El final de curso ha deparado también la conclusión de las primeras visitas pastorales que han llevado a cabo los obispos auxiliares de Sevilla. Monseñor Teodoro León ha recorrido este año las parroquias agrupadas en el arciprestazgo de Morón de la Frontera, diez en total de las localidades de Algámitas, Coripe, El Coronil, Montellano, Morón y Pruna. Por su parte, monseñor Ramón Valdivia ha llevado a cabo la visita pastoral a las trece comunidades parroquiales del arciprestazgo de San Bernardo, en Sevilla. El balance no puede ser más positivo.
Las visitas pastorales son “días de encuentro entre el pastor de la Iglesia diocesana y los miembros de las comunidades parroquiales”. De esta forma, resumió el arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses, el sentido de la “obligación” -así se cita en el canon 396 del Código de Derecho Canónico- que tiene el obispo de “visitar la diócesis cada año total o parcialmente de modo que al menos cada cinco años visite la diócesis entera, personalmente o, si se encuentra legítimamente impedido, por medio del obispo coadjutor, o del auxiliar, o del vicario general o episcopal, o de otro presbítero”. En la homilía de la misa de clausura de la visita al arciprestazgo de Morón, don José Ángel subrayó que “el obispo tiene siempre presente a cada comunidad y éstas permanecen en la comunión de la Iglesia diocesana”.
“Tiempo de alegría, esperanza y mucha gracia”
David Marín, arcipreste de Morón de la Frontera, guarda un recuerdo agradecido de esta experiencia. “Hemos vivido la visita pastoral como un tiempo de alegría, esperanza y mucha gracia, porque hemos podido tener la cercanía de uno de nuestros pastores, don Teodoro, que se ha preocupado, conociendo todas las realidades de nuestras parroquias”, señala. Ha sido, además, una visita largamente esperada que se tuvo que posponer en su día por culpa de la pandemia.
Monseñor León ha podido conocer estas comunidades parroquiales del ámbito rural, “y ver también las dificultades, para comprobar que, aunque son comunidades pequeñas, tienen muchas ganas de vivir la fe”, destaca el arcipreste. Marín puntualiza que se trata de comunidades formadas en buena parte por personas mayores, y que el obispo auxiliar ha podido comprobar que “se vive la fe con mucha ilusión y se quiere seguir al Señor, conociéndolo y trabajando desde el anuncio del Evangelio, cada uno dentro de sus posibilidades”.
Al igual que ha sucedido al término de la visita que monseñor Valdivia ha realizado al arciprestazgo de San Bernardo, el arcipreste subraya “la cercanía y el afecto de don Teodoro” en todas las visitas que ha llevado a cabo, así como la buena disposición de los párrocos para mostrarle sus comunidades parroquiales.
De la clausura a esta visita queda una recomendación del arzobispo, que exhortó a los presentes a “mantenerse unidos a vuestros sacerdotes y responder a los llamamientos a colaborar en todos los proyectos e iniciativas parroquiales, siempre en comunión y coordinación con la Iglesia diocesana y abiertos a la Iglesia universal”.
Renovación espiritual
El arciprestazgo de San Bernardo es, con trece parroquias, el más amplio de la geografía diocesana. Su arcipreste, José Miguel Verdugo, traslada la valoración positiva que todos los párrocos hacen del periplo que comenzó en la parroquia de San Diego de Alcalá y culminó recientemente en la del Corpus Christi. Durante estos meses, monseñor Ramón Valdivia ha mantenido una relación que Verdugo resume como “muy cercana”, con una actividad intensa que ha abarcado muchas vertientes de la vida parroquial.
Las visitas han tenido una duración que ha variado, entre tres días y una semana, en función de las circunstancias de cada caso, y no se ha limitado a las instituciones eclesiales (hermandades, comunidades religiosas, colegios, etc), ya que el obispo ha tenido la oportunidad de encontrarse con grupos externos a las parroquias. Cada parroquia ha expuesto a don Ramón sus preocupaciones, con entrevistas personales y de grupo. “Ha sido una visita muy amplia”, añade el arcipreste.
Gratitud al arzobispo
Tanto José Miguel Verdugo como David Marín agradecen al arzobispo la iniciativa de situar estas visitas pastorales como uno de los ejes de la dinámica pastoral. “Para nosotros ha sido una renovación espiritual, hemos sentido esa renovación, esa cercanía del arzobispo”, reitera el arcipreste de San Bernardo. El sentir común de todas las parroquias es de gratitud. “Primero al Señor, por habernos bendecido con esta visita; y al arzobispo, que ha estado siempre pendiente, a través de sus obispos auxiliares”, apunta Verdugo.
En ambos casos se subraya el impulso que estas visitas pueden suponer en el día a día de las comunidades parroquiales. De hecho, los dos arciprestes hacen suyos los testimonios de los veintitrés párrocos que, en los próximos meses, comenzarán a recoger los frutos de una experiencia que se asume como “una renovación total y absoluta, un revulsivo muy bueno a la hora de poder llevar el plan pastoral diocesano”.
Unas visitas “necesarias en los tiempos actuales”
En la presentación de los obispos auxiliares, el Sábado de Pasión de 2023, monseñor Saiz Meneses afirmó que “en esta diócesis hay trabajo para cinco obispos”. Con un censo de casi dos millones de fieles, esta porción del Pueblo de Dios precisa un conocimiento permanente y cercano, que se hace posible con la ayuda de los dos auxiliares. «La presencia episcopal que los fieles solicitan con toda razón -destacó el arzobispo- es aún más necesaria en los tiempos actuales, tiempos de nueva evangelización, tiempos de cambios sociales sin precedentes, de nuevos desafíos a los que es preciso responder de una manera ágil y proactiva, tiempos en los que hay que prever tantas necesidades y consolidar no pocos aspectos de la vida cristiana».
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