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📖 Reseña literaria: ‘Mientras haya personas, hay esperanza′, campaña de Adviento de Cáritas

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📖 Reseña literaria: ‘Mientras haya personas, hay esperanza′, campaña de Adviento de Cáritas

El tiempo de Adviento inaugura época de ilusiones, cambios, esperanzas, comienza un tiempo de vigilancia, de espera, de permanecer en medio de las circunstancias que rodean nuestra existencia, pero con ánimo renovado. Tiempo nuevo, tiempo de ser vigías, de otear horizontes proféticos, de hacer germinar esperanza al ser humano que confía, que cree qué algo nuevo, diferente está cerca de suceder.

Junto a este comienzo se inicia también un nuevo ciclo litúrgico, el llamado ciclo A. Con él nos abrimos a una nueva oportunidad. Se nos entrega unos días cargados de horas, minutos y segundos de los que somos responsables. Que lo aprovechemos o lo derrochemos depende solo de nosotros y nosotras. La vida es un regalo, pero también es una responsabilidad. Como seguidores de Jesús de Nazaret hemos sido llamados a vivir los valores del Reino y a anunciarlo con gestos y palabras, haciendo presente en la vida de la gente su fuerza humanizadora y salvadora.

Cada año, Cáritas nos subraya una dimensión de esta vocación a través de una campaña. La de este año (2025-2026) tiene como lema, «Mientras haya personas, hay esperanza». Como Iglesia, vivimos un año extraordinario de gracia en el que el papa Francisco nos ha convocado a vivir el Jubileo de la Esperanza, un tiempo de renovación espiritual y una oportunidad para ser testigos de la esperanza que nace del amor de Jesús crucificado y resucitado.

Intervención de la Hna. Pilar González, desde la Librería Welba, en El Espejo de COPE Huelva de este viernes 21 de noviembre.

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D. Antonio Sebastián Sabido Salguero nombrado Arcipreste del Arciprestazgo de El Puerto de Santa María-Rota

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D. Antonio Sebastián Sabido Salguero nombrado Arcipreste del Arciprestazgo de El Puerto de Santa María-Rota

Prot. 03/136/25

El Arcipreste, llamado también Vicario Foráneo o Decano, es el sacerdote que, considerado idóneo según las circunstancias de tiempo y lugar, está puesto al frente del Arciprestazgo para fomentar la fraternidad y coordinar la acción pastoral común (Cf. cc. cc.553-555).

En uso de mi jurisdicción ordinaria y por el presente vengo a nombrar y nombro al Rvdo. Sr. D. ANTONIO SEBASTIÁN SABIDO SALGUERO, ARCIPRESTE DEL ARCIPRESTAZGO DE EL PUERTO DE SANTA MARÍA-ROTA.

En virtud de este nombramiento gozará de todos los derechos propios de este cargo y se le exhorta al fiel cumplimiento de sus obligaciones según los actualmente vigentes Estatutos de los Arciprestazgos de esta Diócesis.

En testimonio de lo cual mando expedir las siguientes letras, firmadas y selladas por mi mano, selladas y refrendadas por el infrascrito Secretario General-Canciller de este Obispado en Jerez de la Frontera a 20 de noviembre de 2025.

+José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

Luis Salado de la Riva, pbro.

Secretario General-Canciller

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D. Diego González Pérez nombrado Arcipreste del Arciprestazgo de Sanlúcar de Barrameda

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D. Diego González Pérez nombrado Arcipreste del Arciprestazgo de Sanlúcar de Barrameda

Prot. 03/135/25

El Arcipreste, llamado también Vicario Foráneo o Decano, es el sacerdote que, considerado idóneo según las circunstancias de tiempo y lugar, está puesto al frente del Arciprestazgo para fomentar la fraternidad y coordinar la acción pastoral común (Cf. cc. cc.553-555).

En uso de mi jurisdicción ordinaria y por el presente vengo a nombrar y nombro al Rvdo. Sr. D. DIEGO GONZÁLEZ PÉREZ, ARCIPRESTE DEL ARCIPRESTAZGO DE SANLÚCAR DE BARRAMEDA.

En virtud de este nombramiento gozará de todos los derechos propios de este cargo y se le exhorta al fiel cumplimiento de sus obligaciones según los actualmente vigentes Estatutos de los Arciprestazgos de esta Diócesis.

En testimonio de lo cual mando expedir las siguientes letras, firmadas y selladas por mi mano, selladas y refrendadas por el infrascrito Secretario General-Canciller de este Obispado en Jerez de la Frontera a 20 de noviembre de 2025.

+José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

Luis Salado de la Riva, pbro.

Secretario General-Canciller

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Fray Juan Carlos González del Cerro nombrado Delegado Diocesano de la Vida Consagrada

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Fray Juan Carlos González del Cerro nombrado Delegado Diocesano de la Vida Consagrada

Prot. 03/143/25

«El estado de quienes profesan los consejos evangélicos en estos institutos pertenece a la vida y a la santidad de la Iglesia; por ello todos en la Iglesia deben apoyarlo y promoverlo» (Cfr. C. 574 §1 del CIC).

Fiel a este precepto, es mi deseo como Padre y Pastor de la Iglesia particular de Asidonia-Jerez, atender diligentemente a las personas consagradas residentes en esta Diócesis. Para ello, y en virtud de sus cualidades, en uso de mi jurisdicción ordinaria, nombro al Rvdo. P. D. JUAN CARLOS GONZÁLEZ DEL CERRO, O.P. DELEGADO DIOCESANO PARA LA VIDA CONSAGRADA, por el tiempo de cinco años. Estará bajo la supervisión del Vicario Episcopal de Agentes de Pastoral.

Entre sus tareas principales destacan:

1 – Crear mayor conciencia diocesana a los religiosos y religiosas, y de la vida consagrada en los fieles diocesanos.

2 – Cuidar la atención espiritual y sacramental, y la formación permanente de los monasterios de clausura.

3 – Potenciar la integración en organismos diocesanos, en el arciprestazgo y en las parroquias de los religiosos y religiosas de vida activa, según los carismas específicos.

4 – Cuidar la relación con la CONFER diocesana, a tenor del derecho.

5 – Asesorar al Obispo en la erección canónica de una comunidad de vida consagrada y en el nombramiento de Capellanes de religiosas e institutos laicales.

6 – Acompañar o representar al Obispo en las visitas canónicas y en los capítulos electivos de las comunidades de vida contemplativa.

En testimonio de lo cual mando extender este Decreto, firmado por mi mano, sellado y refrendado por el infrascrito Secretario General-Canciller de este Obispado en Jerez de la Frontera a 21 de noviembre de 2025.

+José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

Luis Salado de la Riva, pbro.

Secretario General-Canciller

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Cinco años del Venerable Andrés Manjón, en “El Espejo”

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Programa emitido en COPE Granada el 21 de noviembre de 2025.

Disponible el programa emitido en COPE Granada, el 21 de noviembre de 2021, dedicado a D. Andrés Manjón y Manjón, natural de un pueblo de Burgos que llegó a Granada, donde fue sacerdote diocesano, canónigo de la Abadía del Sacromonte y fundador de las Escuelas Ave María, con motivo de la presentación de un libro en la Curia y de un concierto en la Abadía, en el marco del V aniversario de su declaración de Venerable por parte de la Santa Sede.

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Centenario de la Solemnidad de Cristo Rey

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Se cumple los cien años de la solemnidad de Cristo Rey instaurada por el papa Pío XI con la encíclica Quas Primas (11.12.1925). Se celebraba entonces un año santo y como decía el Papa en la encíclica, “al cumplirse en el Año Jubilar el XVI Centenario del concilio de Nicea, con tanto mayor gusto mandamos celebrar esta fiesta, y la celebramos Nos mismo en la Basílica Vaticana, cuanto que aquel sagrado concilio definió y proclamó como dogma de fe católica la consustancialidad del Hijo Unigénito con el Padre, además de que, al incluir las palabras cuyo reino no tendrá fin en su Símbolo o fórmula de fe, promulgaba la real dignidad de Jesucristo”. Pío XI en la conclusión del Año Jubilar de 1925, quiso introducir en la liturgia una festividad especialmente dedicada a Nuestro Señor Jesucristo Rey. La encíclica Quas Primas, haciendo un recorrido por la Sagrada Escritura y en la tradición litúrgica de la Iglesia, recordaba que ha sido costumbre muy general y antigua llamar Rey a Jesucristo y que «es evidente que también en sentido propio y estricto le pertenece a Jesucristo como hombre el título y la potestad de Rey; pues sólo en cuanto hombre se dice de Él que recibió del Padre la potestad, el honor y el reino; porque como Verbo de Dios, cuya sustancia es idéntica a la del Padre, no puede menos de tener común con él lo que es propio de la divinidad y, por tanto, poseer también como el Padre el mismo imperio supremo y absolutísimo sobre todas las criaturas».

 

En la institución de la solemnidad de Cristo Rey el papa Pío XI hacía una llamada a no olvidar nuestra pertenencia a Cristo, adquirida «no con oro o plata, que son cosas perecederas, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un Cordero Inmaculado y sin tacha. No somos, pues, ya nuestros, puesto que Cristo nos ha comprado por precio grande; hasta nuestros mismos cuerpos son miembros de Jesucristo» El Reino de Cristo es una llamada a dejarnos conducir por Él, y que Pío XI manifestó usando las mismas palabras de otro Papa, León XIII: «¡Oh, qué felicidad podríamos gozar si los individuos, las familias y las sociedades se dejaran gobernar por Cristo! […] entonces se podrán curar tantas heridas, todo derecho recobrará su vigor antiguo, volverán los bienes de la paz, caerán de las manos las espadas y las armas, cuando todos acepten de buena voluntad el imperio de Cristo, cuando le obedezcan, cuando toda lengua proclame que Nuestro Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre» Donde reina Cristo se fortalece la justicia y crece la esperanza.

 

La celebración anual de Cristo Rey debe impulsarnos como recuerda la encíclica Quas Primas, con la acción y con las obras, a volvernos más a Cristo, respondiendo a la llamada de conversión personal y eclesial que Él nos hace. En muchas ocasiones Cristo es silenciado cuando se falta al orden de la Creación, cuando se arrincona la libertad de expresar la fe en la vida pública y especialmente cuando se atenta contra la dignidad de la persona. Por eso es necesario que esta solemnidad nos inspire a crecer desde Cristo en la memoria de los que no cuentan y son olvidados por esa sociedad de la que hablaba el papa Francisco, la sociedad del descarte.

 

Precisamente como discípulos misioneros no se debe dudar en hacer de la vida pública un renovado campo de misión para hablar de Cristo y hacer resonar su voz a los que no lo conocen, lo han olvidado o lo rechazan. El gobierno de Cristo en lo espiritual, en lo temporal, en los individuos y en la sociedad como nos recuerda la encíclica, nos alerta de la privatización de nuestra fe y sus consecuencias. El testimonio de nuestros santos y santas, cuya sangre derramaron por Cristo, nos llama a crecer como apóstoles según la vocación a la que hemos sido llamados por Dios. Este tiempo que vivimos – como si Dios no existiera – es una ocasión propicia para favorecer la formación de personas para un renovado liderazgo cristiano y como recordó el Papa León XIV a la luz del nuevo doctor de la Iglesia san John Henry Newman, a ofrecer como Iglesia “itinerarios de la mente hacia Dios”.

+José Ángel Saiz Meneses

Arzobispo Metropolitano de Sevilla

Recuperar la razón… cordial

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Queridos diocesanos, hermanas y hermanos de Málaga y Melilla:

Vivimos en una época de contrastes y contradicciones. No es raro encontrar personas que solo aceptan como verdadero lo que la ciencia demuestra, desestimando lo que proviene de la filosofía o la religión. Al mismo tiempo, estas mismas personas a menudo relegan la razón a la hora de elegir pareja, orientarse profesionalmente, crear vínculos, decidir en política o vivir la fe, dejándose guiar únicamente por emociones y sensaciones, con frecuencia engañosas y cambiantes.

Cuando despreciamos la razón y absolutizamos el sentimiento, caemos en un relativismo y un pensamiento débil, que suelen aliarse con los poderosos y perjudicar a los más vulnerables. Por otro lado, cuando absolutizamos una razón entendida exclusivamente como cálculo técnico, ajena a las dimensiones no cuantificables de la existencia, construimos una civilización científicamente avanzada pero vacía de humanidad, un modelo de razón al servicio del interés económico, capaz de sostener estructuras de explotación y de violencia.

En este contexto, es menester afirmar el valor de la razón científica, pues gracias a su método para medir y organizar la realidad, se ha ampliado notablemente la capacidad humana para transformar el mundo. No obstante, también debemos admitir que dicha razón se revela insuficiente para orientar nuestra existencia y marcar el rumbo de la historia.

Necesitamos, por tanto, recuperar una razón cordial que dé cuenta de todo lo que, sin ser demostrable ni medible, sigue siendo real: el amor, los afectos, la justicia, la fe, el misterio de la persona… Esta razón ha de ser capaz de reconocer el valor incondicional de cada ser humano e impulsarnos a una acción transformadora, además de ofrecer el marco adecuado para orientar el desarrollo de la razón científico-técnica. Una razón que no huya de los interrogantes existenciales y que se acerque al Misterio, que sostiene la vida y responde a nuestros deseos y esperanzas.

Una razón así no solo se nutre de argumentos lógicos, sino también de intuiciones, decisiones no calculadas y vínculos que la mente no puede controlar. Ya en el siglo XVII, Blaise Pascal escribió: «El corazón tiene razones que la razón no entiende», reflejando la complementariedad entre la razón y la emoción.

En este sentido, san Juan Pablo II afirmó que «la fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad» (FR 1). Y Benedicto XVI criticó tanto el fundamentalismo como el laicismo, ya que impiden «un diálogo fecundo y una provechosa colaboración entre la razón y la fe religiosa» (CV 56). La fe sin razón enferma y se fanatiza; la razón sin la fe pierde el rumbo de la justicia y termina sirviendo al poder.

Que el Espíritu nos ayude a “pensar con el corazón y sentir con la cabeza”.

Recibid un saludo cordial en el Señor.

+ José Antonio Satué

La Delegada de Manos Unidas, en El Espejo de la Iglesia

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La Delegada de Manos Unidas, en El Espejo de la Iglesia

Manos unidas es la ONG de la Iglesia que el año pasado logró que de Córdoba partieran más de 800.000 euros para financiar programas de ayuda en todo el mundo. Trabajan por proyectos, buscan socios locales y construyen puentes, colegios o pozos. En nuestra Diócesis, cada Vicaría asume uno de esos proyectos y se pone a trabajar, su mayor valor, una labor de voluntarias volcadas en llevar la justicia y la paz a quienes carecen de todo. Hablamos con su presidenta.

Puedes escuchar el programa completo en este enlace

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Homilía en una celebración de Admisión a las Sagradas Órdenes

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Admisión a las Sagradas Órdenes

Parroquia de San Pablo. Murcia 16 de noviembre de 2025

 

Vicario general y vicarios episcopales,

sacerdotes y párrocos de los candidatos; religiosos y religiosas;

rector del Seminario Mayor San Fulgencio, rector del Seminario misionero diocesano Redemptoris Mater y formadores; director del Centro de Estudios San Fulgencio; seminaristas;

familiares de los candidatos a Órdenes Sagradas; párroco y feligreses de la parroquia de San Pablo; hermanos y hermanas.

 

Queridos Jesús y Francisco Jesús,

A la vez que os saludo, os invito a mirar siempre vuestra vida a la luz de la fe, porque en toda ella está presente Dios como protagonista. No olvidéis que la iniciativa en vuestra vocación ha sido suya, especialmente cuando se acerca a nosotros y nos llama a la santidad. Esta es la gracia y la meta de todo creyente, conforme nos recuerda el Libro del Levítico: «Sed santos, porque yo, el Señor, Dios vuestro, soy santo» (Lv 19, 2). No busquéis otras razones que justifiquen vuestra vocación porque solo las encontraréis en el corazón de Dios y os ha llamado a ser testigos del amor como profetas que anunciáis la salvación. Resulta que mucha gente se queja de este mundo tan complejo, con tantas violencias y adicciones, con tanta soledad y desamor, sin embargo, el que estéis aquí esta tarde tiene sentido, porque vais a ser los que llevéis a la gente la luz de la esperanza, los que abriréis el camino para ir a la luz de Dios, estando cercanos, oyendo el clamor del pueblo de Dios y trabajando para que nadie se quede fuera.

 

Hoy estáis aquí, delante de la Iglesia, dando los primeros pasos para esta aventura y vuestra sola presencia, junto con la de vuestros compañeros seminaristas, es muy importante. Le habéis dicho al Señor que cuente con vosotros, que estás aquí para hacer su voluntad, pero esa maravillosa experiencia no estará ausente de sacrificio, lo sabéis. Recordad cómo fue la vocación de Pablo de Tarso y lo que cuenta él de ella, que tenía que agarrar la cruz de Cristo y lo que dijo Jesucristo de él: «Yo mismo le haré ver todo lo que tendrá que sufrir por mi nombre». La vocación, la llamada para seguir a Cristo, es siempre una llamada a unirse a su sacrificio, compartir su pasión para cooperar a la salvación del mundo. Pero no temáis, que Él ha vencido al mundo. Pablo se entregó totalmente a Cristo que entraba en su alma; se puso a vivir únicamente por Él: la fe y la caridad alcanzaron su más grande dimensión en la total consagración a su misión apostólica.

 

Comenzáis este camino con la admisión como candidatos a las Órdenes Sagradas. Esta es una pedagogía de la Iglesia que os va acercando a una total consagración para ser pastores y testigos. Esto significa que ya estáis comprometidos para ser oyentes de la Palabra, para ser íntimos de Jesús en la oración y hermanos de la vida de la Iglesia. La Palabra es comunicación, manifestación, revelación de lo que es Dios, de cuanto quiere decirnos Dios de sí mismo.

 

Jesús y Francisco Jesús, os felicito por la decisión, por haber respondido a la llamada del Señor, que ha trastornado los proyectos normales y seductores de vuestra vida; os ha arrancado de la compañía de vuestros seres queridos; os ha pedido incluso la renuncia al amor conyugal, para exaltar en vosotros una plenitud excepcional de amor por el reino de los cielos, por la fe, es decir, por la caridad hacia los hermanos.

 

Os advierto que no vais a tener un camino de rosas, que no será fácil, porque el demonio, «como león rugiente», como decía san Pedro, buscará separaros de vuestras responsabilidades. Os ruego que no flaqueéis, que seáis fuertes, manteneos con firmeza, oíd a vuestros directores espirituales, que la obediencia os sacará de apuros y el camino a la santidad os acercará a la intimidad con Dios; imitad siempre a Cristo pobre, casto, y humilde y aprended de Él a amar sin reserva a la gente que se os confíe, que en esto «consiste el amor a la Iglesia que es santa y nos quiere santos, porque tal es la misión que Cristo le ha confiado» (Papa san Juan Pablo II, en Pastores dabo vobis, 33). El mundo os necesita, aunque os critique.

 

No os desaniméis nunca, no olvides que sois hijos de la Iglesia y que tenéis, no la obligación, sino la necesidad de mirarla con los ojos de la fe y con los mismos sentimientos de Cristo; tenéis la necesidad de cuidarla en sus personas, de ser signos de luz por vuestro testimonio de vida y no olvidéis la necesidad de amarla incondicionalmente, con espíritu de donación, por ser prolongación de Cristo. La Iglesia no es lo que vosotros os imagináis, es la que es, es este pueblo de Dios al que os consagráis y al que un día seréis enviados a servir y sabréis interpretar que esa será la voluntad de Dios, no lo que vosotros queríais u os habíais imaginado, sino donde la Iglesia, por medio de vuestro obispo os envíe.

 

Que Dios os bendiga y os haga fuertes para seguir en fidelidad esta invitación de Dios y que os ayude con la protección de la Santísima Virgen María a quien nos dejó como Madre, al pie de la cruz y que nos ha dado ejemplo de saber hacer la voluntad del Padre siempre.

 

+ José Manuel Lorca Planes

Obispo de Cartagena

Homilía en el Jubileo de las Cofradías

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Jubileo de las Cofradías

Murcia, a 15 de noviembre de 2025

Queridos hermanos sacerdotes y consiliarios, religiosos y religiosas,

Delegado episcopal de Hermandades y Cofradías,

Presidentes y cabildos, Excmas. e Ilmas. Autoridades, Saludo a todos los cofrades.

 

Queridos hermanos,

 

Nos hemos acercado hasta la Puerta Santa para participar del Jubileo que nos ha regalado el Papa Francisco con la intención de que seamos misericordiosos como el Padre es misericordioso, pero esto no será posible si no nos agarramos a la Cruz gloriosa de Cristo, sin hacer un alto en el camino con la seguridad de tener al alcance de nuestras manos la verdadera conversión. La petición del Papa tiene un fundamento, el que está en las Bienaventuranzas, que nos dice: «Felices los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia». ¡Qué maravilla poder entender el abismo de misericordia del corazón de Dios! En las lecturas de este domingo escucharemos una enérgica llamada a no vivir adormecidos. Dios nos ama, pero también nos exige fidelidad a su amor hasta las últimas consecuencias. Y debemos ser conscientes de que esta fidelidad puede acarrearnos problemas e incluso persecuciones.

 

A nadie le es desconocido que el ritmo del trabajo y las complicaciones del mundo nos están llevado a preocupaciones. Os propongo que hagáis un esfuerzo para poder entrar en el oasis de la paz, el esfuerzo de hacer silencio, la sabiduría de dejar a un lado los rencores y los rancios sinsabores que nos quitan la paz interior, para abrir el corazón con sencillez a la voz del Altísimo y poder sentiros libres de todas las ataduras. Dirigid hoy y siempre los ojos a Jesús, desde el silencio de la verdad, como hizo el ciego del evangelio y gritadle: «¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!».

 

Esto supone el pequeño ejercicio de fijar los ojos solo en Jesucristo, los oídos atentos solo para escucharle a Él y comprobaréis a qué descanso os lleva Él.

 

Vuestra experiencia de cofrades os ha acercado a las imágenes del Señor y a las de su bendita Madre, al pie de la cruz, y me pregunto, ¿le habéis sentido cercano? ¿Cómo os encontráis después de una procesión? ¿Solo el hombro ensangrentado por el peso del paso o de las cruces en el camino, el brazo cansado por los varales y los cirios y ya está? Algo habréis sentido, alguna señal os habrá llegado de nuestro Señor cuando todos los años volvéis con gusto… Pensad por un momento: ¿Alguna vez le habéis oído a Jesús quejarse o maldecir? ¿Le habéis visto enfadado o desesperado? ¿Perdió en algún momento los nervios? Estas imágenes no son solo de madera, porque son mucho más que eso, porque en el acontecimiento histórico los testigos relatan cómo vivió Jesús aquel momento con una fidelidad exquisita, también incluso en los otros testimonios extrabíblicos, y coinciden en que Jesús iba como un cordero llevado al matadero, en silencio. Jesús en su pasión no maldice, ni reprocha, no critica ni se queja, no amenaza a nadie… lo que sí hizo en ese trance fue orar, rezar, mirar al Padre y mirarnos a nosotros con una ternura infinita; Jesús desde la cruz perdona, sufre y calla; le promete el paraíso al que estaba clavado junto a Él; sigue pidiéndole al Padre que nos perdone, porque no sabemos lo que hacemos; y como un gesto grande de amor nos entrega a su Madre como Madre nuestra, como protectora… Jesús desde el Calvario nos dio una conferencia de muchas y bellas palabras, pero en silencio. Su pregón consistió en darnos ejemplo con signos de amor y misericordia.

 

Cristo es la respuesta a todos los interrogantes del hombre, es nuestro Redentor y Salvador. La luz y el calor de nuestro Señor Jesucristo han sido los que han derretido el hielo de nuestros egoísmos y nos han permitido encontrarle a Él, cara a cara, como camino, verdad y vida. Cristo no está lejos de ti, ni lejos de tus preocupaciones, Él ha salido a tu encuentro otra vez más con motivo de esta extraordinaria procesión donde están representados todos los pueblos de nuestra Diócesis y Región, ha salido a nuestro encuentro, dándonos un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. Queridos cofrades, separados de Cristo no podremos hacer nada (cf. Jn 15, 5). Esto nos hace pensar que no nos hemos equivocado al elegirlo a Él, pero debemos huir de las promesas que no podemos cumplir, huir de las seguridades que nada aseguran y debemos agarrarnos con fuerza a Cristo, nuestro sentido y fundamento, aunque para ello tengamos que dejar atrás muchas cosas con valentía.

 

Es posible que alguno diga, lo que nos dices, obispo, son palabras y más palabras y puede que lleven razón, pero es que para comunicarnos necesitamos la palabra, aunque reconozco que yo no soy un experto. Después de las palabras vienen las decisiones y para eso, para comprometerse, implicarse, responsabilizarse… lo debe hacer cada uno. Me permito deciros, a todos vosotros que nos dais ejemplo de sacrificio, de esfuerzo e ilusión en el seno de vuestras cofradías: buscad siempre con fuerza a Jesús, para encontrarle, tratarle, para confiar en Él y amarle. Solo necesitas ponerte en camino, confiar y caminar. No hay que temer nada, la iniciativa la lleva siempre Dios, que te ofrece mil formas para entrar hasta lo más hondo de tu ser. Él sale a tu encuentro, lo reconocerás por medio de la caridad.

 

Pero ¿es difícil encontrarse con Cristo hoy? ¿Se puede llegar a Él a pesar de tanta complicación de vida? La respuesta es: ¡claro que sí!, pero hay que acercarse para poder verle. Acercarse a Él en la caridad, en los necesitados, acercarse en la Palabra, en la oración y en los sacramentos. Aprender a ver y a encontrar a Jesús en la Eucaristía.

 

Que Dios os bendiga a todos vosotros y a vuestras familias, a toda la familia cofrade. Os encomiendo en este día a la Madre de nuestro Señor y Madre nuestra, la Santísima Virgen María.

 

+ José Manuel Lorca Planes

Obispo de Cartagena

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