Málaga, 26 de noviembre de 2004
Queridos sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares de la Diócesis de Málaga:
Al comienzo del año 2005 debo realizar la Visita “Ad Limina” a Roma, cuyo momento central lo constituye la veneración de los sepulcros de los apóstoles Pedro y Pablo y el encuentro con el Sucesor de Pedro y Obispo de Roma, el Papa Juan Pablo II.
Los actos principales son la celebración de la Eucaristía en la Basílica de San Juan de Letrán, el día 28 de Febrero, con renovación de las promesas bautismales de los peregrinos, el día 1 de Marzo la celebración de la Eucaristía en el altar de la Cátedra de San Pedro y la audiencia general con el Santo Padre el día
Deseo a través de estas líneas recordar el sentido eclesial que tiene la Visita “Ad Limina” Cada cinco años las Iglesias Particulares, presididas por el Obispo, peregrinan a la Iglesia de Roma, que nos preside en la Caridad de Dios, como dijo San Ignacio de Antioquía.
La finalidad es expresar y reforzar la comunión eclesial con las demás Iglesias particulares y especialmente con
Como “pastor” que preside la Diócesis malagueña, sirviéndola y animándola en la fe, llevaré a Roma un informe sobre las realidades pastorales de Málaga y expondré al Santo Padre los problemas y proyectos pastorales de la Diócesis y le agradeceré, en nombre de la Iglesia particular de Málaga, su excepcional magisterio que nos ayuda a vivir la fe y el amor del Señor.
Os invito a peregrinar a Roma como representantes de la Diócesis de Málaga en la Visita “Ad Limina”. Los que peregrinen a
A todos os pido que desde ahora recéis por el Papa, por mí y por
Os bendice y reza por vosotros,
+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga