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Los delegados diocesanos de enseñanza de Andalucía reanudan sus reuniones en Antequera

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Los delegados diocesanos de enseñanza de Andalucía han retomado sus encuentros de coordinación tras el verano. La primera reunión del curso se celebró el pasado sábado, 20 de septiembre, en Antequera, donde se abordaron las cuestiones surgidas a inicio de curso y se definieron las líneas de trabajo para los próximos meses.

Los delegados anunciaron que dedicarán especial atención a fomentar el aumento de la matriculación en la asignatura de Religión en los centros andaluces. Igualmente otorgarán especial atención a la formación en la identidad y misión del profesorado de Religión y a facilitar la articulación de los ejes familia-parroquia-escuela.

El encuentro sirvió también para despedir a Carmen Velasco, delegada de enseñanza de Málaga, a quien se le agradeció su labor y entrega durante los años de servicio. Desde este curso, el cargo lo asume Antonio Sánchez, profesor malagueño.

Homilía en la Misa de ordenación de seis diáconos

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Homilía de Mons. José Ángel Saiz Meneses en la ordenación diaconal de Cristian Rodríguez, Pablo Bernal, Erson Rosario da Cruz, José Manuel Ruiz, Alberto Torres y Pablo Noguera. Catedral de Sevilla, 20 de septiembre de 2024. Lecturas: Jer 1, 4-9; Sal 22; 1 Pe 4, 7b-11; Jn 15, 9-17.

  1. “Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones” (Jer 1, 5). Queridos hermanos y hermanas que participáis en esta celebración: Hermanos en el episcopado, rectores y formadores de nuestros Seminarios, Consejo Episcopal, Cabildo de la Catedral, presbíteros, diáconos, seminaristas, miembros de la vida consagrada, miembros del laicado, hermanos todos en el Señor. Queridos Cristian, Pablo Bernal, Erson, José Manuel, Alberto y Pablo Noguera, que hoy recibiréis la ordenación diaconal. Saludo a vuestras familias, que os acompañan en un día tan señalado, las aquí presentes y las que siguen la celebración a través de los medios de comunicación. En esta santa Iglesia Catedral el Señor regala a su Iglesia que peregrina en Sevilla seis nuevos diáconos.
  2. “Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones” (Jer 1, 5). La vocación es iniciativa gratuita de Dios, que precede, acompaña y sostiene; no es fruto de un proyecto humano o de una estrategia organizativa; en su realidad más profunda es don de Dios, iniciativa misteriosa del Señor, que entra en la vida de una persona y la cautiva con la belleza de su amor, y suscita una entrega total y definitiva. Jeremías tiembla ante su pequeñez —“¡no sé hablar, soy un muchacho!”—; pero el Señor le dice: “Yo pongo mis palabras en tu boca”. Queridos hermanos, vuestra historia vocacional tiene también capítulos de entusiasmos y de pruebas, pero no hay que temer: el que llama, capacita. El Salmo 22 nos confirma en la confianza del Buen Pastor, que guía, apacienta, unge, conforta. San Pedro nos exhorta a que cada uno ponga el carisma recibido al servicio de los demás (cf. 1 Pe 4,7b-11)
  3. En el Cenáculo, el Señor revela el corazón del discipulado y del ministerio, que consiste en permanecer en su Amor. El criterio no es la eficacia mensurable, sino la comunión: “Sin mí no podéis hacer nada… Permaneced en mi amor… para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca”. El mandamiento nuevo —“que os améis unos a otros como yo os he amado”— es el alma del diaconado. Amistad con Cristo y amistad con los hermanos: permanecer en el Señor os hará permanecer en la vida concreta de la gente, especialmente de los pobres. La caridad organizada de la Iglesia no es opcional; forma parte de su ser y fue custodiada, desde los orígenes, por diáconos como san Lorenzo, que consideró a los pobres el tesoro de la Iglesia.
  4. Permitidme detenerme en los gestos que dentro de unos momentos viviréis. La Iglesia os llama por vuestro nombre, y respondéis “Presente” y os acercáis al Obispo: es la Iglesia quien elige y el Señor quien consagra. Seguidamente, haréis promesas: consagraros al servicio de la Iglesia, colaborar con el Orden sacerdotal con humildad y amor, vivir el misterio de la fe con alma limpia, observar el celibato “por causa del Reino”, custodiar el espíritu de oración y celebrar fielmente la Liturgia de las Horas, e imitar siempre el ejemplo de Cristo, cuyo Cuerpo y Sangre serviréis con vuestras manos. Después, toda la asamblea invocará a los santos en la Letanía; vosotros os postraréis en el suelo, pobres ante Dios y sostenidos por la comunión de la Iglesia celestial.
  5. Inmediatamente viene el núcleo sacramental: la imposición de manos del Obispo y la Plegaria de Ordenación, en la que suplicamos: “Envía sobre ellos, Señor, el Espíritu Santo, para que, fortalecidos con tu gracia de los siete dones, desempeñen con fidelidad el ministerio”. A continuación, seréis revestidos con la estola al modo diaconal y la dalmática, manifestando visiblemente el servicio que ejerceréis en la liturgia, y recibiréis el Libro de los Evangelios con estas palabras que resumen vuestra identidad: Recibir el Evangelio de Cristo, del cual habéis sido constituidos mensajeros; convertir en fe viva lo que leéis, enseñar lo que habéis hecho fe viva, y vivir lo que enseñáis. Finalmente, con el beso de paz se completa vuestra incorporación al orden de los diáconos de esta Iglesia particular.
  6. A partir de hoy debéis ser de un modo especial hombres de la Palabra, del Altar y de la Caridad. Meditad la Palabra de Dios; estudiad con rigor; predicad con unción y autenticidad. La Iglesia os confía proclamar la Sagrada Escritura al pueblo, instruir y exhortar, y evangelizar con obras y palabras. No podemos caer en la superficialidad o la improvisación; dejad que la Palabra primero os transforme el corazón, os convierta, para ser transparencia de Cristo. Asistid con devoción en la Eucaristía, preparad el altar con amor, distribuid el Cuerpo y la Sangre del Señor con fe viva, como servidores del misterio. Id a las periferias visibles e invisibles: pobres, enfermos, ancianos solos, migrantes, familias heridas, jóvenes desorientados. No deleguéis la caridad en estructuras, encarnadla. La Iglesia os encomienda administrar sacramentales, llevar el Viático a los moribundos, presidir exequias, asistir y bendecir matrimonios: en todo, sed cercanos y compasivos. A imagen de Cristo Servidor, vivid la diaconía como caridad pastoral.
  7. Prometeréis obediencia al Obispo y a sus sucesores; no se trata de un formalismo: es algo que os incorpora de corazón a la vida de la diócesis, en unidad con el presbiterio y los demás diáconos, al servicio del Pueblo de Dios. La comunión no es sólo afecto, es misión compartida. La diaconía se ejerce en comunión con el Obispo y su presbiterio. Reafirmaréis ante Dios y ante la Iglesia el celibato por el Reino, signo y estímulo de la caridad pastoral y fuente peculiar de fecundidad apostólica. La vivencia del celibato propiciará que podáis consagraros totalmente al servicio de Dios y de los hermanos. Custodiad el corazón con disciplina afectiva, prudencia y acompañamiento espiritual.
  8. Conservad y acrecentad el espíritu de oración; sed fieles a la Liturgia de las Horas, a la adoración eucarística, al santo Rosario y al examen diario. Buscad la fraternidad sacerdotal; acompañad a los diáconos mayores, aprended de su experiencia, servidlos con respeto. Por último, esforzaos por vivir con un estilo de sencillez evangélica. Evitad la vanidad, la rigidez y la mundanidad espiritual. El diácono no se busca a sí mismo; busca a Cristo y a los hermanos. Como recomendaba san Policarpo: “Sed compasivos, diligentes, caminando según la verdad del Señor, que se hizo servidor de todos”.
  9. Antes de finalizar mis palabras, deseo dar las gracias de todo corazón a los padres, hermanos y hermanas, a las familias de los nuevos diáconos, por la importante labor que han tenido en su vocación. A todos os pido que sigáis rezando por ellos, ahora todavía más, para que vivan las actitudes de Cristo Siervo. Queridas familias: vuestra casa fue el primer seminario; seguid sosteniendo a vuestros hijos con oración discreta, con cercanía y esperanza. A los formadores del Seminario, gracias por colaborar en el crecimiento de la dimensión humana, espiritual, intelectual y pastoral de estos jóvenes. A la comunidad diocesana le pido que rece por los diáconos, los acoja con cariño y los ayude en su ministerio de servir.
  10. Queridos Cristian, Pablo Bernal, Erson, José Manuel, Alberto y Pablo Noguera. Os encomendamos a la intercesión de Nuestra Señora de los Reyes, la humilde esclava del Señor, la llena de gracia en cuyo corazón la Palabra se hizo carne. Ella, Madre de la Iglesia, os enseñe a creer lo que leeréis, enseñar lo que creeréis, y a vivir lo que ensenéis, que os ayude a trabajar con la gracia de Dios de tal modo que el pueblo reconozca en vosotros a los verdaderos discípulos de Aquel que no vino a ser servido, sino a servir. Así sea.

 

Homilía en la fiesta del Santísimo Cristo de la Luz, de Dalías

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Querida Comunidad de la Ciudad de Dalías,

Hermanos sacerdotes, P. Predicador de la Novena, querido D. Raúl, párroco y rector de esta iglesia, Vida consagrada, Hermano Mayor de la Real y muy Ilustre Hermandad del Santísimo Cristo de la Luz ­Hermandad del Padre Rubio, y hermandades penitenciales, Coro del Cristo de la Luz, que nos inundáis de piedad con vuestras canciones.  Sr. Alcalde y corporación municipal, autoridades Locales, provinciales, autonómicas y nacionales, Alcaldes de la comarca,  Guardia Civil y Cuerpo de Bomberos , peregrinos y devotos todos. Especialmente los enfermos e impedidos

Saludo a todas las personas que nos seguís desde Canal Sur y a sus técnicos, que hacen posible esta retransmisión.

La historia de nuestro Cristo de la Luz está ligada, a la ciudad de Dalías, y al Cuerpo de bomberos que salvaron al Cristo del gran incendio de 1993. Esta romería es considerada una de las más importantes de Andalucía. Hay marcados Caminos de la Luz (como el tradicional Camino de Santiago) desde Almería, Madrid, Granada, Málaga o Sevilla por donde los peregrinos, durante días y días, llegan a los pies del Cristo. Impresiona ver, por los bordes de las carreteras y los senderos, a los peregrinos, muchos de ellos jóvenes, también abuelos con sus nietos, que en Cristo buscan la luz y la esperanza para sus vidas. Precisamente este año jubilar se nos invita a ser peregrinos de esperanza. En las páginas del Evangelio descubrimos a los que se acercaban al Señor para recobrar vida, para recobrar la luz de sus cegueras, para resolver sus problemas personales de sentido de la vida. Hermanos y hermanas, Cristo es nuestra esperanza. Miremos y escuchemos a Cristo.

Las palabras de Jesús, que hemos descubierto en las lecturas de hoy, casi siempre nos obligan a un replanteamiento total de la vida. Quien escucha sinceramente el Evangelio intuye que se le invita a comprender, de una manera radicalmente nueva, el sentido último de todo y la orientación decisiva de toda su conducta.

Es difícil permanecer indiferente a las enseñanzas de Jesús, al menos si uno sigue creyendo en la posibilidad de ser más humano. Porque, no nos engañemos, sólo desgranando el Evangelio en la tierra de nuestra vida, seremos radicalmente una persona nueva. Pues los grandes aciertos de la humanidad: la concordia, la justicia, la libertad, la entrega, el perdón y la paz, tan necesaria… ahondan sus raíces en el mismo Cristo.

Es difícil por tanto no sentir inquietud y hasta cierto malestar al escuchar palabras como las que hoy nos recuerda el texto evangélico: no podéis servir a Dios y al dinero. Y, sin embargo, se entiende perfectamente el pensamiento de Jesús. Es imposible ser fiel a un Dios que es padre de todos, y vivir al mismo tiempo, pendiente del dinero y del interés, como si yo fuera el único hijo y el resto de la humanidad esclavos de la casa, a mi servicio.

Sólo hay una manera de vivir como hijo de Dios, y es vivir realmente como hermano de los demás. Por eso el que vive sólo al servicio de sus bienes, dineros e intereses particulares, no puede preocuparse ni ocuparse de sus hermanos y no puede, por tanto, ser hijo fiel de Dios. “La vida – decía Séneca— a nadie se le da en propiedad, sino que todos somos administradores de ella”. Somos los administradores; por ello debemos hacer como el hombre sagaz de la parábola. Él no dejó las cosas para mañana, no se durmió en sus laureles, pues está en juego algo tan importante que no se puede confiar al azar.

Quizás hay algo que los cristianos olvidamos con excesiva facilidad. Ser cristiano exige cambiar radicalmente nuestros criterios de actuación y encauzar nuestra vida por caminos completamente diferentes a los que nos ofrece la sociedad.

En concreto, el que toma en serio a Jesús, el único Señor, d la vida y de la historia, sabe que no puede organizar su vida desde el proyecto egoísta de poseer ilimitadamente por encima de sus necesidades, sino que debe aprender a entregar sus bienes, y entregarse a sí mismo, a los hermanos más necesitados. En serio, pensad, ¡cuántas cosas nos sobran! La persona que viva dominada por el interés económico y el consumo de los últimos modelos [ya sean tecnológicos, de ropa, de joyas, de hábitat…] aunque tenga una vida piadosa y recta, le falta algo esencial para ser discípulo de Cristo: romper la servidumbre del poseer que le quita la libertad para escuchar y compartir… es más nunca será libre, porque dinero llama a dinero y las nuevas tecnologías tienen el poder de hacernos ansiar el último modelo del mercado.

No tenemos otra alternativa, y por otra parte no podemos engañarnos creyéndonos que somos pobres de espíritu, porque el verdadero pobre de espíritu es el que pone su corazón en Dios y todo lo demás, para él, es secundario. Por otra parte, tampoco podemos engañarnos creyendo que los ricos son los malos y son siempre los otros. La crisis económica mundial, la pobreza, el hambre y la desnutrición de los niños, el analfabetismo, la injusticia, y la apropiación por nuestra parte, de los recursos de los pobres, tiene que obligarnos a revisar nuestros presupuestos de vida, para ver si no debemos reducirlos y solidarizarnos, de una manera más concreta, con los que nada tienen. Sin duda sería un buen test para descubrir si servimos a Dios o a lo que pensamos que es nuestro dinero.

Hermanos, todo es de Dios, por lo tanto, hagamos como el gerente del Evangelio y repartamos aquello que administramos para poder tener amigos que nos defiendan ante lo más importante, el juicio de Dios: ¿cuándo te vimos, Señor, pobre y desvalido y no te atendimos? Cada vez que con estos más pequeños lo hicisteis, conmigo lo hicisteis. ¿Es que hay alguno que teniendo las preguntas del examen no lo prepara a conciencia? Sería de tontos. Pues el Señor nos ha adelantado las preguntas, del examen definitivo de nuestra existencia. ¡Ánimo y adelante! Miremos la Cristo de la luz, miremos su corazón derramado, el corazón sangra por donde ama, y aprendamos de él.

Dalías, 21 de septiembre de 2025

+ Antonio Gómez Cantero

Después de la Bendición añadió:

Os he dicho que lo más preocupante ahora es la Paz, esta bomba de racimo que se expande, junto al terrorismo, por cincuenta países. Esta tercera guerra mundial fragmentada, que nos decía el Papa Francisco. Pidamos PAZ, al Cristo de la Luz. Y la paz comienza recreándola en nuestros corazones, en nuestras vidas, entre nuestros vecinos y conocidos, entre los que son distintos o piensan distinto a nosotros. Creemos puentes de unión y urdimbres de diálogo, donde desaparezca la visceralidad, y busquemos el bien de todos, de los de dentro y de los de fuera.

Homilía en la Misa de acción de gracias por los frutos de la III Misión Diocesana

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Querido don Antonio, párroco de esta parroquia Jesús Divino Obrero y demás párrocos de estas siete parroquias del Arciprestazgo Transbetis-Sector Sur, querido Vicario General y de la Ciudad y demás sacerdotes concelebrantes, diáconos, seminaristas, queridas personas consagradas, misioneros y misioneras, que a título personal y también como instituciones habéis participado en la Misión Diocesana, saludo también con afecto y gratitud a los hermanos mayores y miembros de las cofradías y hermandades que nos acompañan y a todos los asistentes, a todos los presentes participando en esta eucaristía de acción de gracias por los frutos de esta III Misión Diocesana

 

La Palabra de Dios nos habla hoy del desprendimiento, del uso de las riquezas que puede ser generoso, desprendido, solidario o también guiado por la codicia. No debemos olvidar que el plan Salvador de Dios comenzó precisamente gracias a una doncella humilde y pobre, hoy representada en la figura de la Virgen de los Dolores y del Rayo, a la que hemos procesionado con veneración, con cariño y nos hemos sentido arropados por su manto.

En esa mujer humilde y pobre comenzó su acogida del don de Dios, hizo posible, dio entrada en el mundo al Salvador. No olvidemos tampoco en este día que la figura de los misioneros, encarnada en vosotros y en vosotras, es también una figura que nos habla de pobreza, de desprendimiento, ¿verdad? Habéis tenido que dejar cosas y desde luego de la Misión no se vuelve tampoco cargado de cosas. Sí, de riqueza espiritual, humana, de experiencias como se ha demostrado hace un rato en ese encuentro que hemos tenido, el misionero María sobre todo, figuras que están ahí detrás para nosotros hoy como modelo de esa pobreza. Pero os invito a acercaros a la palabra de Dios que comienza, con mi referencia, comienza citando a esta parábola que San Lucas nos ha narrado, de ese administrador que cuando ve que va a ser despedido comienza a dar cifras y a hacer que firmen pues recibos en los que la deuda disminuye. Evidentemente, cuando el Señor cuenta esta parábola no está elogiando esa estafa, sino no está valorando la honestidad de ese trabajador, sino sencillamente su picardía, su habilidad para ganarse amigos y asegurarse el futuro. Algunos intérpretes dicen que la explicación estaría en que en vez de cobrar tenía, digamos, comisiones y entonces no era tan grave lo que estaba haciendo. Pero no nos interesa excesivamente pararnos aquí, el hecho en sí es que su comportamiento desde luego no es ejemplar. Pero sí que es cierto que tiene una inquietud interesante e importante y es valorar la amistad, hacer amigos. Digamos que en eso no se lo podemos echar en cara a esta figura, ciertamente, de la parábola.

Esta parábola, en todo caso, tenía una referencia a una costumbre de la época, pero para mucha gente resultaba escandalosa. Por eso el Señor tuvo que hacer algunas aclaraciones después y, por ejemplo, decirnos que o valorar la honradez. De hecho, dice que el que es de fiar en lo menudo también será de fiar en lo importante. Y ciertamente esto es así. Si uno se relaja moralmente y dice esto es poco, lo que yo aquí me apropio, lo que yo aquí defraudo, no tiene importancia. Al fin y al cabo, pensamos a veces en grandes cifras. Esto para el Estado, ¿qué significa? Imaginemos a alguien, por ejemplo, que defrauda la declaración. Decimos, ¿y esto qué significa para un Estado con tantos miles y miles de millones? El que es de fiar en lo poco es de fiar en lo mucho y el que no es de fiar en lo poco tampoco es de fiar en lo mucho. Y, sobre todo, indica que nadie puede servir a dos señores porque o bien ensalzará uno y menospreciará al otro o al revés. Nadie puede servir a dos señores. En definitiva, el Señor nos invita a optar por Él o por el dinero. El que opta por el dinero ya sabe que la pendiente suele ser inclinada y suele llevar a la obsesión e incluso a la codicia por acumular más y más y termina siendo realmente esclavo de esas posesiones.

El mal uso del dinero, precisamente, en las lecturas de hoy está reflejado en la primera de ellas, del profeta Amós. En ella se denuncian unos usos fraudulentos del dinero. Muchos nos suenan, a los que ya tenemos cierta edad, las balanzas que podrían ser trucadas. Amós habla de disminuir la medida, ¿verdad?, de usar balanzas con trampa, de aumentar el precio y, sobre todo, de un pecado el más grave de todos. Cuando alguien tenía una deuda y no podía pagarla, al final tenía que ser vendido como esclavo. Así que, por eso, Amós habla de comprar por dinero al pobre. Son malos usos del dinero que están ahí reflejados también en la Palabra de Dios. Fijaos, esa codicia lleva a muchos, y así lo denuncia el Señor, o así lo denuncia Amós, mejor dicho, lleva a desear que pase el día de fiesta, el sábado, fiesta judía, para poder seguir haciendo negocio. Claro, podemos estar pensando, aquello ya pasó, era un mal de la época, pero, queridos hermanos, aquellas trampas y aquellos sucios negocios pueden seguir y siguen, de hecho, presentes, aunque quizás más disimulados, porque haya un control mayor. Y esto, tanto a nivel interpersonal como a nivel internacional. Pensemos en los famosos aranceles, en los países ricos que subvencionan a sus productos para no tener que competir o poder competir con otros países que venden más barato, porque la mano de obra es más barata. En fin, que también en esas relaciones, grandes relaciones entre países, también ahí, efectivamente, se puede dar y serán, de hecho, estos abusos. Las consecuencias están palpables, son palpables. Millones y millones de personas están viviendo la pobreza, mientras que el norte, sobre todo el norte del mundo, el hemisferio norte, suele tener bastante riqueza, también en nuestro hemisferio hay pobres, efectivamente, pero dentro de lo que cabe no es la pobreza que hay en el hemisferio sur. Personas pobres y explotadas en el mundo, que son la consecuencia, como digo, de una de las consecuencias, no la única, pero indudablemente, de ese mal uso del dinero.

En definitiva, queridos hermanos, el Señor nos invita a optar por Él, o por el dinero, o yo diría mejor, a optar por un modo egoísta y esclavizante del uso del dinero, o por un modo solidario, un modo solidario de usarlo, porque ciertamente Dios no maldice el dinero, maldice el mal uso del dinero, esa esclavización por parte del dinero, esa codicia por almacenar, siendo insolidarios. Optar por acumular o por el compartir, a eso nos invita el Señor, a pasar de la sed del poseer, a la sed de Él mismo, esa sed que es la única que puede superar la otra, que nos demos cuenta que la verdadera riqueza es el Señor. Cuando es así, lo otro pasa a un segundo plano, cuando el Señor es la primera riqueza, los hermanos cuentan, cuando no es la primera riqueza, los hermanos sí cuentan, es para el negocio, pero no para otros conceptos.

San Pablo nos invitaba a orar por todos. Yo, queridos hermanos, también os invito en este día a orar por aquellos que sufren la pobreza, que sufren la exclusión, que están explotados laboralmente por aquellos que están en estas situaciones. Pidamos al Señor, por intercesión de nuestra Madre, que llegue el auxilio y que ese auxilio nosotros formemos parte de él, que seamos misioneros de la generosidad, misioneros del compartir, misioneros del buen uso del dinero.

Que el Señor, por medio de nuestra Madre, la Virgen Dolorosa y del Rayo, nos conceda esto que pedimos y que la Eucaristía, que ahora continuamos, nos enriquezca con el don de la gracia de su presencia, de su amor, para que, efectivamente, ricos en ese amor y en esa devoción y amor al Padre, al Hijo y al Espíritu, vivamos la comunión en la Misión.

Que así sea.

+ Jesús, obispo de Córdoba

Barinas celebra el 140 aniversario de la llegada de su patrona junto al obispo

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La Hermandad de la Virgen del Rosario de Barinas nombró Hermano de Honor al obispo, que presidió la Eucaristía en la fiesta de la patrona.

El pueblo de Barinas (Abanilla) celebró el sábado junto al obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, el 140 aniversario de la llegada de su patrona, la Virgen del Rosario; en concreto, de la primitiva imagen de esta advocación mariana que fue trasladada desde la Parroquia San José de Abanilla hasta una pequeña ermita, previa a la actual iglesia parroquial. Una celebración en la que la Hermandad de la Virgen del Rosario de Barinas nombró al obispo Hermano de Honor 2025.

Mons. Lorca presidió la Eucaristía en la parroquia de Barinas, que tiene a Nuestra Señora del Rosario como titular. Concelebraron los sacerdotes del arciprestazgo y otros vinculados a la parroquia; y en ella participaron numerosos fieles, entre ellos miembros de cofradías y hermandades de diferentes localidades de la Diócesis; así como el consejero de Economía de la Región de Murcia, autoridades civiles del municipio, y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

En su homilía el obispo invitó a los barineros a «poner los ojos en la Virgen María», resaltando su docilidad a los planes de Dios; y tuvo palabras de ánimo especialmente para los enfermos e impedidos del pueblo.

Al término de la celebración, con motivo del aniversario, la Hermandad de la Virgen del Rosario de Barinas recibió, de la Hermandad de la Santísima Cruz de Abanilla, un diploma de honor. A continuación, se procedió al nombramiento de Mons. Lorca como Hermano de Honor de este año de la Hermandad de la Virgen del Rosario de Barinas, por el que el obispo recibió una placa y le fue impuesta una medalla.

El presidente de esta hermandad, Elías Pacheco, dio gracias a Dios por el ministerio del obispo y sus bodas de oro sacerdotales. «Usted siempre con su sonrisa, alegría y delicadeza ha amado y servido al pueblo santo de Dios como un esposo ama a su esposa; en todo momento preocupado por la cura de almas de los fieles». También le dio las gracias a Mons. Lorca por los sacerdotes que han pasado por la parroquia, muchos de ellos presentes en la celebración; por «el cuidado de los laicos, como puso de manifiesto en el Encuentro Diocesano de Laicos del pasado mes de marzo en Murcia, donde acudió una representación de esta comunidad»; y por la concesión de un Año Jubilar en torno a la Santa Cruz de Abanilla, patrona del municipio, en 2026.

Al término de la Eucaristía, Mons. Lorca tuvo ocasión de conversar con los fieles y de visitar a algunas de las personas mayores impedidas del pueblo, para desearles unas felices fiestas patronales.

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El Seminario inicia su curso en El Centenillo

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Entre los días 4 al 6 de septiembre de 2025 se abrió el nuevo curso para la comunidad del Seminario con una convivencia en la casa de Villa Paz, en la pequeña aldea de El Centenillo. Este ha sido el lugar elegido para el reencuentro de los seminaristas con los formadores y el Obispo de la diócesis, Don Sebastián Chico. Al igual que el pasado año, tenemos nuevas incorporaciones. En total cinco nuevos seminaristas: Fernando, Alejandro, Fran, Miguel y David.

El jueves, 4 de septiembre, y tras llegar a la casa, fuimos recibidos por la hermana Soledad, religiosa Vedruna y cofundadora en España del movimiento Oasis, que ha ayudado a miles de jóvenes a descubrir su vocación en la vida y en la Iglesia.A pesar de su edad, sigue al pie del cañón, recibiendo a tantos niños y jóvenes todos los años para vivir el campamento de verano. Y siempre recordando al sacerdote marista, ya fallecido, D. Elicio Martínez, que tantos años estuvo a cargo de la casa y de la parroquia del pueblo. Después de instalarnos, nos dirigimos al merendero donde el rector nos presentó el nuevo curso y las pautas del mismo. Por la tarde, cada uno de nosotros contó su experiencia en las pastorales de verano y lo que les había aportado. A continuación, celebramos la misa, donde contamos con la presencia de un matrimonio sevillano, Antonio y Teodora, que justo al día siguiente celebraban sus bodas de oro. Por lo que pedimos por ellos, y por las vocaciones dando gracias al Señor por los cinco nuevos seminaristas.

El viernes, 5 de septiembre, y tras el desayuno, los formadores nos adjudicaron los nuevos cargos dentro del seminario para el curso. Al final de la mañana contamos con la visita de D. Germán García, párroco de El Centenillo, que nos contó su experiencia y comió con nosotros. Por la tarde recibimos la visita de nuestro obispo, Don Sebastián, quien celebró la Eucaristía con nosotros.

En la homilía, nos recordó esa actitud de sorpresa que debemos tener ante la presencia de Dios, el quedarnos estupefactos y dejarlo todo para seguir a Cristo. No podemos dudar ante el Señor, ni volver a los odres viejos. Después el Obispo nos acompañó en la cena y en el rato de conversación que tuvimos después.

El sábado, día 6 de septiembre,  por la mañana hicimos una caminata por los alrededores del pueblo y al volver a la casa, y desayunar, a continuación, expusimos cada uno los proyectos que tenemos para el nuevo curso. También hemos visitado la parroquia de la Inmaculada Concepción del Centenillo y la casa Villa San José que tienen en el pueblo las esclavas del Sagrado Corazón. Después de la comida nos despedimos y volvimos al seminario.

Le agradecemos a la hermana Sole y al resto del personal de la casa su acogida y trato en Villa Paz en estos días de inicio de curso. Han sido unos días de encuentro y fraternidad, agradeciendo al Señor el don de nuestra vocación y pidiendo que no deje de enviar obreros a su mies.

Comunidad del Seminario diocesano

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Cádiz suma un nuevo grupo de Mutua Ayuda en el Duelo

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La Parroquia de San Severiano, en Cádiz, ofrece para toda persona que lo necesite participar en un Grupo de Mutua Ayuda en el Duelo. Se trata de una metodología para el acompañamiento y apoyo a quienes están sufriendo por la muerte de un ser querido.

El formato y la dinámica de estos grupos ha sido diseñada por el P. Mateo Bautista García, de la Orden Hospitalaria de San Camilo, que ha comprobado su eficacia desde hace más de 31 años ayudando a miles de personas en muchos países de habla hispana y con gran implantación en España. En nuestra Diócesis ya está dando excelentes resultados en varias localidades (Algeciras, Tarifa, San Fernando). Ahora se une a esta iniciativa la localidad de Cádiz en la Parroquia de San Severiano.

Se trata de 12 encuentros semanales donde, en base a un temario y con una dinámica propia, se reúnen las personas dolientes compartiendo su proceso de sanación en la esperanza de la resurrección. Es un proceso comunitario, apoyándose unos a otros bajo la guía y el acompañamiento de un coordinador debidamente formado y capacitado para ello. Los temas de los encuentros abarcan todas las dimensiones humanas (corporal, afectivo – emocional, mental, relacional, valórica y espiritual) y se enriquece con la aportación de todos.

Va dirigido a las personas que sufren por la muerte de un ser querido y que estén profundamente heridos en cualquiera de las dimensiones humanas. Para quienes experimenten sentimientos de extrañeza, vacío, infelicidad, sinsentido, soledad, miedo, desconcierto, resentimiento, incertidumbre, inseguridad, culpa, etc.

El próximo miércoles día 1 de octubre a las 18:00 habrá una reunión informativa en los locales parroquiales de San Severiano (calle Brunete, 1 – Cádiz) para quien pueda estar interesado. Para ampliar información pueden llamar el teléfono 676 037 832

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La Asociación Católica de Propagandistas en Cádiz inaugura el curso con una conferencia sobre León XIV

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El próximo jueves, 25 de septiembre, la Asociación Católica de Propagandistas inaugura el curso con una conferencia del periodista y catedrático José Francisco Serrano Oceja, que llevará por título: “León XIV, ¿un nuevo San Agustín?”

El acto tendrá lugar a las 19:00 horas en el salón de actos del Seminario San Bartolomé, en Cádiz. La entrada será libre hasta completar aforo.

José Francisco Serrano Oceja es Catedrático de Periodismo en la Universidad CEU de Madrid y colabora en diversos medios de comunicación como ABC, donde ha ofrecido semanalmente la crónica de los primeros 100 días de León XIV. También participa en Cadena COPE, Religión Confidencial y Trece TV. Ha trabajado en Radio Vaticano y ha sido redactor jefe del semanario Alfa y Omega. Desde 2023 es presidente de la Comisión de Publicaciones de la Asociación de la Prensa de Madrid.

Durante su intervención, Serrano Oceja desgranará, en su habitual tono ameno e interesante, las claves y los retos del Papado de León XIV.

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ANTONIO GÓMEZ CANTERO: “Si hiciera falta, yo mismo vendría a vivir aquí con ellos”

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La Delegación Episcopal de Medios de Comunicación celebró este martes 23 de septiembre un café-coloquio con periodistas en el Seminario Menor de Almería, donde se presentó un nuevo proyecto diocesano de formación para personas migrantes. La iniciativa, desarrollada por la Compañía de Jesús, busca ofrecer capacitación profesional y acompañamiento integral a jóvenes que ya llevan tiempo residiendo en la provincia.

El encuentro contó con la participación de D. Antonio Gómez Cantero, obispo de Almería; D. Ignacio López Román, Vicario general; y el jesuita Daniel Izuzquiza, responsable del proyecto.

Un proyecto serio y evangélico

Durante su intervención, nuestro obispo subrayó que se trata de una propuesta “seria, bien planificada y profundamente evangélica”, que no responde a intereses económicos ni a rumores difundidos en las últimas semanas.

“Este proyecto no se alquila ni se hace para ganar dinero. Es un servicio gratuito que nace de la misión samaritana de la Iglesia. Y si hiciera falta, yo mismo vendría a vivir aquí con ellos”, afirmó el obispo.

El prelado insistió en que la propuesta quiere ofrecer una “formación reglada para que los migrantes puedan salir adelante”, desmintiendo que se trate de un recurso para menores conflictivos o personas con antecedentes.

Presencia religiosa y acompañamiento

El plan contempla la habilitación de 8 habitaciones en el Seminario Menor, que podrán acoger a jóvenes de lunes a viernes mientras dure su proceso formativo. Además, varias religiosas de la Congregación de Cristo Jesús vivirán en la residencia para acompañar a los participantes y velar por el ambiente comunitario.

“No se trata solo de dar cursos, sino de crear un hogar. La Iglesia siempre ha estado allí donde ha habido necesidad: con los enfermos de sida, con los emigrantes españoles en Francia, con quienes nadie quería acoger. Y ahora nos toca estar aquí”, destacó Gómez Cantero.

Experiencias que inspiran

El obispo recordó la labor de las religiosas de María Inmaculada en la estación de Austerlitz, en París, donde durante décadas acogieron a jóvenes emigrantes españolas que llegaban con lo puesto y apenas sabían leer. También evocó su propia experiencia pastoral en distintos países de África y América Latina, conviviendo con comunidades migrantes.

“Yo pongo rostro a la migración. He conocido a estas personas en Senegal, en Bolivia o en Colombia, y sé que buscan lo mismo que buscábamos nosotros: pan y dignidad”, señaló.

Una propuesta en clave de esperanza

Por su parte, el jesuita Daniel Izuzquiza explicó que el proyecto se centrará en itinerarios de formación profesional acreditada, principalmente en sectores como la hostelería, la logística o los cuidados. El plan incluye también refuerzo en castellano, competencias digitales y acompañamiento personal en la búsqueda de empleo.

“No se trata solo de ocupar un edificio, sino de suscitar procesos que cambien vidas y construyan futuro”, explicó Izuzquiza, resaltando la importancia de generar esperanza tanto para los participantes como para la sociedad almeriense.

Conclusión

El café-coloquio sirvió para resolver dudas y acercar a la opinión pública una propuesta que la diócesis viene trabajando desde hace casi un año, en diálogo con entidades sociales y con el respaldo de la Compañía de Jesús. “Contra la protesta, la propuesta”, resumió Gómez Cantero. “Y nuestra propuesta es clara: un proyecto evangélico, serio y con futuro, que nace del corazón de la Iglesia y que busca servir a quienes más lo necesitan”.

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