El pasado miércoles comenzó la novena a la patrona de Sevilla, la Virgen de los Reyes. Su predicador es el obispo auxiliar de Sevilla, monseñor Ramón Valdivia. En la siguiente entrevista, publicada en el número especial de agosto del semanario diocesano Iglesia en Sevilla, explica las raíces de su devoción mariana por la patrona hispalense, y cuenta cómo encara esta responsabilidad en el estío sevillano.
Predicar la Novena a la Virgen de los Reyes es todo un honor, pero también una gran responsabilidad ¿Cuál son sus sentimientos al respecto?
El primer sentimiento es de gratitud al Sr. Arzobispo, a los capitulares del Cabildo Catedral y, a la Asociación de Ntra. Sra. de los Reyes, por regalarme la oportunidad de expresar cuánto bien me ha hecho la Santísima Virgen María. Predicar no es un motivo de orgullo, ni de vanagloria, sino de una verdadera obligación, como diría el apóstol san Pablo: ¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio! La responsabilidad a la que alude no me acobarda, todo lo contrario, me estimula a encontrarme con la mirada serena de María, con la sonrisa del Niño, y por supuesto, con los rostros de los fieles que acuden no sólo a verla, sino a escuchar la Palabra de Dios, y a dejarse tocar por el Espíritu Santo, a pesar de las torpes palabras del predicador. Encontrarme con cada una de esas miradas, supone reconocer en sus vidas la acción de Dios. ¿Qué podría decirles a ellos, que me ayude también a mí? Así comienza mi predicación, después de invocar al Espíritu Santo…, de esta forma, todo es sencillo. Predicar el Evangelio supone, como dice Juan el Bautista, empequeñecerse para que Otro crezca… Pido a la Virgen esta gracia para mí, y para estos días de la novena.
Sobre su devoción a la Virgen, ¿quisiera compartir con nosotros un momento fundante en su relación con María a lo largo de su vida cristiana?
María no es un objeto más de devoción, es la relación con mi Madre. No es un añadido a mi ser cristiano, sino que ha formado parte constitutiva de mi vida. Desde las primeras oraciones a los momentos más decisivos de mi camino espiritual, todo lo ha impregnado Ella, especialmente en los más delicados. Cuando estaba decidiendo mi vocación, la compañía de la imagen de la Virgen de los Reyes supuso una certeza con quien aprender a decir humildemente sí al plan de Dios. El 24 de septiembre de 1997 el arzobispo Amigo me impuso una cruz con el lema grabado a fuego “Se fiel” en su capilla. Ante Ella recé antes de recibir la ordenación sacerdotal el 14 de septiembre de 2003; y en el silencio (impuesto), una mañana de marzo del año 2023, a Ella me encomendé cuando recibí la noticia de que me pedían el servicio episcopal. Ante Ella, la Iglesia tomó posesión de mi vida para ser sucesor de los apóstoles. Si estos son los instantes decisivos, ¡cuántas veces me ha llenado de paz rezar el Rosario con su imagen en mi corazón!
¿Cuál es su propuesta espiritual a lo largo de estos nueve días de oración para acercar a los fieles al corazón de la Virgen?
“Sígueme”, con estas palabras el Señor resucitado se dirigió a San Pedro en el diálogo profundo tras la pesca milagrosa. El apóstol ya lo había seguido durante tres años antes del escándalo de la cruz. A partir de ese momento, el apóstol debía comenzar de nuevo, sin estar determinado por sus errores, con la mirada puesta sólo en Él. Seguir, seguir, seguir… Me parece que la mejor discípula del Señor fue María, desde que aceptó la Misión del Padre. Así pues, seguir a María, en su recorrido existencial puede ser un camino precioso para estimular nuestro seguimiento. Además, la liturgia nos ayudará a través de la memoria de varios santos y santas que dejándolo todo, le siguieron. Nos conviene a todos, a mí el primero, dejarnos conmover por estos testimonios.
¿Qué virtudes destacaría de la Madre de Dios?
En un momento que tantos educadores hablan de “valores”, la propuesta cristiana se ha centrado siempre en las “virtudes”, porque el ejercicio de estas requiere la libertad humana, mientras que los “valores” no dejan de ser abstractos. La humildad, la sencillez, la pureza, la ternura, la amabilidad, la paciencia, la obediencia, etc. requiere hacer un camino personal de entrega, junto con otros también, para ir adquiriendo la misma mentalidad de Cristo. San Pablo no se ruboriza cuando reclama a sus discípulos: ¡Imitadme!, no por presunción, sino porque supone querer vivir como El vivió. ¡Imitar a la Virgen María es posible! ¡Es posible renunciar a lo que nos separa de Cristo! Y, por otro lado, no es compatible con el espíritu cristiano justificarnos continuamente; eso le corresponde solo a Dios. A nosotros, lo que nos toca es amar a Dios, y a nuestros hermanos para ser como Ella.
Las letanías a la Virgen María son un hermoso recurso para dirigirnos a la Santísima Virgen. ¿A usted, de manera personal, cuál de ellas le genera más devoción y por qué?
Cada una de esas letanías, y las que tiene cada uno en su corazón, son como perlas que ha hilado la tradición de la Iglesia, de las madres y abuelas que han enseñado a sus descendientes a rezar con confianza porque la Virgen escucha. A modo de ejemplo, como soy muy despistado, (de joven me he perdido varias veces en la montaña), sé bien lo que significa estar perdido de verdad… por eso, cuando rezo “Refugio de pecadores”, me acuerdo lo que significa aquella casa abierta, la oportunidad de un sorbo de agua, y la seguridad de poder comenzar de nuevo.
San Luis María Grignion de Montfort escribió en el Tratado de la Verdadera Devoción que “siempre que piensas en María, Ella piensa por ti en Dios. Siempre que alabas y honras a María, Ella alaba y honra a Dios”. ¿Podría dirigir un mensaje motivador a todos los fieles para cultivar y profundizar en las virtudes marianas como modelo de santidad?
Antes que tú te acuerdes de la Virgen, la Madre de Jesús ya te amaba; antes de que fracases, Ella ya probó la humildad de ser esclava; antes de que digas sí, Ella recibió al Verbo; antes de que salgas a verla, ella llegó a la Casa de Zacarías (a tu puerta); antes de que te sintieras extraño en tu casa, Ella emigró a Egipto; antes de que otros intercedieran por ella ante Jesús, Ella intercedió por los esposos; antes de que tú la acogieras, su Hijo la mostró como nuestra Madre. No tardes en amarla, porque Ella ya te quiere junto a Dios.
La patrona de Sevilla y su Archidiócesis, Nuestra Señora de los Reyes, volverá a realizar su tradicional recorrido por los alrededores de la Catedral en la mañana del 15 de agosto. Un día grande para la Archidiócesis. Un sí a la esperanza. ¿No es así?
Muchos fieles se convocan la mañana de la glorificación de María para estar con la Virgen de los Reyes. Me conmueven las peregrinaciones que llegan andando toda esa noche y celebran las misas previas a la procesión; me alegro por quienes se reconcilian a través del sacramento del perdón en esas horas; disfruto viendo a los sacerdotes que están disponibles para estas peregrinaciones aún cuando son días de mucho trabajo en las propias parroquias; me hace sentir como un verdadero pastor, cuando acompaño las lágrimas de quienes rezan a la Virgen y la sienten como Madre; y especialmente, cuando descubro algún hermano sacerdote, que la mira poniendo en Ella el mejor regalo recibido de Dios: su propia vocación.
The post Mons. Valdivia: “¡Imitar a la Virgen María es posible!” first appeared on Archidiócesis de Sevilla.