Carta del ecónomo diocesano, Rafael Carmona, ante la colecta extraordinaria de la Jornada Pro Templos 2021, bajo el lema «Vivir y transmitir la fe en Cristo».
Queridos malacitanos y hermanos que nos visitáis en verano:
Desde hace años nuestra Diócesis de Málaga, que peregrina también en Melilla, celebra una Jornada “pro templos” en el verano. Este año será el domingo, 8 de agosto. La jornada tiene una doble finalidad: valorar los templos en su significado humano y cristiano, y realizar una colecta extraordinaria para colaborar económicamente en la construcción y conservación de las iglesias, ermitas y lugares de culto.
El templo material es imagen visible del templo espiritual, en el que los cristianos somos “las piedras vivas”, que entramos en la construcción de la verdadera Iglesia para ofrecer sacrificios agradables a Dios (cfr. 1 Pedro 2, 4-5). El templo es el lugar para “vivir y transmitir la fe en Cristo”, según dice el lema de este año.
El templo es el edificio en el que se congrega la comunidad cristiana para escuchar la Palabra de Dios, orar comunitariamente, recibir los sacramentos y celebrarla Eucaristía. La Iglesia es, además, lugar de solidaridad y un espacio donde los pobres alcanzan acogida y sienten la caridad y la solidaridad de los creyentes.
Realizamos esta colecta extraordinaria en verano, porque muchos malagueños, ausentes durante el año, regresan a sus ciudades y pueblos; y también porque bastantes personas que nos visitan en este tiempo, participan en nuestras celebraciones compartiendo la misma fe de la Iglesia y están interesadas en colaborar en nuestras necesidades. Pero somos nosotros, especialmente los católicos de la Diócesis y las personas que, aunque no sean católicas, valoran la labor de la Iglesia para el bien común, quienes tenemos que responsabilizarnos en la construcción de los nuevos templos y en la conservación ( Parroquia Santos Mártires, San Vicente Paul, San Andres en Coín, Alameda, etc.) de un amplio y extenso número de edificios religiosos extendidos por toda la Diócesis.
Como todos los años llamamos a vuestra generosidad, que agradezco como Ecónomo Diocesano, y por eso tengo confianza para solicitar vuestra ayuda económica a través de esta colecta extraordinaria “pro templos”.
Espero que, a pesar de la crisis económica que estamos atravesando por el COVID-19, hagamos un esfuerzo mayor para superar la cantidad de años anteriores y poder decir de vosotros, como San Pablo, “probados por muchas tribulaciones, su rebosante alegría y su extrema pobreza han desbordado en tesoros de generosidad” (2 Corintios 8, 2).
Rafael Carmona Estrada
Ecónomo Diocesano