La delegación de Familia y Vida sigue destinando esfuerzos en el acompañamiento a los novios que se preparan para el sacramento del matrimonio. En este sentido, han impulsado en nuestra diócesis un itinerario catecumenal compuesto por diferentes etapas. Entre ellas, se encuentra “KTnovios”. Un camino de fe atractivo, motivador y práctico que pretende cumplir con diferentes objetivos:
Volver a proponer una catequesis de iniciación cristiana a la fe y un acercamiento a la vida de la Iglesia.
Experimentar una iniciación específica al sacramento del matrimonio.
Profundizar en los temas vinculados a la relación de pareja.
Completar una primera fase de discernimiento de la pareja sobre la vocación nupcial.
Continuar un camino espiritual con más decisión y solidez.
KTnovios ha sido elaborado por un equipo de sacerdotes y matrimonios con amplia experiencia en pastoral familiar y que colaboran con la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española.
De todo ello, los interesados pueden encontrar más información en las parroquias, a través de WhatsApp en el 617 281 059 o mediante correo electrónico enviando un mail a familiayvida.nivariense@gmail.com.
La celebración tiene lugar hoy a las 20:30 en la Parroquia del «El Salvador y Santo Domingo de Silos» (capilla de el Adoremus) con un significado especial ante su futura proclamación como Doctor de la Iglesia
El Centro de la Asociación Católica de Propagandistas en Córdoba ha comenzado los preparativos para la próxima edición de las Jornadas de Católicos y Vida Pública, que tendrán lugar en febrero de 2026. En esta ocasión, el evento girará en torno a la figura de San John Henry Newman, profundizando en su vida, pensamiento y legado espiritual. Para ello, ya se están realizando contactos con expertos y autoridades académicas en la materia.
Como anticipo de estas jornadas y coincidiendo con la fiesta litúrgica de San John Henry Newman, que se celebra el próximo 9 de octubre, se ha organizado una Vigilia de Oración la víspera, el miércoles 8 de octubre a las 20:30 horas, en la Capilla del Adoremus de la Parroquia del Salvador y de Santo Domingo de Silos (La Compañía), Córdoba.
Desde el Centro ACdP de Córdoba se invita a todos los fieles a participar en este acto de oración y reflexión.
El día 5 está prevista la salida desde Guadix a las 06.00 h, con breves paradas y llegada a Fátima por la tarde para el alojamiento, la cena y el rezo del Rosario en la Capilla de las Apariciones. El día 6 se realizará una excursión a Santarém para conocer el lugar del Milagro Eucarístico y participar en la Misa a las 11.00 h, en la iglesia de San Esteban, con regreso a Fátima para el almuerzo. Por la tarde habrá tiempo para el sacramento de la Penitencia y adoración al Santísimo.
El día 7 se visitará Tomar, con entrada incluida al Convento de Cristo, declarado Patrimonio de la Humanidad, y por la tarde se hará el Vía Crucis entre Aljustrel y Cova de Iría, además de visitar la casa de los pastorcitos. El día 8 se celebrará Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Fátima y, tras el almuerzo, se iniciará el viaje de regreso a Guadix con paradas en ruta.
El viaje, que tiene un precio de 315 € por persona en habitación doble, incluye autocar durante todo el recorrido, régimen según itinerario, hotel de 3/4 estrellas en Fátima y seguro de viaje. Las reservas de plaza pueden hacerse en la parroquia de San Miguel, de Guadix
Marchena es sede arciprestal de la Vicaría Este en la archidiócesis de Sevilla. En el centro de la ciudad, en lo alto de la iglesia de San Agustín, se colocó una imagen monumental del Sagrado Corazón de Jesús.
La revista ‘El Mensajero del Corazón de Jesús’ contaba así la historia de este monumento: “Hace ya muchos años que Marchena, el bello y luminoso pueblo andaluz, tenía la deuda contraída con el Sagrado Corazón. En 1885, cuando la peste asolaba al vecindario y familias enteras caían segadas por el terrible azote, el P. Francisco de Paula Tarín S.I., que entonces predicaba en la parroquia de San Agustín, ideó una rogativa pública, presidida por la sagrada imagen, que por primera vez era sacada procesionalmente, para impetrar la protección divina ante tanta tragedia. Quiso el Señor escuchar el anhelo de los marcheneros contristados y desde aquel instante comenzó a ceder el mal.
El Ayuntamiento de Marchena, en agradecimiento a este beneficio, en sesión plenaria de 11 de agosto del mismo año, acordó por aclamación costear perpetuamente la fiesta anual en honor del Sagrado Corazón. Desde el 3 de noviembre de 1957, una monumental imagen del Sagrado Corazón domina todo el pueblo y sus campos, precisamente sobre el pedestal que le brinda la cúpula mayor del convento de Mercedarios Descalzos, antigua parroquia de San Agustín…”.
La imagen es obra de Juan Luis Vasallo. Jesucristo tiene los brazos adelantados. Recordamos las escenas del Evangelio en las cuales Jesucristo vivo y resucitado se aparece a sus discípulos y les muestra las manos y las heridas para que se den cuenta de que es Él. El mismo que recorrió Palestina. El mismo que predicó y realizó milagros. El mismo que se quedó entre nosotros, que está en el sagrario, vivo en la Eucaristía, y que nos espera, invitándonos a recibirle para cambiar nuestro corazón y hacerlo semejante al Suyo.
En el marco de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, Mons. Santiago Gómez Sierra, Obispo de Huelva, ofreció una reflexión plena de hondura teológica y compromiso social, en la que ha afirmado con claridad que “la justicia social es evangélica” y que el trabajo digno no es una concesión ni una utopía, sino una exigencia del Evangelio.
Durante su intervención, el Obispo subrayó que el trabajo humano participa del proyecto creador de Dios. Citando el relato del Génesis —“El Señor concluyó la obra que había hecho, y descansó” (Gn 2, 1-4)—, recordó que Dios mismo trabajó y descansó, para enseñarnos que el trabajo no puede entenderse sólo como producción, sino también como expresión de sentido, gozo y cuidado de lo creado.
Mons. Gómez se detuvo especialmente en el ejemplo de Jesús, “el hijo del carpintero de Nazaret”, que vivió una existencia sencilla, compartida con el trabajo manual cotidiano. Ese testimonio cristocéntrico, dijo el Obispo, nos invita a reconocer que todo trabajo honesto —intelectual, manual, profesional o doméstico— tiene dignidad. En el Reino de Dios no hay “trabajos de primera” y “trabajos de segunda”: toda labor realizada con justicia, honestidad y espíritu de servicio es valiosa y contribuye al bien común.
A continuación, el Obispo repasó varios principios de la Doctrina Social de la Iglesia —presente desde Rerum Novarum hasta nuestros días—, recordando que:
el trabajo está al servicio de la persona, no al revés;
todo trabajador tiene derecho a condiciones dignas, salario justo, descanso, seguridad social y participación;
no puede permitirse que el trabajo se convierta en forma de esclavitud o precariedad;
la dignidad del trabajador está intrínsecamente ligada a la dignidad de la persona.
Invocando al Papa Francisco y documentos como Laudato si’ y Fratelli tutti, el Obispo señaló que el trabajo dignifica a la persona, fortalece el tejido social y constituye una puerta abierta a la esperanza. Reiteró que la Iglesia no se alinea con una ideología política concreta, pero sí tiene mandato de estar del lado de quienes sufren injusticias laborales, exclusión o precariedad.
Finalmente, el Obispo hizo una invitación concreta a la comunidad diocesana, proponiendo tres acciones en esta Jornada:
Orar por quienes carecen de trabajo digno.
Revisar nuestras prácticas —como empleadores, empleados o ciudadanos— para promover la dignidad laboral.
Apoyar iniciativas desde la parroquia, delegaciones o movimientos sociales que defiendan el trabajo decente.
Mons. Gómez concluyó pidiendo al Señor que sostenga los esfuerzos por un mundo donde nadie tenga que escoger entre dignidad y supervivencia, y donde toda persona pueda vivir del fruto de su trabajo con justicia, esperanza y alegría.
Homilía íntegra del Obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez Sierra
Hermanos y hermanas, amados por el Cristo: Hoy celebramos la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, una ocasión para unirnos como comunidad cristiana en oración, reflexión y compromiso por un aspecto central de la dignidad humana: el trabajo. “El Señor concluyó la obra que había hecho, y descansó” (Gn 2, 1-4) El relato del Génesis nos presenta a Dios como trabajador: crea, ordena, da forma y sentido a todo cuanto existe. Y al finalizar su obra, descansa, no por cansancio, sino para enseñarnos que el trabajo humano debe estar orientado no solo a la producción, sino también a la plenitud, al gozo y al sentido, a la contemplación y agradecimiento por todo lo creado, que recibimos como don. Este texto nos recuerda que el trabajo no es castigo, ni mera necesidad económica. Es vocación. Participar en la obra de Dios. Por eso, desde el principio, el trabajo humano tiene un carácter digno, creativo y colaborador con Dios.
Jesús, el hijo del carpintero de Nazaret En el Evangelio, vemos que Jesús vuelve a su tierra y es rechazado por sus paisanos: “¿No es este el hijo del carpintero?” (Mt 13, 55). Lo conocían por su trabajo humilde y cotidiano. Y precisamente esto es significativo: el Hijo de Dios no eligió nacer en un palacio, sino en una familia trabajadora. El mismo Jesús conoció el trabajo y el sudor diarios, las herramientas, los encargos, las manos curtidas por el oficio. Esto es un fuerte mensaje: todo trabajo honesto tiene dignidad, sea intelectual, manual, doméstico o técnico. No hay “trabajos de primera” y “trabajos de segunda”. En el Reino de Dios, todo trabajo digno y justo, realizado con espíritu de servicio contribuye
a la edificación personal y a la construcción social del bien común. La Doctrina Social de la Iglesia ha hablado con claridad sobre el trabajo desde Rerum Novarum hasta nuestros días, orientando nuestro compromiso con principios claros, tales como: • El trabajo es para la persona, no la persona para el trabajo. • Todo trabajador tiene derecho a condiciones dignas, salario justo, descanso, seguridad social y participación. • El trabajo no puede convertirse en esclavitud, ni realizarse en condiciones de precariedad. • La dignidad del trabajo está unida a la dignidad de la persona que lo realiza. Como nos recuerda el Papa Francisco en Laudato si’ y Fratelli tutti, el trabajo no solo genera ingresos, sino que construye identidad, tejido social y esperanza. Donde hay trabajo digno, hay justicia, solidaridad y paz. Como Iglesia, respetamos y valoramos todos los esfuerzos que desde distintos sectores —políticos, sindicales, sociales— buscan defender los derechos de los trabajadores. No siempre compartimos todas las estrategias o propuestas, ante las cuales los propios cristianos podemos tener posiciones diferentes, pero sí compartimos la convicción de que la justicia social es un mandato evangélico. En este sentido, el compromiso cristiano no se alinea automáticamente con una ideología determinada, pero sí nos exige con la Doctrina Social de la Iglesia estar del lado de quienes sufren condiciones injustas, los trabajadores excluidos, explotados, o sin acceso a empleo.
¿Qué podemos hacer? Hoy, en esta jornada, os invito a tres cosas:
Orar por quienes no tienen trabajo o lo tienen en condiciones indignas.
Revisar nuestras prácticas como empleadores, empleados y ciudadanos.
Apoyar iniciativas que defiendan y promuevan el trabajo decente, desde nuestra comunidad, parroquia y diócesis. Jesús fue conocido como el hijo del carpintero. Dios trabajó y descansó. María se afanó en el hogar de Nazaret, cocinó, cuidó. San José trabajó en el taller. Los santos han trabajado en los campos, hospitales, escuelas, fábricas, talleres y oficinas. El trabajo santifica cuando es justo y honesto, allí donde se realice. Pidamos al Señor que fortalezca nuestros esfuerzos por un mundo donde nadie tenga que elegir entre su dignidad y su subsistencia. Que toda persona pueda vivir del fruto de su trabajo con dignidad, alegría, justicia y esperanza.
La tarde del pasado martes 7 de octubre, el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, presidió la función principal de Nuestra Señora del Rosario de Carrión de los Céspedes, en la Parroquia de San Martín.
“En este día bendito nos sentimos profundamente unidos a María, Madre de la Iglesia y Madre nuestra, a la que invocamos bajo esta advocación que ha dado tantos frutos de santidad y de gracia a lo largo de la historia. La celebración de hoy es un canto de acción de gracias por el don del Rosario y por la protección maternal de la Virgen sobre este pueblo”.
El arzobispo de Sevilla destacó en su homilía que “la devoción al Rosario tiene una larga historia en la Iglesia. Nació como una oración popular, sencilla y profunda, que fue creciendo hasta convertirse en la oración de los pastores y de los fieles, de los mayores y de los jóvenes, sobre todo de las familias”.
“Hoy celebramos a la Virgen del Rosario, venerada en esta parroquia de San Martín de Tours. Vuestra Hermandad es depositaria de un legado precioso que une fe, tradición y cultura. La devoción mariana ha marcado profundamente la vida de Carrión. Las fiestas, las procesiones, las plegarias, la vida de hermandad son una expresión concreta de esa fe que se transmite en familia y que se renueva cada año en esta función solemne”.
Don José Ángel destacó de esta advocación la dimensión misionera de la Iglesia. “La historia nos habla de la batalla de Lepanto, donde la cristiandad se encomendó al rezo del Rosario. Pero, más allá de un hecho militar, lo que permanece es la conciencia de que el Rosario es un arma espiritual para anunciar el Evangelio y para sostener la misión de la Iglesia”. Añadió que “una de las riquezas más hermosas de la devoción al Rosario es su dimensión comunitaria y familiar. Cuántas familias han rezado juntas el Rosario cada noche, y cuántos niños han aprendido a orar en el regazo de sus padres y abuelos. En Carrión de los Céspedes, la Hermandad del Rosario debe ser promotora de esta oración familiar, ayudando a que en cada casa se reavive el hábito del Rosario”.
Finalmente pidió a la Virgen “que nos enseñe a perseverar en la oración, a cantar la grandeza de Dios, a decir siempre “sí” a la voluntad del Señor”.
El obispo de Málaga, D. José Antonio Satué, ha nombrado una Comisión Permanente entre los miembros del Consejo Pastoral Diocesano con el objetivo de hacer un seguimiento más cercano y potenciar así las tareas que se le encomiendan a este órgano consultivo. De los 10 miembros de la Comisión, siete son seglares, uno religioso y dos sacerdotes diocesanos.
La Comisión Permanente del Consejo Pastoral Diocesano está compuesta, según los estatutos, por un vicario episcopal (F. Javier Guerrero García), el secretario General (Francisco García Villalobos); dos delegados diocesanos (Gonzalo Martín Fernández –Catequesis– y Pilar Gallardo Quero –Migraciones y Gitanos–), un representante de la CONFER (P. José Manuel Fernández Camino, OCD), cuatro seglares (Agustín Soler Gálvez, Roberto Juárez Pérez, Ana María Barrera Piedras y Carlos Serralvo Galán) y otro miembro de libre designación del Obispo (Angelines Morales Fernández).
Casa Diocesana de Málaga acogió en la tarde del martes 7 de octubre el acto oficial de apertura del curso escolar 2025/2026 de Fundación Victoria, un evento que marca oficialmente el comienzo del nuevo curso en los Colegios Diocesanos de Málaga capital y provincia. El acto estuvo presidido por el Obispo de Málaga que apuntó en su discurso de inauguración tres pasiones que deben mover cualquier iniciativa educativa de inspiración cristiana: la verdad, los pobres y el Evangelio.
Mons. Satué recordó que “la llamada ‘post-verdad’ es un veneno para la convivencia, la justicia y la paz”, e invitó a toda la comunidad educativa a enseñar a los alumnos “a buscar, amar y proclamar la verdad con sinceridad y transparencia”.
Asimismo, pidió mantener siempre viva la atención hacia los más necesitados, inspirándose en los orígenes de las Escuelas Parroquiales fundadas por San Manuel González y las Escuelas Rurales del Cardenal Herrera Oria, subrayando que “debemos acoger a todos y descubrir la riqueza de cada persona, sea como sea y venga de donde venga”.
Por último, el Obispo recordó que los Colegios Diocesanos no deben esconder su identidad católica, sino vivirla con alegría, señalando, con el papa Francisco que “la Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción”. Concluyó su intervención afirmando que “con la verdad, los pobres y el Evangelio como motores de nuestra misión, queda oficialmente inaugurado el curso 2025-2026 en los centros educativos de la Fundación Victoria”.
Acto de jura y profesión de fe ante el Obispo y el Patronato de los nuevos directores de centros de Fundación Victoria
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Entre las autoridades presentes se encontraban el obispo emérito de Málaga, Mons. Jesús Catalá; el arzobispo Emérito de Pamplona y Tudela, Mons. Francisco Pérez; el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el delegado territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional y de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía en Málaga, Miguel Briones; la concejala delegada del Área de Educación y Fomento del Empleo del Ayuntamiento de Málaga, María de la Paz Flores; y el director general de Educación, Juventud y Fomento del Empleo, Fernando Leguina.
La secretaria general de Fundación Victoria, Laura Berrocal, fue la encargada de presentar la memoria académica del curso 2024/2025, un documento que recoge los principales proyectos y logros alcanzados durante el pasado año escolar. Posteriormente, se celebró la toma de posesión de los nuevos directores de centro para el trienio 2023-2026, consolidando así los equipos que liderarán los colegios en los próximos años.
Entre los asistentes a la apertura de curso de la Fundación Victoria, el alcalde la ciudad, el delegado de Educación de la Junta de Andalucía y la concejala de Educación del Ayuntamiento de la capital
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El turno de intervenciones el alcalde de Málaga, agradeció en nombre de la ciudad la dedicación de los Colegios Diocesanos y el impacto positivo que generan en miles de familias malagueñas. El alcalde subrayó la importancia de la labor educativa de Fundación Victoria, recordando que “la educación es la base de toda sociedad y el mejor camino para construir una comunidad más justa y solidaria”, destacando también el valor de “educar en familia, un rasgo que define y distingue a la Fundación Victoria”.
A continuación, intervino el delegado territorial de la Junta de Andalucía, quien destacó la gran proyección de la Fundación en la provincia, felicitando a todo el equipo educativo por su esfuerzo y compromiso y subrayando que “los Colegios Diocesanos de Málaga son un modelo de innovación pedagógica, de trabajo en valores y de colaboración con las familias, pilares esenciales para el futuro de la educación”.
En uno de los expositores del pequeño museo catedralicio están expuestas las treinta y seis monedas de plata que presentan como distintivo el escudo con las azucenas que, desde siempre, ha sido el propio del Cabildo por aludir al misterio de la Encarnación del Señor y, por tanto, a la perpetua pureza de María.
Fueron labradas en 1816, seguramente supliendo otro juego anterior, por el prestigioso maestro José Peralta Verdugo (1743-1820), platero malagueño a quienes los canónigos pagaron catorce reales por la hechura cada una de las citadas piezas. Su uso era simbólico y, reservado para los llamados días de ofrenda. Con semejante signo manifestaban la antiquísima costumbre observada en la Iglesia para que los participantes de la Misa a celebrar en las festividades más sobresalientes, además de presentar los principalísimos dones del pan y el vino, hagan otros ofrecimientos como gesto de oblación y expresión de la participación en el sacrificio de Cristo actualizado en la celebración eucarística.
En todo caso, esta especie de paramonedas que antaño utilizaron los canónigos malagueños y que, llegado el momento, ordenadamente iban depositando en los casilleros de la correspondiente limosnera, constituía también un medio efectivo para controlar su asistencia a las celebraciones litúrgicas. Incluso, en algunas catedrales españolas, se sirvieron de monedas parecidas o plomos para remunerar a los presbíteros que tenían que cambiarlas por dinero efectivo al final de cada mes, algo que se practicaba cuando, por alguna circunstancia había necesidad de diferir los pagos hasta que se dispusiera de liquidez suficiente.
El próximo sábado, 11 de octubre, a las 11.00 horas, la Capilla del Colegio Sagrada Familia El Monte acogerá la celebración de la Eucaristía con la que se inaugurará el centenario de su presencia en Málaga.
Durante el curso 2025-2026 celebrarán diversos actos con los que recordar los cien años que este centro lleva sirviendo a la comunidad: «un proyecto educativo fuerte que continúa dando sus frutos y aportando generaciones de alumnos que dejan su impronta y su talento en nuestras vidas», afirma Carlos Pérez-Rioja Navarro, director general del Colegio.
El Colegio Sagrada Familia El Monte FESD se encuentra situado en la ladera de Gibralfaro y fue construido por el arquitecto Fernando Guerrero Strachan; arquitecto malagueño «del que el año pasado se celebró su Centenario como constructor de edificios emblemáticos de nuestra ciudad. Adaptado a la topografía del lugar, destaca por los detalles arquitectónicos y ornamentales enraizados en la tradición arquitectónica española, por lo que es conocido como el “pequeño Escorial en la ladera de Gibralfaro”», explica el director.
La inauguración de dicho centenario tendrá lugar el 11 de octubre de 2025, a las 11.00 horas, en la Capilla del Colegio. Ese día harán entrega al alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, el nombramiento como Miembro de Honor del Centenario en reconocimiento por su labor en la ciudad de Málaga y a su ser antiguo alumno de este centro educativo.
Durante el curso celebrarán diversos encuentros con los alumnos, las familias, el personal del centro y los antiguos alumnos y amigos del Colegio: «Queremos darle un marcado carácter de servicio y un tinte solidario, acercándonos al barrio y a la ciudad que nos ha acogido y que nos ha visto crecer. Por ello, nuestro lema del centenario será “Cien años sirviendo a la comunidad”», añade Pérez-Rioja.
Historia del Colegio
En el año 1820, Pedro Bienvenido Noailles funó la Congregación de la Sagrada Familia de Burdeos, en Francia, bajo el lema “Haced del mundo una única familia”. A mediados del siglo XIX, esta Congregación llegó a España y en 1867 se asentó en la ciudad de Málaga, en Calle Madre de Dios, 12. En sus inicios, fundó un colegio femenino que gozaba de buenas referencias en la educación que impartía, pero las necesidades de ampliar el espacio para poder acoger un internado, debido a la cantidad de alumnas que acudían del resto de la provincia, hizo que la Congregación buscase un nuevo lugar para instalar su labor educativa.
Por mediación del Obispo San Manuel González, adquieren la finca “Los Eucaliptos”, desde donde se divisaba el nuevo Seminario, encomendado ya a Fernando Guerrero Strachan, quien asumió la construcción del colegio desde ese momento.
El 23 de octubre de 1924 se colocó la primera piedra con la bendición del Obispo y el 6 de noviembre de 1926 tuvo lugar la fiesta de inauguración que marcaba un nuevo inicio de la labor educativa de la congregación en la ciudad.
La labor del arquitecto fue muy importante para salvar el desnivel que proporcionaba la ladera del monte y, como dato curioso, la Capilla fue pensada, desde el inicio, como núcleo del Colegio, pero no fue construida hasta después de la Guerra Civil, en el año 1945, por el arquitecto Enrique Atencia Molina. El edificio es una joya arquitectónica en su diseño y en sus acabados, destacando los zócalos de azulejos que bañan el zaguán y la solería de baldosas hidráulicas que se conserva en dos de las tres plantas originales del edificio.
A partir del año 2016, tras muchas generaciones siendo gestionado por la Congregación de la Sagrada Familia de Burdeos, pasó a formar parte de la Fundación Educativa Santo Domingo, una Fundación de identidad dominica presente en toda España con 38 colegios y un centro superior de música, lo que ha dado un nuevo impulso a la tarea educativa de esta entidad.
Actualmente reciben clase en él más de 650 alumnos de infantil, primaria y secundaria, en un entorno eminentemente natural y familiar, donde se sigue creyendo y trabajando con la idea de familia y educación en valores que haga de los alumnos buenas personas y buenos ciudadanos.
Por todo ello, desde el Colegio ven necesario celebrar, y hacerlo «con los alumnos, familias y personal del centro; pero también con todos los que forman parte de nuestro proyecto y nos han acompañado durante más de cien años en esta bonita tarea de enseñar. La educación es un pilar fundamental de nuestra sociedad y por ello, queremos compartir nuestra alegría con nuestro entorno más cercano, nuestro barrio, al que agradecemos ser parte de nuestra vida y nuestra ciudad, Málaga y sus gentes que forman parte de nuestra comunidad y nuestra razón de ser», concluye.