Inicio Blog Página 2

Predicación en el triduo de preparación para la beatificación de mártires en Jaén

0

A cargo de nuestro arzobispo Mons. José María Gil Tamayo en el tercer y último día del triduo preparatorio para esta beatificación que se celebrará en la Catedral de Jaén el día 13.

Nuestro arzobispo Mons. José María Gil Tamayo predicó ayer jueves día 11 el tercer y último día del triduo preparatorio para la beatificación de los 124 mártires jiennenses, cuya solemne celebración tendrá lugar el 13 de diciembre, en la Catedral de Jaén.

Durante los días 9, 10 y 11, la Iglesia diocesana jiennense meditó sobre las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. En la jornada de ayer, dedicada a “Los mártires, testigos de Caridad”, estuvo presidida por nuestro arzobispo de Granada, D. José María Gil Tamayo, como cabeza de la provincia eclesiástica. Concelebraron, además, el Obispo de Jaén, D. Sebastián Chico Martínez; los obispos eméritos D. Ramón del Hoyo López y D. Amadeo Rodríguez Magro; miembros del Cabildo catedralicio y otros sacerdotes diocesanos, informó la Diócesis de Jaén.

MÁRTIRES DE TODA LA IGLESIA
D. José María comenzó su homilía agradeciendo a D. Sebastián su invitación para compartir “esta preparación con este sabor de Iglesia. A esta fiesta de la beatificación de vuestros mártires del siglo XX, que ya no son solo vuestros, son de toda la Iglesia”.

Agradeció también a los obispos presentes su esfuerzo, para que los mártires “no lo sean, también, mártires del silencio”.“Nuestro mundo está necesitado permanentemente de ese recordatorio de la heroicidad de nuestros mártires”, señaló Mons. Gil Tamayo.

Asimismo, invitó a contemplar la vida y entrega de los mártires como una llamada a la reconciliación y la caridad. “La Palabra de Dios y la memoria de nuestros santos mártires nos convocan a una profunda reflexión sobre la caridad”, afirmó, recordando que esta virtud es el fundamento de toda vida cristiana.

Subrayó la necesidad de recuperar, a la luz del testimonio martirial, un espíritu de paz para el mundo de hoy: “En estos tiempos de honda división, de falta de concordia social y de hostilidad, nuestros mártires son un recordatorio de la llamada a la paz, al perdón, a la convivencia pacífica. Y esta es una verdadera memoria histórica de perdón”.

De la caridad también habló e indicó que no es una idea abstracta, sino un compromiso concreto con los más vulnerables. “La caridad impulsa al compromiso de amor al prójimo, especialmente con los más necesitados y pobres, con los migrantes y refugiados, con los enfermos, con los temporeros, con quien vemos desvalidos”. Recordó que el Evangelio fija el centro del juicio final en el amor activo: “Recordemos que el tema del examen final de nuestra vida es un examen de amor: tuve hambre y me disteis de comer; fui peregrino y me acogisteis; estuve enfermo o en la cárcel y me visitasteis”.

Del mismo modo, Monseñor Gil Tamayo llamó a un compromiso personal que transforme la vida social. 

“Se nos pide magnanimidad, la capacidad de ceder en lo accesorio para ganar en lo esencial; optar por la fraternidad, morir a nuestro propio egoísmo y soberbia… para resucitar todos a la vida del amor”.

Nuestro arzobispo alentó, además, a los fieles a mirar a los mártires como ejemplo luminoso para el presente. Que la memoria de aquellos que murieron perdonando, sin odio y sin rencor, sea luz que ilumine nuestra actuación en la vida pública y social. Que su sangre, semilla de nuevos cristianos, sea también semilla de nueva concordia cívica, fundada en la verdad, la justicia y, sobre todo, la caridad”. Y concluyó exhortando a vivir una coherencia cristiana que construya comunión. “Pidamos a Dios la gracia de construir puentes donde otros levantan muros y de perdonar, para ser dignos herederos de aquellos que nos legaron la mayor lección: la lección de amor”.

FOTOS: DIÓCESIS DE JAÉN

The post Predicación en el triduo de preparación para la beatificación de mártires en Jaén first appeared on Archidiócesis de Granada.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Familia y Vida propone celebrar las Bodas de Oro o Plata en la Catedral

0

Será el próximo día 28 de diciembre, festividad de la Sagrada Familia, en la misa dominical presidida por el Obispo

Un año más, la Delegación diocesana de Familia y Vida invita a los matrimonios que cumplan este año sus Bodas de Oro o de Plata a celebrarlo en la Santa Iglesia Catedral junto al Obispo.

El próximo domingo, 28 de diciembre, festividad de la Sagrada Familia, los matrimonios que lo deseen podrán renovar sus promesas matrimoniales durante la misa dominical.

“Para la celebración de esta festividad, la Conferencia Episcopal nos sugiere el lema “Matrimonio, Vocación de Santidad”. Este tiene que ser nuestro desafío permanente, el desafío de poder alcanzar la santidad desde nuestro matrimonio viviendo la unidad”, subrayan los delegados de Familia y Vida, José María y Pilar.

Esta celebración será un momento único para dar gracias a Dios por la familia y una oportunidad de ser “testimonio gozoso de la belleza, verdad y bien de la realidad matrimonial y familiar para tantas parejas que están en camino”.

Los interesados en participar en esta celebración deben inscribirse a través del formulario: bit.ly/sagradafamilia25.

La entrada Familia y Vida propone celebrar las Bodas de Oro o Plata en la Catedral apareció primero en Diócesis de Córdoba. Ver este artículo en la web de la diócesis

Scouts Católicos traen a la Diócesis la Luz de la Paz de Belén

0

Uniendo corazones, iluminando el mundo es el lema que el Movimiento Scouts Católicos ha elegido para el reparto de la Luz de la Paz de Belén de este año. Una vez más, finalizando el tiempo de Adviento, este movimiento laical que evangeliza a través de la formación y educación en el escultismo trae hasta la Diócesis de Cartagena la luz que llega desde la Basílica de la Natividad de Belén.

Este fin de semana tendrá lugar el reparto nacional en Oviedo. Hasta allí se desplazará un nutrido grupo de Scouts Católicos de la Diócesis de Cartagena. Y la próxima semana se realizará el reparto diocesano de la Luz de la Paz de Belén, el jueves 18 de diciembre en la Parroquia Santo Tomás de Aquino de Los Rectores (Murcia), durante la celebración que comenzará a las 20:30 horas. «Animamos a todos a venir ese día y participar en esta celebración para que puedan llevar a sus casas, comunidades parroquiales u otras realidades la luz de la paz y de la fraternidad», anima Manolo Sánchez Campillo, presidente del Movimiento Scouts Católicos de la Diócesis de Cartagena. Para ello recuerdan a quienes participen que deben llevar un candil para poder transportar la luz hasta su destino.

Previamente, el 16 de diciembre, los Scouts Católicos llevarán hasta el Palacio Episcopal la luz para entregársela al obispo de Cartagena. «Como hacemos cada año, nuestro pastor es el primero en recibir esta luz».

La entrada Scouts Católicos traen a la Diócesis la Luz de la Paz de Belén aparece primero en Diócesis de Cartagena.

Ver este artículo en la web de la diócesis

“Nuestra esperanza es primeramente cristológica, se fundamenta en Cristo Resucitado”

0

“Nuestra esperanza es primeramente cristológica, se fundamenta en Cristo Resucitado”

El sacerdote Augustin Kalamba Mupoyi, es doctor en Teología y profesor de Escatología de la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla. Durante el tiempo litúrgico de Adviento desentraña el significado bíblico y teológico de la esperanza cristiana, es decir, esa “expectación confiada de lo que Dios ha prometido y llevará a plenitud”.

¿Qué es la esperanza desde una perspectiva cristiana?

Esperar es la capacidad humana de abrirse al futuro. Cristianamente, la esperanza es, antes de todo, una de las tres virtudes teologales (fe, caridad y esperanza). Eso quiere decir que es un don de Dios que ocupa un lugar central en nuestra experiencia espiritual y sostiene, en medio de pruebas, sufrimiento o incertidumbre. Por eso, no es simplemente un deseo o un optimismo humano, sino una actitud confiada y activa basada en la promesa de Dios. Esperar es entonces confiar en las promesas de Dios, apoyarse en Él y dejarle todo el control de nuestra vida. Se trata aquí, no de una expectativa incierta, sino de una seguridad basada en la fe: “La esperanza no defrauda” (Rom 5,5).

Esperar es también una tensión hacia la vida eterna. Eso no quiere decir que la esperanza cristiana es evasiva ni huida del mundo. Más bien da fuerza para enfrentarlo con responsabilidad. Por eso es una fuerza para transformar la realidad porque impulsa la acción y hace que los cristianos trabajemos por la justicia, el cuidado de la creación, busquemos la reconciliación y la paz, y nos comprometamos con los más vulnerables. Así, como decía Jürgen Moltmann, uno de los teólogos de la esperanza: “La esperanza auténtica abre horizontes para transformar la historia” (Moltmann, Jürgen. Teología de la esperanza. Traducción de Manuel Vigil. Salamanca: Ediciones Sígueme, 2006).

¿La hermana pequeña entre las virtudes teologales?

Así es. La esperanza es la que sostiene nuestra fe y alimenta nuestra caridad. Sin ella, es difícil seguir creyendo en situaciones difíciles y hacer obras de caridad cuando la vida no nos sonríe. Así, como lo sostiene Charles Péguy, entre las tres virtudes teologales, la esperanza es la pequeña que lleva a sus dos hermanas: la fe y la caridad. Esta “pequeña esperanza”, aparentemente frágil, es en realidad la que tira de las otras dos y las hace caminar en la vida cristiana.

¿Cuáles son las raíces bíblicas de la «esperanza»?

Como experiencia de fe, la esperanza atraviesa toda la historia de la revelación. Por eso tiene raíces bíblicas profundas y variadas, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, la esperanza nace de la alianza y de la fidelidad de Dios. Esperar es confiar en Dios especialmente en situaciones de peligro como lo demuestran muchas citas: “Confía en el Señor con todo tu corazón” (Prov 3,5); “En Dios confío y no temo” (Sal 56,4); “Espero en el Señor, mi alma espera” (Sal 130,5); “Los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas” (Is 40,31). Esa esperanza se apoya en la historia concreta del actuar de Dios: Promesa a Abraham (Gn 12 y 15); Liberación de Egipto (Éxodo); Fidelidad de Dios a pesar de la infidelidad del pueblo (Oseas). Con los profetas, la esperanza recobra una dimensión escatológica. Anuncian un futuro nuevo con la llegada de un Mesías justo (Is 11); la restauración del pueblo (Jer 31,31–34) y un nuevo cielo y una nueva tierra (Is 65,17). En el Antiguo Testamento la esperanza es entonces histórico- escatológica.

¿Qué nos puede decir de la esperanza neotestamentaria?

En el Nuevo Testamento la esperanza es primeramente cristológica, quiere decir que nace y se fundamenta en Cristo Resucitado. Cristo es, como dice san Pablo, “esperanza de la gloria” (Col 1, 27). Su resurrección es para los cristianos el núcleo de la esperanza. De ahí encuentran sentido estas palabras de san Pedro: “Por su gran misericordia nos hizo nacer de nuevo para una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo” (1 Pe 1,3). La esperanza neotestamentaria es también pneumatológica porque brota del Espíritu que habita en los creyentes: El Espíritu “gime” en nosotros esperando la redención (Rom 8,23-25).

Por último, esperar para los cristianos tiene una dimensión escatológica porque es aguardar la venida definitiva del Señor porque “aguardamos un cielo y una tierra nuevos donde habite la justicia” (2 Pe 3,13). Esta esperanza siempre tiene que ser activa porque se vincula a la justicia y a la libertad (Gal 5,5).

De lo dicho anteriormente, las raíces bíblicas de la esperanza revelan a un Dios fiel, que actúa en la historia y cumple sus promesas. Fundamentada en el Antiguo Testamento en la alianza, la liberación y la palabra profética que anuncia un futuro nuevo, la esperanza cristiana, en el Nuevo Testamento, encuentra su plenitud en la resurrección de Cristo, que inaugura la nueva creación y garantiza el sentido definitivo de la historia. Sostenida por el Espíritu Santo, esa esperanza cristiana no es evasiva, sino dinamizadora: impulsa a vivir con fidelidad, justicia y apertura al Reino que ya ha comenzado y que espera su plena realización.

¿Cree que es necesario para la vida del cristiano y de la Iglesia, en general, redescubrir el significado de la esperanza?

No cabe ninguna duda de que necesitamos redescubrir el verdadero significado de la esperanza en nuestra vida como persona y como Iglesia. Por eso pienso que el lema del Jubileo 2025 (“Spes non confundit”, la esperanza no defrauda) es providencial.

El diagnóstico de nuestra sociedad revela que vivimos en un contexto marcado por la incertidumbre, los conflictos, las crisis sociales y ecológicas, y un fuerte desgaste espiritual. En este clima, la esperanza cristiana no puede reducirse a un optimismo superficial o a un consuelo emocional sin raíces. Sin embargo, es fuerza teológica, don del Espíritu, y principio de transformación histórica. Redescubrirla significa recuperar su sentido cristológico, porque se funda en la resurrección de Jesús, que garantiza que la muerte y el mal no tienen la última palabra; pneumatológico, porque el Espíritu Santo sostiene la fe en medio de la fragilidad y abre caminos donde no los vemos; eclesial, porque la Iglesia está llamada a ser signo visible de esperanza para la humanidad, especialmente para quienes están heridos, descartados o desanimados; y misionero, porque solo una comunidad animada por la esperanza puede anunciar el Evangelio con alegría, valentía y creatividad.

Por tanto, redescubrir la esperanza cristiana no es para mí un lujo espiritual, sino una urgencia pastoral y una necesidad existencial para el cristiano y para la Iglesia de nuestro tiempo. Sin esperanza, la fe se debilita y la caridad se agota. Con esperanza, la Iglesia puede caminar como peregrina, hacia el futuro que Dios promete y ya empieza a realizar.

Pero ¿qué debemos esperar exactamente? – Quizá la Escatología nos ayude a profundizar en este sentido ¿no es así?

La escatología es el lugar teológico que mejor responde a la pregunta decisiva: ¿qué debemos esperar? Por eso es imprescindible acudir a ella para redescubrir la esperanza cristiana en toda su profundidad. La esperanza cristiana no es una emoción difusa ni un optimismo psicológico, sino, como lo hemos dicho anteriormente, es la expectación confiada de lo que Dios ha prometido y llevará a plenitud. La escatología nos ayuda a precisar qué esperamos: La plenitud del Reino de Dios: Lo que Jesús inició (el Reino) todavía no ha llegado a su cumplimiento final. La esperanza cristiana mira hacia ese momento en que la justicia triunfe sobre toda injusticia, la paz supere definitivamente la violencia, y Dios sea “todo en todos”.  (1 Cor 15, 28). Es por eso que tenemos la certeza de que la historia no está abandonada a sí misma.

La resurrección y la vida eterna: La escatología afirma que la esperanza cristiana es corporativa y corporal, quiere decir que no esperamos “evadirnos” del mundo, sino esperamos la resurrección de nuestros cuerpos y la entrada en la comunión plena con Dios. Como dice Pablo: “Seremos transformados” (1 Cor 15,51).

-La restauración definitiva de la creación: La esperanza cristiana incluye toda la creación, que “gime” aguardando su liberación (Rom 8,19-23). Esa consumación final no es destrucción, sino nueva creación: un cielo nuevo, una tierra nueva (Ap 21,1). Esto vincula la esperanza con la ecología, el compromiso social y la responsabilidad histórica.

-La venida gloriosa de Cristo: La escatología cristiana tiene un centro concreto, Cristo volverá para llevar a plenitud lo que inició en su Pascua. La escatología no es entonces un apéndice teórico, sino la arquitectura de la esperanza cristiana porque nos enseña qué esperar, cómo esperar y para qué esperar.

Esto es la certeza de que la historia tiene dirección y sentido. La palabra clave del cristiano es: “Ven, Señor Jesús” (Ap 22,20).

¿Qué connotación teológica del “ya, pero todavía no” podemos extraer para la vida concreta del cristiano?

La fórmula escatológica “ya, pero todavía no” expresa la paradoja fundamental de la vida cristiana: vivimos en un mundo donde Dios ya ha actuado de manera decisiva en Cristo, pero su obra aún no ha llegado a su plenitud. Esta tensión, lejos de ser un problema, es para mí la forma misma de existir como creyentes. Teológicamente, eso nos invita a vivir entre la gratitud por lo recibido y la esperanza activa hacia lo prometido. El cristiano vive del “ya” (ya somos hijos de Dios, ya hemos sido salvados en Cristo, ya participa en el Reino que comenzó con Jesús), pero al mismo tiempo vive del “todavía no” (la creación sigue gimiendo – Rom 8,22-, el mal no ha sido erradicado, el Reino no está consumado).

El “ya, pero todavía no” nos evita, primeramente, vivir en el pesimismo y en el triunfalismo. Como cristianos, no debemos pensar que todo está perdido, que el mundo se desmorona porque el “ya” recuerda que Cristo ha vencido y el Espíritu de Dios está actuando en la historia. Es una llamada al cristiano a implicarse en la lucha por la justicia, la paz, la fraternidad y el cuidado de la creación. Tampoco debemos creer que todo está logrado, que ya vemos el Reino plenamente. Y el “todavía no” invita a la humildad, a la paciencia y a la vigilancia porque ninguna obra humana se identifica totalmente con el Reino. Esto permite trabajar con pasión sin absolutizar proyectos, ideologías o logros.

La tensión escatológica nos enseña también que la debilidad, las heridas, el pecado y el sufrimiento no tienen la última palabra. Vivimos en un mundo reconciliado, pero en camino, donde podemos levantarnos siempre. Por eso es importante aceptar nuestra fragilidad sin rendirnos. Todo eso puede ser posible solo con la paciencia porque entre el “ya” de la salvación y el “todavía no” de la consumación, la vida cristiana requiere perseverar sin resignarse, sostener la fe en la prueba, esperar sin pasividad. Eso nos permite decir que “la paciencia es esperanza encarnada”.

¿Cómo puede el cristiano ejercitarse en la esperanza?

La esperanza es una virtud que se ejercita, se cultiva y se profundiza con la gracia del Espíritu Santo y con prácticas concretas. El cristiano tiene que ejercitarse en la esperanza, primeramente, memoria agradecida de la obra de Dios en su vida. Dios es fiel en la historia de cada uno y es importante recordar siempre sus promesas, repasar cómo Él ha actuado en nuestra vida y releer la Escritura como historia de salvación. Esa memoria de la fidelidad de Dios sostiene la confianza en lo que viene. En segundo lugar, hacer de la oración un espacio de confianza porque es ella que abre el corazón para esperar. Eso nos ayudará a vivir la virtud de la paciencia que no es resignación. Ella nos capacitará a aceptar los procesos, tolerar la incertidumbre y perseverar en el bien, aunque no se vean resultados inmediatos. En tercer lugar, el cristiano tiene que comprometerse con la transformación del mundo porque la esperanza cristiana se fortalece cuando uno trabaja por aquello que espera: el Reino de Dios. Eso implica hacer obras de caridad, gestos de reconciliación, pequeños actos de justicia, comprometerse socialmente y por la salvaguardia de la creación. Es esta participación a la obra de Dios que hace crecer la esperanza.

Por último, el cristiano ejercita la esperanza uniéndose a los sufrimientos de Cristo. Eso le capacitará a aceptar sus propias limitaciones, ofrecer sus sufrimientos y los del mundo con la mirada puesta en la Pascua porque cada celebración del Domingo, cada Eucaristía, cada Pascua es un ejercicio de esperanza; un recordatorio de que el amor es más fuerte que la muerte.

¿Por qué decimos que el Adviento es tiempo de espera?

Adventus, proviene del verbo latino advenire que significa “venir hacia”, “llegar”. En el lenguaje romano, adventus se usaba para referirse a la llegada solemne de un emperador o autoridad, una visita oficial que transformaba la ciudad. Este trasfondo cultural ayuda a entender la fuerza del término en la liturgia cristiana. La Iglesia adoptó adventus para referirse a la venida de Cristo: su primera venida en la encarnación, su venida cotidiana en la vida sacramental y en la historia y su venida gloriosa al final de los tiempos. Por eso, el tiempo de Adviento es tiempo de espera, preparación y esperanza orientada a esas tres dimensiones.

Por lo tanto, la identidad litúrgica, bíblica y espiritual del Adviento está marcada por la actitud teologal de la esperanza. El Adviento no es una simple cuenta regresiva hacia la Navidad, sino un tiempo de expectación, de vigilancia y de preparación interior para la venida del Señor. Nos recuerda la espera del pueblo de Israel por el Mesías prometido. La Iglesia revive esa espera de la encarnación del Hijo de Dios y del nacimiento del Salvador.

Esperamos la venida presente de Cristo en nuestra vida. Por eso es necesario abrir las puertas del corazón en este tiempo para dejar que Cristo nazca “hoy” en nuestra historia, acoger su Palabra, disponerse a la conversión y reconocer sus presencias en los pobres, en la comunidad y en la Eucaristía. Esperamos también la venida futura de Cristo glorioso. Eso hace del Adviento un tiempo para mirar hacia el futuro escatológico que coincidirá con la plenitud del Reino, la restauración definitiva de la creación y la venida gloriosa del Señor al final de los tiempos. Eso justifica el tono escatológico de la liturgia del primer tramo del Adviento.

¿Podría ser de ayuda la expresión litúrgica Marana thá (“¡Ven, Señor!”)

La expresión litúrgica Marana thá («¡Ven, Señor!») no solo puede ser de ayuda, es sobre todo una de las claves más profundas y antiguas para comprender el sentido de la esperanza cristiana y, en particular, del Adviento. Aparece en 1 Cor 16,22 y al final del Apocalipsis (cf. Ap 22,20) Es, por tanto, la forma original del deseo cristiano de la venida del Señor. “Marana thá” puede traducirse de dos formas: Marana-thá (“¡Señor, ven!”: invocación futura) y Maran-atha (“¡El Señor viene, ha venido!”: afirmación presente). Esta ambigüedad es teológicamente preciosa porque resume la tensión escatológica del “ya, pero todavía no” que hemos explicado anteriormente. Cristo ya ha venido; Cristo viene continuamente y Cristo vendrá en gloria. Eso hace de Marana thá la fórmula orante del cristiano que vive entre la memoria, la presencia y la promesa.

Marana-thá es entonces esta forma más pura de la espera cristiana y revela la dimensión relacional y cristocéntrica de la esperanza cristiana porque el Adviento es, en realidad, esperar a Alguien. Con “Marana thá”, la Iglesia expresa su deseo, su vigilancia, su anhelo y su apertura al futuro de Dios. Entonces, repetir “Marana thá” con toda la Iglesia en la Eucaristía, en el Adviento, en la liturgia de las Horas y sobre todo en tiempos de crisis o sufrimiento, ejercita la esperanza, despierta el deseo de Dios, educa la paciencia, purifica el corazón del miedo, abre a la acción del Espíritu y orienta la vida hacia el Reino. Marana-thá es, por tanto, un clamor que toda la Iglesia eleva unida, especialmente en este Jubileo 2025, cuyo lema es: «Spes non confundit», «la esperanza no defrauda» (Rm 5,5).

The post “Nuestra esperanza es primeramente cristológica, se fundamenta en Cristo Resucitado” first appeared on Archidiócesis de Sevilla.

Ver este artículo en la web de la diócesis

La Catedral de Jaén acoge un ciclo de Conciertos de Navidad

0

La Catedral de Jaén acoge durante el mes de diciembre un ciclo de Conciertos de Navidad que invita a los fieles a vivir el tiempo de Adviento a través de la música y la devoción, en un entorno único. Todos los conciertos son gratuitos hasta completar aforo, salvo el del 18 de diciembre, que se realizará a beneficio de Cáritas Diocesana de Jaén.

Así, el programa comenzó el 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, en el Crucero de la Catedral, con la interpretación de “El Mesías” de Händel por la Orquesta Ciudad de Almería, acompañada por solistas y el coro de la Orquesta Ciudad de Granada.

Este domingo, 14 de diciembre, a las 20 horas, en el Coro de la Catedral, tendrá lugar el concierto de Navidad del Grupo Panaceite, dedicado a la recuperación y difusión del folclore musical andaluz y jiennense.

El jueves 18 de diciembre, a las 19:30 horas, en el Crucero de la Catedral, el pianista Chico Pérez ofrecerá un concierto solidario cuya recaudación, mediante un donativo de 10 €, se destinará a Cáritas Diocesana, apoyando a familias en situación de vulnerabilidad en la Diócesis de Jaén.

Posteriormente, el sábado 20 de diciembre, a las 19:30 horas, la Escolanía de la Catedral de Jaén, junto a las Escolanías de Guadix y Crevillente, ofrecerá su tradicional Concierto de Navidad en el Coro de la Catedral.

El domingo 21 de diciembre, los Campanilleros de Vilches presentarán sus villancicos y campanillas, a las 20 horas.

Y el ciclo concluirá el sábado 27 de diciembre, a las 20 horas, con la Cantoría de Jaén, que interpretará un repertorio navideño que combina piezas clásicas con arreglos contemporáneos.

Se anima a todos los fieles y visitantes a participar en estos conciertos, que ofrecen un espacio de contemplación, tradición y recogimiento durante este tiempo de preparación para la Navidad.

The post La Catedral de Jaén acoge un ciclo de Conciertos de Navidad first appeared on Diócesis de Jaén.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Spei Mater presentará en Cádiz un Informe sobre 40 años de aborto en España

0

El farmacéutico Emilio Alegre, corresponsable junto a Maribel de la Marta de la asociación Spei Mater en la Diócesis de Cádiz y Ceuta, ofrecerá el próximo lunes 15 de diciembre, a las 19:00 horas, una conferencia en la sede de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), situada en calle José del Toro, 6, 1ºA, dentro de un ciclo de charlas centrado en la dignidad humana.

Durante el acto se presentará el informe “Los que nos faltan. 40 años de corazones heridos y vidas abortadas”, elaborado por Spei Mater con motivo del 40 aniversario de la aprobación de la ley del aborto en España (1985–2025). El documento ofrece un análisis de la evolución del aborto en estas cuatro décadas, abordando tanto los datos estadísticos como las características sociológicas de las mujeres que abortan, así como las consecuencias psicológicas y emocionales que se asocian a esta práctica.

Según sus autores, el informe pretende poner rostro humano a unas cifras que, con frecuencia, se presentan de forma despersonalizada, y abrir un espacio de reflexión social sobre una realidad que afecta de manera profunda a miles de mujeres, parejas y familias.

La conferencia está dirigida al público en general. La iniciativa busca fomentar un debate sereno y basado en datos sobre una cuestión que trasciende el ámbito ideológico y religioso.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Vírgenes consagradas y Scouts Católicos, temas centrales de la programación religiosa en COPE Sevilla este fin de semana

0

Vírgenes consagradas y Scouts Católicos, temas centrales de la programación religiosa en COPE Sevilla este fin de semana

Este fin de semana, la programación religiosa de COPE Sevilla comienza en El Espejo de la Iglesia con una entrevista a María José Vázquez, virgen consagrada en la Archidiócesis de Sevilla. Ella explicará esta vocación y el carisma del Ordo Virginum.

Además, Leonardo Sánchez, delegado diocesano de Medios de Comunicación y director del programa entrevistará también al párroco de la Parroquia del Sagrario, Manuel Cotrino, sobre las particularidades de esta parroquia ubicada en plena Avenida Constitución, integrada a la Catedral.

La cita es hoy, viernes 12 de diciembre, a las dos menos veinticinco de la tarde, en COPE Sevilla (99.6 F.M), y a las tres y media en COPE MÁS (105.8 FM).

Por su parte, Pablo Enríquez lleva en su programa Iglesia Noticia Sevilla a José Carlos Morales, presidente de Scouts Católicos de Sevilla y a María Enríquez, Grupo V de Scouts Sevilla, quienes explicarán la iniciativa de ‘La Luz de la Paz de Belén’, propia de estas fechas prenavideñas.

Podrá escuchar la entrevista el próximo domingo, 14 de diciembre, a las diez menos cuarto de la mañana. Y también descargando los podcasts en la página web de COPE o en nuestro perfil en Spotify Iglesia en Sevilla.

The post Vírgenes consagradas y Scouts Católicos, temas centrales de la programación religiosa en COPE Sevilla este fin de semana first appeared on Archidiócesis de Sevilla.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Tasas interdiocesanas: nuevas disposiciones para 2026 en la Provincia Eclesiástica de Sevilla

0

Tasas interdiocesanas: nuevas disposiciones para 2026 en la Provincia Eclesiástica de Sevilla

A partir de esa fecha, las diócesis de la provincia, con excepción de las de Diócesis de Canarias y Diócesis de Tenerife, aplicarán de forma unificada los nuevos criterios relativos a los servicios de curia, parroquias, celebración de sacramentos y otros trámites eclesiales.

Qué recogen las nuevas disposiciones

  • Las tasas reguladas afectan a diferentes ámbitos de la vida diocesana: desde el estipendio de la misa hasta los servicios ofrecidos por las curias diocesanas y parroquiales.
  • También se incluyen los procedimientos para las causas de los santos, así como las ofrendas de los fieles con ocasión de la celebración de sacramentos o sacramentales.

Ámbito de aplicación

Estas normas serán de aplicación en todas las diócesis de la Provincia Eclesiástica de Sevilla salvo las de Canarias y Tenerife —es decir, en la Diócesis de Huelva junto a las Diócesis de Asidonia-Jerez, Cádiz y Ceuta y Diócesis de Córdoba.

Finalidad pastoral y de servicio

Esta regulación responde al deseo de ofrecer mayor claridad, transparencia y uniformidad en los servicios eclesiales prestados a las comunidades de la provincia. La actualización de las tasas permite una gestión más coherente y facilita a los fieles conocer los criterios que la Iglesia aplica cuando se solicitan sacramentos, trámites de curia o servicios parroquiales.

La Diócesis invita a quienes necesiten información concreta sobre importes o trámites particulares a contactar con la curia diocesana o parroquial correspondiente, donde podrán recibir atención personalizada.

Conclusión

Con estas nuevas disposiciones, la Diócesis de Huelva reafirma su compromiso con una administración responsable, al servicio del Pueblo de Dios, procurando claridad y acompañamiento en todos los aspectos de la vida eclesial.

La entrada Tasas interdiocesanas: nuevas disposiciones para 2026 en la Provincia Eclesiástica de Sevilla se publicó primero en Diócesis de Huelva.

Ver este artículo en la web de la diócesis

La Diócesis del Santo Reino clausura el triduo recordando que la caridad sostiene la memoria de los mártires

0

La Diócesis del Santo Reino celebró ayer el tercer y último día del triduo preparatorio para la beatificación de los 124 mártires jiennenses, cuya solemne celebración tendrá lugar mañana, 13 de diciembre, en la Catedral de Jaén. Durante los días 9, 10 y 11, la Iglesia diocesana meditó sobre las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.

La jornada de ayer, 11 de diciembre, dedicada a “Los mártires, testigos de Caridad”, estuvo presidida por el Arzobispo de Granada, D. José María Gil Tamayo, como cabeza de la provincia eclesiástica. Concelebraron, además, el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez; los obispos eméritos Don Ramón del Hoyo López y Don Amadeo Rodríguez Magro; miembros del Cabildo catedralicio y otros sacerdotes diocesanos.

Asistieron las delegaciones diocesanas vinculadas a la acción caritativa y social: Caridad y Doctrina Social de la Iglesia, Migraciones, Pastoral de la Salud, Pastoral gitana, Pastoral penitenciaria, Pastoral del Trabajo, Pastoral litúrgica, Apostolado de la Oración y Espiritualidad. El acompañamiento musical corrió a cargo del Orfeón Santo Reino.

Homilía

Don José María comenzaba su homilía agradeciendo a Don Sebastián por invitarle a compartir “esta preparación con este sabor de Iglesia. A esta fiesta de la beatificación de vuestros mártires del siglo XX, que ya no son solo vuestros, son de toda la Iglesia”, apostilló.

Agradeció, igualmente, a los Obispos presentes, su esfuerzo para que los mártires “no lo sean, también, mártires del silencio”. Para afirmar, a continuación, que “nuestro mundo está necesitado permanentemente de ese recordatorio de la heroicidad de nuestros mártires”.

Posteriormente, el Arzobispo de Granada invitó a contemplar la vida y entrega de los mártires como una llamada a la reconciliación y la caridad. “La Palabra de Dios y la memoria de nuestros santos mártires nos convocan a una profunda reflexión sobre la caridad”, afirmó, recordando que esta virtud es el fundamento de toda vida cristiana.

Asimismo, subrayó la necesidad de recuperar, a la luz del testimonio martirial, un espíritu de paz para el mundo de hoy. “En estos tiempos de honda división, de falta de concordia social y de hostilidad, nuestros mártires son un recordatorio de la llamada a la paz, al perdón, a la convivencia pacífica. Y esta es una verdadera memoria histórica de perdón”.

El Prelado destacó que la caridad no es una idea abstracta, sino un compromiso concreto con los más vulnerables. “La caridad impulsa al compromiso de amor al prójimo, especialmente con los más necesitados y pobres, con los migrantes y refugiados, con los enfermos, con los temporeros, con quien vemos desvalidos”. Recordó que el Evangelio fija el centro del juicio final en el amor activo. “Recordemos que el tema del examen final de nuestra vida es un examen de amor: tuve hambre y me disteis de comer; fui peregrino y me acogisteis; estuve enfermo o en la cárcel y me visitasteis”.

Del mismo modo, Monseñor Gil Tamayo llamó a un compromiso personal que transforme la vida social. “Se nos pide magnanimidad, la capacidad de ceder en lo accesorio para ganar en lo esencial; optar por la fraternidad, morir a nuestro propio egoísmo y soberbia… para resucitar todos a la vida del amor”.

Don José María alentó, además, a los fieles a mirar a los mártires como ejemplo luminoso para el presente. “Que la memoria de aquellos que murieron perdonando, sin odio y sin rencor, sea luz que ilumine nuestra actuación en la vida pública y social. Que su sangre, semilla de nuevos cristianos, sea también semilla de nueva concordia cívica, fundada en la verdad, la justicia y, sobre todo, la caridad”. Y concluyó exhortando a vivir una coherencia cristiana que construya comunión. “Pidamos a Dios la gracia de construir puentes donde otros levantan muros y de perdonar, para ser dignos herederos de aquellos que nos legaron la mayor lección: la lección de amor”.

Beatificación

La Catedral acogerá esta tarde, a las 19:30 horas, la Vigilia diocesana de oración, que contará con el recuerdo del testimonio de algunos de los mártires y el acompañamiento musical del coro Face to God.

Finalmente, mañana a las 11:00 horas, tendrá lugar la solemne celebración de la beatificación, presidida por el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para la Causa de los Santos, en un acto que marcará un hito para la Iglesia de Jaén y para la memoria de los 124 mártires que dieron su vida por Cristo.

Galería fotográfica: «Tercer día de triduo»

The post La Diócesis del Santo Reino clausura el triduo recordando que la caridad sostiene la memoria de los mártires first appeared on Diócesis de Jaén.

Ver este artículo en la web de la diócesis

La Delegación de Misiones organiza un homenaje a San Juan de la Cruz y al “ardor misionero de San Francisco Javier”

0

La Delegación de Misiones organiza un homenaje a San Juan de la Cruz y al “ardor misionero de San Francisco Javier”

La Delegación Diocesana de Misiones, en colaboración con la Fundación Altair, ha organizado una jornada homenaje a san Juan de la Cruz, patrón de los poetas, “y al ardor misionero de san Francisco Javier”, bajo el título ‘Oh, cristalina fuente’.

La cita es mañana sábado, 13 de diciembre, y se dividirá en dos momentos. En primer lugar, a las once de la mañana la Parroquia de Santa Cruz celebrará una Adoración eucarística, presidida por Antonio Ariza y con el acompañamiento musical del órgano a cargo de Ángel Justo Estebaranz.

Más tarde, a las doce del mediodía, tendrá lugar en La Carbonería la conferencia ‘San Juan de la Cruz y el Cántico espiritual: los versos que hace un año dejamos para luego’, pronunciada por José Julio Cabanillas. Finalmente, Inés Jurado cantará a san Juan de la Cruz mientras Elena Gallardo interpreta un espectáculo de danza.

La entrada es gratuita.

The post La Delegación de Misiones organiza un homenaje a San Juan de la Cruz y al “ardor misionero de San Francisco Javier” first appeared on Archidiócesis de Sevilla.

Ver este artículo en la web de la diócesis

Enlaces de interés

ODISUR
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.