El Obispo de Cádiz y Ceuta, Mons. Rafael Zornoza y el Alcalde de Chiclana, José María Román han firmado un convenio regulador para la adecuación del entorno que rodea la blanca Ermita de Santa Ana de Chiclana. Se trata de un convenio donde el Ayuntamiento colaborará en el mantenimiento y conservación de los jardines de la Ermita, un entorno dedicado a peregrinaciones y culto. Además, la singularidad del templete no escapa a los ojos del visitante pues es llamado «monumento con vistas» ya que domina toda la Bahía de Cádiz.
Al acto también asistieron la ecónoma diocesana, Carmen Lobato y el teniente de alcalde Francisco José Salado quienes fueron testigos de la firma en el Libro de Oro del Ayuntamiento.
Mediante este acuerdo, que tendrá una duración de cuatro años, la Diócesis de Cádiz y Ceuta facilitará el libre acceso al entorno de la Ermita de Santa Ana, permitiendo su uso público, en tanto no interfiera con el uso religioso, que siempre y en todo caso, será prioritario.
El alcalde ha agradecido al obispo diocesano la visita y su compromiso con la feligresía de la ciudad. Mons. Zornoza por su parte señaló que para la Diócesis es una satisfacción muy grande que el Ayuntamiento se comprometa en el cuidado de este espacio porque se favorece su uso y la devoción de ese lugar tan valorado por todos.
En el semanario Fiesta digital les hablamos dela presentación por parte de la Conferencia Episcopal Española (CEE), a través del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, de la campaña Xtantos 2023 con el lema “Por ellos, por ti, por tantos”, que anima a marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta.
En las noticias de actualidad de las Iglesias de Granada y de Guadix, destacamos la apertura de los actos conmemorativos del V Centenario de la Catedral de Granada que se celebran el 25 de marzo. Ese día se inicia también de forma solemne el pontificado del arzobispo D. José María Gil Tamayo.
En “Textos” les ofrecemos el mensaje de los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida con motivo de la Jornada por la Vida que se celebra también el 25 de marzo.
Asimismo en “Cultura” pueden conocer la película, titulada «La sirvienta», que se estrena el 24 de marzo y podrá verse en el cine del centro comercial Neptuno, así como en Tájar en el mes de abril.
Ruego envíe la siguiente comunicación al Presidente de la Unión de Hermandades de Jerez para que, a su vez, la transmita a los/as Hermanos/as Mayores de las Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Jerez:
El Triduo Pascual, en el marco de la Semana Santa, es el corazón del Año litúrgico. Participando en la Liturgia Santa de esos días tenemos la oportunidad, siempre nueva, de acompañar a Cristo en su Pascua. No se cansa la Iglesia de recordarnos la importancia de participar en las celebraciones litúrgicas del Jueves Santo y Viernes Santo para llegar al culmen de la Vigilia Pascual. Las expresiones de la piedad popular en estos días manifestarán su grandeza y autenticidad en la medida que se acomoden a la Liturgia.
Desde la celebración de la muerte del Señor el Viernes Santo hasta la Vigilia Pascual que inaugura el Domingo de Resurrección, la Iglesia permanece junto al sepulcro de Cristo acompañando a María Santísima. Por eso, tradicionalmente, la representación procesional de la pasión y muerte del Señor se culmina con el Santo Entierro, haciéndose presentes las Hermandades que han procesionado los días anteriores junto con las autoridades.
Para que la recuperación del Sábado Santo con cortejos procesionales sea una expresión auténtica de fe, vivida en la concordia de la comunión eclesial, dispongo que las Hermandades y Cofradías de Jerez acompañen con una representación a la Hermandad del Santo Entierro, portando estandarte y varas, vistiendo el hábito nazareno propio de cada Cofradía, siempre que lo permitan sus Estatutos.
El acompañamiento de las Hermandades se realizará desde la salida de la Real Capilla del Calvario hasta la conclusión del rezo de las preces en la S.I. Catedral a Nuestra Señora de la Piedad, siguiendo las indicaciones de la persona responsable de la Diputación Mayor de Gobierno de la Hermandad del Santo Entierro.
Pido al Señor que la participación en las procesiones del Sábado Santo ayude a mantener la devoción de los días anteriores para vivir mejor el encuentro con Cristo Resucitado en la Pascua.
De corazón, imparto a todos la bendición, En Jerez de la Frontera, a 24 de marzo de 2023.
En los domingos anteriores, Jesús ha afirmado que Él era para nosotros la fuente de Agua Viva, que brota para darnos vida, la luz que nos ilumina por el camino. Hoy nos ha dicho que Él es nuestra Vida. Una vida que, decía san Pablo, está en nosotros, como también en nosotros puede brotar su fuente de agua viva, y en nosotros puede brillar su luz que ilumine el camino. Es, dicho de otro modo, creer que en nosotros está presente la fuerza renovadora del Espíritu Santo que nos comunica Jesús resucitado.
Nuestro camino de Cuaresma se acerca a su cumbre: la cumbre que será la gran celebración de la Pascua. El esfuerzo de renovación de nuestra vida cristiana debería intensificarse en estos días, para centrarse en aquello que es el núcleo de la fe. Esto es importante, muy importante, para nuestra vida cristiana. En la Palabra de este domingo se repite lo que significa para nosotros la Pascua, se trata de una palabra que resume al mismo tiempo lo que el hombre desea y anhela: la vida. Pero atención, que esto tiene un significado muy profundo: la incorporación a Jesucristo por la fe, el sumergirse en Él por el Bautismo, es una incorporación a la Vida, es un sumergirse en la Vida, en la Vida que es Dios.
Leamos el evangelio de esta semana, donde vemos cómo Cristo sabía que su amigo Lázaro estaba gravemente enfermo, pero que esta enfermedad no acabaría en la muerte, sino que serviría para gloria de Dios. Hay un matiz interesante en este relato, porque nosotros llamamos muerte a la enfermedad, al dolor, a la pobreza, a todo aquello que conduce a la muerte física, mientras Cristo la llama «sueño»; por eso va a despertar a su amigo.
Jesús llegó tarde. Lázaro llevaba ya muerto cuatro días en el sepulcro. Alguno de sus discípulos pensó que lo único que podía hacer el Maestro era dar a sus hermanas un conmovido pésame. Por eso no les extrañó que el amor hacia el amigo muerto provocase sollozos y llanto. Jesús no era un hombre impasible, tenía sus sentimientos y mostraba siempre una gran cercanía a todos los casos de sufrimiento y dolor; el Señor no perdió nunca su sensibilidad. El Señor pide a los que le rodeaban que quitaran la losa de la tumba e inmediatamente comienzan las protestas, porque ya llevaba el cadáver varios días enterrado y no entendían la petición. Pero Jesús insiste en quitar lo que separa, lo que aísla. En este clima debemos tener confianza, porque Él sabe lo que hace, debemos escuchar el grito de Jesús que nos manda salir fuera del sepulcro y nos llama a superar las ligaduras terrenas y la esclavitud del pecado para vivir como resucitados. Jesucristo da una nueva vida a su amigo que había muerto.
Esto mismo va a significar celebrar la Pascua: vencer con Cristo lo que hay de muerte en nosotros para compartir más todo lo que es la vida de Dios. Esta es nuestra fe, esta es nuestra esperanza. Hoy somos invitados a reflexionar sobre la muerte verdadera, de la que nos habla claramente san Pablo. Se trata de la muerte fruto del pecado, de la muerte física, sabiendo desde la fe que es camino de resurrección y de vida eterna.
La fecha del 25 de marzo señala los nueve meses antes del nacimiento de Jesús, que celebraremos el 25 de diciembre. Es, por tanto, el día en que fue engendrado en el seno de María virgen, por obra del Espíritu Santo. En nuestras latitudes, al comienzo de la primavera, una nueva vida ha brotado en la historia de la humanidad. No es una vida cualquiera, sino la vida que constituye el centro de la historia humana, que divide la historia en un antes y un después, antes de Cristo y después de Cristo.
La persona que viene al mundo ya existía desde siempre. Es Dios con el Padre y el Espíritu Santo. Es una persona divina, la segunda persona de la Trinidad. Y esa persona divina toma una naturaleza humana como la nuestra y se hace hombre, en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado. A partir de ese momento, el que era Dios sin dejar de ser Dios, se hace hombre. Es Dios verdadero y hombre verdadero.
Este es el misterio de la Encarnación del Verbo, que se ha realizado misteriosamente en el seno virginal de una mujer, María santísima. Adorémosle. Dejemos que entre en nuestra vida, acojámoslo en nuestro corazón, como lo haremos en la Navidad. Se trata de un misterio escondido, que sólo María vivió en su intimidad, y del que ella ha hablado más tarde a los apóstoles. La página del Evangelio de san Lucas es uno de los relatos más bellos de todo el Nuevo Testamento y de toda la Biblia, y se nos presenta en esta fiesta como evangelio del día. Meditémoslo.
Es fiesta del Señor y es fiesta de María, porque uno y otro van juntos siempre. Es la fiesta de la Encarnación del Verbo y es la fiesta de la Anunciación del ángel a María. Son perspectivas complementarias. En el silencio de Nazaret, vino el ángel a la llena de gracia para anunciarle este gran acontecimiento que ha cambiado la historia de la humanidad, y pedirle a María su consentimiento. Gran regalo de Dios a los hombres y respuesta generosa de un corazón humano materno, que acoge el misterio y lo hace fructificar. Gracia y mérito, don de Dios y libertad humana. Todo culmina en el “hágase en mí según tu Palabra”, y el Verbo se hizo carne, que al entrar en este mundo dice: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.
Junto al misterio de la Encarnación y del hágase de María, está el misterio de la vida. Y en este día tenemos la Jornada por la Vida, con el lema “Contigo por la vida, siempre”. Por la vida, ya desde el comienzo de la misma. Continúa el chorro de abortos a diario en nuestro entorno. Se subraya el derecho de la madre a eliminar a su hijo en el seno materno y no se tiene en cuenta el derecho del que va a nacer; la vida se desprecia y se elimina violentamente, hasta llegar a considerarlo un derecho progresista. No puede haber progreso cuando incluye la matanza de miles, de millones de inocentes. Estemos atentos y salgamos al encuentro de personas tentadas al aborto. Es una profunda desgracia de nuestro tiempo.
La vida de tantos refugiados e inmigrantes, que está en peligro, y muchos de ellos la pierden en el intento de alcanzar un lugar donde poder sobrevivir. No nos acostumbremos a estas noticias que nos llegan a diario. O el número de suicidios en nuestro contexto, y de suicidios jóvenes, que ha crecido exponencialmente en los últimos años. Tengamos presente la vida de tantas personas en su etapa final, para las que no hay cuidados paliativos, sino eliminación por la vía de la eutanasia legal. Contigo por la vida siempre, quiere recordarnos que la vida es un don de Dios en toda circunstancia. Pero el hombre es capaz de amar la vida si admite a Dios en su vida. Si no cuenta con Dios, la vida propia y ajena se degrada y de devalúa. El Verbo hecho carne nos hace valorar la vida humana., celebremos esta fiesta de la vida.
El sacerdote Antonio Gil analiza la «Semana Santa de la calle», todo lo que envuelve estos días tan significativos en «Al trasluz»
Vivimos ya la última semana de Cuaresma, “tiempos de silencio interior, de reflexión personal, de examen de conciencia y de conversión a Dios”. Y ahora, ya, “tiempo de Hermandades y Cofradías”, que preparan sus pasos, sus imágenes y sus corazones para la “Semana Santa de la calle”, la de las grandes multitudes, la de tantos espectadores como llevan entre los pliegues de sus vidas, “la nostalgia del paraíso”, “la búsqueda de la felicidad”, “la presencia de Dios”, quizá el de su infancia o quizá el Jesús de Nazaret, Salvador, Maestro y Amigo.
De nuevo, en nuestros templos y en nuestras calles, “la religiosidad popular”, cultivada y ensalzada por la Iglesia. Las hermandades y cofradías pueden ser un paso importante en el descubrimiento de la verdadera vocación cristiana como tránsito por este mundo haciendo el bien. La experiencia de la “fraternidad del camino” y la “alegría del encuentro”, el “servicio recíproco” y la “aproximación a Dios” dejan una huella imborrable en muchas personas.
Ojalá nuestros “nazarenos” recuerden durante sus “Estaciones de penitencia”, los cinco destellos de un “cofrade ejemplar”: Primero, la amistad con Dios, a través de la oración; segundo, una buena formación religiosa; tercero, apostolado fecundo con la palabra y el ejemplo; cuarto, sentido fraternal de la historia; quinto, “vislumbrar los signos de los tiempos”. Las hermandades y los hermanos será así: “Antorchas de fe, de esperanza y de amor”.
Casi doscientos alumnos están participando en un concurso de fotografía relacionado con la Semana Santa
El Instituto Público “Vicente Núñez” de Aguilar de la Frontera acoge un concurso de fotografía organizado desde el departamento de Religión Católica en el que los alumnos y alumnas del mismo, están dando testimonio de su sentimiento y su fe a las puertas de la Semana Santa.
Numerosas fotografías completan las paredes de la entrada al centro, procedentes de casi doscientos alumnos que están participando en esta iniciativa, en los que los niños exponen su foto de la Semana Santa tanto de Moriles como de Aguilar de la Frontera, al estar jóvenes de los dos pueblos en el centro, y recogen a su vez un pensamiento o una reflexión personal sobre lo que significa estos días en los que se muestra la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
Organizado por el movimiento pro vida “40 días por la vida”.
Con motivo de la Solemnidad de la Encarnación del Señor, que se celebra el 25 de marzo, el movimiento pro vida “40 días por la vida” organiza en Granada una oración por los no nacidos, que recorrerá distintos puntos de la ciudad.
Comenzará en la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias, a las 19:30 horas, donde recibirán la bendición de manos de un sacerdote. Los miembros de este movimiento y quienes se deseen sumar recorrerán las calles de Granada, en parejas, anunciando la vida y pidiendo oraciones, portando una vela encendida. El recorrido terminará a las 20:50 horas, en un encuentro de todas las parejas ante la fachada principal de la Catedral, donde se rezará en común la Letanía. A las 21 horas, se celebrará la oración comunitaria por la vida en la iglesia parroquial del Sagrario-Catedral, con la que se concluye esta celebración y oración por los no nacidos, en la Jornada por la vida.
Paqui Pallarés Delegada de Medios de Comunicación Social
En una carta le decía Fichte a Jacobi: “El primero que planteó una pregunta sobre la existencia de Dios, sacudió la humanidad hasta sus cimientos más profundos… Comenzamos a filosofar por orgullo y así quebramos nuestra inocencia, vimos nuestra desnudez y desde entonces filosofamos por necesidad para nuestra redención”[1]. La cuestión sobre Dios nos sacude porque nos hace plantearnos la cuestión del sentido, el valor y la finalidad de nuestra propia vida. Si no hemos entregado la libertad a quien ya no habla de verdad, de bondad y de belleza. Si somos capaces de elevarnos sobre ese universo de palabras sin sentido en el que estamos inmersos, y comenzamos a pensar, descubriremos nuestra finitud, nuestra contingencia, nuestra propia nada. No somos dioses sino seres arrojados a una existencia marcada por la desnudez y la muerte. Nada perdura, nada permanece, todo es efímero, todo está “de más” y el ser se muestra con una levedad insoportable. Llegados aquí, como diría Fichte, ya no filosofamos por orgullo sino por necesidad de redención, pero no debemos olvidar que la filosofía que escojamos dependerá de la clase de hombre que seamos.
El ser humano es filósofo y religioso por naturaleza. Somos racionales y por lo tanto filósofos; y somos hombres, eternos insatisfechos que anhelamos la plenitud, y por lo tanto religiosos. Tanto nuestro ser filosófico como nuestro ser religioso tienen una misma meta, aun cuando el camino a seguir sea diferente. De hecho, siempre aspiramos a la contemplación de una verdad definitiva, de un bien sin mácula y de una belleza sin ocaso. Esta es la raíz de la búsqueda de Dios. Por el pensamiento podemos percibir a Dios, por el amor lo sentimos y vamos hacia Él.
Nuestra naturaleza de filósofo mira desde la cima de un lado del valle, desde ahí medita sobre el bien, la verdad y la belleza que hunden sus raíces en lo profundo de lo divino, de Dios, del Misterio. Nuestra naturaleza mística, por su parte, se siente llamada y salta al abismo arrastrada por el viento del amor que sopla desde ese Misterio. Nuestro ser filosófico intuye una realidad más allá de lo que las facultades humanas pueden alcanzar, fuera del universo mental del hombre. Se trata de la realidad que no puede ser un objeto de este mundo pero que da sentido y valor al mundo. Nuestro ser místico descubre en el Misterio (Dios o lo divino) un amor infinito que nos toma y que reta continuamente a la razón. En este sentido es nuestra naturaleza mística o religiosa la que nos permite una base experiencial verdadera y completa. Ambos, el filósofo y el místico que llevamos en el hondón del alma, llegan a descubrir que sin el Misterio la vida se torna irrespirable, que solo el Misterio nos hace vivir, como diría García Lorca.
Cuando nuestro ser filosófico, con su supuesta razón pura, ha pretendido dominar sobre nuestro ser místico, Dios ha quedado reducido a un concepto, a una idea. Pero tan pronto como se hace de Dios el objeto de un concepto, deja de ser Dios, es decir, infinito y es encerrado en límites. Dios entonces se oculta y solo queda el silencio y la nostalgia. Para que Dios se haga presente hay que emprender otro camino: el de la liberación, el vaciamiento y el desprendimiento. Solo desprendiéndonos de un ego que se pretende absoluto, dejando de ser egocéntricos, podemos intuir lo divino. Lo que no es concepto ni palabra, pero, sin embargo, aparece y se percibe, se denomina en la tradición filosófica intuición. Es precisamente la intuición la que permite contemplar la presencia del ser absoluto en lo finito.
Dios opera dentro del universo, especialmente en el interior del hombre, pero siempre lo hace desbordándolo, por eso nuestra naturaleza mística puede experimentarlo. Cuando, cegados por las cosas o centrados en nosotros mismos, nos cerramos a esta experiencia creyendo encontrarnos nos perdemos, pues solo escuchamos las voces de nuestro yo. De hecho mucho de lo que pensamos y de los conceptos que hemos elaborado sobre Dios no son más que reflejos de nosotros mismos. La crítica religiosa lo puso al descubierto al decir que Dios no era más que una proyección de los deseos del propio hombre. En buena parte no dejaba de tener razón. Cuando solo se escuchan las voces del yo se traiciona tanto a Dios como al hombre mismo. Sabiamente lo decía Jesús al afirmar que el que pretenda ganarse se perderá y el que se pierda (el que se descentre de sí mismo) se ganará. Mientras el ser humano aspira a sustentarse en sí mismo, Dios no viene a él, pues ningún ser humano puede convertirse en Dios. Pero tan pronto como rompe las cadenas de su “yo” sólo queda Dios. El ser humano no puede producir ningún Dios, pero puede negarse a sí mismo y así sumergirse en Dios. Cuando el hombre aprende a perderse es cuando se abre al amor y puede experimentar y pensar a Dios al poder reconocer lo divino en nosotros y, a su vez, reconocerse en lo divino.
El ser humano tiene pues un componente filosófico y místico, esto no debería extrañar al cristiano, como revela el mismo san Juan en su evangelio, el Dios del que somos imagen también es logos (palabra, sabiduría y razón) y amor. Por nuestra dimensión racional podemos intuir y pensar a Dios, pero es el amor que surge del mismo Dios el que hace que vayamos hacia Él. Se trata de un amor que podemos rechazar o aceptar. El verdadero elemento del espíritu racional, el que nos impulsa a conocer, a buscar y a caminar no es una especie de razón pura, neutra y aséptica, sino por el contrario es el amor al absoluto, el amor a Dios. Éste es el auténtico motor pero eso solo lo conoce quien lo tiene, el que ha acogido ese amor y ha dejado que en él plante su semilla.
Juan Jesús Cañete Olmedo Sacerdote diocesano y Profesor de Filosofía
[1] Fichte a Jacobi, 30.8. 1794 (GA,III-2, 392-393) citado por Salvi Turo, Fichte: Lo absoluto y su manifestación en la conciencia en Francisco Javier Sancho (dir.) Mística y filosofía, Cites Universidad de la mística, Ávila 2009, pp. 182-208, 206.
CARTA DE NUESTRO OBISPO Carta Pastoral de Cuaresma: «Volvamos a Dios»
ACTUALIDAD DE LA IGLESIA DIOCESANA En el repaso a la actualidad que se produce en la Diócesis podrán leer noticias como: Obispado y Universidad firman un convenio de colaboración mutua; Don Amadeo se reencuentra con el presbiterio diocesana; prácticas formativas en la Librería diocesana; 100 adolescentes en el retiro diocesano de Cuaresma; o el Obispo preside la fiesta principal de la Cofradía de la Columna de Úbeda.
TAMBIÉN FUE NOTICIA… Los jiennenses son los segundos, en toda España, más comprometidos con la Iglesia Católica.
ESTE MES HABLAMOS DE… El Pastor conoce a su gray, comienza la Visita Pastoral.
CATEDRAL DE JAÉN En esta sección se ofrece varias noticias, entre ellas: EscuchArte estrena “Aquella Luz” en la clausura de la Semana del Matrimonio; o el Obispo anima a vivir la Cuaresma desde el encuentro personal con Cristo.
FAO En este número se recoge un artículo de Fernando Chica Arellano, Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, IFAD y PMA: «Mujeres rurales, sembradoras de esperanza».
BEATO LOLO En esta sección podrán encontrar un Viacrucis con los textos tomados de los escritos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo.
CARIDAD ES AMOR En estas páginas se puede leer, entre otras, Cáritas recibe 10.000 euros de “Jaén Merece Más”, para apoyar sus proyectos sociales y los jiennenses han donado en un año más de 425.000 euros a Ucrania.
AMAR DE COLORES Se trata de una sección nueva en la que los miembros de Cursillos de Cristiandad de Jaén ofrecen un artículo bajo el título «Un nuevo cursillo de cristiandad».
ATRIO DE LOS GENTILES Como cada número, D. Juan Jesús Cañete Olmedo, sacerdote y profesor de filosofía, ofrece un artículo que lleva por título «Filosofía y mística VII. La naturaleza filosófica y mística del hombre».
Para suscripciones: Obispado de Jaén: Departamento de Publicaciones. Plaza Santa María, 2. Apartado 039 – 23080 Jaén. Teléfono
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