El sacerdote malagueño Alejandro Pérez Verdugo, delegado diocesano de Liturgia, canónigo de la S. I. Catedral y párroco de la Santa Cruz y San Felipe Neri, participa en Roma en el encuentro del Papa con Misioneros de la Misericordia de todo el mundo que ha organizado el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Alejandro Pérez Verdugo fue nombrado por el Santo Padre Misionero de la Misericordia el año jubilar de la Misericodia (2016) y renovado el año pasado junto a otros 54 sacerdotes españoles.
Esta reunión, en la que está previsto que participen en torno a 550 misioneros de la misericordia, se producirá en el marco del segundo Encuentro con Misioneros de la Misericordia, que tendrá lugar del 8 al 11 de abril en Roma, al que acudirán misioneros procedentes de los 5 continentes dos años después de la institución de este Ministerio especial durante el Jubileo de la Misericordia.
Como relata la agencia ACIPRENSA, «a lo largo de estas jornadas, los Misioneros escucharán catequesis, ofrecerán testimonios sobre sus actividades pastorales en sus diócesis y celebrarán el sacramento de la reconciliación, eje central de este ministerio confiado por el Santo Padre. El encuentro con el Pontífice se producirá en la Sala Regia del Palacio Apostólico y, posteriormente, concelebrarán la Santa Misa junto al Papa Francisco en la Basílica de San Pedro. Finalmente, la semana de reuniones concluirá con una Misa celebrada en la Basílica de San Juan de Letrán el miércoles 11 presidida por Mons. Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización». Asimismo, los participantes concelebrarán junto al papa el domingo de la Divina Misericordia.
El Misionero de la Misericordia malagueño ha manifestado vivir este acontecimiento como «un momento de gozo en pleno tiempo de Pascua. Será una oportunidad sobre todo para la formación; pero también para el reencuentro con los misioneros de la misericordia, para compartir experiencias y para ver cómo va la misión que nos ha encomendado el Papa. Es una misión hacia fuera, porque implica dar charlas, ejercicios, retiros, conferencias, etc; pero también es una misión hacia dentro callada, por el propio carácter a veces reservado de la misma. En cualquier caso es muy importante porque responde a ese deseo del Santo Padre de ofrecer la misericordia de Dios al mundo».
Antonio Moreno Ruiz
