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La HOAC de Málaga celebra su día con una jornada de convivencia en Algarrobo

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El 15 de junio se celebra la Día de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica). Bajo el lema «Cuidar el trabajo, cuidar la vida», la HOAC de Málaga ha organizado una jornada de convivencia que tendrá lugar en el Parque de la Vega, en Algarrobo, de 12 a 18 horas.

«El objtivo de este día es compartir un día lúdico con aquellas personas, amigos y amigas, familias o grupos que, de algún modo, forman parte de nuestra comunidad hoacista», explica su presidente diocesano José Luis Fernández Orta. 

A las 12.30 celebrarán la Eucaristía y después continuará la jornada festiva con juegos y dinámicas, además de la comida compartida. 

Con motivo de esta jornada, HOAC Málaga lanza el siguiente manifiesto:

El próximo domingo, día 15 de junio, celebramos el día de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) en el Parque de la Vega, Algarrobo, desde las 12:00 para compartir la vida y celebrar juntos la presencia del Señor.

Lo hacemos en medio de nuestra campaña: “Cuidar el trabajo, cuidar la vida” subrayando que es necesario “Reaprender a Ser Comunidad”. Aprendemos a ser personas en medio de la sociedad, pero si esa sociedad nos va desvinculando de nuestros orígenes comunitarios y sociales y nos encierra en nosotros mismos, los resultados son tremendamente dañinos: vacío moral, desigualdad, empobrecimiento, individualismo, indiferencia, pérdida de los valores que nos hacen ser más humanos… En el fondo se olvidan así, tanto nuestros derechos como nuestros verdaderos deberes con las personas. Se olvida el verdadero sentido del trabajo y se sustituye por el interés individual; se provocan relaciones laborales más frágiles, debilitando las organizaciones sociales y sindicales que protegen a los trabajadores.

Queremos subrayar que sí es posible construir comunidad fraterna en torno a Cristo buscando el bien común desde la fraternidad universal y la amistad social. Desde estos espacios comunitarios, la persona podrá ir creciendo en el desarrollo de su ser y de su hacer, del sentido y del destino de su propia existencia. Una persona que valora la comunidad repercute en su ambiente y cambia las estructuras que impiden el pleno desarrollo de la vocación a la que estamos llamados por el Señor. Una persona que valora la comunidad encuentra sentido al trabajo que realiza, puesto que el trabajo siempre es comunitario. Una persona que valora la comunidad puede hacerse eco de las palabras del Papa Francisco en la cuestión del trabajo: “asegurar a todos la posibilidad de hacer brotar las semillas que Dios ha puesto en cada uno, sus capacidades, su iniciativa, sus fuerzas” (FT, 162).

En este año del Jubileo de la Esperanza reconocemos que para construir relaciones comunitarias hace falta tiempo, hay que saber estar, acompañar, acoger… aber “bajarse del burro” para atender al hermano herido (Lc 10,25-37). Una sociedad fraterna necesita que cada persona aporte y edifique junto con otros. Para vivir la esperanza que nos regala el Espíritu Santo, es necesario siempre un tú con quien formar un nosotros; y es necesario que entre el tú y el nosotros, esté siempre el cuidado. Desde una comunidad fuerte se estrecharán lazos que cuidarán del trabajo para que cuidemos de la vida y nos lanzará al compromiso en favor de quienes están más necesitados de cuidado.

Juntarnos el domingo supone hacerlo en el día del Señor, el Tú con mayúscula, que nos abre las puertas a esas relaciones fraternas; supone afirmar que es posible construir comunidad para seguir creciendo en nuestro proyecto de humanización; supone afirmar que la humanidad entera es una gran familia que debe arriesgar para recuperar una cultura que revolucione y que se comprometa en el cuidado de la casa común y de las condiciones de un trabajo mucho más humano, al estilo de lo que Dios nos pide.

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«Los alumnos aseguran que la Escuela Teológica los transforma para servir mejor»

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Este viernes, 13 de junio, tiene lugar la celebración de fin de curso de la sede de la Escuela Teológica de Málaga y en septiembre se abrirá el plazo para la matriculación en el nuevo curso. Dicho centro formativo diocesano comenzó su vida, como Escuela de Agentes de Pastoral el curso 1989-90, promovida por las delegaciones diocesanas de Apostolado Seglar y de Catequesis. Después fueron surgiendo las sedes de Antequera (1993-94), Ronda (1997-98), Mijas Costa y Nueva Andalucía (2001-02), Axarquía (2003-04), Melilla (2013-14) y Marbella (2017-18).

Posteriormente, se puso en marcha la modalidad semipresencial en los arciprestazgos de Coín y Ronda (2015-16), el arciprestazgo de Álora (2018-19) y el de Axarquía-Costa (2019-2020). En sus 35 años de andadura, han cursado el ciclo completo de formación casi 2.000 alumnos.

Este ha sido el tercer curso como director de la Escuela Teológica para el sacerdote José Emilio Cabra. Tres años que «han pasado volando y que han sido un privilegio porque me han permitido sumarme al trabajo de un equi-po que lleva más de 30 años trabajando bien por la formación en la Diócesis«, afirma.

«La dirección de la Escuela, con sus distintas sedes, te permite asomarte y conocer a cantidad de gente que está implicada en su propia formación en la Diócesis. Desde fuera sabes que existen seis sedes, repartidas por la diócesis, mas muchos grupos que siguen la Escuela semipresencial desde sus parroquias; pero sólo cuando vas conociéndolos personalmente, a los directores de cada sede, a los monitores y, sobre todo, a la gran cantidad de alumnos (hablamos de unos 300 en total en cada curso), te das cuenta de cuánta riqueza humana, que generalmente pasa inadvertida. Hay muchos miembros de nuestras parroquias, movimientos, hermandades… que hacen un gran esfuerzo por su formación creyente», explica José Emilio.

Por otro lado, «conocer la Escuela te permite dar las gracias por el bien que hace: el proceso, durante tres años, ayuda a hilar el Evangelio, la cristología, los sacramentos, —en fin, todo lo que se estudia— con la propia vida. Los alumnos aseguran que es un proceso que los va transformando. Y compartir con miembros de otras parroquias, de otras zonas, con otros puntos de vista, nos permite ampliar el horizonte y abrirnos a la experiencia de Iglesia, que siempre es más ancha, más rica que solo la mía. Todo para después servir mejor».

Estos tres años también han permitido a José Emilio «tomar conciencia de la necesidad de formación que seguimos teniendo en la Diócesis. Estoy convencido de que la Escuela sigue siendo útil. Tendremos que ver cómo acercarnos a nuevas demandas y necesidades que se nos van planteando sin perder la calidad y el valor del proceso, pero en ello estamos. Es por todo ello que estoy muy satisfecho de estos años y con muchas ganas de seguir adelante». 

Los alumnos

Rogelio García Cisneros es alumnos de la sede de la Escuela Teológica de Antequera y acaba de concluir el proceso formativo este curso. Se inscribió en la Escuela Teológica porque tenía inquietudes. 

«Cuando hablaba con compañeros de la parroquia, sobre todo con los de mi cofradía, o incluso de otras cofradías, yo veía que tenía déficits importantes en dos aspectos fundamentales: en lo teórico y en lo espiritual. En lo teórico porque, cuando empezaban a hablar, por ejemplo de la Biblia o del Evangelio de San Juan, yo no era capaz de seguirles el hilo. Todo me sonaba, pero en lo básico que se escucha en la Misa del domingo. También me motivaron los cursos de lectura de la Biblia que comenzaron en la parroquia. Y en lo espiritual, tenía un déficit espiritual y de encuentro con Dios tremendo. Llegué a la Escuela con nervios porque dedicarle tres años seguidos todos los miércoles, siendo padre de familia y con el trabajo… era complicado de compatibilizar. Pero ahora, sinceramente, reconozco que la Escuela me ha cambiado la vida. He descubierto a un Dios que no conocía. He pasado de un Dios castigador a uno misericordioso que es amor puro. Ahora leo el Evangelio todos los días, entendiéndolo y profundizando en él. Esto cambia hasta tu perspectiva de la vida y la importancia que le das a las cosas. Es tanto lo que me ha cambiado que, ahora que he terminado, me encuentro un poco huérfano, así que ya estoy “bochando” la web del CESET para comenzar Ciencias Religiosas».

Belén González (profesora de español para extranjeros) y su esposo Gabriel Contreras (arquitecto técnico) tienen dos hijas y una nieta de año y medio, pertenecen a los Equipos de Nuestra Señora desde hace 28 años y son alumnos de la sede de la Escuela en Marbella. 

«La búsqueda de un encuentro real con Cristo, una necesidad de crecer en la fe mediante una experiencia de vida real, hizo que buscáramos este curso especialmente práctico de vida en Cristo. No hay exámenes, no aprendes conceptos de memoria, simplemente vives el Evangelio. Descubres el proyecto de salvación que Dios pensó para el hombre. Es una experiencia real de amor. Esta vivencia se lleva a cabo gracias al método empleado. Ponerlo todo en práctica te hace vivir el mensaje del Evangelio en tu entorno más cercano. Cambias la visión de las personas, reconociendo en ellos el rostro de Cristo. Para mí (Belén), la razón por la que me inscribí en este curso es considerar la formación teológica como algo esencial en todo cristiano para poder argumentar con veracidad nuestra fe en Cristo. Hasta ahora, lo que más me ha gustado es vivir todo este aprendizaje en comunidad, enriqueciéndonos unos de otros. También conocer y entender la liturgia de la Iglesia. Al final de cada tema hay que hacer un compromiso que debemos cumplir en esa semana y esto me ha conducido a ser consciente de que mi fe ha de ser coherente y testimoniada».

Federico Alcázar es antiguo alumno y ahora monitor de la sede de la Escuela en Málaga. 

«Para mí, la Escuela fue todo un descubrimiento. Llegué a instancia de mi párroco, pero verdaderamente no tenía claro lo que venía a hacer. Me encontré con un grupo de profesores entusiastas que nos explicaban cada semana, de una manera amable y sencilla, todas las parcelas de la Teología. Pero para mí lo que marcaba la diferencia era el encuentro que teníamos un grupo heterogéneo de personas que, acompañados por un monitor, nos reuníamos al terminar la clase. En esas reuniones, lo que hacíamos era que  poníamos en común los temas que nos habían explicado la semana antes,  pero sobre todo lo que hacíamos era llevarlos a nuestras vidas; y así, poco a poco, semana a semana, íbamos utilizando un método sencillo y nos enfrentábamos a nosotros mismos, a nuestra forma de ver a los demás, de juzgarlos, de juzgar todo lo que acontece a nuestro alrededor y salir de nosotros mismos para acercarnos al hermano. Eso es algo de lo hemos hablado tantas veces o hemos oído hablar: la Iglesia en salida, es decir, conformarnos con Cristo y así, comenzar a discernir nuestras vidas. Para mí, todo este conocimiento y las distintas experiencias de mis compañeros de grupo y de mi monitor me llevaron a un encuentro personal con Jesús. Cada viernes era algo que deseaba, que me cambiaba la vida y me ponía frente a mí mismo y frente a Dios. Nunca podré pagar tanto como recibí. Por eso, cuando terminé la Escuela sentí la necesidad de seguir y transmitir a otros lo que yo había vivido y sigo viviendo en estos momentos. El día que me llamó el director, José Emilio Cabra, para ofrecerme quedarme como monitor lo sentí como un regalo. Y sigue siendo así desde entonces. Creo que hay mucha gente deseosa de conocer más y mejor al Señor, de vivir su fe con intensidad y, como proponía el papa Benedicto XVI, llegar a la fe desde la razón. Esta es la gran oportunidad que ofrece la Escuela Teológica San Manuel González».

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Malagueños, en el Congreso Internacional del Corazón de Cristo, en Valladolid

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P. Arnaiz

Un grupo de 27 malagueños, pertenecientes al Patronato del Padre Arnáiz, han participado del 6 al 8 de junio en el Congreso Internacional “Cor Iesu, Spes Mundi” que se ha desarrollado en Valladolid y que ha reunido a más de 400 participantes, procedentes de España y otros países como Alemania, Francia, Grecia, Italia o Polonia. Durante la Misa de clausura, el Arzobispo de Valladolid recibió una reliquia del beato Tiburcio Arnaiz, SJ

Este Congreso, organizado por la Archidiócesis de Valladolid y el Instituto del Corazón de Cristo, congregó, a lo largo de tres días, diversos conferenciantes que analizan la historia y devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Durante la Misa de clausura, que presidió el Arzobispo de Valladolid, Mons. Luis Argüello, se entregó una reliquia del beato Tiburcio Arnáiz, SJ para que sea custodiada y se pueda venerar, en la Basílica-Santuario de la Gran Promesa, lugar donde otro jesuita, el P. Bernardo Francisco de Hoyos, recibió las revelaciones del Corazón de Cristo, convirtiéndose en el primer apóstol de esta devoción en España, durante el siglo XVIII.

La reliquia del Padre Arnáiz que ha sido donada al santuario vallisoletano es de primer grado; tratándose de un hueso plano con forma de lágrima que se encontró entre las maderas de su féretro, al ser exhumados sus restos mortales en el año 2000, cuando fueron trasladados a la nueva sepultura, en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Málaga.

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Los sevillanos en Roma agradecen a Dios la experiencia vivida en el Jubileo de los movimientos, asociaciones y nuevas comunidades

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Los sevillanos en Roma agradecen a Dios la experiencia vivida en el Jubileo de los movimientos, asociaciones y nuevas comunidades

Para los peregrinos de la Archidiócesis de Sevilla que han participado del 5 al 9 de junio en el Jubileo de los movimientos, asociaciones y nuevas comunidades, la experiencia vivida en Roma estos días ha sido “de sinodalidad, comunión, encuentro y universalidad de la Iglesia”.

El punto máximo de la peregrinación lo han vivido los participantes este domingo con la Eucaristía de Pentecostés presidida por el Santo Padre León en la Plaza de San Pedro. Durante su homilía el Pontífice, inspirado por el relato de los Hechos de los Apóstoles, ha destacado que, al igual que sucedió en el Cenáculo, también hoy “desciende sobre nosotros el don del Espíritu Santo como un viento impetuoso que sacude”. Durante su alocución recordó a miles de peregrinos del mundo, que “el Espíritu de Dios nos hace descubrir un nuevo modo de ver y de vivir la vida”: Por un lado, “nos abre al encuentro con nosotros mismos, más allá de las máscaras que llevamos puestas” pero también “nos conduce al encuentro con el Señor enseñándonos a experimentar su alegría y nos convence de que sólo si permanecemos en el amor recibimos también la fuerza de observar su Palabra y, por tanto, de ser transformados por ella”.

Experiencia de diocesanidad

El presidente del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC) de Sevilla, Ignacio del Rey, ha destacado que todos los momentos vividos “han sido un regalo de Dios”. Sobre la Ultreya Mundial celebrada en la Basílica San Pablo Extramuros que congregó a miles de cursillistas de todos los continentes dijo que “MCC tiene sentido porque es una realidad diocesana”. Pero, los días de eclesialidad no se quedan en Roma, “ahora nos toca, llenos de Espíritu Santo, atraer a Cristo a aquellos alejados”.

Begoña Castillo es cursillista y ha puesto el acento en la peregrinación a la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. “Ha sido muy especial y significativo para mi atravesar el umbral de la puerta con todas las intenciones de personas que ahora no están conmigo. Los he sentido muy presentes y he rezado por ellos”.

Al igual que Begoña, Águeda López se ha dejado sorprender por Dios estos días. “Están siendo momentos muy especial vividos en comunidad”. Añade que no se imaginaba todos los regalos espirituales que iba a vivir en Roma junto a su marido.

Emilio Banda también es cursillista y del Jubileo de los Movimientos le ha sorprendido ver “cómo toda la Iglesia se abraza en un solo abrazo con el Señor, saltando barreras culturales y lingüísticas». En definitiva, para Emilio están siendo “uno de los mejores regalos» de su vida.

Jacobo García agradece la oportunidad de ver al Papa “tan cerca” en la Plaza de San Pedro “y rezar junto a él por las intenciones de toda la Iglesia. Al respecto, dijo que la compañía del arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, en este jubileo “ha sido muy importante».

Llamados a evangelizar

El matrimonio conformado por Leonor Aguilar e Ignacio Flores, ha valorado positivamente “las eucaristías compartidas y todos los momentos de encuentro que han permitido conocernos más”. De este encuentro han profundizado en la misión de todos los cristianos “que es evangelizar y extender el Reino de Dios”.

Pilar Moreno y Jaime Carvajal son un matrimonio de la Parroquia San Juan Pablo II, ella pertenece al movimiento Oración de Madres y juntos sirven a la Iglesia en el Proyecto Amor Conyugal. “Llevábamos a Roma una intención muy especial en el corazón y tenemos la convicción de que ha sido escuchada, damos gracias a Dios por ello”.

Accede al dossier sobre el Jubileo de los Movimientos en este enlace

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Homilía de Mons. Santiago Gómez Sierra, obispo de Huelva, en la Misa Pontifical de Pentecostés 2025

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Lecturas: Hch 2,1-11. Sal 103, 1ab y 24ac. 29bc-30.31 y 34.

Rom 8,8-17 y Jn 14, 15-16.23b-26

Homilía

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Domingo de Pentecostés. Ciclo C. 8 de junio de 2025

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Domingo de Pentecostés. Ciclo C. 8 de junio de 2025

Pentecostés es la fiesta cristiana en la que celebramos, a los cincuenta días del Domingo de Resurrección, la venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia, acontecimiento histórico y al mismo tiempo actual, porque el Espíritu Santo sigue viniendo.

En este relato del evangelista Juan los discípulos se encuentran escondidos y de manera clandestina tras la muerte de Jesús en la cruz. El miedo los ha acobardado como comunidad y en lo personal. Aun siendo algunos de ellos conocedores presenciales de que la tumba está vacía, queda de manifiesto que no estaban preparados para creer en la resurrección por no tener la fe suficiente. La muerte del Crucificado les ha invadido de temores, dolor y desesperanza.
Todo da un giro imprevisible como inexplicable cuando el Resucitado sale al encuentro de los discípulos y se pone en medio de la comunidad como el que da sentido, unifica y restaura a la Iglesia. Su presencia les llena de paz, de vida y de alegría, las que van a recibir del Señor junto a la misión y al Espíritu Santo.
Una misión que reciben de Cristo, la misma que él a su vez la recibió del Padre. La misión cristiana no es una orden sino un fuego interior, es el amor del Padre que te motiva por dentro a darte y a darlo todo en el anuncio de la Buena Noticia y en la construcción del Reino de Dios, como lo hizo en Jesús.
El Espíritu Santo que se nos ha dado sabe que la misión es dura porque no luchamos contra enemigos de carne y hueso sino contra las fuerzas del mal (estructuras de opresión y dominación). Quienes se abren al Espíritu Santo y se dejan inundar por él, no viven encerrados en si mismos ni en comunidades atrincheradas y conformistas, sino que todo lo viven y superan con el amor del Padre.

Emilio J., sacerdote

 https://elpozodedios.blogspot.com/ 

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El Papa León XIV en la Vigilia de Pentecostés: “Somos un pueblo en camino”

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El Papa León XIV en la Vigilia de Pentecostés: “Somos un pueblo en camino”

“Donde está el Espíritu hay movimiento, hay camino”, recordó el papa León XIV en la Vigilia de Pentecostés celebrada en la plaza de San Pedro acompañado de peregrinos del jubileo de los movimientos, asociaciones y nuevas comunidades eclesiales.

“En esta vigilia de Pentecostés nos encontramos íntimamente vinculados por la proximidad de Dios, por su Espíritu que une nuestras historias a la de Jesús. Estamos involucrados en las cosas nuevas que Dios hace, para que su voluntad de vida se cumpla y prevalezca sobre la voluntad de muerte”, expresó el Pontífice en la homilía.

En la plaza de San Pedro se encontraban – junto a miles de peregrinos del mundo –  laicos de la Archidiócesis de Sevilla que participan en el Jubileo celebrado este fin de semana. Un momento muy emotivo de la jornada de hoy ha sido la bendición que el Santo Padre ha impartido a Diana Marcela Caicedo, una joven feligresa de la Parroquia San Juan Pablo, de Montequinto con parálisis cerebral.

Al término de la vigilia, el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, ha podido saludar al papa León para extenderle un saludo de parte de la Archidiócesis de Sevilla. 

La evangelización es obra de Dios 

El Santo Padre reflexionó sobre la identidad del cristiano, testificada por olor de santidad de Cristo. También recordó como “en Pentecostés María, los Apóstoles, las discípulas y los discípulos que con ellos fueron colmados con un Espíritu de unidad, que radicaba para siempre sus diversidades en el único Señor Jesucristo”.

Recordó que la sinodalidad “es el camino que pide a cada uno reconocer la propia deuda y el propio tesoro, sintiéndose parte de una totalidad, fuera de la cual todo se marchita, incluso el más original de los carismas”. De igual modo, alegando la importancia del anuncio del Evangelio en este camino, señaló que “la evangelización es obra de Dios y, si a veces pasa a través de nuestras personas, es por los vínculos que hace posible”.

Finalmente invitó a los movimientos, asociaciones y nuevas comunidades eclesiales a que “estén por tanto profundamente ligados a cada una de las Iglesias particulares y a las comunidades parroquiales donde alimentan y gastan sus carismas. Cerca de sus obispos y en sinergia con todos los otros miembros del Cuerpo de Cristo actuaremos, entonces, en armoniosa sintonía”.

Sigue toda la actualidad dell Jubileo de los Movimientos en este enlace

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Salud para Málaga

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El pasado 31 de mayo, la tradición malagueña rememoró la invención del Santo Cristo de la Salud, custodio de la ciudad, de cuyo culto cuidaba el Ayuntamiento en contraposición a los otros patronos instituidos por la Iglesia. Ambos estamentos, el civil y el eclesiástico, condujeron respectivamente durante siglos a sus imágenes patronales hasta la Catedral cuando amenazaba una calamidad pública, celebrando ante ellas las rogativas de rigor.

La devoción al Cristo de la Salud, desde que aconteciera su milagrosa aparición el 31 de mayo de 1649, en pleno apogeo de una terrible peste, llegó a ser extraordinaria entre los malagueños, aunque se fue enfriando poco a poco desde que en el siglo XIX su capilla sita en el mismo edificio consistorial, entonces en la actual plaza de la Constitución, fuese demolida. Ese recinto permanecía abierto día y noche, iluminado por infinidad de luminarias y atendido permanentemente por un capellán a sueldo del Ayuntamiento.

Hoy, en la Catedral, donde tantas veces fuera trasladado el Señor, solo lo rememora una delicada terracota policromada, un verdadero bibelot, ejemplo de las muchas reproducciones del original que se hicieron en siglos pasados para atender la demanda de los devotos. Situada en la sala de los canónigos, tiene el sello de Román, taller granadino fundado en 1801 y que alcanzó un gran prestigio durante todo el siglo XIX. Esta pieza en cuestión perteneció a Francisco García Almendro, alcalde de Málaga entre 1920 a 1922, y su donación al Cabildo se debe a la generosidad de su bisnieto, el reconocido periodista y escritor local, Alfonso Vázquez.

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Mons. Catalá: «El Señor se ha servido de mi hospitalización para potenciar nuestra comunión eclesial»

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El Sr. Obispo presidió el domingo 8 de junio la Misa con motivo de la Solemnidad de Pentecostés en la Catedral de Málaga. Se trataba de su primera celebración en el primer templo malagueño tras su hospitalización, por lo que Mons. Catalá ha comenzado su homilía agradeciendo «todas las muestras de cariño y afecto» hacia su persona. «El Señor se ha servido de esta circunstancia –dijo– para potenciar nuestra comunión eclesial y nuestra fraternidad. ¡Que Dios os bendiga!»

Audio de la homilía:

D. Jesús centró su predicación en la celebración del Día de la Acción Católica y el Apostolado Seglar, y afirmó que: «todos debemos sentirnos llamados, como miembros de la Iglesia, a caminar juntos, sinodalmente, a escuchar y discernir en el Espíritu, reconociendo el valor y la dignidad de cada vocación. Ningún carisma y ninguna vocación es más que otra; nadie debe excluir a otro, porque todos podemos aportar desde el carisma que el Señor nos haya regalado». 

En este sentido, señaló que «la fiesta de hoy nos hace ver con más claridad que la Iglesia no es monocolor ni uniforme, sino una sinfonía de melodías y una armonía de colores, que el Espíritu suscita, anima y coordina. Seamos esa nota musical, armonizada y concordante con otras notas para cantar la melodía del Espíritu. Seamos el color que el Espíritu nos ha querido dar para enriquecer y embellecer la Iglesia». 

Mons. Catalá hizo referencia a la homilía de León XIV en la vigilia de Pentecostés y, siguiendo sus palabras, invitó «a todos los grupos, movimientos, asociaciones, etc., a vivir unidos a la iglesia particular o diócesis, a la que pertenecéis; en nuestro caso a Málaga. Y también a mantener una relación viva con vuestra parroquia. De la misma manera que la Diócesis es expresión y concreción de la Iglesia universal (cf. Concilio Vaticano II, Lumen gentium, 23; 28), la parroquia es la comunidad concreta donde se celebra, se vive y se testimonia la fe», y añádió «una palabra de apoyo a la Acción Católica General, que está integrada en la parroquia; y puede ayudar con su método a otros movimientos, que tal vez se encuentran “fuera”, “al margen” o “por encima” de las parroquias».  

El obispo de Málaga finalizó su homilía dando «gracias a Dios por tantos laicos, por todos vosotros, que, de forma personal o asociados, sois signos de esperanza con vuestro compromiso cristiano y eclesial en los lugares de misión, en los barrios, en las cárceles, en el mundo de la educación, en la política, en la economía, en los medios de comunicación, en el continente digital; y en tantos otros campos». 

Lea aquí la homilía íntegra.

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