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Mons. Satué en Canal Sur Radio: «Criminalizar a los inmigrantes es un pecado grave»

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El miércoles 24 de septiembre, el Obispo de Málaga ha sido entrevistado por Barto Martos en el programa Canal Sur Mediodía, Málaga, en Canal Sur Radio a las 12.00 horas. En la conversación ha abordado temas como el lugar de la mujer en la Iglesia, la guerra en Gaza y la migración.

Escucha la entrevista de Mons. Satué en Canal Sur Radio

D. José Antonio Satué ha compartido con Barto Martos sus primeras impresiones sobre la diócesis que ahora pastorea. Han conversado sobre el papel de la mujer en la Iglesia, de la que ha afirmado que «hay un déficit muy importante y que tenemos que ir corrigiendo, y es la participación de la mujer en los lugares de toma de decisiones dentro de la Iglesia». Sobre la realidad cofrade y la Semana Santa ha reconocido que solo la conoce de oídas, y que es para él «un desafío poder aprender a vivir la Semana Santa y, por tanto, la fe de cada día al estilo de la gente de esta tierra». También han tratado el tema del sostenimiento económico del patrimonio y la caridad para alcanzar un equilibrio coherente. «Somos seres sociales, la solidaridad con los pobres pertenece al ADN del Evangelio, pero también somos personas que necesitamos cultura y que tenemos que expresar nuestros sentimientos a través del arte», ha manifestado.

No ha faltado en esta entrevista la mención a la situación de los cristianos en Gaza, que padecen el sufrimiento extremo de la guerra, así como la migración, de la que ha afirmado: «debemos ser una sociedad que acoge y en ese sentido no podemos criminalizar a los inmigrantes.  Me parece que hacerlo es un pecado grave», destacando la obligación del Gobierno de regular la inmigración, y el papel de la Iglesia y la sociedad, que siempre «apostaremos por la acogida y por la integración de las personas que vengan». Mons. Satué ha expresado el mucho dolor ante las últimas noticias publicadas sobre la detención de un sacerdote de Toledo en Torremolinos. En relación a los casos de miembros de la Iglesia involucrados en conductas delictivas, afirma que «cuando reconocemos los errores que cometemos también podemos ser un referente». 

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El papa León invita a rezar por la paz juntos el 11 de octubre

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Al término de la audiencia general del 24 de septiembre, el Papa ha anunciado la iniciativa de oración por la paz, en el día en que la Iglesia recuerda a San Juan XXIII y en el aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II. Invita a todos a rezar por la paz durante todo el mes de octubre, dedicado al Santo Rosario, «personalmente, en familia, en comunidad». Además, a quienes prestan servicio en el Vaticano, el Pontífice les pide que vivan la oración en la Basílica de San Pedro, todos los días, a las 19 horas

Un rosario por la paz en la Plaza de San Pedro, el sábado 11 de octubre, día en que la Iglesia recuerda a San Juan XXIII, el Papa de la encíclica Pacem in terris y del mensaje radiofónico en el que imploraba a los líderes de EE. UU. y la URSS que «salvaran la paz» en el momento álgido de la crisis de los misiles en Cuba. Y en el mismo día de la apertura del Concilio Vaticano II, el 11 de octubre de 1962, con el famoso «discurso a la luna», también del papa Roncalli, al final de un «gran día de paz». León XIV ha anunciado la iniciativa de oración, prevista para las 18 horas, en el contexto del Jubileo de la espiritualidad mariana, al término de la audiencia general del 24 de septiembre.

EN FAMILIA Y COMUNIDAD

Al saludar a los peregrinos de lengua italiana, el Papa recuerda que el mes de octubre, ya cercano, en la Iglesa está dedicado en especial al Santo Rosario. «Por eso invito a todos, cada día del próximo mes, a rezar el Rosario por la paz, personalmente, en familia, en comunidad», ha dicho.

EN SAN PEDRO TODOS LOS DÍAS

Además, el Pontífice invita a quienes prestan servicio en el Vaticano «a vivir esta oración en la Basílica de San Pedro todos los días, a las 19:00». A continuación, el anuncio:

«En particular, la tarde del sábado 11 de octubre, a las 18:00, lo haremos juntos aquí, en la Plaza de San Pedro, en la vigilia del Jubileo de la Espiritualidad Mariana, recordando también el aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II».

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16 OCTUBRE. Curso de acompañamiento pastoral en Antequera

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El arciprestazgo de Antequera organiza un Curso de Acompañamiento Pastoral dirigido a catequistas, agentes pastorales, educadores y formadores, sea cual sea su vocación, para ayudarles en su tarea de acompañamiento y escucha. Es posible inscribirse hasta el 16 de octubre.

Inscripciones aquí. (inscripciones abiertas hasta el 16 de octubre de 2025).

El curso de acompañamiento pastoral del arciprestazgo de Antequera se desarrolla desde octubre de 2025 a junio de 2026, comenzando el 23 de octubre, un jueves cada 15 días de 19.00 a 21.30 h. en la parroquia de Santiago de Antequera. Cuenta con plazas limitadas y es posible inscribirse a través también del correo ahorayaqui@gmail.com o el teléfono 624 832 713.

Lo guiará el P. Salvatore Musella, SDV, psicoterapeuta, profesional del acompañamiento y coach de la relación de ayuda con enfoque Gestalt.

Se entregará certificado de participación tras cursarlo (son 40 horas totales: 25 teórico-experienciales y 15 de prácticas supervisadas).

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«El preso es una persona que, para nosotros, encarna a Cristo»

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El 24 de septiembre se celebra la fiesta de Nuestra Señora de la Merced, patrona del mundo penitenciario. Varios voluntarios católicos explican el trabajo que realizan en los centros penitenciarios de la provincia porque «hay mucho que hacer».

María del Carmen es voluntaria católica en el centro penitenciario. «Cada semana, desde el módulo de mujeres, vivo mi encuentro con Cristo resucitado al lado de las internas y de los funcionarios de este centro, pues sus rostros al vernos entrar, cambian. Pastoral Penitenciaria es una presencia totalmente distinta. Experimentamos la misericordia de Dios en nosotros y en ellos», explica María del Carmen. 

Esta voluntaria tiene como primera misión escuchar y «hacer mío su dolor. A veces la respuesta es el silencio, otras veces un abrazo, un apretón de manos… Cuando nos reunimos en la biblioteca les ofrecemos rezar un ratito juntas y ellas participan», añade María del Carmen. 

«Son ellas las que me llenan de luz y esperanza. Nos esperan como agua de mayo y cuentan los días que faltan para vernos. Vivo la esperanza junto a ellas, en el módulo, como una más. Vivo la Resurrección junto a ellas y la bendición de ser instrumento de Dios para esta misión de la Iglesia», concluye.

Benito también es voluntario católico en dichos centros y afirma que esta labor es como «la búsqueda de Jesús en las periferias, en los que no quiere nadie, los que están abandonados y los que pienso que más necesitan nuestra presencia. Nunca sé de verdad si seré capaz de llevar a cabo este servicio y de ofrecer lo que necesitan, pero yo voy con lo que soy, y con la Palabra de Dios, sin pretensiones y con mucha paciencia y escucha, sin juzgar en ningún momento».

«Hay mucho que hacer», afirma con rotundidad Benito, «por eso invito a que demos el paso adelante y salgamos de nuestra comodidad».

La cárcel, para los miembros del voluntariado católico de prisiones, es un lugar en el que se encuentra Dios. En palabras del delegado de Pastoral Penitenciaria, el religioso trinitario Pedro Fernández, «es el lugar donde acudimos, llenos de alegría, a acompañar, compartir y escuchar la realidad sangrante que viven nuestros hermanos en la prisión. Vamos al encuentro con Cristo que está encarcelado. No llevamos a Dios ni a Cristo a los presos. Nos encontramos con Él en cada persona privada de libertad. El preso no es un delincuente, sino que ha cometido actos delictivos. El preso es una persona que, para nosotros, encarna a Cristo. Y no importa que esa persona tenga un lugar de nacimiento, o un color de piel, o una religión distintos. Son personas, son hermanos, son Cristo».

Es por eso que «la labor pastoral de la Iglesia en la prisión es eminentemente humanizadora, misionera y evangelizadora. Es una pastoral que lleva por bandera la esperanza, que se abraza a la fe en un amor sin límites», añade. 

Una labor guiada por la esperanza pues, frente a los negacionistas «que consideran que el delincuente es un ser irredento, que no cambiará nunca, que no merece dedicarle tiempo, ni educación, ni formación, ni tan siquiera, atención religiosa; pensamiento éste que nace del total y absoluto desconocimiento del ser humano y su capacidad para transformar su vida hacia metas admirables de superación y perfección, nos encontramos quienes nos acercamos a las personas privadas de libertad convencidos, no solo por nuestros razonamientos, sino por la certeza de que para Dios nada hay imposible. Y es que creemos en la persona como sujeto de cambio y conversión, porque el Espíritu de Jesús obra verdaderos milagros en el corazón de cada persona y le sustenta para realizar un verdadero proceso de cambio y transformación en sus vidas. Y la experiencia de la cárcel es un buen motivo para recuperar la dignidad, la libertad, la esperanza y la redención», afirma con rotundidad el delegado de Pastoral Penitenciaria.

Es por eso que, desde este servicio de la Iglesia malacitana, «nos mantenemos firmes en la convicción de que somos una puerta abierta a la esperanza para cuantos la han perdido al entrar en la prisión. Creemos en sus personas y en su capacidad de cambio, la fe en Cristo es el motor que nos anima a no desistir en el empeño de sembrar amor, confianza, perdón, bondad, humanidad, alegría. Nosotros sembramos, el Señor irá recogiendo las gavillas del arrepentimiento y la reconciliación».

Internos, personal y voluntarios católicos de Pastoral Penitenciaria celebrarán juntos la fiesta de la Merced en los dos centros penitenciarios con una Eucaristía. En Archidona fue ayer y en Alhaurín de la Torre será el sábado que viene y «de la mano de María, la Madre de la Merced liberadora, que nos acompaña en esta tarea de consolar, acompañar, escuchar y orar con aquellos sus hijos que sufren la desgracia de haber hipotecado su libertad y el tesoro de su esperanza», concluye Fernández Alejo. 

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Almayate, Álora, Estepona, Ronda, Otura y Torre del Mar peregrinan a Roma

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NoticiaPeregrinaciones

Publicado: 24/09/2025: 82

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Jubileo

Un grupo de feligreses de las diversas comunidades parroquiales de las localidades de Almayate, Álora, Estepona, Ronda, y Torre del Mar, de Málaga, y Otura, de Granada, peregrinan a Roma en este Año Santo Jubilar.

Tras atravesar la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, celebraron la Eucaristía a las 7,30 de la mañana del 23 de septiembre en la Capilla del Santísimo Sacramento de la Basílica Vaticana. Una celebración presidida por el sacerdote Salvador Aguilera y concelebrada por Manuel Palma, Juan de Jesús Baez y Miguel Chacón.

 

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Los delegados diocesanos de enseñanza de Andalucía reanudan sus reuniones en Antequera

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Los delegados diocesanos de enseñanza de Andalucía han retomado sus encuentros de coordinación tras el verano. La primera reunión del curso se celebró el pasado sábado, 20 de septiembre, en Antequera, donde se abordaron las cuestiones surgidas a inicio de curso y se definieron las líneas de trabajo para los próximos meses.

Los delegados anunciaron que dedicarán especial atención a fomentar el aumento de la matriculación en la asignatura de Religión en los centros andaluces. Igualmente otorgarán especial atención a la formación en la identidad y misión del profesorado de Religión y a facilitar la articulación de los ejes familia-parroquia-escuela.

El encuentro sirvió también para despedir a Carmen Velasco, delegada de enseñanza de Málaga, a quien se le agradeció su labor y entrega durante los años de servicio. Desde este curso, el cargo lo asume Antonio Sánchez, profesor malagueño.

Homilía en la Misa de ordenación de seis diáconos

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Homilía de Mons. José Ángel Saiz Meneses en la ordenación diaconal de Cristian Rodríguez, Pablo Bernal, Erson Rosario da Cruz, José Manuel Ruiz, Alberto Torres y Pablo Noguera. Catedral de Sevilla, 20 de septiembre de 2024. Lecturas: Jer 1, 4-9; Sal 22; 1 Pe 4, 7b-11; Jn 15, 9-17.

  1. “Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones” (Jer 1, 5). Queridos hermanos y hermanas que participáis en esta celebración: Hermanos en el episcopado, rectores y formadores de nuestros Seminarios, Consejo Episcopal, Cabildo de la Catedral, presbíteros, diáconos, seminaristas, miembros de la vida consagrada, miembros del laicado, hermanos todos en el Señor. Queridos Cristian, Pablo Bernal, Erson, José Manuel, Alberto y Pablo Noguera, que hoy recibiréis la ordenación diaconal. Saludo a vuestras familias, que os acompañan en un día tan señalado, las aquí presentes y las que siguen la celebración a través de los medios de comunicación. En esta santa Iglesia Catedral el Señor regala a su Iglesia que peregrina en Sevilla seis nuevos diáconos.
  2. “Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones” (Jer 1, 5). La vocación es iniciativa gratuita de Dios, que precede, acompaña y sostiene; no es fruto de un proyecto humano o de una estrategia organizativa; en su realidad más profunda es don de Dios, iniciativa misteriosa del Señor, que entra en la vida de una persona y la cautiva con la belleza de su amor, y suscita una entrega total y definitiva. Jeremías tiembla ante su pequeñez —“¡no sé hablar, soy un muchacho!”—; pero el Señor le dice: “Yo pongo mis palabras en tu boca”. Queridos hermanos, vuestra historia vocacional tiene también capítulos de entusiasmos y de pruebas, pero no hay que temer: el que llama, capacita. El Salmo 22 nos confirma en la confianza del Buen Pastor, que guía, apacienta, unge, conforta. San Pedro nos exhorta a que cada uno ponga el carisma recibido al servicio de los demás (cf. 1 Pe 4,7b-11)
  3. En el Cenáculo, el Señor revela el corazón del discipulado y del ministerio, que consiste en permanecer en su Amor. El criterio no es la eficacia mensurable, sino la comunión: “Sin mí no podéis hacer nada… Permaneced en mi amor… para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca”. El mandamiento nuevo —“que os améis unos a otros como yo os he amado”— es el alma del diaconado. Amistad con Cristo y amistad con los hermanos: permanecer en el Señor os hará permanecer en la vida concreta de la gente, especialmente de los pobres. La caridad organizada de la Iglesia no es opcional; forma parte de su ser y fue custodiada, desde los orígenes, por diáconos como san Lorenzo, que consideró a los pobres el tesoro de la Iglesia.
  4. Permitidme detenerme en los gestos que dentro de unos momentos viviréis. La Iglesia os llama por vuestro nombre, y respondéis “Presente” y os acercáis al Obispo: es la Iglesia quien elige y el Señor quien consagra. Seguidamente, haréis promesas: consagraros al servicio de la Iglesia, colaborar con el Orden sacerdotal con humildad y amor, vivir el misterio de la fe con alma limpia, observar el celibato “por causa del Reino”, custodiar el espíritu de oración y celebrar fielmente la Liturgia de las Horas, e imitar siempre el ejemplo de Cristo, cuyo Cuerpo y Sangre serviréis con vuestras manos. Después, toda la asamblea invocará a los santos en la Letanía; vosotros os postraréis en el suelo, pobres ante Dios y sostenidos por la comunión de la Iglesia celestial.
  5. Inmediatamente viene el núcleo sacramental: la imposición de manos del Obispo y la Plegaria de Ordenación, en la que suplicamos: “Envía sobre ellos, Señor, el Espíritu Santo, para que, fortalecidos con tu gracia de los siete dones, desempeñen con fidelidad el ministerio”. A continuación, seréis revestidos con la estola al modo diaconal y la dalmática, manifestando visiblemente el servicio que ejerceréis en la liturgia, y recibiréis el Libro de los Evangelios con estas palabras que resumen vuestra identidad: Recibir el Evangelio de Cristo, del cual habéis sido constituidos mensajeros; convertir en fe viva lo que leéis, enseñar lo que habéis hecho fe viva, y vivir lo que enseñáis. Finalmente, con el beso de paz se completa vuestra incorporación al orden de los diáconos de esta Iglesia particular.
  6. A partir de hoy debéis ser de un modo especial hombres de la Palabra, del Altar y de la Caridad. Meditad la Palabra de Dios; estudiad con rigor; predicad con unción y autenticidad. La Iglesia os confía proclamar la Sagrada Escritura al pueblo, instruir y exhortar, y evangelizar con obras y palabras. No podemos caer en la superficialidad o la improvisación; dejad que la Palabra primero os transforme el corazón, os convierta, para ser transparencia de Cristo. Asistid con devoción en la Eucaristía, preparad el altar con amor, distribuid el Cuerpo y la Sangre del Señor con fe viva, como servidores del misterio. Id a las periferias visibles e invisibles: pobres, enfermos, ancianos solos, migrantes, familias heridas, jóvenes desorientados. No deleguéis la caridad en estructuras, encarnadla. La Iglesia os encomienda administrar sacramentales, llevar el Viático a los moribundos, presidir exequias, asistir y bendecir matrimonios: en todo, sed cercanos y compasivos. A imagen de Cristo Servidor, vivid la diaconía como caridad pastoral.
  7. Prometeréis obediencia al Obispo y a sus sucesores; no se trata de un formalismo: es algo que os incorpora de corazón a la vida de la diócesis, en unidad con el presbiterio y los demás diáconos, al servicio del Pueblo de Dios. La comunión no es sólo afecto, es misión compartida. La diaconía se ejerce en comunión con el Obispo y su presbiterio. Reafirmaréis ante Dios y ante la Iglesia el celibato por el Reino, signo y estímulo de la caridad pastoral y fuente peculiar de fecundidad apostólica. La vivencia del celibato propiciará que podáis consagraros totalmente al servicio de Dios y de los hermanos. Custodiad el corazón con disciplina afectiva, prudencia y acompañamiento espiritual.
  8. Conservad y acrecentad el espíritu de oración; sed fieles a la Liturgia de las Horas, a la adoración eucarística, al santo Rosario y al examen diario. Buscad la fraternidad sacerdotal; acompañad a los diáconos mayores, aprended de su experiencia, servidlos con respeto. Por último, esforzaos por vivir con un estilo de sencillez evangélica. Evitad la vanidad, la rigidez y la mundanidad espiritual. El diácono no se busca a sí mismo; busca a Cristo y a los hermanos. Como recomendaba san Policarpo: “Sed compasivos, diligentes, caminando según la verdad del Señor, que se hizo servidor de todos”.
  9. Antes de finalizar mis palabras, deseo dar las gracias de todo corazón a los padres, hermanos y hermanas, a las familias de los nuevos diáconos, por la importante labor que han tenido en su vocación. A todos os pido que sigáis rezando por ellos, ahora todavía más, para que vivan las actitudes de Cristo Siervo. Queridas familias: vuestra casa fue el primer seminario; seguid sosteniendo a vuestros hijos con oración discreta, con cercanía y esperanza. A los formadores del Seminario, gracias por colaborar en el crecimiento de la dimensión humana, espiritual, intelectual y pastoral de estos jóvenes. A la comunidad diocesana le pido que rece por los diáconos, los acoja con cariño y los ayude en su ministerio de servir.
  10. Queridos Cristian, Pablo Bernal, Erson, José Manuel, Alberto y Pablo Noguera. Os encomendamos a la intercesión de Nuestra Señora de los Reyes, la humilde esclava del Señor, la llena de gracia en cuyo corazón la Palabra se hizo carne. Ella, Madre de la Iglesia, os enseñe a creer lo que leeréis, enseñar lo que creeréis, y a vivir lo que ensenéis, que os ayude a trabajar con la gracia de Dios de tal modo que el pueblo reconozca en vosotros a los verdaderos discípulos de Aquel que no vino a ser servido, sino a servir. Así sea.

 

Homilía en la fiesta del Santísimo Cristo de la Luz, de Dalías

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Querida Comunidad de la Ciudad de Dalías,

Hermanos sacerdotes, P. Predicador de la Novena, querido D. Raúl, párroco y rector de esta iglesia, Vida consagrada, Hermano Mayor de la Real y muy Ilustre Hermandad del Santísimo Cristo de la Luz ­Hermandad del Padre Rubio, y hermandades penitenciales, Coro del Cristo de la Luz, que nos inundáis de piedad con vuestras canciones.  Sr. Alcalde y corporación municipal, autoridades Locales, provinciales, autonómicas y nacionales, Alcaldes de la comarca,  Guardia Civil y Cuerpo de Bomberos , peregrinos y devotos todos. Especialmente los enfermos e impedidos

Saludo a todas las personas que nos seguís desde Canal Sur y a sus técnicos, que hacen posible esta retransmisión.

La historia de nuestro Cristo de la Luz está ligada, a la ciudad de Dalías, y al Cuerpo de bomberos que salvaron al Cristo del gran incendio de 1993. Esta romería es considerada una de las más importantes de Andalucía. Hay marcados Caminos de la Luz (como el tradicional Camino de Santiago) desde Almería, Madrid, Granada, Málaga o Sevilla por donde los peregrinos, durante días y días, llegan a los pies del Cristo. Impresiona ver, por los bordes de las carreteras y los senderos, a los peregrinos, muchos de ellos jóvenes, también abuelos con sus nietos, que en Cristo buscan la luz y la esperanza para sus vidas. Precisamente este año jubilar se nos invita a ser peregrinos de esperanza. En las páginas del Evangelio descubrimos a los que se acercaban al Señor para recobrar vida, para recobrar la luz de sus cegueras, para resolver sus problemas personales de sentido de la vida. Hermanos y hermanas, Cristo es nuestra esperanza. Miremos y escuchemos a Cristo.

Las palabras de Jesús, que hemos descubierto en las lecturas de hoy, casi siempre nos obligan a un replanteamiento total de la vida. Quien escucha sinceramente el Evangelio intuye que se le invita a comprender, de una manera radicalmente nueva, el sentido último de todo y la orientación decisiva de toda su conducta.

Es difícil permanecer indiferente a las enseñanzas de Jesús, al menos si uno sigue creyendo en la posibilidad de ser más humano. Porque, no nos engañemos, sólo desgranando el Evangelio en la tierra de nuestra vida, seremos radicalmente una persona nueva. Pues los grandes aciertos de la humanidad: la concordia, la justicia, la libertad, la entrega, el perdón y la paz, tan necesaria… ahondan sus raíces en el mismo Cristo.

Es difícil por tanto no sentir inquietud y hasta cierto malestar al escuchar palabras como las que hoy nos recuerda el texto evangélico: no podéis servir a Dios y al dinero. Y, sin embargo, se entiende perfectamente el pensamiento de Jesús. Es imposible ser fiel a un Dios que es padre de todos, y vivir al mismo tiempo, pendiente del dinero y del interés, como si yo fuera el único hijo y el resto de la humanidad esclavos de la casa, a mi servicio.

Sólo hay una manera de vivir como hijo de Dios, y es vivir realmente como hermano de los demás. Por eso el que vive sólo al servicio de sus bienes, dineros e intereses particulares, no puede preocuparse ni ocuparse de sus hermanos y no puede, por tanto, ser hijo fiel de Dios. “La vida – decía Séneca— a nadie se le da en propiedad, sino que todos somos administradores de ella”. Somos los administradores; por ello debemos hacer como el hombre sagaz de la parábola. Él no dejó las cosas para mañana, no se durmió en sus laureles, pues está en juego algo tan importante que no se puede confiar al azar.

Quizás hay algo que los cristianos olvidamos con excesiva facilidad. Ser cristiano exige cambiar radicalmente nuestros criterios de actuación y encauzar nuestra vida por caminos completamente diferentes a los que nos ofrece la sociedad.

En concreto, el que toma en serio a Jesús, el único Señor, d la vida y de la historia, sabe que no puede organizar su vida desde el proyecto egoísta de poseer ilimitadamente por encima de sus necesidades, sino que debe aprender a entregar sus bienes, y entregarse a sí mismo, a los hermanos más necesitados. En serio, pensad, ¡cuántas cosas nos sobran! La persona que viva dominada por el interés económico y el consumo de los últimos modelos [ya sean tecnológicos, de ropa, de joyas, de hábitat…] aunque tenga una vida piadosa y recta, le falta algo esencial para ser discípulo de Cristo: romper la servidumbre del poseer que le quita la libertad para escuchar y compartir… es más nunca será libre, porque dinero llama a dinero y las nuevas tecnologías tienen el poder de hacernos ansiar el último modelo del mercado.

No tenemos otra alternativa, y por otra parte no podemos engañarnos creyéndonos que somos pobres de espíritu, porque el verdadero pobre de espíritu es el que pone su corazón en Dios y todo lo demás, para él, es secundario. Por otra parte, tampoco podemos engañarnos creyendo que los ricos son los malos y son siempre los otros. La crisis económica mundial, la pobreza, el hambre y la desnutrición de los niños, el analfabetismo, la injusticia, y la apropiación por nuestra parte, de los recursos de los pobres, tiene que obligarnos a revisar nuestros presupuestos de vida, para ver si no debemos reducirlos y solidarizarnos, de una manera más concreta, con los que nada tienen. Sin duda sería un buen test para descubrir si servimos a Dios o a lo que pensamos que es nuestro dinero.

Hermanos, todo es de Dios, por lo tanto, hagamos como el gerente del Evangelio y repartamos aquello que administramos para poder tener amigos que nos defiendan ante lo más importante, el juicio de Dios: ¿cuándo te vimos, Señor, pobre y desvalido y no te atendimos? Cada vez que con estos más pequeños lo hicisteis, conmigo lo hicisteis. ¿Es que hay alguno que teniendo las preguntas del examen no lo prepara a conciencia? Sería de tontos. Pues el Señor nos ha adelantado las preguntas, del examen definitivo de nuestra existencia. ¡Ánimo y adelante! Miremos la Cristo de la luz, miremos su corazón derramado, el corazón sangra por donde ama, y aprendamos de él.

Dalías, 21 de septiembre de 2025

+ Antonio Gómez Cantero

Después de la Bendición añadió:

Os he dicho que lo más preocupante ahora es la Paz, esta bomba de racimo que se expande, junto al terrorismo, por cincuenta países. Esta tercera guerra mundial fragmentada, que nos decía el Papa Francisco. Pidamos PAZ, al Cristo de la Luz. Y la paz comienza recreándola en nuestros corazones, en nuestras vidas, entre nuestros vecinos y conocidos, entre los que son distintos o piensan distinto a nosotros. Creemos puentes de unión y urdimbres de diálogo, donde desaparezca la visceralidad, y busquemos el bien de todos, de los de dentro y de los de fuera.

Homilía en la Misa de acción de gracias por los frutos de la III Misión Diocesana

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Querido don Antonio, párroco de esta parroquia Jesús Divino Obrero y demás párrocos de estas siete parroquias del Arciprestazgo Transbetis-Sector Sur, querido Vicario General y de la Ciudad y demás sacerdotes concelebrantes, diáconos, seminaristas, queridas personas consagradas, misioneros y misioneras, que a título personal y también como instituciones habéis participado en la Misión Diocesana, saludo también con afecto y gratitud a los hermanos mayores y miembros de las cofradías y hermandades que nos acompañan y a todos los asistentes, a todos los presentes participando en esta eucaristía de acción de gracias por los frutos de esta III Misión Diocesana

 

La Palabra de Dios nos habla hoy del desprendimiento, del uso de las riquezas que puede ser generoso, desprendido, solidario o también guiado por la codicia. No debemos olvidar que el plan Salvador de Dios comenzó precisamente gracias a una doncella humilde y pobre, hoy representada en la figura de la Virgen de los Dolores y del Rayo, a la que hemos procesionado con veneración, con cariño y nos hemos sentido arropados por su manto.

En esa mujer humilde y pobre comenzó su acogida del don de Dios, hizo posible, dio entrada en el mundo al Salvador. No olvidemos tampoco en este día que la figura de los misioneros, encarnada en vosotros y en vosotras, es también una figura que nos habla de pobreza, de desprendimiento, ¿verdad? Habéis tenido que dejar cosas y desde luego de la Misión no se vuelve tampoco cargado de cosas. Sí, de riqueza espiritual, humana, de experiencias como se ha demostrado hace un rato en ese encuentro que hemos tenido, el misionero María sobre todo, figuras que están ahí detrás para nosotros hoy como modelo de esa pobreza. Pero os invito a acercaros a la palabra de Dios que comienza, con mi referencia, comienza citando a esta parábola que San Lucas nos ha narrado, de ese administrador que cuando ve que va a ser despedido comienza a dar cifras y a hacer que firmen pues recibos en los que la deuda disminuye. Evidentemente, cuando el Señor cuenta esta parábola no está elogiando esa estafa, sino no está valorando la honestidad de ese trabajador, sino sencillamente su picardía, su habilidad para ganarse amigos y asegurarse el futuro. Algunos intérpretes dicen que la explicación estaría en que en vez de cobrar tenía, digamos, comisiones y entonces no era tan grave lo que estaba haciendo. Pero no nos interesa excesivamente pararnos aquí, el hecho en sí es que su comportamiento desde luego no es ejemplar. Pero sí que es cierto que tiene una inquietud interesante e importante y es valorar la amistad, hacer amigos. Digamos que en eso no se lo podemos echar en cara a esta figura, ciertamente, de la parábola.

Esta parábola, en todo caso, tenía una referencia a una costumbre de la época, pero para mucha gente resultaba escandalosa. Por eso el Señor tuvo que hacer algunas aclaraciones después y, por ejemplo, decirnos que o valorar la honradez. De hecho, dice que el que es de fiar en lo menudo también será de fiar en lo importante. Y ciertamente esto es así. Si uno se relaja moralmente y dice esto es poco, lo que yo aquí me apropio, lo que yo aquí defraudo, no tiene importancia. Al fin y al cabo, pensamos a veces en grandes cifras. Esto para el Estado, ¿qué significa? Imaginemos a alguien, por ejemplo, que defrauda la declaración. Decimos, ¿y esto qué significa para un Estado con tantos miles y miles de millones? El que es de fiar en lo poco es de fiar en lo mucho y el que no es de fiar en lo poco tampoco es de fiar en lo mucho. Y, sobre todo, indica que nadie puede servir a dos señores porque o bien ensalzará uno y menospreciará al otro o al revés. Nadie puede servir a dos señores. En definitiva, el Señor nos invita a optar por Él o por el dinero. El que opta por el dinero ya sabe que la pendiente suele ser inclinada y suele llevar a la obsesión e incluso a la codicia por acumular más y más y termina siendo realmente esclavo de esas posesiones.

El mal uso del dinero, precisamente, en las lecturas de hoy está reflejado en la primera de ellas, del profeta Amós. En ella se denuncian unos usos fraudulentos del dinero. Muchos nos suenan, a los que ya tenemos cierta edad, las balanzas que podrían ser trucadas. Amós habla de disminuir la medida, ¿verdad?, de usar balanzas con trampa, de aumentar el precio y, sobre todo, de un pecado el más grave de todos. Cuando alguien tenía una deuda y no podía pagarla, al final tenía que ser vendido como esclavo. Así que, por eso, Amós habla de comprar por dinero al pobre. Son malos usos del dinero que están ahí reflejados también en la Palabra de Dios. Fijaos, esa codicia lleva a muchos, y así lo denuncia el Señor, o así lo denuncia Amós, mejor dicho, lleva a desear que pase el día de fiesta, el sábado, fiesta judía, para poder seguir haciendo negocio. Claro, podemos estar pensando, aquello ya pasó, era un mal de la época, pero, queridos hermanos, aquellas trampas y aquellos sucios negocios pueden seguir y siguen, de hecho, presentes, aunque quizás más disimulados, porque haya un control mayor. Y esto, tanto a nivel interpersonal como a nivel internacional. Pensemos en los famosos aranceles, en los países ricos que subvencionan a sus productos para no tener que competir o poder competir con otros países que venden más barato, porque la mano de obra es más barata. En fin, que también en esas relaciones, grandes relaciones entre países, también ahí, efectivamente, se puede dar y serán, de hecho, estos abusos. Las consecuencias están palpables, son palpables. Millones y millones de personas están viviendo la pobreza, mientras que el norte, sobre todo el norte del mundo, el hemisferio norte, suele tener bastante riqueza, también en nuestro hemisferio hay pobres, efectivamente, pero dentro de lo que cabe no es la pobreza que hay en el hemisferio sur. Personas pobres y explotadas en el mundo, que son la consecuencia, como digo, de una de las consecuencias, no la única, pero indudablemente, de ese mal uso del dinero.

En definitiva, queridos hermanos, el Señor nos invita a optar por Él, o por el dinero, o yo diría mejor, a optar por un modo egoísta y esclavizante del uso del dinero, o por un modo solidario, un modo solidario de usarlo, porque ciertamente Dios no maldice el dinero, maldice el mal uso del dinero, esa esclavización por parte del dinero, esa codicia por almacenar, siendo insolidarios. Optar por acumular o por el compartir, a eso nos invita el Señor, a pasar de la sed del poseer, a la sed de Él mismo, esa sed que es la única que puede superar la otra, que nos demos cuenta que la verdadera riqueza es el Señor. Cuando es así, lo otro pasa a un segundo plano, cuando el Señor es la primera riqueza, los hermanos cuentan, cuando no es la primera riqueza, los hermanos sí cuentan, es para el negocio, pero no para otros conceptos.

San Pablo nos invitaba a orar por todos. Yo, queridos hermanos, también os invito en este día a orar por aquellos que sufren la pobreza, que sufren la exclusión, que están explotados laboralmente por aquellos que están en estas situaciones. Pidamos al Señor, por intercesión de nuestra Madre, que llegue el auxilio y que ese auxilio nosotros formemos parte de él, que seamos misioneros de la generosidad, misioneros del compartir, misioneros del buen uso del dinero.

Que el Señor, por medio de nuestra Madre, la Virgen Dolorosa y del Rayo, nos conceda esto que pedimos y que la Eucaristía, que ahora continuamos, nos enriquezca con el don de la gracia de su presencia, de su amor, para que, efectivamente, ricos en ese amor y en esa devoción y amor al Padre, al Hijo y al Espíritu, vivamos la comunión en la Misión.

Que así sea.

+ Jesús, obispo de Córdoba

Barinas celebra el 140 aniversario de la llegada de su patrona junto al obispo

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La Hermandad de la Virgen del Rosario de Barinas nombró Hermano de Honor al obispo, que presidió la Eucaristía en la fiesta de la patrona.

El pueblo de Barinas (Abanilla) celebró el sábado junto al obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, el 140 aniversario de la llegada de su patrona, la Virgen del Rosario; en concreto, de la primitiva imagen de esta advocación mariana que fue trasladada desde la Parroquia San José de Abanilla hasta una pequeña ermita, previa a la actual iglesia parroquial. Una celebración en la que la Hermandad de la Virgen del Rosario de Barinas nombró al obispo Hermano de Honor 2025.

Mons. Lorca presidió la Eucaristía en la parroquia de Barinas, que tiene a Nuestra Señora del Rosario como titular. Concelebraron los sacerdotes del arciprestazgo y otros vinculados a la parroquia; y en ella participaron numerosos fieles, entre ellos miembros de cofradías y hermandades de diferentes localidades de la Diócesis; así como el consejero de Economía de la Región de Murcia, autoridades civiles del municipio, y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

En su homilía el obispo invitó a los barineros a «poner los ojos en la Virgen María», resaltando su docilidad a los planes de Dios; y tuvo palabras de ánimo especialmente para los enfermos e impedidos del pueblo.

Al término de la celebración, con motivo del aniversario, la Hermandad de la Virgen del Rosario de Barinas recibió, de la Hermandad de la Santísima Cruz de Abanilla, un diploma de honor. A continuación, se procedió al nombramiento de Mons. Lorca como Hermano de Honor de este año de la Hermandad de la Virgen del Rosario de Barinas, por el que el obispo recibió una placa y le fue impuesta una medalla.

El presidente de esta hermandad, Elías Pacheco, dio gracias a Dios por el ministerio del obispo y sus bodas de oro sacerdotales. «Usted siempre con su sonrisa, alegría y delicadeza ha amado y servido al pueblo santo de Dios como un esposo ama a su esposa; en todo momento preocupado por la cura de almas de los fieles». También le dio las gracias a Mons. Lorca por los sacerdotes que han pasado por la parroquia, muchos de ellos presentes en la celebración; por «el cuidado de los laicos, como puso de manifiesto en el Encuentro Diocesano de Laicos del pasado mes de marzo en Murcia, donde acudió una representación de esta comunidad»; y por la concesión de un Año Jubilar en torno a la Santa Cruz de Abanilla, patrona del municipio, en 2026.

Al término de la Eucaristía, Mons. Lorca tuvo ocasión de conversar con los fieles y de visitar a algunas de las personas mayores impedidas del pueblo, para desearles unas felices fiestas patronales.

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