Inicio Blog Página 2

Alegría en la Iglesia por San Carlo Acutis y San Pier Giorgio Frassati

0

En la mañana del domingo, 7 de septiembre, el Papa León XIV presidía la solemne y multitudinaria ceremonia de canonización dedos jóvenes, referencia para todos los jóvenes del mundo: Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati son santos de Dios.

Carlo Acutis (1991-2006) se convierte en el primer millennial declarado santo. Su proceso ha sido sorprendentemente rápido: apenas cuatro años, un tiempo muy corto para los cánones de la Iglesia.Acutis murió con 15 años a causa de una leucemia, pero dejó un legado singular: supo aprovechar las nuevas tecnologías para evangelizar. Conocido por sus vaqueros y deportivas, creó una exposición digital de milagros eucarísticos que todavía hoy recorre el mundo.

El reconocimiento final llegó tras el segundo milagro atribuido a su intercesión: la recuperación de Valeria Valverde, una joven costarricense que sobrevivió a un coma provocado por un grave accidente de bicicleta en 2022.

Pier Giorgio Frassati (1901-1925) ha sido declarado santo junto a Carlo Acutis. Era hijo de una influyente familia de Turín, en Italia. A pesar de su origen privilegiado, eligió vivir de manera sencilla y dedicar su tiempo a los pobres.

Estudiante de ingeniería de minas, buscaba estar cerca de los trabajadores más explotados. Repartía comida, carbón, ropa y consuelo a quienes más lo necesitaban. Su vida terminó abruptamente a los 24 años, víctima de una poliomielitis fulminante, pero dejó una profunda huella en su ciudad.

Lee aquí la homilía del Papa León XIV pronunciada en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

Queridos hermanos y hermanas:

En la primera lectura hemos escuchado una pregunta: «[Señor,] ¿y quién habría conocido tu voluntad si tú mismo no hubieras dado la Sabiduría y enviado desde lo alto tu santo espíritu?» (Sab 9,17). La hemos oído después de que dos jóvenes beatos, Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, fueran proclamados santos, y eso es providencial. En el libro de la Sabiduría, esta pregunta está atribuida precisamente a un joven como ellos: el rey Salomón. Cuando murió David, su padre, él se dio cuenta de que disponía de muchas cosas: el poder, la riqueza, la salud, la juventud, la belleza, el reino. Pero esta gran abundancia de medios le había hecho surgir una pregunta en su corazón: “¿Qué debo hacer para que nada se pierda?”. Y había entendido que el único camino para encontrar una respuesta era pedir a Dios un don aún mayor: su Sabiduría, para poder conocer sus proyectos y adherir a ellos fielmente. Se dio cuenta, en efecto, que de ese modo todas las cosas encontrarían su lugar en el gran designio del Señor. Sí, porque el riesgo más grande de la vida es desaprovecharla fuera del proyecto de Dios.

También Jesús, en el Evangelio, nos habla de un proyecto al que adherir hasta el final. Dice: «El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo» (Lc 14,27); y agrega: «cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo» (v. 33). Es decir, nos llama a lanzarnos sin vacilar a la aventura que Él nos propone, con la inteligencia y la fuerza que vienen de su Espíritu y que podemos acoger en la medida en que nos despojamos de nosotros mismos, de las cosas y de las ideas a las que estamos apegados, para ponernos a la escucha de su palabra.

Muchos jóvenes, a lo largo de los siglos, tuvieron que afrontar este momento decisivo de la vida. Pensemos en san Francisco de Asís: como Salomón, también él era joven y rico, y estaba sediento de gloria y de fama. Por eso partió a la guerra, esperando ser nombrado “caballero” y revestirse de honores. Pero Jesús se le apareció en el camino y le hizo reflexionar sobre lo que estaba haciendo. Vuelto en sí, dirigió a Dios una pregunta sencilla: «Señor, ¿qué quieres que haga?» .Y a partir de allí, volviendo sobre sus pasos, comenzó a escribir una historia diferente: la maravillosa historia de santidad que todos conocemos, despojándose de todo para seguir al Señor (cf. Lc 14,33), viviendo en pobreza y prefiriendo el amor a los hermanos, especialmente a los más débiles y pequeños, al oro, a la plata y a las telas preciosas de su padre.

¡Y cuántos otros santos y santas podríamos recordar! A veces nosotros los representamos como grandes personajes, olvidando que para ellos todo comenzó cuando, aún jóvenes, respondieron “sí” a Dios y se entregaron a Él plenamente, sin guardar nada para sí. A este respecto, san Agustín cuenta que, en el «nudo tortuosísimo y enredadísimo» de su vida, una voz, en lo profundo, le decía: «Sólo a ti quiero». Y, de esa manera, Dios le dio una nueva dirección, un nuevo camino, una nueva lógica, donde nada de su existencia estuvo perdido. En este marco, contemplamos hoy a san Pier Giorgio Frassati y a san Carlo Acutis: un joven de principios del siglo XX y un adolescente de nuestros días, ambos enamorados de Jesús y dispuestos a dar todo por Él.

Pier Giorgio encontró al Señor por medio de la escuela y los grupos eclesiales —la Acción Católica, las Conferencias de San Vicente de Paúl, la F.U.C.I. (Federación Universitaria Católica Italiana), la Orden Tercera de Santo Domingo— y dio testimonio de ello a través de su alegría de vivir y de ser cristiano en la oración, en la amistad y en la caridad. Hasta el punto de que, a fuerza de verlo recorrer las calles de Turín con carritos repletos de ayuda para los pobres, sus amigos lo llamaban “Empresa de Transportes Frassati”. También hoy, la vida de Pier Giorgio representa una luz para la espiritualidad laical. Para él la fe no fue una devoción privada; impulsado por la fuerza del Evangelio y la pertenencia a asociaciones eclesiales, se comprometió generosamente en la sociedad, dio su contribución en la vida política, se desgastó con ardor al servicio de los pobres.

Carlo, por su parte, encontró a Jesús en su familia, gracias a sus padres, Andrés y Antonia — presentes hoy aquí con sus dos hermanos, Francesca y Michele— y después en la escuela, también él, y sobre todo en los sacramentos, celebrados en la comunidad parroquial. De ese modo, creció integrando naturalmente en sus jornadas de niño y de adolescente la oración, el deporte, el estudio y la caridad.

Ambos, Pier Giorgio y Carlo, cultivaron el amor a Dios y a los hermanos a través de medios sencillos, al alcance de todos: la Santa Misa diaria, la oración, y especialmente la adoración eucarística. Carlo decía: «Cuando nos ponemos frente al sol, nos bronceamos. Cuando nos ponemos ante Jesús en la Eucaristía, nos convertimos en santos», y también: «La tristeza es dirigir la mirada hacia uno mismo, la felicidad es dirigir la mirada hacia Dios. La conversión no es otra cosa que desviar la mirada desde abajo hacia lo alto. Basta un simple movimiento de ojos». Otra cosa esencial para ellos era la confesión frecuente. Carlo escribió: «A lo único que debemos temer realmente es al pecado»; y se maravillaba porque —son palabras suyas— «los hombres se preocupan mucho por la belleza del propio cuerpo y no se preocupan, en cambio, por la belleza de su propia alma».

Ambos, además, tenían una gran devoción por los santos y por la Virgen María, y practicaban generosamente la caridad. Pier Giorgio decía: «Alrededor de los pobres y los enfermos veo una luz que nosotros no tenemos».[3] Llamaba a la caridad “el fundamento de nuestra religión” y, como Carlo, la ejercitaba sobre todo por medio de pequeños gestos concretos, a menudo escondidos, viviendo lo que el Papa Francisco ha llamado «la santidad “de la puerta de al lado”» (Exhort. ap. Gaudete et exsultate, 7).

Incluso cuando los aquejó la enfermedad y esta fue deteriorando sus jóvenes vidas, ni siquiera eso los detuvo ni les impidió amar, ofrecerse a Dios, bendecirlo y pedirle por ellos y por todos. Un día Pier Giorgio dijo: «El día de mi muerte será el día más bello de mi vida»;[4] y en su última foto, que lo retrata mientras escalaba una montaña de Val di Lanzo, con el rostro dirigido a la meta, había escrito: «Hacia lo alto».[5] Por otra parte, a Carlo, siendo aún más joven, le gustaba decir que el cielo nos espera desde siempre, y que amar el mañana es dar hoy nuestro mejor fruto.

Queridos amigos, los santos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis son una invitación para todos nosotros, sobre todo para los jóvenes, a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia lo alto y hacer de ella una obra maestra. Nos animan con sus palabras: “No yo, sino Dios”, decía Carlo. Y Pier Giorgio: “Si tienes a Dios como centro de todas tus acciones, entonces llegarás hasta el final”. Esta es la fórmula, sencilla pero segura, de su santidad. Y es también el testimonio que estamos llamados a imitar para disfrutar la vida al máximo e ir al encuentro del Señor en la fiesta del cielo.

Ver este artículo en la web de la diócesis

DIRECTO: Misa estacional de la Solemnidad de Santa María de la Victoria

0

Noticia

Novena a la Virgen de la Victoria en la Catedral de Málaga · Autor: E. LLAMAS

Publicado: 08/09/2025: 93

<!–

–>

Canal Málaga

A partir de las 11.15 horas, sigue aquí, en directo, a través de la señal de Canal Málaga, la Misa estacional de la Solemnidad de la Patrona de Málaga que preside el arzobispo metropolitano de Granada, Mons. José María Gil Tamayo.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Vuelve la actualidad informativa diocesana en “Iglesia Noticia”

0

Programa emitido en COPE Granada y COPE Motril el 7 de septiembre de 2025.

En el primer informativo de la temporada en COPE Granada y COPE Motril, el 7 de septiembre de 2025, recorremos la provincia desde Atarfe, hasta Motril, Sierra Nevada y la propia Granada. Hablamos de la iniciativa de Atarfe para seguir en directo vía on line la canonización del joven beato Carlo Acutis, que tendrá lugar a las 10 horas hoy en Roma. Conocemos a la nueva directora general y Gobierno General de las Aliadas, el Premio Sirenita 2025 a Manos Unidas y las Casas de espiritualidad diocesana Papa Francisco y el antiguo Hotel del Duque, entre otros temas.

ESCUCHAR PROGRAMA

The post Vuelve la actualidad informativa diocesana en “Iglesia Noticia” first appeared on Archidiócesis de Granada.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Domingo XXIII del Tiempo Ordinario. Ciclo C. 7 de septiembre de 2025

0

Domingo XXIII del Tiempo Ordinario. Ciclo C. 7 de septiembre de 2025

Jesús era consciente de que una gran multitud lo acompañaba y sabía que no todos lo hacían con la misma motivación ni tenían las mismas intenciones. Unos lo hacían buscando en él la seguridad; otros lo veían como el remedio a sus males y problemas; otros sentían consuelo en sus palabras… El mensaje que nos deja este relato de Lucas es que Jesús nos exige a sus discípulos radicalidad en nuestra opción, porque no quiere ambigüedades, ni tibiezas ni superficialidades.

Seguir a Jesús no solo requiere tener fe en él, sino tener también el deseo de que él se convierta en el centro de nuestro corazón y en el fundamento de nuestra vida. El amor que hemos de sentir por Jesús ha de ser exclusivo (por encima del amor a todo los demás) pero no excluyente, pues Jesús nunca nos pide que solo lo amemos a él o que dejemos de amar a los demás.

Otra condición que Jesús nos pone a sus discípulos, a los cristianos, es el cargar con la propia cruz. Él no huyó del sufrimiento, ni lo evitó ni lo vivió con resignación. Llevó su propia cruz con la fuerza que provenía de su amor al Padre y a nosotros, lo que le permitió permanecer en fidelidad hasta las últimas consecuencias y hasta el final.

Por último, nos pide ser libres y no dejarnos esclavizar por el apego a lo material que nos individualiza, nos deshumaniza y endurece el corazón.

En la vida teneos muchas posibilidades para elegir, pero Jesús se presenta y se propone para los cristianos como la verdadera opción que hemos de hacer en radicalidad y desde el corazón. Al Señor no debemos valorarlo de manera interesada por los milagros que haga, etc., sino que hemos de elegirlo a él por amor y rechazar lo que nos impida amarlo.

Emilio J., sacerdote

https://elpozodedios.blogspot.com/

Ver este artículo en la web de la diócesis

Santa Regina de Autun

0

Santa Regina de Autun

Santa Regina de AutunLos niños piden -al menos así lo hacían en tiempos pasados- a los mayores que les cuenten un cuento a la hora de dormir. La condescendencia de los que les quieren, procurando su bien dormir, les lleva a ilustrar su imaginación con historias que unas veces son sólo producto del genio humano y otras… adornan la verdad de hechos ocurridos en la ordinariez de la vida con amplificaciones que hacen fantástica, amable y hasta apasionante la historia real. No sé si la historia de Regina servirá para rellenar esos momentos previos al descanso nocturno de los pequeños, pero no me cabe duda de que sí servirán a los adultos para que detengamos un momento nuestro ardoroso caminar.

Regina es palabra latina que se vierte al castellano por Reina. Así se llamaba nuestra protagonista de hoy. Fue una francesita hija de padre romano y de madre gala. Era el tiempo del Imperio. Cuando tenía quince años conoció a Cristo y le entregó su corazón, se bautizó y decidió darle para siempre su virginidad.

Es hermosa en demasía. El prefecto romano se enamoró de ella al verla. En su presencia, Regina confiesa su fe.

Desde este momento comienzan las dificultades para la fidelidad. Fue puesta en la cárcel y con una amenaza: al regreso del prefecto, que necesariamente ha de ausentarse, ella debe haber cambiado de religión o conocerá el furor romano.

Sucede a la vuelta del personaje lo previsible con la gracia de Dios. Ella se niega a sacrificar a los ídolos, llegan las torturas, los hierros arañan y cortan su carne. También hay prodigios del Cielo: se producen terremotos, se oyen voces celestiales… hasta una paloma se acerca para consolarla, darle ánimos y curarla.

El ejemplo es tan llamativo que la gente se convierte a centenares. Por fin, es degollada.

La candidez de la historia narrada, pletórica de elementos hiperbólicos y de adornos donados por la fantasía, expone un drama común y diario de mucha gente que bien merece la atención y el mimo del poeta, me refiero a todos esos que están dispuestos en serio a dar la vida por la fe que tienen y, llegado el momento, darla.

(Fuente: archimadrid.es)

http://www.santopedia.com/santos/santa-regina-de-autun

La entrada Santa Regina de Autun apareció primero en Diócesis de Córdoba. Ver este artículo en la web de la diócesis

Mons. Jesús Catalá a los malagueños y melillenses: «Habéis sido el mejor regalo del Señor»

0

Miles de fieles de la Diócesis de Málaga acompañaron en la tarde del domingo 7 de septiembre al Obispo Administrador Apostólico de Málaga, Mons. Jesús Catalá, en la Eucaristía de Acción de Gracias por sus 17 años de pontificado en la Diócesis celebrada en la Catedral.

GALERÍA DE IMÁGENES EN ESTE ENLACE

VÍDEO DE LA MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS EN ESTE ENLACE

Concelebraron los arzobispos de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, que presidirá el pontifical en la fiesta de Santa María de la Victoria; y el emérito de Pamplona, Mons. Francisco Pérez González; así como el Cabildo Catedralicio y gran parte del clero local. 

Asistieron numerosos representantes de la administración local, provincial y autonómica, así como autoridades civiles y militares y representantes de instituciones significativas en el tejido social malagueño.

En el contexto de la novena a Santa María de la Victoria, patrona de Málaga y su Diócesis, y en el 150 aniversario de la Hermandad, a quien felicitó por la efeméride, D. Jesús comenzó y terminó su homilía haciendo referencia a la Madre de Dios, pidiéndole «que siga acompañándonos en esta nueva etapa». 

Inmigrantes y necesitados

Mons. Catalá repasó la historia de su episcopado recordando que su primera sede titular, Urusi (nombramiento que recibió en 1996 junto al de obispo auxiliar de Valencia), quedó extinguida en el siglo IV, en el Norte de África, en la actual Túnez; y mi última sede ha sido Málaga, que tiene un territorio en el Norte de África (Melilla). Este gesto cariñoso del Señor ha marcado en cierto sentido mi ministerio, viendo en los inmigrantes y en los más necesitados, principalmente, la presencia del Señor».

El prelado elevó una oración de alabanza por los 17 años de episcopado en Málaga: «Os he invitado a esta celebración para que deis gracias a Dios conmigo, por todo lo que me ha concedido; de modo especial por vosotros y por las personas que he encontrado en estos años; porque habéis sido el mejor regalo del Señor».

 

Agradecimientos

En el capítulo de agradecimientos, además de dirigirse a sus más estrechos colaboradores, sacerdotes, y seglares, quiso agradecer especialmente «a los representantes de las diversas instituciones sociales, culturales y políticas, con quienes hemos mantenido una buena y sana colaboración en el respeto mutuo. Muchos proyectos culturales, arquitectónicos y pastorales hemos podido realizar, gracias a vuestra colaboración y aprecio por la Iglesia. El último proyecto importante es el tejado de nuestra Catedral; seremos la generación que tuvo la valentía de afrontar este gran reto. ¡Muchas gracias a todos!».

D. Jesús tuvo también palabras de agradecimiento a sus predecesores en la sede malacitana y, con respecto al obispo electo, Mons. José Antonio Satué, pidió a los fieles «que lo acojan con filial amor» pues «viene en nombre del Señor a dirigir la iglesia particular de Málaga».

Petición de perdón

D. Jesús también tuvo la oportunidad de pedir disculpas: «Todos estamos necesitados, y un servidor el primero –ha afirmado–, de pedir perdón al Señor por nuestros pecados; por nuestra falta de testimonio, por no haberle amado con todo el corazón (cf. Dt 6, 5); por habernos alejados de él. Deseo pediros perdón por mis negligencias y faltas de caridad hacia cada uno de vosotros». 

Finalmente, recordó que en su homilía de inicio de pontificado en Málaga, parafraseando una canción que hace referencia a esta tierra, dijo: «¡Málaga, querida, qué bonitos ojos tienes!; ¡déjame que te contemple!; ¡permíteme que te acompañe y concédeme poder amarte!». Diecisiete años después –concluyó– «Esto se ha hecho realidad, gracias a Dios y a todos vosotros. ¡Muchas gracias!»

 

Mons. Catalá recibe el abrazo del vicario general, Antonio Coronado, tras la lectura de su agradecimiento en nombre de la Diócesis de Málaga

Agradecimiento del vicario general en nombre de la Diócesis

Al finalizar la Eucaristía, el vicario general, Antonio Coronado, en nombre de la Diócesis de Málaga, dedicó unas palabras de agradecimiento a Mons. Catalá por sus 17 años entre nosotros: «Hoy, la diócesis entera quiere expresarle con una palabra muy sencilla y sincera que repetimos muchas veces como una señal de cortesía, pero que en estos momentos brota desde lo más profundo del corazón: «Gracias». Gracias por estos años. en los que ha caminado junto al pueblo de Dios que peregrina en Málaga y en Melilla. Gracias por su cercanía, por haber compartido con nosotros el camino de la vida con sus alegrías y cruces, con sus ilusiones, sus proyectos y sus desafíos. Gracias por haber estado presente en esos momentos de gozo y también en los de dolor, acompañando siempre como padre y pastor. Gracias por haber amado profundamente a esta diócesis, a sus parroquias, sacerdotes, diáconos, congregaciones religiosas, asociaciones, movimientos, cofradías, familias… Gracias por haber gastado su vida por esta diócesis, dando luz como una vela que alumbra al mismo tiempo que se consume. Gracias por todos y cada uno de estos años que han sido testimonio de fidelidad, de entrega callada y silenciosa, y de amor a esta tierra malagueña y a esta Iglesia particular».

Cariño a la Iglesia y al obispo

Antes de la bendición final, y en respuesta a las palabras del vicario general, Mons. Catalá recordó uno de los momentos en los que más de cerca sintió el aprecio de la Diocesis, su hospitalización: «Tengo que deciros a todos que estoy aquí porque el Señor ha querido y porque ha escuchado vuestra oración, porque toda Málaga y muchas diócesis de España estaban rezando para que el Señor no me llevara» y finalizó con un agradecimiento porque «me habéis manifestado el cariño que tenéis a la Iglesia y a vuestro obispo». 

Ver este artículo en la web de la diócesis

Antonio Coronado: «En nombre de todos, gracias D. Jesús»

0

El vicario general Antonio Coronado, dedicó, en nombre de toda la diócesis de Málaga, unas palabras de agradecimiento a D. Jesús Catalá con las que manifestaba un «profundo deseo de dar gracias a Dios y dar gracias también a nuestro pastor, que durante tantos años ha guiado esta Iglesia de Málaga y Melilla y ha entregado con generosidad su vida y su corazón al servicio del pueblo de Dios a él encomendado».

«Que el Señor que comenzó en usted la obra buena, Él mismo la lleve a término con abundantes bendiciones», añadía y «que Santa María de la Victoria, a la que, desde el primer día de su llegada a Málaga nos ha animado a querer con una auténtica y verdadera devoción encendida, siga protegiendo su vida y acompañando sus pasos. Y que esta Iglesia de Málaga, que tanto ha recibido de su ministerio, sepa ahora responder con fidelidad y con la misma generosidad con la que usted nos ha servido. En nombre de todos, Gracias, don Jesús».

Y concluía con esta sencilla oración: «Señor Jesús, Buen Pastor que das la vida por tus ovejas, te damos gracias por el ministerio de nuestro obispo, D. Jesús. Gracias por su entrega, por su fe, por su esperanza y por su amor a esta Iglesia de Málaga. Concédele salud, paz y alegría en esta nueva etapa de su vida y que siga siendo allí donde esté testigo de tu Evangelio. Santa María de la Victoria, Madre y Patrona nuestra, guárdalo siempre entre tus brazos, junto al Señor. Amén»

 

Ver este artículo en la web de la diócesis

La formación en el pontificado de D. Jesús, la Virgen de la Victoria y una canción de acción de gracias, en Iglesia Noticia

0

El programa Iglesia Noticia de COPE Málaga se ha transformado este domingo en un especial con motivo de la Misa de Acción de Gracias por el Pontificado en Málaga de D. Jesús Catalá, que tiene lugar hoy en la Catedral, a las 20.00 horas. Aquí puedes escuchar el podcast.

Fieles de diversos puntos y carismas de la diócesis, y el propio Mons. Catalá, se unen, desde los micrófonos de COPE Málaga, a esta acción de gracias por los 17 años de pontificado de D. Jesús en Málaga. 

Ver este artículo en la web de la diócesis

«Quiero felicitaros por profundizar en vuestra formación e implicaros en los criterios pastorales»

0

Encarni Llamas Fortes

Encarni Llamas Fortes es madre de tres hijos. Periodista que desarrolla su labor profesional en la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga. Bachiller en Ciencias Religiosas por el ISCR San Pablo.

enllamasfortes Ver este artículo en la web de la diócesis

Enlaces de interés

ODISUR
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.