Gracias a “La esencia de la belleza”, que viene de la mano de la Fundación Godia, podemos disfrutar en el Palacio Episcopal de la “Virgen de la Leche” pintada por Llorenç Saragossa. Pocas veces un pintor ha sido tantas veces citado y pocas veces a un pintor se le han atribuido tantas obras y tan diferentes como a Llorenç Saragossa.
Cuando Cataluña era la piedra angular de la Corona de Aragón, con territorios a lo largo del Mediterráneo, se convirtió en motor de intercambios culturales. Era la puerta de entrada a la Península Ibérica de las nuevas corrientes artísticas del Gótico internacional procedentes de Italia. Un ejemplo sin igual es “La Virgen de la Leche” de Llorenç Saragossa, pintor real de Pedro III el Ceremonioso, que asumió el lenguaje estilístico de las grandes obras italianas: de las Madonna de Duccio y Cimabue. Los coleccionistas del pasado siglo XX reunieron piezas de tal calidad que incluso rivalizaban con las colecciones de los flamantes museos públicos.
Igual que en la escultura, hay un desarrollo muy grande de la orfebrería y la pintura, que son las tres grandes artes que han llegado hasta nuestros días a la hora de hacer que el templo sea un espacio catequético que nos acerque a las grandes figuras de nuestra fe, como es el caso de la Virgen María, que suele aparecer rodeada muchas veces de ángeles y coronada como reina. Siempre hay un diálogo muy simbólico pero entrañable entre la madre, que por un lado es reina; y, por otro, madre de Jesús.
TERNURA MATERNAL
Así pues, aparecen escenas como esta del niño que mama de la madre, donde se refleja esta ternura. La imagen de la Virgen sigue siendo sedente, como en el Románico, trono y madre de Dios. Este tipo de pintura suele ir acompañada de pan de oro que representa la divinidad, por toda esa tradición que proviene del mundo bizantino, y también aparecen muchas inscripciones y filacterias con el mensaje que ha querido reflejar el artista o el pasaje evangélico que nos quiere transmitir.
FICHA TÉCNICA:
Virgen de la Leche
· Año: 1363-1374
· Temple y pan de oro sobre tabla
· Medidas: 218 x 125 x 43 cm
Beatriz Lafuente