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Iglesia santa, esposa y madre

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El 18 de mayo celebramos todos los años en la diócesis de Córdoba la fiesta de la dedicación de la Santa Iglesia Catedral. Fue el 18 de mayo de 1146 cuando Alfonso VII el Emperador recibió las llaves de la ciudad del rey musulmán Ibn Ganiya, y el arzobispo de Toledo D. Raimundo, entonces administrador apostólico de Córdoba, consagró la hasta entonces mezquita convirtiéndola en catedral católica. Los musulmanes volvieron a tomarla, cuando las tropas cristianas se alejaron de la ciudad de Córdoba. La segunda dedicación, más solemne y concurrida que la anterior se tuvo el 29 de junio de 1236, cuando el rey Fernando III el Santo reconquistó la ciudad de Córdoba y mandó que la gran mezquita fuera consagrada como catedral. Lo hizo el obispo de Osma, en ausencia del arzobispo de Toledo.

Este domingo 18 de mayo recordamos y celebramos la dedicación de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba. Celebración que en la Catedral tiene rango de solemnidad, que prevalece sobre el domingo.

Hay pocas celebraciones en el calendario litúrgico que se refieran a la Iglesia. Una es cuando se consagra esa misma Iglesia, otra es en el aniversario de esa consagración. En esta fiesta celebramos no tanto las piedras, por muy artísticas que sean, sino las personas que componen esta comunidad. Y al ser la Catedral, a todos los fieles católicos de la diócesis de Córdoba.

La Iglesia es calificada como Esposa de Cristo en la doctrina del concilio Vaticano II (LG 6), tomándolo de Ap. 19,7-10 y de la doctrina de los Padres: “Como cabeza él se llama “esposo”, y como cuerpo “esposa”. Son una sola carne” (san Agustín, in Ps. 74, 4). En la ordenación episcopal, cuando se entrega el anillo, se dice: “Recibe este anillo, signo de fidelidad, y permanece fiel a la Iglesia, Esposa santa de Dios”. La Iglesia es esposa, y así se le confía al ministro cuando es ordenado. Y por eso, es también madre fecunda por la acción del Espíritu Santo.

Celebrar la dedicación de la Santa Iglesia Catedral es celebrar en toda la diócesis que la Iglesia es la esposa de Cristo, la prolongación de Cristo en el tiempo y en la historia. No es la Iglesia una señora viuda, que ha heredado una rica herencia de su esposo y dispone de ello a su libre arbitrio. La Iglesia está desposada y su esposo vive, y por tanto, su primera tarea es la de ser fiel a su esposo en todo y con suma delicadeza. La Iglesia está referida constantemente a su único esposo, que es Jesucristo. Su preocupación constante es agradarle, hacer lo que él diga, vivir en su recuerdo, serle fiel absolutamente.

Y al mismo tiempo, y por ser esposa, es nuestra madre. Nuestra Santa Madre la Iglesia. Ella es una, siguiendo el mandato del Maestro. “Que todos sean uno, como tú Padre en mí y yo en ti, para que el mundo crea” (Jn 17,20). El Papa León XIV, siguiendo a san Agustín, tiene en su lema “in illo uno unum” (en aquel que es único [Cristo], nosotros somos uno [Iglesia]).

Es santa, porque su fundador es santo, y porque tiene como alma al Espíritu Santo. Y en su seno, de pecadores, que somos todos (excepto su Madre santísima), a todos nos va haciendo santos. Ahí están nuestros hermanos que nos preceden y brillan en todas las virtudes. Es católica, es decir, llega a todos los hombres y a todo el hombre.

Es apostólica, porque es enviada por los mismos Apóstoles a los que Cristo envió al mundo, para vivir una vida como aquella vida apostólica de los Doce con Jesús, para llevar a todos los hombres la buena noticia de la salvación.

La fiesta de la dedicación de la Santa Iglesia Catedral sea ocasión de intensificar nuestro amor a la Iglesia, a la que pertenecemos, y más en estos días en que ha recibido un nuevo pastor de la Iglesia universal, el Papa León XIV, y se dispone a recibir un nuevo pastor, D. Jesús Fernández, un nuevo sucesor de los Apóstoles.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, administrador apostólico de Córdoba

… Y salió un León (XIV)

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Cuando ya nadie esperaba nada, la chimenea comenzó a echar humo blanco. Tuvimos 24 horas de dimes y diretes y en las tertulias televisivas o radiofónicas todo eran evidencias y certidumbres, al igual que en los periódicos y revistas digitales. Esperaban a Juan XXIV, a Pablo VII, a Juan Pablo III o incluso a Francisco II, pero no acertaron. Pronosticaron un cónclave difícil y largo, con entresijos de consensos y luchas internas, como habían visionado en la película del mismo nombre. Era como el dicho del parto de los montes, pero esta vez sí que no salió un ratón, sino un León, con el ordinal XIV.

Lo vimos acercarse al balcón de la logia vaticana y comenzaron las elucubraciones sobre su pectoral, la muceta roja… y sobre sus precisas primeras palabras. ¡Se ha escrito tanto! Pero el dato curioso es que la gente de la calle te daba el pésame por la muerte del papa Francisco y, ahora, la enhorabuena por la elección del papa León, y es de agradecer.

Francis Robert Prevost, ahora León XIV

Las comparaciones siempre son odiosas. No puede haber ningún papa repetible, porque el país y el tiempo en que nace, la familia que le rodea, los estudios que realiza, la experiencia de fe que le penetra hasta los tuétanos y su recorrido vital hacen a cada persona única e irrepetible. Y, si creemos que los cardenales electores realmente confían en el Espíritu Santo y se ponen bajo su auxilio, saldrá el papa que en ese momento más necesita esta Iglesia que es tan diversa, no lo olvidemos, como somos los 1.400 millones de católicos.

Tiempo de suricatas

Pero estamos muy influidos por el enfrentamiento, y de lo que ahora se trata es de arrimar las ascuas a mi sardina: que si cocina, que si va a caballo, que si la estola bordada, que si las palabras en latín… Un compañero sacerdote dice, con fino humor, que cuando hay un cambio de párroco, de obispo o de papa, es el tiempo en que de debajo de la tierra salen las suricatas, esa especie de pequeño mamífero que vive en las llanuras subdesérticas del sur de África. Su presencia es muy simpática, porque se elevan sobre sus patas traseras para olisquear el horizonte y sacar algo en su provecho. Quizás el más conocido sea Timón, el personaje que en la película acompaña al ‘Rey León’. Ahí lo dejo.

Somos peregrinos de esperanza y seguimos en tiempo de escucha y de conversión, de búsqueda de la paz y de la justicia, de misión y de evangelización, y esto solo es creíble con la unidad. El periodista Antonio Pelayo, uno de estos días, dijo: “Al Papa se le quiere y se le obedece”. ¡Ánimo y adelante!

Publicado por la Revista Vida Nueva el 17/05/2025

La señal del discípulo

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Cuando Judas se aparta, Jesús promete una señal. El evangelio del quinto domingo de Pascua nos lleva a la víspera de la Pasión. Durante la última cena, Jesús ha desenmascarado al discípulo traidor. Se acerca la hora del Príncipe de las tinieblas y Jesús anuncia que el Padre lo glorificará y Él glorificará al Padre. Cuando el Maligno parece triunfar, Jesús habla de glorificación. La gloria que Él recibirá del Padre y la que el Padre manifestará en el Hijo no es exaltación humana. La tiniebla será derrotada por la Gloria. Con la glorificación de Dios llega el mandato confiado a los apóstoles y la revelación de la señal del discípulo. Traición, glorificación, mandamiento y señal piden ser comprendidos a la luz del triunfo y de la alegría de la Pascua.

La traición está en la puerta del mandamiento del amor. Paradoja y ejemplo en el seguimiento de Cristo: al engaño de la traición, Jesús responde con amor verdadero; en su modo de amar está nuestro modelo. Judas queda al margen del mandato de amor. Abandonar el grupo de Jesús aleja de sus dones de misericordia. Jesús ama a todos sin medida, pero podemos cerrarnos obstinadamente a su amor. Quien se aparta de Jesús y de su Iglesia se cierra al amor verdadero. La experiencia de Judas ofrece una enseñanza dolorosa: quien se priva a sí mismo del amor del Señor pierde la esperanza. Quien, por el contrario, acoge su mandato de amor, vivirá en la verdad y la verdad le hará libre.

La glorificación está en la entrega. La grandeza infinita del Padre se revela en la entrega incondicional del Hijo. A los ojos del mundo, la entrega del Hijo parece derrota. Jesús, sin embargo, ofrece su vida libremente. Su entrega es ofrenda de amor sin límites. El Padre ama al Hijo y todo lo pone en sus manos. El Hijo ama al Padre y encomienda su espíritu a las manos del Padre. Jesús entrega su vida para que el mundo sepa que ama al Padre. En la entrega de Jesús está el amor que nos ha redimido. La glorificación del Padre es testimonio del amor divino y salvación del hombre. «La gloria de Dios es que el hombre viva. Y la vida del hombre está en conocer a Dios» (San Ireneo de Lyon). Hemos visto la Gloria de Dios en la entrega del Hijo.

El mandamiento es nuevo porque nace de un don y porque contiene aquello que nunca envejece. Los mandatos de Jesús son don para el crecimiento. Jesús nos pide cumplir lo que primero nos da. Cumple quien responde con docilidad al don recibido. El cumplimiento del mandato de Dios no es conquista de la sola voluntad humana, sino colaboración gozosa con la gracia. En el don de Dios está la posibilidad, el camino y la meta de nuestro cumplimiento. Con su mandato, Jesús promete al discípulo capacidad y ejercicio del amor más grande. No será menor el testimonio de amor del discípulo; en él resplandecerá el amor inmenso del Maestro. Sabe ahora el discípulo cuál es su escuela: en el Corazón del Hijo aprenderá a amar. Jesús nos pide amar como Él nos ama y Él nos ama como ama al Padre. Misterio insondable de la dignidad humana: la criatura amando con el amor del Creador. La señal distingue, identifica y remite a lo que no se ve. El amor de Cristo compartido entre nosotros nos muestra como discípulos suyos. Ahí está nuestra señal.

Comienza su pontificado el Papa León XIV. El que ha sido llamado a presidir en la caridad, requiere nuestra filial obediencia y el auxilio de nuestra oración: «mira, Señor, con amor a nuestro papa León, y tú que lo has constituido sucesor de san Pedro, concédele la gracia de ser principio y fundamento visible de la unidad de fe y de comunión de tu pueblo».

+ José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

Peregrinación Jubilar a Roma y Ruta Franciscana

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Peregrinación Jubilar a Roma y Ruta Franciscana

La Delegación Diocesana de Peregrinaciones organiza, con motivo del Año Jubilar, esta peregrinación a Roma (Italia) programada para los primeros días de julio del presente año.

El coste de la peregrinación incluye vuelos desde Sevilla, hoteles en pensión completa y visitas indicadas.

RUTA

1 JULIO 2025: HUELVA-ROMA

Traslado en bus al aeropuerto de Malaga. Presentación en el aeropuerto de MALAGA. Asistencia en los trámites de facturación y embarque. Salida en vuelo regular con destino a Roma. Llegada y comida en restaurante. Por la tarde visita panorámica de la Roma Barroca con sus fuentes y plazas como Piazza Navona y la Fontana de Trevi. Traslado al hotel para cena y alojamiento. Hotel 4* en periferia.

2 JULIO 2025: AUDIENCIA PAPAL Y MUSEOS VATICANOS

Desayuno. Traslado a la Plaza de San Pedro para La audiencia Papal. Almuerzo en restaurante y visita de los Museos Vaticano con la Capilla Sixtina. Tiempo libre y traslado al hotel. Cena y alojamiento.

3 JULIO 2025: ROMA CRISTIANA Y ROMA IMPERIAL

Desayuno. Visita panorámica de Roma: Plaza de Venecia. Foros Romanos. Coliseo exterior y visita de la Basílica de San Clemente. Almuerzo. Por la tarde visita de las basílicas Mayores de San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y catacumba de San Calixto. Traslado al hotel, cena y alojamiento.

4 JULIO 2025: ROMA- RIETI -GRECCIO -SPOLETO -ASÍS

Desayuno. Salida hacia Rieti, en cuyos alrededores se encuentra Fonte Colombo, importante convento franciscano. Continuación a Greccio, lugar donde San Francisco representó el primer pesebre viviente. Almuerzo en ruta. A continuación, visitaremos Spoleto, estrechamente ligada a la vida de San Francisco. Continuación a Asís, cena y alojamiento.

5 JULIO 2025: ASÍS -LAGO TRASIMENO – LAVERNA -FLORENCIA

Desayuno. Por la mañana visita de Asís, ciudad medieval, cuna de San Francisco y Sta. Clara. Basílica de Santa Clara y Tumba de San Francisco. Visita de Santa María de los Ángeles, lugar de la «Porciúncula», la primera casa de la Orden Franciscana. Almuerzo. Por la tarde, salida hacia Florencia. en el camino, parada en el Lago Trasimeno, el cuarto más grande de Italia, en cuya isla mayor San Francisco ayunó la cuaresma de 1211 con un solo pedazo de pan. Continuación a La Verna, uno de los Santuarios Franciscanos más famosos, donde San Francisco recibió las llagas. Llegada a Florencia. Cena y alojamiento.

6 JULIO 2025: FLORENCIA-PADUA-VENECIA (alrededores)

Desayuno. Visita panorámica de Florencia, capital de la Toscana, donde destaca: la Catedral, Plaza y Basílica de la Santa Cruz, Plaza de la Señoría con la Logia y el Palacio Viejo. Salida hacia Padua, almuerzo en ruta. Llegada y tiempo libre para visitar la Basílica de San Antonio. Continuación a Venecia. Cena y alojamiento.

7 JULIO 2025: VENECIA

Desayuno. Traslado a Venecia, archipiélago de 117 islas. Visita panorámica de la ciudad: Plaza y Catedral de San Marcos, la Torre del Reloj, Viejas y Nuevas Procuradurías, Campanile, la Piazzetta con las Dos Columnas y el Palacio Ducal, Puente de los Suspiros, etc. Almuerzo. Tarde libre para actividades personales. Regreso al hotel. Cena y alojamiento.

8 JULIO 2025: VENECIA- MILÁN – SEVILLA

Desayuno. A la hora indicada, traslado al aeropuerto para embarcar con destino a SEVILLA. Llegada y fin de nuestros servicios.

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Inicio del pontificado del Papa León XIV

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Este pasado domingo, la Santa Sede acogió la Eucaristía de inicio del pontificado del Papa León XIV.

Fuente: Vatican News

PINCHA AQUÍ PARA VER LA EUCARISTÍA COMPLETA

“Fui elegido sin ningún mérito y, con temor y temblor, vengo a ustedes como un hermano que desea hacerse siervo de la fe y de la alegría”. Lo afirmó León XIV en su homilía de la misa de inicio de su pontificado. El Santo Padre expresó su deseo de una Iglesia unida, que sea fermento para un mundo reconciliado.

El Papa León XIV presidió la Santa Misa de inicio de su ministerio petrino en una Plaza de San Pedro repleta de fieles y autoridades civiles y religiosas. Antes de la ceremonia, el Pontífice pasó en papamóvil, por primera vez, entre los miles de presentes, que también se aglomeraban a lo largo de la Via della Conciliazione, que da acceso a la plaza.

La solemne ceremonia comenzó dentro de la Basílica Vaticana, con una oración ante la tumba del Apóstol San Pedro, junto con los Patriarcas de las Iglesias Orientales. Desde allí, el Evangeliario, el Palio y el Anillo del Pescador fueron llevados en procesión hasta el altar en el atrio de la Plaza de San Pedro, mientras el coro entonaba la letanía de todos los santos.

Tras la proclamación del Evangelio, tres cardenales de los tres órdenes (diáconos, presbíteros y obispos) se acercaron a León XIV para la entrega de las insignias episcopales “petrinas”: el cardenal Mario Zenari le impuso el Palio y el cardenal Luis Antonio Tagle le entregó el Anillo del Pescador. La ceremonia continuó con el rito simbólico de la “obediencia”, rendido al Papa por doce representantes de todas las categorías del Pueblo de Dios, provenientes de varias partes del mundo, entre ellos, el cardenal brasileño Jaime Spengler. A continuación, el Pontífice pronunció su homilía.

En su homilía León XIV saludó a todos “con el corazón lleno de gratitud” y con una de las frases más célebres de San Agustín: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti” (Confesiones, 1, 1.1).

El Santo Padre recordó los últimos días, vividos de manera intensa con la muerte del Papa Francisco, “que nos dejó como ovejas sin pastor”. A la luz de la resurrección, enfrentamos este momento y el Colegio Cardenalicio se reunió en cónclave para elegir al nuevo sucesor de Pedro, “llamado a custodiar el rico patrimonio de la fe cristiana y, al mismo tiempo, afrontar las preguntas, inquietudes y desafíos de hoy”.

León XIV destacó las dos dimensiones de la misión que Jesús confió a Pedro: amor y unidad.

Jesús recibió del Padre la misión de “pescar” a la humanidad para salvarla de las aguas del mal y de la muerte. Esta misión permanece vigente hoy: lanzar siempre y nuevamente las redes y navegar por el mar de la vida para que todos puedan reencontrarse en el abrazo de Dios.

Esta tarea es posible porque Pedro experimentó en su propia vida el amor infinito e incondicional de Dios, incluso en la hora del fracaso y de la negación. A Pedro, por tanto, se le confía la tarea de “amar más” y dar su vida por el rebaño.

Para ello, Pedro y sus sucesores deben apacentar al rebaño sin ceder nunca a la tentación de ser un líder solitario o un jefe por encima de los demás, convirtiéndose en dominador de las personas que les han sido confiadas. Al contrario, deben servir la fe de los hermanos, caminando con ellos.

«Hermanos y hermanas, quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado».

En nuestro tiempo, añadió el Santo Padre, todavía vemos demasiada discordia, heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo al diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la Tierra y margina a los más pobres.

«Y queremos ser, dentro de esta masa, un pequeño fermento de unidad, comunión y fraternidad. Queremos decirle al mundo, con humildad y alegría».

Este es el espíritu misionero que debe animarnos, añadió el Papa León XIV, sin encerrarnos en nuestro pequeño grupo ni sentirnos superiores al mundo.

“Hermanos, hermanas, ¡esta es la hora del amor!”, concluyó el Pontífice, exhortando a construir una Iglesia misionera, que abre los brazos al mundo y anuncia la Palabra. «Juntos, como un solo pueblo, todos hermanos, caminemos al encuentro de Dios y amémonos los unos a los otros».

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Monseñor Demetrio Fernández visita las obras del área recreativa “San Pelagio”

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El nuevo espacio complementa al albergue diocesano “Cristo Rey” en Villanueva de Córdoba

Monseñor Demetrio Fernández ha visitado esta semana las obras de la nueva área recreativa diocesana “San Pelagio”, área que complementará al albergue “Cristo Rey” en Villanueva de Córdoba. Durante la visita el Administrador Apostólico de la Diócesis estuvo acompañado por el director de la Escuela diocesana de tiempo libre y animación sociocultural Gaudium, Manuel Maestre, el rector del Seminario Conciliar San Pelagio, Carlos Jesús Gallardo, y Javier Muñoz, capellán del albergue diocesano.

La nueva área recreativa cuenta con un merendero, una zona de acampada, un espacio de paintball y pistas de béisbol y vóley. Asimismo, está en construcción una capilla oratorio que ofrecerá la posibilidad de tener momentos de oración en un marco natural incomparable, así como la habilitación de nuevas duchas y aseos, que harán más confortable la estancia de los grupos que hagan uso de la misma.

La nueva área recreativa amplia así las instalaciones del albergue diocesano y pone al servicio de la Diócesis nuevas oportunidades para el ocio y el tiempo libre.







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Oración por las vocaciones, con la vida consagrada

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El miércoles día 21, en la sede de la Alianza en Jesús por María, a las 19 horas.

La vida consagrada y cuantos quieran unirse están invitados a orar juntos por las vocaciones, en la iniciativa promovida desde el Instituto Secular Alianza en Jesús por María.

La oración se celebrará el miércoles día 21, a las 19 horas, en la sede del Instituto, más conocido como Aliadas, en la C/ Jardines, 2.

La propuesta, que también va dirigida a la comunidad consagrada en Granada, se ofrece como ocasión para rezar juntos por las vocaciones a los distintos estados de vida a los que llama el Señor, especialmente a la vida consagrada, religiosa y sacerdotal. En esta convocatoria también se unirá CONFER Granada.

La convocatoria forma parte de un programa de actividades que cada mes ofrece este Instituto Secular, abierto a la participación de todo el mundo, en una iniciativa misionera y evangelizadora para llevar y compartir juntos la fe. Más información en el teléfono 639-90-41-81

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Jornada de formación para sacerdotes de nueva incorporación en el Seminario Diocesano

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Jornada de formación para sacerdotes de nueva incorporación en el Seminario Diocesano

Durante la jornada de este martes, ha tenido lugar un encuentro formativo en el Seminario Diocesano ‘María Inmaculada’ de Huelva, destinado a los sacerdotes recientemente incorporados a la vida pastoral de la Diócesis.

El encuentro ha estado orientado a fortalecer el conocimiento institucional y pastoral de los nuevos presbíteros, así como a propiciar un espacio de acompañamiento en esta etapa inicial de su ministerio en tierras onubenses.

La sesión ha sido guiada por el secretario-canciller de la Diócesis, D. Juan Bautista Quintero Cartes, quien ha compartido orientaciones y reflexiones fundamentales sobre la dinámica diocesana, el ejercicio del ministerio sacerdotal y los cauces administrativos y pastorales propios de esta Iglesia local.

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«Hoy comenzó el Concilio de Nicea»

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«Hoy comenzó el Concilio de Nicea»

HACE 1700 AÑOS

El día 20 de mayo del año 325 se celebró, en la ciudad de Nicea, en la antigua provincia griega de BITINIA del imperio romano, -hoy la ciudad turca de IZNIC- el que será el primero de los “Concilios Ecuménicos” de las Iglesias cristianas. Una reunión -universal- de los obispos para definir, clarificar o exponer los misterios de la Fe.  Sobre todo, cuando surgen personas que con sus explicaciones erróneas del “depósito de la fe” crean la división o grupos en el cuerpo unitario de la Iglesia de Cristo.

La libertad religiosa que suponía una reunión de este estilo, después de casi tres siglos de persecución del poder imperial a los cristianos, tiene su base en los edictos de Galerio en Sérdica (311) y de Constantino y Licinio en Milán (313). En 12 años de libertad la Iglesia va a ir transformando la sociedad. El pensamiento se siente libre para exponer “el depósito de la fe” del que san Pablo hablaba a Timoteo. Y puede surgir el error, peligroso, cuando el propio criterio se convierte en idea cerril.  Ya advertía san Pablo a los presbíteros de Éfeso en Mileto que “se meterán entre vosotros lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño” (Hch 20,29). Errores como el de Meletio y, sobre todo, el de Arrio de Alejandría, que cuestiona la divinidad de Jesucristo, hace saltar la alarma y suscita la “sinodalidad” de las Iglesias.

Es el propio emperador Constantino quien convoca la reunión y ofrece su palacio “de verano” a orillas del espléndido lago que lleva el nombre de Nicea. Acuden 318 obispos de los 1800 que calculan los historiadores a las “sesiones”, si usamos terminología actual, que duraron hasta el 25 de julio. El papa Silvestre no acude “por mayor”, dice Eusebio de Cesarea.

Se proclama la divinidad de Dios: uno en esencia y trino en personas. Y se clarifica la divinidad de Jesucristo: “Consustancial al Padre”= “de la misma naturaleza que el Padre”.  En el Primer concilio de Constantinopla (381) se completa la doctrina de la divinidad de las tres divinas personas cuando ha surgido otro listo, Macedonio. negándosela al Espíritu Santo. De ahí que el “credo de los Apóstoles”, con las clarificaciones de ambos concilios, pasará a ser llamado “credo nicenoconstantinopolitano”.

 Si puedo hacer una sugerencia a nuestro clero. Observo que nuestras feligresías parece que van perdiendo el conocimiento de ese credo.  Por lo visto, por piedad y por abreviar, les pedimos recitar cada domingo “el credo corto”.

Fr. Teodoro López

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La peregrinación diocesana al Jubileo de las Cofradías en Roma llegó a su fin

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La peregrinación diocesana al Jubileo de las Cofradías en Roma llegó a su fin

Desde el 12 al 18 de mayo, coincidiendo con la participación esos días del Santísimo Cristo de la Expiración de la Hermandad del Cachorro (Sevilla) y de María Santísima de la Esperanza (Málaga) en el Jubileo Mundial de las Cofradías en la ciudad eterna, la Archidiócesis peregrinó a Roma, junto con el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, acompañado de los obispos auxiliares, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia.

Las imágenes del Santísimo Cristo de la Expiración (Cachorro), de Sevilla, y de María Santísima de la Expiración, de Málaga,  fueron expuestas a la veneración de los fieles desde la mañana del miércoles 14 a la tarde del viernes 16. Ambas imágenes andaluzas recibieron culto en la Capilla San Pío X de la Basílica de San Pedro en Roma.

Monseñor Saiz Meneses estuvo frente a la imagen del Cachorro, saludando a peregrinos de Chile, Brasil, Francia e Italia, que se acercaban admirados a rezar. “Es un momento de alegría, emoción y encuentro con el Señor y María Santísima. Es momento de vivir el Jubileo de las Cofradías con toda la intensidad de que seamos capaces para recibir toda la gracia y el amor que el Señor nos quiere conceder”, destacó.

Eucaristía en las basílicas romanas para ganar el Jubileo

El amplio programa catequético organizado por la Delegación de Peregrinaciones previó celebraciones eucarísticas en la Iglesia Nacional Española Montserrat, las basílicas de San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y San Lorenzo Extramuros. Fue el arzobispo de Sevilla el encargado de presidir la Eucaristía diaria, concelebrada por los obispos auxiliares de Sevilla y los sacerdotes diocesanos que se unieron a la peregrinación: Manuel Soria, Marcelino Manzano, Antonio Rodríguez Babío. El diácono permanente Félix Quijada también estuvo presente.

“Hemos traído a Roma la belleza de nuestra tierra, el arte de nuestras devociones, el alma de nuestro pueblo”

En sus homilías, don José Ángel subrayó que con motivo del Jubileo de las Cofradías “hemos traído a Roma la belleza de nuestra tierra, el arte de nuestras devociones, el alma de nuestro pueblo. Pero, sobre todo, una fe viva, un amor a Jesucristo que se hace carne en la adoración, en la penitencia, en la caridad”.

Insistió también en la importancia de la conversión personal “el alma del jubileo es la conversión a Cristo, y en este camino de conversión somos conscientes de que la fe no es una herencia cultural ni una costumbre social, sino una adhesión personal, libre y gozosa al Hijo de Dios vivo. Y esta adhesión se alimenta en la oración, se fortalece en los sacramentos, se expresa en la caridad y se vive en la comunión de la Iglesia”.

Manuel Romero, feligrés de la Parroquia San Juan de Ribera, de Sevilla y hermano del Cachorro ha participado en la peregrinación junto a su familia. “Han sido días de convivencia y participación en la liturgia. Hemos demostrado que los cofrades de Sevilla vivimos la fe de una manera viva y profunda”.

El joven matrimonio conformado por Rocío Bernal y Juan Romero, de la Parroquia San Benito de Sevilla pertenece  a la hermanad del Cachorro y, junto a la Archidiócesis de Sevilla, participaron en el Jubileo de las Cofradías. “Hemos acompañado al Señor en la procesión del sábado 17 junto a la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración y también visitamos las siete basílicas de Roma donde hemos podido celebrar la Eucaristía, rezar y ganar las indulgencias. Nos sentimos muy contentos de haber visto a nuestro Cristo en el corazón de la cristiandad, a Él que es el centro de nuestras vidas”.

Por su parte, Carmen Gómez, feligresa de la Parroquia Santa Ana de Sevilla, cofrade y devota del Santísimo Cristo de la Expiración se sumó a la peregrinación diocesana movida por el deseo de renovar y confirmar su fe. «Me voy llena de todas las experiencias vividas», reconoce. Cecilia Calvo es feligresa de la Parroquia San Joaquín (Triana- Los Remedios), cofrade y hermana de varias hermandades de Sevilla, su motivación a ganar el Jubileo en Roma ha sido superior a su impedimento físico. Salió en el cortejo el día sábado junto al Cachorro por las calles de la capital italiana. “Nos ha movido la ilusión y la fe para venir por primera vez a esta ciudad en un acontecimiento histórico”, añade.

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