«La Navidad de este año siempre la recordaremos como una profunda, solidaria y participativa fiesta que comenzamos el día de la Vigilia de la Inmaculada, en la que tuvimos la oportunidad de participar con nuestros cantos y en la que se unieron niños del grupo más pequeño, tocando los instrumentos. Una celebración preciosa con oraciones que nos sirvieron para acercarnos a nuestra Madre que debe ser el faro de nuestra fe y la esperanza de nuestro mundo», explica el sacerdote Gerardo Rosales.
En los días previos al Nacimiento de Jesús organizaron una Zambomba en los salones parroquiales de San Rafael, en la que participó la Rondalla de Ronda. Todo lo recaudado lo destinarán a sufragar la participación de estos jóvenes en la JMJ Lisboa, el próximo mes de agosto.
También han vivido una jornada de excursión por la naturaleza en la que tomaron como hilo conductor las palabras del papa Francisco: «tenemos que cuidar el planeta y cuidar el ser humano en su integridad».
Una joven del arciprestazgo también ha participado en el Campo de Trabajo Lázaro, con más de 60 jóvenes de toda la diócesis. En esta experiencia «pudo conocer mejor las distintas realidades sociales diocesanas y encontrarse con los más necesitados: ancianos, pobres, enfermos de sida, enfermos mentales, menores en acogida… una experiencia llena de amor, oración y solidaridad», explica el párroco.
En los primeros días del año viajaron a Sierra Nevada, donde «pudimos esquiar y sentirnos más familia. También tuvimos tiempo para visitar Granada y conocer a la Comunidad Shalom, un centro de evangelización, misioneros que sirven a la Iglesia por medio de una consagración de vida y que tienen como finalidad la evangelización», añaden.
«En conclusión, una Navidad llena de vivencias que nos acercan cada día más a Jesús», concluye Gerardo.
