Palabras de Mons. González Montes, con motivo de la apertura del nuevo curso académico del Seminario de Almería, el 26 de septiembre de 2011.
Lecturas bíblicas: Gál 5,16-17.22-25
Sal 21,23-24.26-28.31-32
Jn 7,37-39
Queridos formadores y profesores,
Queridos seminaristas,
Hermanos y hermanas en el Señor:
Comenzamos un nuevo curso académico y suplicamos a Dios que nos conceda el Espíritu Santo que ilumine nuestra mente y amolde nuestros corazones a su santa voluntad, para que podamos cumplir las tareas del nuevo curso con provecho; y para que de este modo todo redunde en nuestra santificación.
La comunidad educativa de nuestra Seminario quiere secundar las mociones del Espíritu Santo, para que alejar de sí un estilo de vida que, según la expresión paulina, es vida según la carne; es decir, una vida al estilo del hombre pecador, que desea contra el Espíritu y sus mociones. La realización de una vida santa, por el contrario, es obra de la gracia de Dios, y sólo con la ayuda de Dios podemos lograr la resolución de la oposición en que se ve entrizada la existencia cristiana: la oposición entre las tendencias de la carne y las de nuestro espíritu. Con la gracia divina logramos superar las inclinaciones destructivas del hombre pecador que llevamos dentro y que hemos de mantener crucificado, para que en nosotros surja el hombre nuevo, creado en Jesucristo conforme a “la nueva condición humana creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas” (Ef 4,24); el hombre según el modelo de Cristo, obediente a las inclinaciones espirituales que en nosotros suscita el Espíritu Santo.