Mons. José María Gil Tamayo, Arzobispo de Granada

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Tras hacerse pública, el 1 de febrero, la aceptación por parte de la Santa Sede de la renuncia presentada por Mons. Javier Martínez, por motivos de edad, ambos arzobispos se han reunido con los trabajadores de la Curia Metropolitana, sus más estrechos colaboradores en su ministerio episcopal.

Mons. Javier Martínez, ya arzobispo emérito desde el 1 de febrero, ha expresado su agradecimiento a los trabajadores de la Curia Metropolitana por estos casi 20 años de dedicación y disponibilidad con su ministerio episcopal. “Gracias de todo corazón”, afirmó.

“El Señor es fiel a su Iglesia y permanece con nosotros. Seguimos y la vida de la Diócesis también sigue, con toda normalidad, con un hermano que el Señor nos ha regalado”, señaló D. Javier en referencia a D. José María, que desde ese 1 de febrero es arzobispo de Granada. “La llegada de D. José María ha sido un regalo”.

Mons. Martínez señaló que lo único que ha deseado siempre ha sido “comunicar que Cristo es la única esperanza y dar testimonio de que Cristo es lo más querido en mi vida”.

MONS. GIL TAMAYO
Por su parte, D. José María, que tomó posesión de su oficio como arzobispo coadjutor el pasado 1 de octubre y desde entonces ha estado conociendo la Archidiócesis –sus lugares y gentes-, ha afirmado que estos cuatro meses han sido “un tiempo de gracia y de bien para los dos”.

“Hay continuidad con las características de cada uno. Estoy para serviros”, les dijo D. José María a los trabajadores de la Curia diocesana recordando así su lema episcopal “No he venido a ser servido, sino a servir”, al mismo tiempo que les ha pedido su colaboración y ayuda en el ministerio episcopal que, como arzobispo de Granada, comenzaba, tras la aceptación por parte de la Santa Sede de la renuncia presentada por Mons. Javier Martínez, por motivos de edad.

 

PRIMER MENSAJE A LA ARCHIDIÓCESIS DE NUEVO ARZOBISPO DE GRANADA

Granada, 1 de febrero de 2023

Solemnidad de san Cecilio

Queridos hermanos:

Al asumir hoy, solemnidad de san Cecilio, el servicio episcopal como nuevo arzobispo de Granada, tras la aceptación por parte del Papa Francisco de la renuncia presentada por nuestro anterior arzobispo D. Javier Martínez Fernández por motivos de edad, deseo enviaros un primer y breve mensaje de saludo en el que antes que nada, además de agradecer al Santo Padre su confianza puesta en mi persona y expresarle mi comunión fraterna, quiero dar las gracias a D. Javier por su acogida fraterna llena de cariño y confianza durante este tiempo que llevo entre vosotros, así como su entrega generosa durante dos décadas pastoreando esta Iglesia particular de Granada.

Estos cuatro meses entre vosotros y en los que me habéis mostrado tanto los sacerdotes como los seglares y la Vida Consagrada vuestro cariño, acogida fraterna y colaboración, han hecho aumentar aún más en mí el amor a la diócesis de Granada y a sus gentes, así como la ilusión y el deseo de serviros con todas mis fuerzas, sabiendo, ya con conocimiento de causa, que me incorporo al caminar cristiano de la diócesis de Granada y con esperanza trabajaremos juntos por llevar el Evangelio de Jesús a todos sin exclusión. No deseo otra cosa que serviros y de quereros como pastor vuestro en el nombre del Señor, especialmente a los más pobres y desfavorecidos.

Soy consciente, como os dije al llegar a vosotros, de mis limitaciones personales ante la grandeza de la misión que se me encomienda y, por ello mismo, necesito más de vuestra ayuda y oración. Es mucha la tarea que tenemos por delante y Dios no nos faltará.

Saludo también a las autoridades de la entera provincia de Granada, tan llena de belleza y posibilidades, y les agradezco su acogida en este tiempo y les ofrezco mi colaboración para seguir trabajando por el bien de nuestro pueblo.

Que san Cecilio, en cuya fiesta inicio este servicio, nos obtenga de Jesús la pasión evangelizadora con la que él nos transmitió en los comienzos el Evangelio y nos haga verdaderos testigos de Cristo en nuestro tiempo.

Que Nuestra Señora de las Angustias, a la que tanto queremos y bajo cuyo amparo materno pongo mi ministerio episcopal entre vosotros, nos auxilie y cuide, y nuestros santos y beatos granadinos intercedan a Dios por nosotros.

Recibid todo mi cariño y bendición.

 

José María Gil Tamayo

Arzobispo de Granada

 

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