Manuel y Ana se casaron hace 50 años. Él está ingresado en la unidad de paliativos del Hospital Marítimo de Torremolinos, pero esto no ha impedido que celebren sus bodas de oro acompañados de sus hijas y del personal de la planta.
El sacerdote y capellán de este centro, Carlos Acosta, que fue el encargado de celebrar la renovación del sacramento del matrimonio, explicó que «ha sido un momento precioso, lleno de alegría en el que el Señor se ha hecho presente».
Y es que, el Señor se hace presente en todos los hospitales de la Diócesis a través de los capellanes. Como afirma el delegado de Pastoral de la Salud, Ignacio Bermúdez, «cuando una persona necesita ser atendido por el Servicio de Atención Religiosa Católica de un hospital lo debe transmitir al equipo sanitario responsable de su asistencia, y será éste el que contacte con el capellán o persona idónea correspondiente que procederá a visitar a la persona solicitante».
En otras ocasiones, continúa Bermúdez, «son muchos los capellanes y personas idóneas que ofrecen su compañía y asistencia durante sus turnos acudiendo a los diferentes servicios. También, a veces, el propio personal asistencial identifica alguna persona en la que detectan alguna necesidad de índole espiritual o religioso y se lo comunican al capellán. Es importante destacar que esta asistencia es un derecho que tiene cualquier persona a practicar de forma libre su fe religiosa, que está recogido en la Constitución y debe ser garantizado por la administración».
El departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Española editó a este respecto: «La asistencia religiosa en el hospital. Orientaciones pastorales»
