Ante la muerte de cinco emigrantes en la frontera que separa el reino de Marruecos de
1.- Como se decía en el comunicado, la presión migratoria es un signo de los grandes problemas de injusticia, desigualdad, pobreza y graves enfermedades que se están dando en muchos países africanos.
Es cierto que las migraciones no son el instrumento adecuado para dar respuesta a estos graves problemas, pero los acontecimientos ocurridos, después de estas muertes en Ceuta, me obligan a no callar y a denunciar, en el nombre de Dios y en el nombre de las buenas conciencias de los ciudadanos de esta Diócesis, la forma con que se están dando soluciones a estas personas en las que veo el rostro de Jesucristo sufriendo tal ignominia y humillación.
2.- La dignidad de la persona humana exige que todo hombre y mujer sean tratados, no como un animal, ni como una máquina, sino como persona y como hijo de Dios. “Creyentes y no creyentes están de acuerdo en que todos los bienes de la tierra deben ordenarse en función del hombre, como centro y culminación” (GS 12). “Dios ha destinado la tierra y todo cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos, de modo que los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa bajo la guía de la justicia y el acompañamiento de la caridad” (GS 69).
Pido, en el nombre de Dios, que las autoridades de España, de Marruecos y de
3.- Pido a los párrocos y rectores de las Iglesias de la Diócesis de Cádiz y Ceuta que en la celebración de la Eucaristía de este fin de semana se hagan oraciones por la solución justa y digna de estos hombres, mujeres y niños, pidiendo al Padre Dios que los países, a los que correspondan, y todos nosotros, busquemos y nos comprometamos en la solución definitiva de esta situación injusta. Pidamos a Dios que tengamos razones para que esto nunca más vuelva a ocurrir.
Por otra parte os invito a que, después de la celebración eucarística, como hemos hecho en otras ocasiones, nos manifestemos en la puerta del templo, en silencio y en oración, como repulsa comunitaria de estos acontecimientos.
Cádiz, 11 de octubre de 2005.
+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta