Antes de dar este importante paso, el grupo, compuesto por seis voluntarias y su párroco, José Miguel Porras, ha estado formándose durante varios años en materia de sensibilización y acogida. Junto al equipo de Cáritas Parroquial de El Salvador han realizado un proceso de formación conjunta del programa SICCE- MIS desde el Modelo de Acción Social de Cáritas y también en criterios para la acogida y el acompañamiento. Con ellos y con los servicios sociales se trabajará de manera coordinada y se mantendrán reuniones periódicas para procurar mantener la mejor atención a quienes acudan en busca de ayuda.
Durante el largo periodo de tiempo en el que se han estado preparando para afrontar esta tarea, han realizado también un estudio de la realidad presente en su entorno. Para ello han contado con la participación de las personas mayores de la comunidad que representan un amplio sector de población. Ellos han expresado sus necesidades e inquietudes, generalmente orientadas a crear espacios de participación donde poder paliar la soledad, recibir cariño y, sobre todo, escucha.
Respecto a niños y jóvenes, llevan años implicando a los participantes de catequesis, que acompañados de padres y abuelos realizan manualidades, productos que son vendidos en los días previos a la Navidad y con los que se recaudan fondos para los más necesitados.
Según su directora, Mª Jesús Moya, «el reto está ahora en dar a conocer la presencia de Cáritas entre toda la comunidad parroquial para hacerles partícipes de esta tarea que, como cristianos, nos corresponde a todos. Hemos comenzado colocando carteles en los distintos salones y en cuanto sea posible, organizaremos alguna actividad que nos permita llegar a quienes aún no conocen la acción de Cáritas».