D. ANTONIO CEBALLOS. DOMUND 2005

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DOMUND 2005
MISIÓN: PAN PARTIDO PARA EL MUNDO

Mis queridos diocesanos:

La Iglesia celebra el día 23 de octubre la Jornada Mundial de la Propagación de la Fe, día del Domund, día de las misiones.

1. Lema apasionante

El lema de este año es apasionante. Nos lo entregó el Papa Juan Pablo II, antes de su vuelta al Padre. Este mensaje ha sido asumido por el Papa Benedicto XVI y lo ha entregado a la Iglesia. Reza así: «Misión: Pan partido para el mundo«.

Considero que pocos lemas podrían resultar tan estimulantes como éste para animarnos a la reflexión y oración sobre lo que es la misión, el misionero y sobre lo que ha de aportar a los hombres En este mensaje se contempla la reciprocidad entre misión y eucaristía. No sólo la Eucaristía conduce a la misión sino que ésta lleva a la Eucaristía.

2. Pan partido para la vida del mundo

Este lema nos recuerda que Jesucristo se sigue partiendo por nosotros y compartiendo su amor total para toda la humanidad. Jesucristo es para los cristianos pan partido para la vida del mundo, porque con su vida y su palabra, con su muerte en cruz y su resurrección, nos manifiesta la verdad de Dios y del hombre, el amor infinitamente misericordioso del Padre y el amor fraterno.

Es interesante que el Papa al final de su mensaje haga una invitación para que las comunidades eclesiales sean auténticamente «católicas» donde la espiritualidad misionera permanezca abierta a la voz del Espíritu y a las necesidades de la humanidad y donde los creyentes se hagan pan partido para la vida del mundo.

3. Situaciones dramáticas y cooperación económica

Hoy la humanidad vive situaciones difíciles y, en ocasiones, dramáticas. A las provocadas por las catástrofes naturales se unen las originadas por el egoísmo y el pecado de los hombres. Junto a estas realidades hay que añadir que los bienes de la tierra están injustamente repartidos entre los hombres. Así la pobreza afecta a millones de hombres. Sobre todo, afecta de modo escalofriante a los más indefensos, especialmente a los niños, que mueren de hambre o carecen de recursos necesarios para poder alcanzar una digna madurez personal.

La humanidad padece hambre: hambre de pan, hambre de Dios, hambre de cultura, hambre de salud, hambre de vivienda, hambre de paz, de eucaristía y de perdón.

España durante el año 2004, con el dinero recaudado en el día del Domund del 2003, distribuido en los cinco continentes, ha cooperado económicamente con un total general de 14.921.302,50 €. Espero que este año seáis tan generosos o más que el año pasado. Porque los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo, de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias, de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón.

4. Es la hora de la misión

Este grito de que es la «hora de la misión» ha de resonar en la conciencia y en el corazón de todos y cada uno de los diocesanos, en el marco del «octubre misionero» con la oración, el sacrificio, la limosna y el fomento de las vocaciones misioneras.

El Papa ha recordado estas ideas en su Mensaje para la Jornada del Domund 2005. En la Eucaristía nos disponemos a acoger el don del cuerpo y la sangre del Señor, muerto y resucitado, para alimentarnos y para llevar a los demás el «pan» de la salvación, de la solidaridad y de la evangelización.

La Eucaristía es, también, proyecto de solidaridad para toda la humanidad. Esta solidaridad tiene su origen en Dios. En Jesús se ha manifestado como el hombre débil y pecador, y en la Eucaristía «continúa a lo largo de los siglos manifestando compasión hacia la humanidad que se encuentra en la pobreza y en el sufrimiento» (Mensaje, n. 2).

El camino del Evangelio es un servicio de gran valor para que los hombres y los pueblos lleguen a vivir plenamente su dignidad de persona y de hijos de Dios. La Eucaristía, en la que se proclama con fuerza que Jesús se entrega por todos, nos «apremia a una generosa acción evangelizadora y a un compromiso activo en la edificación de una sociedad más equitativa y fraterna» (Mensaje, n. 3).

En la Eucaristía se halla el fundamento de toda acción evangelizadora y misionera de la Iglesia. El cristiano, cuando contempla a Jesús «pan de vida», «pan vivo», «pan partido», no puede menos de ofrecerse para «dar la vida por los hermanos, especialmente las más necesitados» (cf. Mensaje, n. 1).

Los misioneros movidos por una espiritualidad eucarística y mariana son testigos del Evangelio. Ellos mismos se hacen «pan partido» para los hermanos, llegando a veces hasta el sacrificio de la vida» (Mensaje, n. 4). Ellos abren el camino de la misión y nos estimulan a tomar conciencia de la necesidad de una colaboración más activa y generosa en la misión evangelizadora. Ellos son ejemplo a seguir y modelo a imitar para que los cristianos, especialmente los jóvenes, se conviertan en «pan partido para la vida del mundo«.

Nuestra Iglesia de Cádiz y Ceuta tiene al Padre Antonio Diufaín en la Diócesis de San Pedro de Macorís (República Dominicana), que es un testimonio de pan partido para la vida del mundo.

5. María, «mujer eucarística»

María, la «mujer eucarística» (Ecclesia de Eucharistia, 53) que ofreció su vida al pie de la cruz, junto con la de su Hijo, para la vida del mundo, nos alienta y ayuda con su maternal intercesión para que nos ofrezcamos al Señor y hagamos de nuestras vidas pan partido para la vida del mundo.

Os estimulo a que oréis en favor de las misiones y de los misioneros, y lo hago con las mismas palabras del Papa: «Pido a todos los creyentes que rueguen insistentemente al dueño de la mies, para que envíe operarios a anunciar la Buena Nueva de la salvación en Cristo. Dirijo esta mi petición de una manera particular a los jóvenes: que se muestren abiertos a la vocación misionera y dispuestos a convertirse en mensajeros del Evangelio».

Que la Santísima Virgen María, mujer eucarística, bendiga las preocupaciones misioneras de nuestra Diócesis en favor de toda la Iglesia y acompañe con su maternal cuidado a cuantos entre nosotros o lejos de nosotros trabajan por la difusión del Evangelio.

Reza por vosotros, os quiere y bendice,

+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta

Cádiz, 1 de octubre de 2005.

 

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