En el 75 aniversario de la llegada de la señorita Laura a Álora, el pueblo coloca una cerámica en el lugar en el que comenzó su labor.
La Sierva de Dios Laura Aguirre llegó a Álora en mayo de 1950 para realizar las tareas que venían realizando las misioneras rurales: dedicación a la catequesis, colaboración con la parroquia… «pero en un momento dado decide quedarse en Álora cuidando niñas de familias con necesidad, labor que ya había realizado en otros lugares», explica el postulador de la causa de la señorita Laura, Tomás Salas.
El primer lugar donde se instaló fue un bajo frente a la puerta de la parroquia de la Encarnación, en la zona histórica de Álora, donde atendía a un grupo de tres niñas junto a su colaboradora Ángeles Medina. La fecha exacta de dicho comienzo fue el 31 de diciembre de 1950.
«La Sierva de Dios quería que su labor comenzase en esa fecha por ser Año Santo convocado por el papa Pío XII y, aunque después pasó por otros lugares, este primero tiene el carácter especial de ser el del comienzo de una larga historia de caridad y confianza en la Providencia que duró hasta el final de su vida», añade el postulador.
Por esta razón, la Asociacion Probeatificación Laura Aguirre, en colaboración con el Ayuntamiento, ha decidido poner una cerámica conmemorativa en la fachada de esta vivienda, «para que quede constancia pública de este lugar tan sencillo, pero importante; y así lo hizo en la tarde del 24 de febrero, aniversario del nacimiento de la Sierva de Dios, cuando se descubrió la cerámica, con presencia de muchos seguidores de nuestra querida Señorita Laura».
En la cerámica se puede leer el siguiente texto: «PROVIDENTIA ET CHARITAS. En este lugar, el 31 de diciembre del Año Santo de 1950, la Sierva de Dios Señorita Laura Aguirre comenzó en Álora su labor de caridad y entrega a los demás, con un pequeño grupo de niñas, sin más medios materiales que los donados por buenos cristianos y confiada en la Providencia de Dios».
