Con las primeras luces del día, los melillenses han salido de sus casas para evaluar los daños del terremoto de 6.3 grados en la escala de Richter que ha sacudido el sur de la Península y el norte de África esta madrugada del lunes. Según el sacerdote Rafael López Cordero, «todas las parroquias de Melilla se han visto afectadas de una u otra manera por el temblor, aunque en principio, ninguna de ellas presenta daños estructurales serios».
«El cimbreo ha sido brutal, por lo que todos los edificios tienen grietas, molduras caídas o tuberías rotas –señala Cordero–. A la espera de la evaluación de los peritos, aparentemente, ningún edificio tiene daños estructurales. Lo que estamos evaluando ahora es que no haya molduras sueltas para asegurar que no haya peligro en ningún templo».
Lo que si ha podido confirmar es la ausencia de daños personales. «Según las autoridades no ha habido que lamentar ninguna víctima en nuestra ciudad, aunque estamos pendientes de la situación de ciudades cercanas como Alhucemas, de donde nos llegan rumores de que los efectos hayan sido mucho más graves».
El miedo sigue presente, no obstante entre la población de la ciudad autónoma. «Todavía hay mucha gente en pijama por la calle que no se atreve a entrar en casa –afirma Rafael en torno a mediodía–».
Antonio Moreno Ruiz
