
Kacper Krzysztof Klusek será ordenado sacerdote este sábado, a las 11:00 horas, en la Parroquia Santa Eulalia de Murcia.
Cuando Kacper Krzysztof Klusek, un joven polaco que se encontraba en su último año de doctorado, hizo un Erasmus en Murcia atraído por conocer otras culturas, no podía esperar que, en esa misma ciudad, daría respuesta a su vocación ingresando en el Seminario Mayor San Fulgencio; ni que ahora, años después, estaría esperando su ordenación sacerdotal, que tendrá lugar este sábado.
«Todo este camino empezó hace mucho tiempo», cuenta Kacper, que sitúa el inicio de su inquietud vocacional en su infancia, cuando cerca de su Primera Comunión empezó a jugar a celebrar misa en casa, insistiendo a sus primos en que también ellos participaran en el juego. «Yo creo que, en aquel momento, sin darme cuenta, empecé a enamorarme del Señor también en la liturgia».
Hasta entonces, Kacper no había mostrado interés en ir a misa. Nació y creció en un pueblo de Polonia, de 30.000 habitantes, de la provincia de Santa Cruz, una zona humilde cercana a la capital, Varsovia, en una familia que vivía la fe de una forma tradicional. «Aunque sí tuve ejemplos de fe viva, como mi abuela o mi madre, que me llevaba a misa a pesar de que yo no quería ir». Su actitud dio un giro a partir de su Primera Comunión, porque «participar en la Eucaristía de modo pleno, recibiendo al Señor en el corazón, cambió todo», y fue cuando comenzó a mostrar un interés que se mantuvo durante la adolescencia. En ese tiempo podría haber sido acólito en su parroquia, pero prefirió no dar el paso. «Pensé que era muy bonito, pero creía que todo el que llevaba alba es porque era muy santo y yo me consideraba un chico normal, no me sentía digno».
Sin embargo, cuando tenía 16 años, esa llamada a estar cerca del altar resurgió. Le había sucedido como a otros adolescentes «que ven que el mundo no es tan bueno como se nos muestra y buscan refugio en los amigos, el deporte…» o, en su caso, en los juegos de ordenador. Y fue ahí, en estos juegos, donde escuchó por primera vez el canto gregoriano, que ambientaba uno de sus escenarios virtuales. «Me enamoré inmediatamente de esa música y pensé que si el canto con el que se alababa al Señor era tan bonito, tan bello, Dios tenía que ser de una belleza enorme; el Señor, que se sirve de todo lo posible para encontrarse con nosotros, me encontró y me sacó del ordenador».
En esa época se enamoró «por completo» del Señor y, finalmente, fue a hablar con su párroco no para entrar en el seminario, sino simplemente para ser acólito. Y ese paso, en apariencia insignificante, marcó una gran diferencia. «Cambió totalmente mi participación y mi modo de actuar en la misa, como si todo fuera nuevo; me sentía muy lleno de alegría y de paz al estar en el presbiterio». Una experiencia que fue una «señal muy fuerte» para él: «No podía ignorar tantas cosas que estaban pasando en mi interior y empecé a pensar que a lo mejor el camino de ser sacerdote era para mí».
Con todo, Kacper no respondió a aquella llamada de inmediato. Comenzó a estudiar Teología en la universidad para ser profesor de Religión y, mientras tanto, hizo amistad con varios estudiantes de Murcia que se encontraban en Polonia de Erasmus. Al terminar sus estudios tuvo la oportunidad de hacer el doctorado, realizando su último año en el extranjero, también de Erasmus; y escogió Murcia como destino, algo que daba respuesta a una inquietud que siempre había tenido: la de conocer de cerca otras culturas distintas a la de Polonia.
En su estancia en la Región tuvo la oportunidad de conocer a los seminaristas que se preparaban en el Instituto Teológico San Fulgencio y, conversando con un sacerdote también polaco, expresó que tenía el deseo de ser sacerdote y que este no le abandonaba. Al oírlo, el sacerdote le propuso que comenzara a prepararse allí mismo, en Murcia; y Kacper tuvo sus dudas, porque todavía no dominaba bien el español. Sin embargo, tras hablar con el entonces rector, Sebastián Chico, ingresó en el Seminario Mayor San Fulgencio al curso siguiente. «Era una locura, pero pensé que si era voluntad de Dios permanecería, y así ha sido».
La etapa en el seminario logró sorprenderle: «Pensaba que sería como un monasterio, con mucha oración y tranquilidad; y es un sitio de oración permanente, pero no es lo que esperas; ofrece muchas cosas para que puedas salir de ti mismo, porque tenemos que estar abiertos a todos, la Iglesia nos quiere abrir el horizonte», algo que sirve como preparación para las múltiples realidades pastorales que cualquier sacerdote encuentra en su parroquia. «Del seminario se sale diferente; puedo decir que a lo largo de estos años he cambiado, porque yo era una persona a la que le gustaba estar sola y he aprendido a estar mucho con la gente; estoy agradecido porque, gracias a eso, puedo entrar más fácilmente a este ministerio y al servicio a los demás».
En su primer año como seminarista tuvo como pastoral la atención a migrantes en Cáritas, un servicio que disfrutó especialmente. «Estaba encantado porque pude conocer más gente distinta a mí, de culturas totalmente diferentes». También estuvo de pastoral en las parroquias La Purísima de Fortuna, Nuestra Señora de la Asunción de Alcantarilla y Nuestra Señora del Carmen de Murcia; y, después de su ordenación diaconal, ha prestado servicio en la de San Benito de Murcia. «Cada parroquia tiene su encanto y su trabajo, y en ellas he podido conocer mejor la realidad de la Diócesis y también a mucha gente entregada por completo a sus parroquias, eso ayuda muchísimo».
Su ordenación sacerdotal será este sábado, a las 11:00 horas, en la celebración que el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, presidirá en la Parroquia Santa Eulalia de Murcia. Kacper espera el momento «tranquilo, con paz y alegría», aunque reconoce que todavía no puede creer que ya haya llegado el momento. «Estoy muy feliz, puedo decir que el que estoy recorriendo ahora es mi camino, por donde el Señor me llama; no hay que tener miedo en el sacerdocio ni en ninguna otra vocación porque él siempre está a nuestro lado; yo lo he experimentado muchas veces: nos cuida y nunca estamos solos».
La entrada El joven que respondió a su vocación sacerdotal estando de Erasmus aparece primero en Diócesis de Cartagena.
Ver este artículo en la web de la diócesis