50 años de presencia de las Adoratrices de la Sangre de Cristo en España

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Finaliza el año jubilar.

El cincuentenario de la presencia de las Religiosas Adoratrices de la Sangre de Cristo en España, ha sido a lo largo de este año motivo de celebraciones y actividades varias para hacer memoria, en actitud de agradecimiento, de la historia de salvación que Dios, en su infinita bondad, ha ido tejiendo con ellas y a través de ellas con el "querido prójimo".
El 7 de mayo de 2011, en Castuera (Badajoz), han dado por terminado el año jubilar con la celebración de la Eucaristía en acción de gracias al Señor, presidida por el Excmo. Mons. Santiago García Aracil, Arzobispo de Mérida-Badajoz. Durante la homilía Mons. Santiago destacó la importancia de reconocer los motivos por los que en ese momento se debía dar gracias a Dios. Señaló algunos de ellos:
– Dar gracias por el don de la fidelidad, fidelidad a la llamada y fidelidad al camino emprendido hace 50 años y aún hoy presente en la Iglesia.
– Dar gracias por hacer elegido la diócesis de Mérida-Badajoz, (la primera casa de las Adoratrices en España fue en Cabeza del Buey), y haberla enriquecido con su presencia y carisma, dando abundantes frutos.
– Dar gracias por la obra evangelizadora realizada en esta Parroquia, que tanto bien ha hecho al pueblo y a toda la Iglesia diocesana.
Al terminar su homilía, invitó a todas las religiosas allí presentes a renovar su consagración a Dios, com-prometiéndose públicamente a ser testigos creíbles del amor tierno de Dios por su pueblo.
Fue en el lejano 1960, cuando un grupo de cuatro hermanas, provenientes de Italia, llegan a España res-pondiendo a una petición del Papa Juan XXIII, mandar religiosas de habla española a la Iglesia del continente de la esperanza, América Latina. Además el mandato-objetivo de estas hermanas era muy concreto: hacer presente en la Iglesia y sociedad española el carisma donado por el Espíritu a Santa María De Mattias (1805-1866), carisma que se hace visible: "testimoniando en el mundo, con gozo y esperanza, la presencia viva del amor que adora y redime de Cristo … a través  de los ministerios de la evangelización y la promoción humana, de la oración y la participación a la cruz de Cristo, … colaborando para que toda la creación pueda caminar hacía ‘el armonioso orden de cosas que el gran Hijo de Dios vino a establecer con su Sangre".
 
Durante estos años la Comunidad de Adoratrices ha servido al “querido prójimo” en diversos ministerios y en diversos lugares de la geografía española, cambiando y adaptándolos a los nuevos desafíos y a las nue-vas exigencias del territorio donde ha estado y está presente.
También en 1973 un grupo de hermanas españolas, para hacer realidad la invitación del Papa, partieron para inculturar el mismo carisma de Adoratriz en Bolivia, dando una nueva vida a la Congregación.
 
Hoy la Congregación de las Adoratrices de la Sangre de Cristo, fundada en 1834 por Santa María De Mat-tias, en un pequeño pueblo del centro de Italia, cuenta con cerca de 1.600 hermanas y está presente en los cinco continentes, en 27 naciones.  

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