JUTTA BURGGRAF EN LA XVI SEMANA DE TEOLOGÍA DE JEREZ

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La XVI Semana de Teología de la Diócesis de Asidonia-Jerez sigue adelante. El miércoles 21 se impartió la tercera ponencia programada. Lo hizo la Dtra. Dª Jutta Burggraf, quien fue presentada por el sacerdote D. Manuel Bodes García resaltando la trayectoria académica  de la ponente: doctora en Psicopedagogía por la Universidad de Colonia, doctora en Teología con premio extraordinario por la Universidad de Navarra, tiene la cátedra de Antropología de la Universidad de los Países Bajos y actualmente es Catedrática de Teología Ecuménica de la Universidad de Navarra. Fue Perito en el Sínodo de Obispos de 1987 y ha escrito numerosos libros de Ecumenismo.

 

Inició la ponencia hablando de la teología feminista, afirmando que, después de una época oscura bastante larga de discusiones, parece razonable sustituir el nombre de Dios Padre. En 1999 los líderes de la Iglesia Metodista rezaron a Dios-Madre y nosotros tenemos que seguir en este camino.

La teología feminista tiene muchas ramas, y algunas de esas ramas quieren cambiar el nombre de Dios-Padre. La experiencia masculina es la que crea el nombre de Dios-Padre y se las impusieron en aquel tiempo a las mujeres. En la época actual quieren cambiar esa mentalidad existente y ver a Dios en lo más profundo, ver a Dios-Amor Dios-Dulzura que está pendiente de todos.

La ponencia de la Doctora Burggraf continuó con las siguientes líneas:

 

Una teología que se hace a partir de la experiencia

Hasta ahora solamente había experiencia de Dios desde el punto de vista masculino. Las ramas extremas de la teología feminista quieren unir también la experiencia de Dios desde el punto de vista femenino abogando por la supremacía del sujeto. Ni uno ni otro crean una idea de Dios, ya que el encuentro con Dios es un encuentro personal, que tiene que ir paralelo con la Iglesia, y bajo estas condiciones la experiencia religiosa entra en el trabajo teológico pero todo esto bajo el prisma del amor, ya que sin esto se crearán fórmulas vacías y caer en una subjetividad parcial.

 

Ayuda de la revelación

Los seres humanos partimos de ver la imagen de Dios. Las mujeres hacen lo mismo, hablan de su experiencia. Hay mujeres que luchan tanto por los nombres divinos que no pueden rezar a un Dios-Padre por los recuerdos y problemas que han tenido con su padre. La teología eclesial supone que Dios habla por sí mismo, es él el que se muestra.

 

Como nos ha revelado su nombre

En el A.T. las imágenes que se representan siempre tienen un carácter masculino para distinguirse de las otras religiones paganas que tienen diosas.

A Dios siempre se presenta como un Juez justo que nos libera y nos brinda la victoria y no oprime ni maltrata a las mujeres y protege a los débiles.

Leer de nuevo las Sagradas Escrituras y sentir aquellos tiempos. Dios no se puede definir con ninguna imagen, porque según Santo Tomás Dios supera todo lo imaginable.

En el Nuevo Testamento la revelación divina llegó a su plenitud. Dios es padre de Jesús y Padre de todos los hombres. Los cristianos le hablamos de tú, pero no como hombre-mujer, porque no somos capaces de imaginar a Dios como una persona sin sexo. Los cristianos llamamos a Dios-Padre, porque fue el Padre del pueblo de Israel. Así hay un nombre por el cual los cristianos nos dirigimos a Dios, que no ha sido traducido y es el de Abba: Papá

 

Feminidad en Dios

En los últimos tiempos se están resaltando, de forma positiva, la feminidad en Dios. Dios funde la paternidad y la maternidad es fuente y raíz de todas las perfecciones: ama a su hijo, le seca las lágrimas, está pendiente etc.

Todo esto no significa un desafío a la paternidad de Dios. La imagen divina tiene un perfil más detallado. No es hombre ni mujer. Su vida tiene carácter de misterio. Dios está por encima de los sexos. En Dios está la fuente y la raíz

Le llamamos Dios-Padre porque así se ha revelado. Cuando hablamos de Dios-Padre lo decimos con el sentido más profundo de la palabra.

 

Amor en el Padre

No ejerce dominio sobre el Hijo. Engendrado con amor, y el amor es el Espíritu Santo. Jesús es imagen del Dios invisible, vive y actúa en constante referencia al Padre sin abandonarlo jamás. Dios es Padre de todos, se entrega en su Hijo y se entrega totalmente al mundo

 

Gracias de la fe por el Espíritu Santo

El Espíritu Santo es Dios con nosotros. Nos hace entender la palabra de Jesús y une a los hombres con Dios y entre sí

El Espíritu Santo representa al Padre y nos lo representa desde perspectivas distintas. El no quiere el sufrimiento de sus hijos pero no evita la cruz para su Hijo. Nos muestra el rostro materno de Dios. Dios no es madre, pero tiene características maternales

 

 

 

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