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En la embocadura del coro catedralicio, llama poderosamente la atención una insignia sorprendente por su forma de sombrilla que es el umbráculo o pabellón basilical, porque eso es precisamente su función: hacer patente que la Catedral de Málaga tiene rango de basílica menor, siéndole otorgado por el papa Pío IX, hoy beato de la Iglesia.
Tal nombramiento se hizo efectivo por bula expedida en Roma el 12 de marzo de 1855 y, como dice el texto latino, en atención… a la dignidad y antigua naturaleza de este templo… Esta pieza, cuyo uso se remonta al siglo XIV sigue vigente como emblema distintivo aunque su uso ya no sea prescrito ni obligado. De hecho, sus hechuras y dimensiones se han simplificado muchísimo con el tiempo, así como el hecho de que modernamente no se realiza ninguna que sea abatible.
Los umbráculos antiguos, siempre con doce franjas alternas rojas y amarillas, permanecían semiabiertos y solo se abrían por completo en presencia del Papa o su delegado. Esta insignia, por tradición, debe ir acompañada del llamado tintinábulo, una vara rematada por una campana que indica su presencia cuando es portada en las procesiones. La Catedral carece de esta pieza y el pabellón actual, rematado con la cruz triple que denota la autoridad papal, se debe a la gentileza de la Archicofradía de la Esperanza que la donó siendo deán don Francisco García Mota y cuya sede canónica igualmente posee la categoría de basílica desde mayo de 1988. Recordemos que el tercer templo basilical de la ciudad es el Real Santuario de Santa María de la Victoria, que ostenta semejante título desde mayo de 2007.