente unidas, como lo expresa el papa Francisco: sin el «nosotros» que trasciende el «yo», la vida eclesial se fractura.

En este sentido, toda pastoral vocacional intenta salvar la distancia que las personas establecen entre la fe personal y la realidad de la comunidad eclesial. Si esto no ocurre se corre el riesgo de reducir la eclesialidad a un cumplimiento de normas o a la pertenencia a un grupo, en lugar de reconocer que la Iglesia es una realidad personal, en la que las relaciones son fundamentales.

Eloy Bueno establece que la Iglesia como ekklesía, es una comunidad de llamados, que existe gracias a la iniciativa de Dios y que, por tanto, antecede a la Iglesia y a cada creyente. Sin embargo, vocación y misión están íntimamente ligadas, pues ser cristiano implica una decisión consciente en respuesta a la gracia de Dios. Desde esta perspectiva, ha apuntado Bueno de la Fuente, el Bautismo no es solo un rito, sino el inicio de una vida que integra al individuo en la historia de amor de Dios con la humanidad.

Itinerario Misión

La ponencia correspondiente al cuarto y último itinerario del Congreso Nacional de Vocaciones 2025 ha corrido a cargo de María Consolación Isart. Ella ha comenzado su exposición destacando la pasión por evangelizar como aquello que nos apela e invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad como cristianos. La pregunta inicial que surge es: «¿Por qué evangelizar?» La respuesta, a su juicio, es clara: la Iglesia tiene la obligación de anunciar a Jesucristo a todos los pueblos, tal como se nos recuerda en el mandato de Jesús: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio».

Sin embargo, pese a esta rotundidad evangélica es fundamental que cada uno de nosotros reconozca su papel como misionero. Isart ha citado una encuesta reciente que reveló que un 72 % de los católicos nunca había intentado hablar de su fe, lo que la ha llevado a cuestionarse si estamos contagiados por el relativismo que nos rodea.

Itinerario Sujeto

María José Castejón Giner, del Instituto Secular Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote ha desarrollado el itinerario Sujeto. María José Calderón ha puesto de manifiesto la importancia de ir formando personas que descubren su vocación como algo que configura su identidad personal. Según ha destacado, «deseamos suscitar la pregunta “¿Para quién soy?” frente a una cultura que promueve la idea del hombre sin vocación. Por ello resulta fundamental el discernimiento, la formación y el acompañamiento.

La vocación: es un camino de encuentro y comunión ya que desde el principio ya existía la Palabra. Este principio nos invita a explorar tres dimensiones fundamentales del sujeto de toda vocación: el yo, el tú y el nosotros. Estas dimensiones nos ayudan a profundizar en nuestra identidad, nuestra relación con Jesucristo y nuestra pertenencia a la comunidad de creyentes.

Día tercero. Ponencia final y eucaristía de envío

Con el rezo de las laudes ha dado comienzo la jornada final del Congreso de Vocaciones ¿Para quién soy?

A continuación se ha presentado la ponencia final del Congreso, elaborada por un equipo compuesto por Alfonso Salgado, María Ruíz, Raúl Tinajero, Luis Manuel Suárez cfm, Juan Carlos Mateos, José María Calderón y Mons. Jesús Pulido (descárgala aquí).

A las 12.00 h. se ha celebrado la eucaristía de envío presidida por Mons. Luis Argüello, presidente de la CEE y han concelebrado los obispos, sacerdotes y religiosos junto con todos los fieles laicos.

Ponencia finalUn pueblo de Dios vocacional: De los sueños a los retos

 

Siete ideas para un pueblo de Dios vocacional: De los sueños a los retos

  • “El Congreso Vocacional es una gran fiesta del Espíritu”
  • “El pueblo santo de Dios es un pueblo vocacional y es un pueblo de soñadores”
  • “Hemos constado que toda vocación cristiana, asumida y entregada, es un mensaje de alegría para la Iglesia y para el mundo”
  • La pregunta clave para una vida cristiana es: “¿Para quién soy?,  que tiene una respuesta: para los demás.
    “Dios es el que llama y llama por amor. La misión es inundar el mundo de fe, amor y esperanza”
  • “Una pastoral vocacional debe centrarse en fomentar esta amistad y ayudar a cada persona a descubrir su lugar en la comunidad cristiana”.
  • “La Iglesia es una gran familia vocacional y cada vocación enriquece la vida”.
  • Este Congreso de Vocaciones “¿Para quién soy?” pide vivir la vocación como un fuego que transforma el mundo.

Resumen de la ponencia final del Congreso de Vocaciones

El Congreso de Vocaciones es una gran fiesta del Espíritu, un momento de encuentro para reflexionar sobre la vocación, entendida como don y llamada personal al servicio de los demás. “El pueblo santo de Dios es un pueblo vocacional y es un pueblo de soñadores. El Dios que llama y hace soñar es el Dios de la historia”, subrayan en esta ponencia final. Este evento, que ha congregado a laicos, sacerdotes, consagrados y obispos, se ha preparado y vivido para avanzar juntos y proponer algunos retos para caminar como una Iglesia misionera y vocacional.

Asimismo, constatan lo que se ha vivido estos días: “una fiesta del Espíritu porque hemos experimentado que toda vocación cristiana, asumida y entregada, es un mensaje de alegría para la Iglesia y para el mundo, un mundo que en ocasiones muestra un rostro a-vocacional o incluso anti-vocacional”.

Y recuerdan que en este Congreso la pregunta clave para una vida cristiana es: “Para quién soy?”, de la cual emerge la respuesta “tu vida para los demás”.

1. La vocación: un don que se recibe y se entrega

Toda vocación nace en Dios y es una llamada para el bien del mundo. No es una elección personal basada en intereses propios, sino un don gratuito que se acoge con agradecimiento. La vocación debe vivirse como una respuesta al amor de Dios, alejándose de una perspectiva de conquista personal para abrazar una actitud de entrega generosa. “Dios llama por amor y su llamada envía a extender el amor. En esencia la misión no es otra cosa que inundar el mundo de fe, amor y esperanza”, manifiestan en esta ponencia final del Congreso.

Durante estos días de Congreso se han identificado tres actitudes fundamentales ante la vocación:

-Acoger el don: No es algo que se merece, sino que se recibe con humildad, como María en su respuesta al ángel: “Hágase en mí según tu palabra”.

Agradecer el don: La gratitud es clave, reconociendo la llamada como una gracia que transforma la vida, como muestra el evangelio del leproso agradecido.

Entregar el don: La vocación no se guarda, sino que se comparte, convirtiéndose en una donación plena al prójimo.

2. La vocación brota de la amistad con Jesús

La relación con Cristo es el fundamento de toda vocación cristiana. La amistad con Él no solo nos define como creyentes, sino que también transforma nuestra vida y nos impulsa a vivir en comunión con los demás.

Recuerdan, en el texto final, estas las palabras de Jesús, del Evangelio de San Juan: «Ya no os llamo siervos, sino amigos» (Jn 15,15). Esta amistad se vive especialmente en la oración, descrita por Santa Teresa de Ávila como un “tratar de amistad con quien sabemos que nos ama”. Una pastoral vocacional debe centrarse en fomentar esta amistad y ayudar a cada persona a descubrir su lugar en la comunidad cristiana.

3. La Iglesia como familia vocacional

La Iglesia es una gran familia vocacional, donde conviven diversas vocaciones: laical, sacerdotal y consagrada, cada una con su riqueza y especificidad.

Los laicos son llamados a santificar el mundo desde su vida cotidiana, viviendo el Evangelio en el ámbito familiar, laboral y social.

Los sacerdotes son servidores del pueblo de Dios, mediadores entre Dios y los hombres, llamados a anunciar el Evangelio y celebrar los sacramentos.

Los consagrados son un signo de la trascendencia de Dios, viviendo los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, y testimoniando la vida eterna.

La diversidad de estas vocaciones enriquece a la Iglesia y muestra su comunión y misión. Cada vocación contribuye a la misión común de anunciar el Reino de Dios. Todos, cada uno  según su propia vocación, hemos sido llamados por el Espíritu a la plenitud de la vida cristiana: la santidad.

4. De los sueños a los retos

Este Congreso de Vocaciones invita a pasar de los sueños a los retos concretos para promover una cultura vocacional y dar un nuevo impulso a la pastoral vocacional. Esto implica discernir los signos del Espíritu Santo en nuestra vida y comunidad, y asumir el compromiso de fomentar las vocaciones en todas sus formas.

Entre los principales retos identificados están:

  • Pedir al dueño de la mies que suscite nuevas vocaciones.
  • Reavivar la conciencia vocacional y misionera en la Iglesia.
  • Vivir gozosamente la propia vocación, agradeciendo y celebrando la diversidad vocacional.
  • Fomentar una pastoral integrada que tenga un “alma vocacional” en todas sus dimensiones: familiar, juvenil, educativa y cultural.

5. La urgencia vocacional y misionera

Por todo ello, en esta ponencia final subrayan la urgencia de promover las vocaciones y la conciencia misionera. En un contexto de crisis vocacional, el Papa Francisco nos invita a no rendirnos ni refugiarnos en el pasado, sino a lanzarnos con valentía al mar de la evangelización y la misión. La clave está en testimoniar con alegría la vocación recibida, contagiando a otros el fuego del amor de Dios.

Los participantes del Congreso se sienten llamados a ser embajadores del compromiso vocacional, llevando a sus familias, parroquias y comunidades el mensaje de la vocación como una llamada al servicio y a la misión. La vocación, lejos de ser un privilegio para unos pocos, es el núcleo de toda vida cristiana, un camino de amor, esperanza y comunión.

Finalmente, este Congreso de Vocaciones “¿Para quién soy? realiza una llamada a vivir la vocación como un fuego que transforma el mundo. Jesús, quien nos bautiza en el Espíritu Santo y en el fuego, nos envía a iluminar y calentar el mundo con su presencia. Ser una Iglesia misionera es, en esencia, ser una Iglesia vocacional. La misión de cada bautizado es transmitir este fuego y hacer de su vida un signo del amor de Dios para todos.

Eucaristía de clausura y de envío al Pueblo de Dios

«Que la alabanza llene de alegría nuestro corazón, hermanos» con estas palabras comenzaba Mons. Argüello la homilía. Una alabanza, que «nos permita levantar las manos, estrecharlas y ofrecerlas».

«Jesucristo ha muerto por nosotros, según las Escrituras. Ha entrado en la hondura del sepulcro, según las Escrituras y ha resucitado, según las Escrituras. Y así se lo ha ido comunicando a unos y a otros, a Simón, a Cefas, a sus amigos, a Pablo, a quienes nosotros aquí somos presencia de los sucesores de los apóstoles».

El presidente de la CEE, se ha dirigido a los «hermanos laicos, Pueblo santo de Dios, que venís a la eucaristía a caer en la cuenta de que este pueblo tiene la forma de un cuerpo, el cuerpo de Cristo». A la vida consagrada, «que realizáis ensayos para que este pueblo peregrino pueda seguir una senda. Nos ofrecéis ensayos de alabanza, de fraternidad, de acoger a los que están tirados en las cunetas de la historia. Peregrinando vais delante, pero vais tantas veces en medio y detrás de nosotros». A los «queridos matrimonios, iglesia doméstica, que hacéis presente el amor singularísimo que Cristo tiene a su esposa, la iglesia, a nosotros, la Iglesia, esposa de Jesucristo».

Mons. Argüello ha invitado a acoger la invitación del Señor que nos dice, «Duc in altum», «rema mar adentro» para hacer su voluntad. Con tres referencias concretas:

  • Rema mar adentro para configurarte cada día más y mejor con Jesucristo, cuerpo entregado y sangre derramada.
  • «Duc in altum», entra en lo profundo de este misterio de comunión que es la iglesia. Navega en tu lugar concreto, en tu parroquia concreta, en tu comunidad, en tu asociación, en tu diócesis. Navega la comunión. Vete mar adentro en la hondura de la comunión, de este misterio de belleza, de comunión que es la Iglesia y rema adentro.
  • Vete a la espesura de la historia, atraviesa las dificultades, anuncia el reino de Dios en tu ambiente, en tu trabajo, que las diversas redes que cada uno de nosotros tenemos, según la vocación en la que hemos sido llamados, nos permita navegar más adentro en la espesura de la historia.

Por último, ha invitado a los asistentes a la eucaristía a ofrecer una antropología de comunión como referencia de la vida cristiana: «Viviremos una presencia en la que la comunión y el encuentro superará las polarizaciones. Viviremos una presencia en el que el curar las llagas de los pobres nos curará nuestras propias heridas como Iglesia, nuestros propios pecados de los que hemos de pedir perdón».

Y ha terminado la homilía con una petición y una invocación: «acordémonos de quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde somos convocados.  Duc in altum, a lo alto, a los ancho, a lo hondo, para responder a la pregunta, ¿para quién soy yo? Ya sabemos la respuesta Para el Señor en los hermanos. Bendito y alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha convocado en esta liturgia de alabanza».

 

Más información en: CEE

Semana del Matrimonio del 10 al 16 de febrero

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Pastoral Familiar organiza la Semana del Matrimonio del 10 al 16 de febrero con el ‘Llena su corazón, hazlo latir’. El martes 11 será la Hora Santa con Hakuna en la Catedral. Del viernes 14 al domingo 16 la Teología del Cuerpo de san Juan Pablo II y durante toda la semana la renovación de las promesas matrimoniales en distintas parroquias. El viernes 21, Ruta romántica en Fuerteventura.

Consulta y/o descarga aquí los actos que se han organizado.

Eucaristía por los enfermos el 16 de febrero

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Pastoral de la Salud invita a todos los diocesanos a participar en la Eucaristía por los enfermos que se celebra el domingo 16 de febrero, a las 12.00 horas, en la Catedral de Canarias.

Abierto el periodo de inscripción para las Jornadas sobre la Teología del Cuerpo

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Con motivo de la Semana del Matrimonio que cada año se celebra en el mes de febrero, Pastoral Familiar y Pastoral Vocacional organizan unas jornadas sobre la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II tituladas «Cristo revela al hombre su vocación al amor». Las jornadas se van a desarrollar del 14 al 16 de febrero y están dirigidas a todos los diocesanos: laicos, sacerdotes, diáconos, consagrados, agentes de pastoral, matrimonios, novios, jóvenes, etc. 

Ya está abierto el periodo de incripción: formulario

La teología del cuerpo recoge las 129 catequesis que San Juan Pablo II desarrolló en las audiencias generales de los miércoles durante los 5 primeros años de su pontificado. San Juan Pablo II busca responder dos de las preguntas fundamentales de toda persona humana: 

1.⁠ ⁠¿Qué significa ser persona humana?

2.  ¿Cómo soy llamado a vivir para ser feliz?

Lo que San Juan Pablo II nos plantea no es solamente una visión renovada de la sexualidad humana y el matrimonio, sino una visión renovada del hombre y de la mujer como imagen de Dios y, por implicación, una visión renovada de la doctrina católica completa. A través del prisma del matrimonio y el amor conyugal, el Papa nos plantea un redescubrimiento de quién es Dios, quién es Cristo, qué es la Iglesia y quiénes somos nosotros mismos.

El próximo lunes comenzarán las VIII Jornadas de formación permanente para abogados y psicólogos

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El próximo lunes, 17 de febrero, comenzarán, en el Aula de Derecho Canónico del Instituto Teológico San Eufrasio, las VIII Jornadas de formación permanente para abogados y psicólogos. El tema de fondo será «La formación del consentimiento matrimonial: elementos jurídicos y psicológicos».

Así, el día 17 de febrero, D. Francisco Carrasco Cuadros, Juez Diocesano, ofrecerá una conferencia titulada «El matrimonio según la antropología cristiana», profundizando en la visión cristiana del sacramento del matrimonio y su significado en la vida de los fieles.

El día 18 de febrero, D. Andrés Segura Moya, Vicario Judicial, abordará el tema «La falta de uso de razón y el grave defecto de discreción de juicio», reflexionando sobre las condiciones de validez del matrimonio.

El día 19 de febrero, D. Pedro J. Martínez Robles, Defensor del Vínculo, disertará sobre «La incapacidad para asumir o cumplir las obligaciones esenciales del matrimonio por causas de naturaleza psíquica (c. 1095, 3º)», un tema central para comprender la validez de los matrimonios en situaciones psicológicas específicas.

Finalmente, el día 20 de febrero, se llevará a cabo una mesa redonda sobre «La prueba pericial psicológica: interpretación canónica de los informes periciales», con la participación de Dª Mercedes Palacios Martín, Perito del Elenco del Tribunal; y Dª María Dolores Vacas Martínez, Notaria y Defensora del Vínculo, quienes compartirán su experiencia y conocimientos sobre el papel de los informes psicológicos en el contexto canónico.

El horario de las clases será de 18 h a 20:30 h, en la sede del Instituto: Juan Montilla, 1. (Hay aparcamiento).

La cuota de inscripción es de 50 € mediante transferencia a la cuenta:

IBAN: ES25 3067 0100 2135 7801 2720 (Caja Rural). Titular: Obispado de Jaén – ITSE

Inscripción: auladerechocanonico@institutosaneufrasio.es

El plazo de inscripción está abierto hasta el viernes, 14 de febrero.

Más información: Notaría del Tribunal Eclesiástico. Telf. 953-230-036 (ext. 2025).

Tribunal Eclesiástico de Jaén

La Diócesis de Jaén asume el reto de promover “una cultura vocacional y misionera”

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La Diócesis de Jaén ha participado, durante tres días, en el Congreso de Vocaciones convocado por la Conferencia Episcopal Española bajo el lema “¿Para quién soy?”. 44 representantes de todas las realidades de la Iglesia diocesana, encabezados por el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico, han reflexionado sobre la necesidad de “apostar por una cultura vocacional y misionera”. En esta “Asamblea de llamados para la misión”, han participado un total de 3.200 personas llegadas de las 70 diócesis españolas, que han reflexionado sobre cómo materializar el compromiso urgente de impulsar una pastoral vocacional.

Tras la clausura del congreso, el Obispo ha subrayado que el encuentro en Madrid ha sido “una llamada a generar una cultura vocacional allí donde nos encontremos”. “Un sabernos que hemos sido pensados con un para qué y ese para qué es la vocación a la cual el Señor nos llama”, ha añadido el prelado. “Somos llamados a una vocación en este mundo, bien sea la familia, el laicado, la vida consagrada o la vida sacerdotal”, ha apostillado. En la misma línea, ha hecho hincapié en que “todos somos llamados”.

“El Señor cuenta con nosotros para llevar adelante una gran misión, llena de esperanza e ilusionante, que nos plenifica como lo que somos: seres creados para Dios. Somos sus hijos y sus llamados, sus apóstoles para dar la buena noticia, que no es otra que el amor de Dios que nos hace libres, nos hace vivir en justicia y nos convierte a todos en hermanos”, ha valorado en la última jornada del Congreso de Vocaciones.

Gratitud por el trabajo realizado

Don Sebastián Chico ha agradecido el trabajo realizado por los representantes de la Diócesis de Jaén, tanto previamente como durante el encuentro. Una labor coordinada desde la Delegación de Pastoral Vocacional, al frente de la que se encuentra el sacerdote Don José Navarrete. “Hemos sido un gran grupo, que representa y recoge todas las realidades de nuestra Iglesia diocesana”, ha señalado el Obispo.

En concreto, han estado presentes las realidades eclesiales diocesanas de Acción Católica, Adolescentes-Kairós, Apostolado Seglar, Cáritas, Clero, Cofradías, Diáconos Permanentes, Enseñanza, Face to Face, Familia y Vida, Jóvenes-Rise Up, Juventud, Misiones, Pastoral Universitaria, Pastoral Vocacional, Primer Anuncio y Catequesis, Seminario Diocesano, Vicario General, Vida Religiosa y Vida Contemplativa. Monseñor Chico ha explicado que la clausura del congreso supone un punto de partida. “A partir de ahora tendremos que hacer una reflexión de lo vivido y de lo compartido y asentar el trabajo futuro en nuestra Diócesis de Jaén”, ha concluido.

Ángel González
Delegación Vocaciones

Compartir es «unir nuestras manos, nuestros esfuerzos y, sobre todo, nuestras vidas» por un mundo más justo y equitativo

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Ayer, domingo 9 de febrero, se celebraba la Jornada Nacional de Manos Unidas. Precisamente, con una Eucaristía, en la S. I. Catedral de Jaén, daba comienzo la 66ª Campaña contra el Hambre, bajo el lema «Compartir es nuestra mayor riqueza», que se prolongará a lo largo de todo el año. Manos Unidas Jaén se ha comprometido, en esta ocasión, con tres ambiciosos proyectos en Calcuta, Bolivia y Uganda, con un importe que supera los 250 mil euros y que mejorarán la vida de más de 2000 personas.

La Santa Misa, que comenzaba a las 11.30 horas, estuvo presidida por el Provicario General de la Diócesis y Canónigo, D. José Antonio Sánchez, y concelebrada por el Consiliario de Manos Unidas, D. Luis Juan Gallardo, y el Prefecto de Liturgia, D. Antonio Lara.

Los voluntarios de Manos Unidas fueron los encargados de las lecturas, de la oración de los fieles, de la colecta y de las ofrendas. El Evangelio fue proclamado por D. Luis Juan Gallardo. La capilla musical corrió a cargo de la Escolanía de la S.I. Catedral.

Asimismo, la colecta de todas las parroquias de la Diócesis estuvo destinada a esta ONG de la Iglesia.

Homilía
El Provicario General comenzó su homilía saludando a todos los miembros de Manos Unidas, especialmente a su Delegada, Dña. Lidia Casado. Del mismo modo, quiso subrayar el lema de la campaña: «Compartir es nuestra mayor riqueza». “Un lema que define perfectamente el espíritu de esta ONG de desarrollo de la Iglesia Católica en España: «compartir», lo que tienen y lo que son. Esto es lo que, de alguna manera, trata de hacer Manos Unidas y todas las personas que en ella trabajáis”. En este sentido quiso agradecer el trabajo de todos los voluntarios  que “cada campaña, ponéis lo mejor de vosotros mismos para dos cosas fundamentales: sensibilizarnos sobre las situaciones de pobreza y desigualdad presentes en nuestro mundo, por lo que os convertís en los ojos que ven donde los nuestros no alcanzan; y ayudar a combatir esas situaciones con nuestra generosidad, por lo que sois nuestras manos, el medio por lo que nosotros podemos echar una mano a aquellos hermanos nuestros que lo necesitan. Gracias por vuestro esfuerzo y dedicación. Gracias por ayudarnos a compartir con los demás y, en definitiva, por darnos la oportunidad de ser un poco más ricos”, apuntó.

Haciendo referencia al Evangelio de san Lucas, que nos invitaba a trasladarnos a la rivera del mar de Galilea y a hacernos pescadores, D. José Antonio quiso subrayar tres aspectos fundamentales para nuestra vida personal y eclesial: El «cansancio» de los apóstoles; la invitación directa de Jesús: «rema mar adentro»; y la importancia del «trabajo en comunión».

El Provicario continuó explicando que los pescadores del Evangelio somos cada uno de nosotros. “Su situación es la nuestra y sus sentimientos son los que, en muchas ocasiones, también compartimos cada uno de nosotros. Por eso, nosotros, como ellos, podemos sucumbir a la tentación de «bajarnos» de la barca y dejarnos envolver por las redes del cansancio, la monotonía, la desidia y la desgana. Y es entonces cuando el Señor también se nos hace presente en nuestra vida, y él nos invita otra vez a «subirnos en la barca»”.

En cuanto a la idea de remar mar adentro, Sánchez Ortiz, manifestó quela invitación de Jesús a los pescadores de Galilea debe resonar con fuerza en nuestro corazón, “porque no solo se trata de retomar la faena y dejar atrás el cansancio, la monotonía y esas actitudes negativas que albergaban en su corazón, sino de participar de un nuevo horizonte, de vivir la esperanza que encierran las palabras de Jesús; y que los llevaron a subirse de nuevo en la barca y volver a faenar”.

Finalmente, D. José Antonio alentó a los fieles a trabajar con las manos unidas y en comunión. “Estamos hechos para unir nuestras manos, nuestros esfuerzos y, sobre todo, nuestras vidas. Porque estamos hechos para faenar juntos, y que así nuestro trabajo pueda dar mucho fruto. El Señor nos quiere «pescadores hombres». Y para esto necesitamos estar subidos en la barca de la Iglesia, aunque a veces zozobre, y vivir en clave de comunión”.

Proyectos de Manos Unidas
Después de la bendición final, la Delegada de Manos Unidas, Dña. Lidia Casado, expresó su profundo agradecimiento por la solidaridad de los jiennenses, que, año tras año, colaboran generosamente y que contribuyen a dignificar la vida de miles de personas en países en vías de desarrollo.

Asimismo, quiso explicar brevemente los tres proyectos con los que se ha comprometido la Diócesis durante este año en India, Uganda y Bolivia.

  • India: Mejora de la Salud Materno-Infantil en Calcuta
    • Objetivo: Llevar servicios de salud a 17 barrios marginales (slums) de Calcuta mediante clínicas móviles.
    • Acciones: Chequeos médicos, vacunación, formación en higiene, y acompañamiento en partos.
    • Duración: 2 años
    • Aporte de Manos Unidas: 100.845 € (65% del costo total)​.
  • Uganda: Seguridad Alimentaria en Butunduzi
    • Objetivo: Mejorar la seguridad alimentaria y la economía doméstica de familias rurales.Acciones: Formación en técnicas agrícolas, distribución de herramientas, y promoción de derechos humanos.Duración: 2 años
    • Aporte de Manos Unidas: 60.183 € (75% del costo total)​.
  • Bolivia: Seguridad Alimentaria en Montegrande
    • Objetivo: Mejorar la producción agrícola y la gestión de recursos naturales.
    • Acciones: Conservación del suelo, gestión del agua para riego, diversificación de cultivos, y apoyo a la comercialización.
    • Duración: 1 año
    • Aporte de Manos Unidas: 86.732 € (73% del costo total)​.

La celebración eucarística, en el templo jubilar, culminaba rezando ante la Santísima Virgen, por las intenciones del Papa Francisco.

Ya en la Sacristía, tanto la Escolanía, como los miembros de la Delegación diocesana de Manos Unidas pudieron departir con el Provicario General y posar, junto a él, en unas fotografías de familia.

Trabajo y formación en el V encuentro de Coros

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El V encuentro diocesano de coros reunió, el pasado sábado en la Casa de la Iglesia de Jaén, a más de doscientos cantores e instrumentistas procedentes de agrupaciones corales y coros parroquiales de la Diócesis, dirigidos por D. Antonio del Pino Romero, profesor de música, director de la Coral de la Catedral de Málaga y organista, quien llevó a cabo una masterclass y talleres que hicieron de la jornada todo un encuentro festivo desde la profundización en los conocimientos litúrgicos y de técnica musical.

La convocatoria estuvo organizada por el Servicio de acompañamiento de Coros de la Delegación de Liturgia de la Diócesis de Jaén, donde un equipo de directores de coro viene desarrollando distintas iniciativas que redundan en la formación litúrgica y musical de los componentes de los coros parroquiales.

Con la oración inicial y la bienvenida a los asistentes a cargo de D. Ildefonso Rueda Jándula, Vicario territorial y coordinador del Área de Celebración y Espiritualidad, dio comienzo la mañana formativa, con la presencia del Delegado de Liturgia, D. Antonio Lara Polaina. Después de la presentación del ponente se inició la charla “Qui cantat bis orat”, en la que D. Antonio del Pino Romero fue desgranando los fundamentos del canto en la liturgia y las motivaciones más profundas como respuesta del hombre a la acción salvífica de Dios. En un estilo ameno con ejemplos prácticos, pero con un conocimiento profundo del ministerio del canto y de la música en la liturgia. D. Antonio del Pino logró conquistar a los participantes que agradecieron su presencia con un caluroso y prolongado aplauso.

Después de la ponencia comenzaron los talleres en los que estuvo presente el ponente ofreciendo sus conocimientos en técnica vocal e instrumental. En los talleres se estuvo trabajando sobre el repertorio de una celebración eucarística, en la que intervendrán los miembros de los coros de la Diócesis. Este repertorio está configurado por obras de M. Frisina y otras propias del grupo Escuch-Arte y se ofrecerán en el transcurso de la celebración jubilar de los coros el día 22 de noviembre, dentro de la programación de celebraciones de este Año Santo.

Después del almuerzo compartido en la Casa de la Iglesia, se desarrolló el ensayo general, donde los instrumentos y las voces se unieron para poner en práctica el repertorio trabajado en los talleres. D. Antonio del Pino Romero ofreció lo mejor en su labor como director de Coro, puliendo la interpretación y regalándonos un elenco de técnicas instrumentales y vocales para hacer de la música todo un canto de alabanza al Señor.

En estos encuentros diocesanos participan cantores y músicos de los grupos más destacados de la música litúrgica, como MusicAlma y Esuch-Arte, así como miembros de otras corales y coros parroquiales que desean perfeccionar sus conocimientos y compartir experiencias. En esta ocasión, la presencia de D. Antonio del Pino Romero en esta jornada ha supuesto para los coros de la Diócesis todo un revulsivo para continuar en la formación para ejercer este ministerio litúrgico.

Servicio de acompañamiento de Coros

Preparación al matrimonio en el Arciprestazgo de Baeza

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Este pasado fin de semana ha tenido lugar en la Parroquia del Salvador de Baeza una nueva edición de las Jornadas de Preparación al Matrimonio y la vida familiar. Han participado 27 parejas de novios de varias localidades del Arciprestazgo y alguna otra localidad.

En los distintos momentos de reflexión, se ha dado cabida por un lado al carácter de primer anuncio para presentar quien es Dios y cómo Él está presente en nuestras vidas.

Por otro lado, temas relativos a la vida familiar como el diálogo, la apertura y dimensión social, la importancia de la vida y la educación de los hijos, siempre con el mensaje esperanzador de la Buena Noticia que es Cristo.

Los momentos de oración, propiciando el encuentro personal con Jesús y la visita a la Patrona de la ciudad, la Santísima Virgen del Alcázar, han sido muy especiales para todos y han supuesto la verdadera clave de estas jornadas.

Equipo de Pastoral Familiar Arciprestazgo Baeza

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