Por la celebración del Día internacional de las empleadas del hogar. Desde Cáritas Regional de Andalucía:
CONSTATAMOS QUE…
• El sector del empleo de hogar está en su mayoría dentro de la economía informal. La Plataforma Estatal de Asociaciones de Empleadas de Hogar ha estimado que el 70% del empleo se gestiona en la informalidad (abril 2008), la mayoría de origen inmigrante.
• Gran parte de las personas que son demandantes de apoyo en Cáritas acaban llegando a los servicios de empleo, y de éstas, la mayoría son mujeres. Su vía de acceso al empleo es sobre todo el trabajo del hogar, los cuidados, y el sector de la limpieza.
• La situación de vulnerabilidad o riesgo de exclusión de las personas que trabajan o buscan trabajo como empleadas de hogar dificulta que las organizaciones sociales podamos intervenir en este sector. El aislamiento de las trabajadoras internas, la falta de documentación de las inmigrantes en situación administrativa irregular, algunas dificultades de competencias lingüísticas y de diferencias culturales, aumentan la vulnerabilidad de la mujeres a los abusos de muchos empleadores.
• La crisis económica actual empuja a muchas mujeres a buscar una renta a través del empleo de hogar. En Sevilla ya está dentro del ranking de ocupaciones más demandadas en el Servicio Andaluz de empleo (2008).
CONSIDERAMOS QUE…
• La discriminación que supone la vigencia del Real Decreto 1424/85 por el que se regula la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar desincentiva a las personas afiliarse. En Andalucía el fenómeno de sub-afiliación femenina es mayor que en el resto de España.
• No intervenir en el sector es promover la existencia de un nicho laboral carente de muchos derechos, y francamente tendente a la explotación.
POR TODO ELLOS PROPONEMOS…
• A las Administraciones Públicas: en su política de igualdad deberían de sensibilizar sobre el rol clave de estas mujeres, y, concretamente los servicios públicos de empleo, favorecer la información sobre la contratación y regulación del sector, tanto a familias empleadoras como a personas trabajadoras.
Igualmente, se debería de mejorar el conocimiento sobre el sector con estadísticas y estudios públicos.
• A las organizaciones sociales: deberíamos enfocar nuestro trabajo a la dignificación y profesionalización de las actividades realizadas por las empleadas de hogar, así como a la sensibilización a las personas empleadoras. Promoviendo la contratación por escrito entre ambas partes, el conocimiento de la regulación existente, y sus derechos fundamentales. Favoreciendo la autoorganización de trabajadoras y familias empleadoras. Y reclamando la abolición del Decreto.
• A nosotros mismos, como empleadores y empleadoras: ser conscientes que nuestra actitud puede contribuir a una situación injusta. Las trabajadoras de hogar, son eso, trabajadoras que nos dan servicios a nosotros y nosotras que nos permiten conciliar nuestra vida personal y laboral, y a cuidar a las personas que queremos. Nuestra actitud hace sociedad, y como tal, estamos desvalorizando todo lo que tiene que ver con el cuidado, la atención, y las tareas de nuestros hogares, y con ello, podemos contribuir a desvalorizar a las personas que se ocupan de ellas.
Cáritas Regional de Andalucía
Sevilla, 27 de marzo de 2009