Yolanda Navarro está casada y tiene dos hijos: un niño y una niña, matriculados en el colegio San Patricio. Ella es de la zona de Huelin y siempre le hablaron bien del colegio en el barrio. Primero matriculó al mayor de sus hijos, y quedó encantada con el resultado; a partir de ahí «matriculé a la segunda».
La elección de este centro escolar para sus hijos es una decisión firme, puesto que «me ofrecieron otro centro y, como estoy contenta, no me he ido». De hecho, conversando con otras familias, Yolanda advirtió que otros padres también tenían idénticas opiniones. Así, nos comenta que «yo conozco a familias que han cambiado de centro y han vuelto».
Su hijo tiene déficit de atención y el colegio ha procurado que esta circunstancia no sea un impedimento para su formación. Yolanda nos comenta que «al niño le han dado sus atenciones y han tenido paciencia con él. Estoy muy contenta». Además, el niño de Yolanda es de tez morena (su padre es africano) y han surgido pequeños roces con los otros niños que no se han tardado en solventar. El jefe de estudios del centro actuó al respecto diciendo que «el que insulte con el físico va a tener problemas conmigo y va a ir a la dirección». «A partir de ahí se acabó el problema», afirma Yolanda
«La educación de mis hijos es fundamental», comenta Yolanda, a la que le gusta «una educación recta, sin tontear con la educación». Para esta madre, la formación de su hijo se ha visto reforzada en San Patricio porque el colegio ha procurado que «mi hijo tenga educación, comportamiento, saber estar».
Yolanda resalta que, aparte de la educación del niño, el colegio está atento a las circunstancias familiares. «Yo he tenido problemas económicos y mis hijos han ido a excursiones o me han dado uniformes. Vaya, yo estoy muy contenta».
