«Visito con frecuencia al Cautivo y me arregla algunos temas»

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

Manuel Sarria Cuevas (Málaga, 1952) será el encargado de pregonar la Feria de Málaga 2014 la noche del viernes 15 de agosto. Recuperamos la entrevista del humorista malagueño a DiócesisMálaga.

–¿Se puede uno reír de la crisis, de la enfermedad, de las cosas malas? ¿Qué hace falta para hacerlo?

–Se puede uno reír de todo, pero siempre con respeto, con educación y con mucha elegancia, entonces es cuando las personas entienden que es sólo un espectáculo de humor y que por supuesto nada tiene que ver con la realidad. Para hacerlo, sólo tienes que ver lo que ocurre en realidad, plasmarlo con cierta ironía y que la gente vea que lo que tú estás diciendo se parece muchísimo a la realidad y que de otra manera sería imposible decirlo.

–Tras participar en una gala en beneficio de Cáritas, ¿cómo valoras el trabajo que realiza esta institución de la Iglesia en favor de los más necesitados?

–Es una pena que para ayudar a los más necesitados, se tenga que recurrir a estas galas, pero así está la cosa. Tendría que haber más ayudas por parte de todos los gobiernos para paliar esta situación. La labor de Cáritas me parece extraordinaria en todos sus aspectos. Si no fuera por ellos, no sé qué ocurriría con todas las personas a las que atienden, por eso mi enhorabuena.

–¿Crees en Dios? ¿Cómo es tu relación con Él?

–Sí, creo en Dios, rezo todas las noches para pedir por la gente que lo necesita y sobre todo y egoístamente por los míos. Mi relación con Él creo que es buena. Además visito con cierta frecuencia a nuestro Cautivo y me arregla algunos temas.

–¿Es posible hacer reír hoy de manera blanca, sin aferrarse a una ideología ni ofender a las personas?

–Sí es posible, es el humor que yo practico, de ahí que lleve 25 años trabajando en televisión ininterrumpidamente. Pero ese tipo de humor blanco, que no hiere, parece que es de segunda división. Tengo una anécdota con el cura de la Basílica de la Esperanza, yo hacía un sketch en el que yo salía de cura en un confesonario y mi compañero Juan salía de beata, que era una «cansina» hasta que al cura le hacía perder los nervios y le decía a la viuda de todo. Este sketch tocaba a la Iglesia, pero como se hacía con mucha elegancia, no molestaba a nadie, y el cura de la Esperanza estando en una boda, al final me llamó y me dijo que veía mis sketchs, que le gustaban mucho y el que más, el del cura, porque lo que yo le decía a mi beata, él no se lo podía decir a las suyas.

–¿Qué acontecimiento te ha marcado más en los últimos tiempos?

–La muerte de mi padre en mis manos. Era una persona que carecía de un grado de cultura importante, pero sabía a su forma dar a cada uno lo que se merecía. A mí y a mis hermanos nos dio lo más grande que un padre le puede dar a sus hijos, la honestidad. Era muy grande. Lo recordaré siempre. Me gustaría poder dar a mis hijos lo que él me dio a mí.

Autor: Ana María Medina

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