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Carta con motivo del inicio de un «Año de Bajada de la Virgen de los Reyes»

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Queridos herreños y devotos de nuestra Madre Amada, la Virgen María de los Reyes:

Un aire sopla por occidente. Ayer y hoy, numerosas embarcaciones son empujadas a nuestras costas fraguando la historia. Un cruce de intercambios, de idas y venidas que, sin esperarlo, trajeron la esperanza y la alegría. Y es que sorprendentemente a bordo de un barco llegó quien cuidaría para siempre de esta Isla, la Virgen de los Reyes. En aquellos higos, almendras y provisiones que nuestros antepasados entregaron, el tiempo demostró que, dando lo que teníamos, salíamos ganando.

Fruto de aquel regalo, con gran alegría y en fidelidad a nuestra centenaria tradición; del cinco de julio al dos de agosto de este año 2025 tendrá lugar la LXXI Bajada de Ntra. Sra. de los Reyes, desde el Santuario de La Dehesa hasta la iglesia de Ntra. Sra. de la Concepción en la Villa de Valverde. Su traslado emocionado, la tendida de manteles, los pitos, las chácaras y los tambores sonando en toda la geografía insular pueden volver a ser una prueba más de la fidelidad de Dios que, en María nuestra madre, está siempre junto a nosotros.

Pues desde el principio, en palabras del papa Francisco, sabemos que María ha dado al pueblo herreño el calor materno, “ese que nos cobija en medio de la dificultad y que permite que nada ni nadie apague en el seno de la Iglesia la revolución de la ternura inaugurada por su Hijo”.

Y es que son muchos los aires que azotan la barca de nuestras vidas y que han sacudido el rumbo de toda la población, no solo herreña, sino mundial. La pandemia del covid-19 nos dejó una huella indeleble en la memoria y en el corazón, porque impidió celebrar nuestra cita cuatrienal, como es debido, en 2021. Sin embargo, lejos de echar el ancla en la desesperanza, juntos fuimos capaces de atravesar y superar, con el favor de Dios y de su Madre, las tormentas más peligrosas y encaminar el rumbo hacia la fraternidad que nos salva. Ella, que se ha acercado a nosotros en las situaciones más diversas para sembrar esperanza, nos visita en este año de Bajada para traernos aquello que más nos hace falta.

Así, la Iglesia a través del santo Padre nos recuerda, mirando a la Virgen de los Reyes, que “las madres son el antídoto más fuerte ante nuestras tendencias individualistas y egoístas, ante nuestros encierros y apatías. Una sociedad sin madres no sería solamente una sociedad fría sino una sociedad que ha perdido el corazón, que ha perdido el sabor a hogar”. Y eso no nos puede pasar. Permitamos, entre todos, que la visita de nuestra Madre Amada haga brotar la fraternidad, la auténtica alegría de quien se atreve a amar.

Por todo ello, ponemos ante nuestra Madre Amada a tantas personas que han llegado a nuestras costas huyendo de la pobreza, de la situación política o de la guerra desde el cercano continente africano y pedimos su intercesión por las innumerables vidas que se pierden en el mar. Para pedir por nosotros y por toda la familia humana, la visita de la Virgen de los Reyes a nuestras vidas y su especial cercanía a nuestros pueblos, se hace más necesaria que nunca.

Es verdad que parece que el aire se vuelve tormentoso y que, en ocasiones, el viento pretende desgarrar las velas de la esperanza. Sin embargo, con su llegada a nosotros, un faro maternal rompió tal oscuridad y abrió caminos a la esperanza. Desde 1741, unas letras cambiaron el rumbo de la historia en la isla más occidental. Si por entonces la sequía era un problema durísimo que hacía agonizar al herreño, ¡cuánto no

sufrimos por tantos que pierden la vida en el mar intentando buscar un futuro mejor! Si por entonces la Madre Amada del Señor Jesús, fue respuesta a tal sequía y necesidad, ¡cuánto no lo será en estos momentos para quienes se acercan a nosotros a través del mar! María, desde sus entrañas, aprendió a escuchar el latir del corazón de su Hijo Jesús y eso le enseñó, a lo largo de toda su vida, a descubrir el palpitar de Dios en la historia… en nuestra historia. Aprendamos nosotros de ella y hagamos, en esta LXXI edición de su Bajada, que no solo sea la Madre Amada de los herreños sino de toda la humanidad.

Por todo ello, es tiempo de conjugar la fe y la devoción con una caridad que haga resurgir en nosotros los dones de Dios como lo hizo en Ella. Sin duda, tenemos unas ganas inmensas de ver a nuestra Madre salir de su Santuario y bajar por la Cruz de los Reyes hasta Valverde, pasando por nuestros pueblos, siendo contemplada por nuestros mayores… Vivamos este peregrinar mirando a los ojos a la Madre Amada, dejándonos mirar por Ella, trabajando unidos y con un sentido de esperanza en medio de un mundo convulso. Caminemos con Ella y vivamos de su mano este año 2025 que comienza.

Que la Virgen María nos acompañe e interceda a Dios por nosotros. ¡Viva la Virgen Viva!¡Feliz año de Bajada!

Antonio M. Pérez Morales    

Administrador diocesano

José Manuel Urbina Mérida

Presidente Fundación

Virgen de los Reyes

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El Papa pide la abolición de la pena de muerte en la Jornada Mundial de la Paz

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El Papa pide la abolición de la pena de muerte en la Jornada Mundial de la Paz

El 1 de enero la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Paz, un recordatorio que en el inminente 2025 cumplirá su 58ª edición.

En esta ocasión, el papa Francisco ha titulado su Mensaje ‘Perdona nuestras ofensas: concédenos tu paz’, en el que hace tres propuestas concretas para el próximo año: la condonación de la deuda externa, la abolición de la pena de muerte y un fondo mundial para la eliminación definitiva del hambre.

Jubileo, “un evento que colma los corazones”

El Obispo de Roma comienza recordando que en el 2025 la Iglesia Católica celebra el Jubileo, “evento que colma los corazones de esperanza”, y señala que esta práctica “se remonta a una antigua tradición judía, cuando el sonido de un cuerno de carnero anunciaba, cada cuarenta y nueve años, uno de clemencia y liberación para todo el pueblo”. En el texto explica también que “este solemne llamamiento debía resonar idealmente en todo el mundo, para restablecer la justicia de Dios en distintos ámbitos de la vida”. “También hoy  -escribe el Papa- el Jubileo es un evento que nos impulsa a buscar la justicia liberadora de Dios sobre toda la tierra. Al comienzo de este Año de gracia, quisiéramos ponernos a la escucha del grito desesperado de auxilio que se eleva desde muchas partes de la tierra y que Dios nunca deja de escuchar”.

En esta línea, el Santo Padre defiende que “cada uno de nosotros debe sentirse responsable de algún modo por la devastación a la que está sometida nuestra casa común, empezando por esas acciones que, aunque solo sea indirectamente, alimentan los conflictos que están azotando la humanidad». Por este motivo, asegura que “el evento jubilar nos invita a emprender diversos cambios, para afrontar la actual condición de injusticia y desigualdad, recordándonos que los bienes de la tierra no están destinados solo a algunos privilegiados, sino a todos”.

Condonación de la deuda externa

Para el Papa “la lógica de la explotación del deudor también describe sintéticamente la actual crisis de la deuda que afecta a diversos países, sobre todo del sur del mundo”. Por eso, insiste en que “la deuda externa se ha convertido en un instrumento de control, a través del cual algunos gobiernos e instituciones financieras privadas de los países más ricos no tienen escrúpulos de explotar de manera indiscriminada los recursos humanos y naturales de los países más pobres, a fin de satisfacer las exigencias de los propios mercados”. Al respecto, invita “a la comunidad internacional a emprender acciones de remisión de la deuda externa, reconociendo la existencia de una deuda ecológica entre el norte y el sur del mundo. Es un llamamiento a la solidaridad, pero sobre todo a la justicia”. Y añade que “es necesario el desarrollo de una nueva arquitectura financiera, que lleve a la creación de un Documento financiero global, fundado en la solidaridad y la armonía entre los pueblos”.

Abolición de la pena de muerte

Por otro lado, el Santo Padre pide “un compromiso firme para promover el respeto de la dignidad de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural”. Concretamente, ha instado a eliminar la pena de muerte de todas las naciones: “Esta medida, además de comprometer la inviolabilidad de la vida, destruye toda esperanza humana de perdón y de renovación”.

Corazón desarmado

Finalmente, el Papa exhorta a constituir un Fondo mundial “que elimine definitivamente el hambre y facilite en los países más pobres actividades educativas dirigidas a promover el desarrollo sostenible, contrastando el cambio climático”. Y espera que el 2025 sea un año en el que crezca la paz: «Busquemos la verdadera paz, que es dada por Dios a un corazón desarmado: un corazón que no se empecina en calcular lo que es mío y lo que es tuyo; un corazón que disipa el egoísmo en la prontitud de ir al encuentro de los demás; un corazón que no duda en reconocerse deudor respecto a Dios y por eso está dispuesto a perdonar las deudas que oprimen al prójimo; un corazón que supera el desaliento por el futuro con la esperanza de que toda persona es un bien para este mundo».

 

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Comentario en texto al Evangelio del periodista Antonio Moreno

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El periodista del Obispado de Málaga Antonio Moreno invita a profundizar en el evangelio de hoy, 1 de enero (Lucas 2, 16-21).

Comenzamos el año de la mano de María. Ella es Madre de Dios. Dentro de ella comenzó nuestra historia de salvación. Tenemos por delante 365 días que son una incógnita ¿Qué nos deparará este nuevo año 2025? ¿Éxitos, fracasos, alegrías, tristezas? ¿De cuántas maneras se nos hará presente Jesús en este tiempo? Si, como los humildes pastores del Evangelio de hoy, tenemos los oídos y los ojos abiertos para ver las maravillas de Dios, y vamos de la mano de María, seguro que el 31 de diciembre podremos mirar atrás, como ellos, dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habremos visto y oído. ¡Feliz año!

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El Ayuntamiento de Rota aportará 60.000 euros para continuar la rehabilitación de la capilla del Nazareno

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El Ayuntamiento de Rota ha suscrito un nuevo acuerdo de colaboración con la Diócesis de Asidonia Jerez para continuar avanzando en el mantenimiento, conservación y adecuación del patrimonio arquitectónico y cultural de la Iglesia Asidonense en Rota.

Este convenio en concreto, servirá para financiar la segunda fase de la rehabilitación exterior de la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno, en la parroquia de Nuestra Señora de la O, donde se precisan obras de mejoras, rehabilitación, mantenimiento y adecuación para su conservación.

El alcalde de Rota, Javier Ruiz, y el Vicario General de la Diócesis, Roberto Romero,  han rubricado el acuerdo por valor de 60.000 euros que el Ayuntamiento aportará de recursos municipales dando así continuidad al convenio suscrito el pasado año por una cifra muy similar. En aquella ocasión, se restauró el patio central de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y se llevó a cabo la primera fase de rehabilitación del exterior de la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno en la iglesia de la O.

Desde la Diócesis de Asidonia-Jerez, se quiere destacar la gran apuesta del alcalde y el consistorio roteño por la restauración y conservación del patrimonio eclesiástico de la localidad. Esta actuación permitirá que los distintos templos luzcan la belleza que tienen, haciendo que los distintos visitantes que entren en ellos conozcan parte de la historia de Rota, y así a través de la belleza puedan acercarse a Cristo.

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Evangelio de la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

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Evangelio de la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

Primera lectura

Números 6, 22-27

Invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré

El Señor habló a Moisés:

«Di a Aarón y a sus hijos, esta es la fórmula con la que bendeciréis a los hijos de Israel:

“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor te muestre tu rostro
y te conceda la paz”.

Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré».

Salmo

Salmo 66, 2-3. 5. 6 y 8

R/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga

Que Dios tenga piedad nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra. R/.

Segunda lectura

Gálatas 4, 4-7

Envío Dios a su Hijo, nacido de mujer

Hermanos:

Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción filial.

Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: «¡“Abba”, Padre!». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 16-21

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.

Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.

Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

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Las familias de Jaén se reúnen en torno a su Pastor como símbolo de esperanza

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Este sábado, la víspera de la Jornada de la Sagrada Familia, la Delegación de Familia y Vida organizó una Eucaristía dirigida a conmemorar esta fiesta, que este año se ha celebrado bajo el lema: “Familia, fuente de Esperanza”.

El Obispo de Jaén, Monseñor Chico Martínez, presidió la celebración acompañado del Vicario General, D. Juan Ignacio Damas; el Consiliario de la delegación, D. Juan Francisco Ortiz y su secretario personal, D. Francisco Javier Cova que ejerció de maestro de ceremonias. El diacono permanente, D. Andrés Borrego, vinculado a Familia y Vida, fue el encargado de proclamar el Evangelio. El resto de las lecturas estuvieron participadas por otros miembros de delegación diocesana.

Homilía

Las primeras palabras del Prelado jiennense en su homilía estaban relacionadas a la solemnidad que se celebraba: “Hoy, la Iglesia nos invita a contemplar a la Sagrada Familia de Nazaret. Jesús, al hacerse hombre, se hace también hijo de una mujer, miembro de una familia. Con su vida santifica la familia como dimensión esencial del ser del hombre. Ellos, Jesús, María y José, nos ofrecen un modelo perfecto de vida familiar, fundamentado en la fe, el amor y la obediencia a la voluntad de Dios. Esta fiesta nos recuerda que, aunque las familias enfrentan desafíos y dificultades, con la Gracia divina pueden convertirse en verdaderos santuarios de vida, amor y esperanza”.

Del mismo modo, Don Sebastián Chico invitó a las familias a ser parte activa en la sociedad sembrando con sus acciones los valores que emanan de ellas: “Ante la realidad social que vivimos, nuestra misión pastoral, la Iglesia está llamada a afrontar diversos retos para acompañar, fortalecer y guiar a las familias en su caminar. Estos retos no solo responden a las necesidades concretas de las familias, sino también a los desafíos culturales y sociales que impactan directamente en su vida. Por ello, como comunidad cristiana, debemos comprometernos con acciones concretas que reflejen el amor y la esperanza del Evangelio”- expresó el Obispo. Para lo que además dio cuatro claves para ser semillas de esperanza: “Acompañar a las familias en sus realidades concretas. Promover la educación en la fe. Defender el valor de la familia. Fortalecer la pastoral familiar: Desde la preparación para el matrimonio hasta el acompañamiento de familias en crisis, es vital intensificar la labor pastoral para que las familias se sientan apoyadas y valoradas en su caminar”.

Las ofrendas las llevaron hasta el altar dos niños pequeños y una familia, a los que el obispo bendijo tras recibir los dones.

Al concluir la celebración, dio a besar al Niño Jesús e invitó a todos los presentes a acudir, el domingo, a la apertura del Jubileo.

Galería fotográfica: «Jornada de la Sagrada Familia»

II Belén viviente a beneficio de la dana de las parroquias de Sta. María la mayor y S. Miguel de Andújar

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El pasado 27 de diciembre, la ciudad de Andújar vivió un día lleno de luz, tradición y fe con la celebración de su ya esperado II Belén Viviente, organizado de manera conjunta por las comunidades de la Parroquia de Santa María la Mayor y la Parroquia de San Miguel a beneficio de la Dana. La plaza beato Marcos Criado fue el escenario perfecto para recrear el nacimiento de Jesús, en un evento que, como el pasado año, congregó a numerosos fieles y visitantes deseosos de vivir una experiencia única de espiritualidad y cultura.

Tras la celebración de la Eucaristía, ambas comunidades vivieron un ambiente festivo y emotivo. Las calles aledañas a la iglesia de S. Miguel se vieron invadidas por niños, adultos y familias enteras que se acercaron para disfrutar del Belén Viviente, un auténtico viaje al pasado que transportaba a los asistentes a los tiempos del nacimiento del Salvador. A lo largo de toda la tarde, los visitantes pudieron recorrer el mercado romano, la oficina del censo, el pesebre, los pastores, los puestos de dulces y chocolate y las escenas tradicionales de la época, todas ellas cuidadosamente representadas por los miembros de las dos parroquias.

Un Belén lleno de vida y detalles

El evento, que comenzó a las 19:00 horas, se abrió con un solemne pregón dirigido por el sacristán de Santa María la Mayor, D. Antonio Aceituno. A medida que la tarde avanzaba, los visitantes pudieron ver en vivo cómo se desarrollaban las escenas del Belén. Todo estaba cuidadosamente montado para que cada detalle, desde los trajes hasta los elementos decorativos, ofreciera una visión realista y emotiva del acontecimiento más grande de la historia.

Uno de los momentos más esperados de la jornada fue la representación del Nacimiento de Jesús, que se llevó a cabo en la portada de la Iglesia de S. Miguel que da a la plaza Beato Marcos Criado, marco inmejorable para dicho acto. La emoción se apoderó de los asistentes cuando, bajo una noche estrellada y con las luces del Belén iluminando la escena, se presentó el niño Jesús en su pesebre. Niños y adultos pudieron contemplar el Misterio junto con los pastores y el mismo San José y la Virgen María, en un acto de profunda reverencia y fe que dejó una huella imborrable en los corazones de todos los presentes.

La música, alma del Belén

Para envolver aún más este evento en una atmósfera de devoción y alegría, la Rondalla y Coro de Mayores de Andújar dirigida por Belén Biedma directora del coro de Sta. María, se encargó de poner la música que acompañó la celebración. Con sus maravillosos villancicos, los acordes de la rondalla complementaron a la perfección la representación del Belén Viviente, creando un ambiente de profunda espiritualidad y alegría. Las canciones navideñas interpretadas por el grupo local evocaron recuerdos entrañables de la Navidad y unieron a todos los presentes en un canto común, en un acto de hermandad que enriqueció aún más la experiencia vivida por todos.

Agradecemos el reportaje fotográfico de Ángel España Carrera.

¡Que la luz de la Navidad siga iluminando nuestros corazones durante todo el año!

Fran Cano
Diácono permanente

Los jiennenses emprenden un nuevo camino de renovación y esperanza con la apertura diocesana del Año Santo

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El pasado 24 de diciembre, se iniciaba el Jubileo de la Esperanza, con el que se conmemora el 2025 aniversario de la Encarnación del Hijo de Dios. El Papa Francisco lo inauguraba con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Las diócesis de todo el mundo se han sumado, hoy, a este Año Santo, con las diversas celebraciones diocesanas.

En la Diócesis de Jaén, la apertura del Jubileo ha comenzado a las 17:00 horas, en la Basílica de San Ildefonso, donde miles de fieles, llegados desde todos los puntos de la geografía diocesana, han querido congregarse para participar en la liturgia de la Palabra. Una celebración que se ha iniciado con el himno del Jubileo y durante la cual se ha leído unos párrafos de la bula de convocatoria de este Jubileo ordinario. Posteriormente, se ha iniciado la peregrinación hasta el primer templo diocesano, que ha estado encabezada por el Cristo de las Misericordias, una talla de Gutierre Gierero del siglo XVI, mientras se entonaban las letanías de los santos a cargo del grupo litúrgico musical, EscuchArte, que ha acompañado con los cantos toda la celebración.

El repique de campanas de la Catedral de Jaén anunciaba la llegada de la procesión a la Plaza de Santa María y han cesado unos instantes antes de la llegar ante la Puerta del Perdón. Ya en el umbral, un seminarista ha leído la monición con la que se ha invitado a los fieles al recogimiento.  Por su parte, el Obispo, Don Sebastián Chico Martínez, ha alzado, con solemnidad, el Cristo de las Misericordias, invitando a los presentes a venerarlo con la aclamación: “Salve, cruz de Cristo, única esperanza”, a lo que el pueblo ha respondido: “En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre”.

El rito ha continuado en el baptisterio, donde el Obispo ha bendecido el agua, símbolo de purificación y vida nueva. Posteriormente ha asperjado a los fieles con el agua bendita, en recuerdo del bautismo y como gesto de renovación interior.

Posteriormente, el Cristo de las Misericordias se ha colocado en un lugar privilegiado en el presbiterio, donde permanecerá durante todo el Año Jubilar, para la veneración del pueblo de Dios.

La Santa Misa ha proseguido como de costumbre. Una Eucaristía presidida por nuestro Pastor diocesano y concelebrada por más de un centenar de sacerdotes. Del mismo modo, han querido estar presentes seminaristas y diáconos permanentes, así como representaciones de movimientos, cofradías y de toda la rica realidad de la Iglesia del Santo Reino.

Asimismo, han participado multitud de autoridades civiles, académicas y militares en este gran hito de nuestra Iglesia particular, entre las que han acudido, el alcalde de la capital, D. Agustín González y miembros de la Corporación municipal; el subdelegado de Defensa; el teniente coronel de la Guardia Civil; el director de la Academia de la Guardia Civil de Baeza, entre otros.

Las lecturas han estado participadas por fieles de toda la Diócesis y el Evangelio ha sido proclamado por el diácono permanente, D. Andrés Borrego.

Homilía

En su homilía, Don Sebastián destacó la importancia del Jubileo como un tiempo de gracia, reconciliación y esperanza para toda la comunidad cristiana.

Igualmente, el Obispo ha comenzado su predicación agradeciendo la presencia de las autoridades, así como la de los fieles que han acudido a esta llamada de su Iglesia particular, para después, reflexionar, en la Jornada de la Sagrada Familia, sobre las lecturas proclamadas. “Al inicio de mis palabras, quisiera detenerme un momento en las lecturas que, en este día, fiesta de la Sagrada Familia, se han proclamado. Pues, nos invitan a reflexionar cómo fue la encarnación del Hijo de Dios, en el seno de una familia, y sobre los valores esenciales que deben orientar la vida familiar y redescubrir la importancia de ésta como comunidad de amor y de fe”.

Del mismo modo, el Obispo de Jaén ha querido subrayar este tiempo jubilar como una oportunidad para la vida personal y de la comunidad cristiana de Jaén: “En este Año Santo, estamos invitados a mirar nuestra vida como un peregrinaje hacia Dios, un trayecto en el que la esperanza actúa como motor y guía de nuestra vida”, para añadir, “También nos interpela a reflexionar sobre nuestro papel en el mundo actual: ¿Cómo vivimos nuestra condición de peregrinos? ¿Qué señales de esperanza ofrecemos a quienes nos rodean? ¿Cómo caminamos juntos como Iglesia? Preguntas nos conducen a explorar dimensiones fundamentales que se desprenden del este Jubileo”

En este sentido, el Pastor diocesano explicó las distintas bases sobre las que se puede apoyar este Año Santo para que dé fruto en el interior y ese se refleje en la sociedad: “el peregrinaje no solo es un acto físico, sino también un signo de búsqueda espiritual y de renovación interior. En este Año Santo, somos llamados a redescubrir el valor del silencio, del esfuerzo y de lo esencial, dejando atrás las distracciones que nos alejan de Dios”, ha apuntado Don Sebastián, para, igualmente incidir en la necesidad de la esperanza. “La esperanza cristiana nos impulsa a ser luz en medio de las tinieblas, a consolar a los que sufren y a trabajar por un mundo más justo y fraterno. Este Jubileo es una ocasión para recordar que la esperanza es también una tarea: debemos cultivarla y compartirla con generosidad”, todo ello desde una perspectiva sinodal.

El Prelado jiennense ha animado a los cristianos de Jaén a vivir este tiempo “fortaleciendo nuestra fe, redescubriendo la importancia de la oración, de la Palabra de Dios y los Sacramentos; purificándonos de nuestros pecados, viviendo la reconciliación con Dios y los hermanos con sinceridad y profundidad, renovando nuestra alianza bautismal y acogiendo la Gracia de Dios para la conversión genuina; renovando nuestra esperanza, sabiendo que Cristo nunca defrauda, especialmente en nuestras crisis y en los desafíos que la vida conlleva;  y manifestando nuestra caridad de manera concreta, donde en este Jubileo se traduce también en obras concretas de amor” y todo lo ha puesto bajo la intercesión de la Madre de Dios, “María, la Santísima Virgen de la Cabeza, Patrona de nuestra Diócesis, Madre de la Esperanza. Ella, que albergó en su seno al Salvador del mundo, es modelo de fe, paciencia y confianza. Bajo su protección, iniciamos este camino jubilar con nuestros corazones llenos de gratitud y de esperanza”.

Proyecto de caridad

Durante la oración de fieles, el director de Cáritas diocesana, Rafael Ramos, ha querido explicar que este Año Jubilar quiere sembrar esperanza, también, personas que sufren a través de un proyecto de Caridad que estará dirigido a las personas migrantes y a las que sufren trata. En este sentido ha apuntado: La colecta que ahora vamos a realizar es en favor de tantas personas necesitadas que precisan de nosotros, en especial las personas que sufren abusos por razón de la trata y en general para que seamos comunidades acogedoras con las personas que vienen a buscar una vida digna a nuestro país, es un signo de nuestro compromiso, de nuestra fe en el Señor de la Vida, en el Señor que nos regala la vida eterna. En nuestro peregrinaje por este mundo, seamos portadores de vida y esperanza para aquellos que esperan nuestra ayuda. Gracias por vuestra constante colaboración, y en especial en este año Jubilar que nos señala a la Iglesia para que seamos esa luz y esperanza para los más desfavorecidos de la sociedad.

En el ofertorio, dos personas sin hogar han llevado hasta el presbiterio el pan y el vino, y un niño y un joven han sido los encargados de llevar las flores que posteriormente han puesto en la mesa del sacrificio.

Indulgencias

Antes de recibir la bendición solemne, el delegado diocesano para el Jubileo, D. Bartolomé López Gutiérrez, ha leído el significado de este tiempo de gracia, que deber servir, también, como acicate para una conversión personal, de reconciliación con Dios y con los hermanos.

Un signo identificativo del año jubilar es la concesión de la indulgencia plenaria que quiere expresar la plenitud del perdón de Dios que no conoce límites, «porque su misericordia es eterna». Esta misteriosa realidad se hace presente a través del sacramento de la penitencia y de los signos de caridad y esperanza que se establecen. La indulgencia permite liberar al corazón del peso –o «pena temporal»– del pecado ya absuelto, que permanece a pesar de haber recibido el perdón del sacramento de la reconciliación. La indulgencia repara, de alguna manera, las consecuencias que hayan podido tener nuestros pecados. Pero esta experiencia de misericordia pasa a través de algunas acciones espirituales que han sido indicadas por el para Francisco. No basta solamente con pasar la puerta santa –o del perdón– de nuestra catedral. Es necesario el sacramento de la reconciliación –celebrado antes o en el mismo día de la peregrinación– y la celebración de la Eucaristía, recibiendo la comunión sacramental, preferiblemente cuando se obtiene la indulgencia. Solo se puede ganar una vez al día, y puede ser aplicada por sí mismo o por un difunto. Rezando por quienes han finalizado su camino terreno para que obtengan también misericordia; solidarizándose en la intercesión orante, que encuentra su propia eficacia en la comunión de los santos. A estas condiciones se añade la oración por las intenciones del papa; siendo una señal de unidad con toda la Iglesia y su pastor supremo. Se puede rezar un padrenuestro y una avemaría, aunque cualquier oración puede ser válida, haciéndola con esa intención. Aquellos que por enfermedad u otra causa, no puedan realizar la peregrinación están invitados a tomar parte del movimiento espiritual del jubileo, ofreciendo su sufrimiento, participando en la celebración de la Eucaristía, en la medida de sus posibilidades. Para el santo padre el espíritu penitencial es «como el alma del jubileo»; abriendo la indulgencia a otras posibilidades siendo signos de esperanza para nuestros hermanos que viven en la indigencia: visitando a los enfermos, a los que están en centros hospitalarios, a las personas que viven solas y en situación de abandono, obteniendo la indulgencia jubilar en cada visita. También se nos invita a abstenernos durante, un día, de distracciones reales y virtuales, de consumos superfluos, donando una cantidad proporcionada a los pobres. No pueden faltar otros signos de esperanza hacia los migrantes, exiliados, refugiados y desplazados. Ocupándose también de los jóvenes, estudiantes, novios; implicándose en tareas de voluntariado, y en aquellas actividades encaminadas a potenciar y proteger la vida. El jubileo ha de ser vivido en clave de eternidad, para abrirnos al encuentro definitivo con Cristo, puerta de salvación y esperanza que no defrauda.

Tras la lectura de la concesión de la indulgencia plenaria, la celebración eucarística ha culminado con la bendición con el Santo Rostro y la oración del Jubileo. Para concluir con el himno de la Diócesis.

Este Año Santo, que hemos iniciado en nuestra Iglesia particular del Santo Reino, y que concluirá con la solemnidad de la Epifanía del Señor en 2026, se presenta como una gran oportunidad para que los creyentes profundicen en la fe y renueven compromiso cristiano, mediante gestos de peregrinación, oración, reconciliación, y caridad. Una llamada a ser luz y esperanza en medio de este mundo, convirtiéndonos en testigos del amor que Cristo encarnado entregó a toda la humanidad.

Galería fotográfica: «Apertura diocesana del Jubileo de la Esperanza 2025»
Galería fotográfica: «Apertura fase diocesana del Jubileo- Pedro Narváez»

La Diócesis de Jaén cierra el año de la oración rezando con San Juan de la Cruz

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El santo místico y Doctor de la Iglesia, San Juan de la Cruz, es el santo con el que se cierra esta serie de santos con los que hemos recorrido el año de la oración.

San Juan de la Cruz, abulense de nacimiento y reformador del Carmelo, junto a Santa Teresa, murió en Úbeda la noche del 13 al 14 de diciembre de 1591 y con él cerramos esta serie de Orar con… que ha realizado Iván Marchal para la Comisión diocesana del Jubileo 2025.

El domingo la Diócesis de Jaén se tiñe de verde en el inicio del Jubileo de la Esperanza

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La cita de la Iglesia diocesana de Jaén es este domingo, a las 17 horas en la Basílica de San Ildefonso de la capital, donde arrancará la celebración de la apertura diocesana del Año Santo.

Desde allí y tras la lectura de la bula del Papa Francisco, el Obispo y el pueblo cristiano al que pastorea, emprenderán una peregrinación hasta la Catedral. Cristo, como cabeza. Será la talla del Cristo de las Misericordias de la Catedral la que encabece esa procesión. Una talla con mucha devoción en la capital, que data de la primera mitad del siglo XVI y está atribuida a Gutierre Gierero.

Una vez atravesada la puerta del perdón de la Catedral, que se prevé tenga lugar en toro a las 18:00 horas, tendrá lugar el resto de la celebración con la que se da por inaugurada el Año Jubilar de la Esperanza y a la que han confirmado su asistencia numerosas autoridades de toda la provincia.

Por delante, una peregrinación de 373 días, hasta el 6 de enero de 2026, en el que los cristianos de Jaén y toda la sociedad en su conjunto está llamada a vivir la esperanza. La Iglesia particular de Jaén lo hará por todo lo alto. Con actividades de carácter celebrativo, cultural, espiritual… Un templo jubilar, la Catedral y algunos jubileos extraordinarios, como será el que se celebre en el hospital, en la cárcel, en el Hogar de Santa Clara o en la residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres.

El perdón como gracia jubilar

En el plano espiritual, podrán confesarse y ganar las indulgencias que este tiempo santo lleva aparejadas. Un tiempo de alegría también para nuestra alma, que recibiendo el perdón puede comenzar de nuevo. Y es que el carácter de reconciliación de este año de gracia ya se subrayaba en la Bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia de 2015, el Papa Francisco subrayaba cómo la Indulgencia adquiría en ese contexto «una relevancia particular» (Misericordiae vultus, 22), ya que la misericordia de Dios «se transforma en indulgencia del Padre que a través de la Esposa de Cristo alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo, consecuencia del pecado». Asimismo, para este Jubileo, el Santo Padre ha subrayado que el don de la Indulgencia «permite descubrir cuán ilimitada es la misericordia de Dios. No sin razón en la antigüedad el término “misericordia” era intercambiable con el de “indulgencia”, precisamente porque pretende expresar la plenitud del perdón de Dios que no conoce límites» (Spes non confundit, 23). La indulgencia, por tanto, es una verdadera gracia jubilar.

Actos de esperanza

La exposición The Mistery Man o la procesión magna del próximo mes de octubre serán algunos de los hitos de este año. Pero no se puede olvidar el carácter caritativo y solidario de este Año Santo. La vivencia personal y comunitaria del Jubileo también trae consigo el compromiso social. Un compromiso que el secretariado para el Jubileo de la Conferencia Episcopal Española ha querido concretar en un proyecto social, que ha encargado a la Comisión para la Pastoral Social y Promoción humana.

El responsable del departamento de Trata de personas dentro de esta Comisión, Mons. Javier Vilanova Pellisa explica el sentido del año jubilar y la necesidad de una vivencia del Jubileo abierto a los demás, con especial mirada a los que más sufren.

Este proyecto social para el Jubileo tiene como claves:

Visibilizar: La realidad de la trata de personas, la explotación sexual y laboral, como un signo de los tiempos. Conocer la labor y respuesta de la Iglesia, que desde hace años vienen dando las diversas congregaciones religiosas y proyectos de Cáritas, acogiendo a las personas heridas por el drama que han vivido, acompañado sus procesos y restaurando su dignidad agraviada, además de contribuir a prevenir, sensibilizar y concienciar. Conoceremos también los desafíos y retos que se nos presentan para, entre todos, caminando juntos, podamos construir un mundo de mujeres y hombres libres, sin personas explotadas y esclavizadas.

Reflexionar y orar: Se ofrecerán recursos para motivar la reflexión y la oración sobre estas realidades de sufrimiento que necesitan y reclaman de nosotros, como Iglesia, ese “clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento”.

Compromiso: Para quienes se sientan motivados a adquirir un compromiso, se ofrecerán orientaciones.

Aportación económica: Se ofrecerá la posibilidad de realizar alguna aportación económica que irá destinada a las diversas entidades.

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