Trinidad Garcia-Herrera Pérez-Bryan ha dedicado su vida a los archivos, trabajando en diversas instituciones públicas y privadas, y lo sigue haciendo ahora en el Archivo Histórico Diocesano como voluntaria. Es por ello que ha recibido la Medalla Pro Ecclesia Malacitana en la celebración en la que el Obispado de Málaga presentó los fondos del Archivo de Santo Tomás y el Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, bendijo las remodeladas instalaciones del Archivo Histórico Diocesano. José María de las Peñas Alabarce y Antonio Romero Domínguez recibieron la Medalla junto a ella.
¿Qué significó para usted recibir esta Medalla?
El día que me llamó el Vicario General, Antonio Coronado, para darme la noticia me quedé fría porque lo único que venía a mi cabeza era la idea de por qué agradecerme lo que yo vivo como un privilegio. Me encanta poder dedicar mi tiempo en este Archivo, me encanta el patrimonio documental y el poder ofrecer esta labor. Para mí ha sido todo un descubrimiento porque nunca había tenido la ocasión de venir a este archivo y, cuando vi la riqueza documental que hay en él, me quedé asombrada. Muy agradecida por la Medalla y por poder desarrollar este servicio.
Y es que los archivos son parte de su vida, ¿no es así?
Yo soy archivera de profesión. Estudié Archivos, Bibliotecas y Museos en Madrid, cuando aún no había escuela de Biblioteconomía. Cuando regresé a Málaga gané una plaza en un concurso que salió para trabajar en el Archivo e de allí, pues gané una plaza concurso para el Archivo Díaz de Escovar, que lo acababan de adquirir en lo que antes era la Caja de Ahorro de Málaga, integrada ahora en Unicaja. Y ahí comencé, catalogando y archivando aquellos fondos.
¿Qué significa para usted ser voluntaria en el Archivo Histórico Diocesano?
Significa muchísimo porque yo soy una persona muy activa y cuando me jubilé vi que seguía teniendo la capacidad para seguir desarrollando mi labor. Llevo el Archivo de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, que ya está digitalizado, al que sigo yendo por las tardes, porque siempre hay nuevos documentos, pero las mañanas, además de hacer un poco de ejercicio que es muy necesario, tenía tiempo y quería dedicarlo a algo útil, mientras pueda.
¿Cuál es su labor en este Archivo?
Ahora mismo estoy informatizando los índices de los libros sacramentales, es decir, en los que se registran los sacramentos de Iniciación Cristiana. Estamos volcando esos datos en una base para que sea mucho más fácil y ágil encontrarlos.
¿Algún documento curioso que se ha encontrado en este tiempo?
Para empezar, me encontré con las partidas de bautismo de mis bisabuelos. Es impresionante. Aquí está la historia auténtica de Málaga, con nombres y apellidos. Son documentos muy completos con todos los datos de la criatura, de sus padres, hasta sus profesiones, los nombres de los abuelos… son documentos tan completos que en ellos está la historia de los malagueños y las malagueñas.
¿Cómo llegó a este Archivo?
En realidad, yo comencé, hace tres años, catalogando y ordenando el archivo del Hospital Santo Tomás. Los documentos estaban muy bien empaquetados y en muy buenas condiciones, pero necesitaban ser bien catalogados. Fue un trabajo laborioso hasta digitalizarlo en una base de datos, explicando cada uno de los documentos. Cuando concluí, nuestra querida Julia Manteca, trabajadora del Archivo recientemente fallecida, me invitó a quedarme echándole una mano en este Archivo, y aquí que me enganché con ella.
Trinidad, ¿es la archivística todo un arte?
Yo te diría que sí. Cuando estudiaba, que no existían las nuevas tecnologías, nos decían que un documento, si estaba bien archivado, no se podía tardar más de tres minutos en encontrarlo; en la actualidad, deberían ser tres segundos. Yo creo que una buena base de datos documental es imprescindible y las tecnologías han sido toda una revolución para facilitarla.