En estos días se ha clausurado el curso de la Escuela Teológica San Manuel González tanto en la sede del arciprestazgo de Coín como en la de Marbella.
La Escuela Teológica lleva 32 años de andadura y, durante este tiempo, 1.569 han realizado el ciclo completo de formación en la modalidad presencial, y 174 en la semipresencial.
La clausura de la escuela en modalidad semipresencial del arciprestazgo de Coín se celebró en la parroquia de San Sebastián y la Inmaculada Concepción de Alhaurín de la Torre el 18 de mayo. Los alumnos, coordinadores y sus monitores participaron en la Eucaristía, celebrada por Reinaldo Aguilera, el párroco, y concelebrada por el director de la Escuela, Gabriel Leal. Allí recibieron el diploma 9 alumnos, que compartieron su testimonio. Entre otras cosas, agradecieron su labor a los responsables, ponentes, monitores, al párroco y la comunidad que les sirve de sede y a los demás compañeros. También afirmaron: «Dios ya tenía entre sus planes el que nos conociéramos. Tres años y una pandemia más tarde, estamos aquí poniendo la guinda a este curso de Teología. Nuestro agradecimiento mayor es para Dios. Gracias, Señor, por estar con nosotros cada día y haber puesto en nuestro camino personas maravillosas. Somos afortunados de formar parte de esta gran familia».
En la Escuela Teológica de Marbella, la clausura tuvo lugar el 19 de mayo, y consistió en una Misa de acción de gracias, presidida por el coordinador, el párroco Rafael Rodríguez Sainz de Rozas, y concelebrada también por Gabriel Leal Salazar. Al final, se hizo la entrega de los diplomas a 13 alumnos y compartieron un ágape. Una de las que han estudiado en esta sede compartió también su testimonio: «Todos necesitábamos esta herramienta, este proceso, este compartir. Lo sabemos todos, el Señor se sirve de lo que sea para que hagamos los debemos hacer. Así han pasado 3 cursos, pandemia, confinamiento y clases online incluido. Hemos sido el curso de los innovadores y de los constantes. Sea lo que fuere lo que nos trajo hasta aquí, fuimos perseverantes y llegamos a hoy, donde nos dan un papel que dice “diploma” y que avala que hemos cumplido un x% de este curso. Sin embargo, esto va más allá, lo sabemos todos. Durante estos 3 cursos nos hemos mirado por dentro, nos hemos cuestionado, nos hemos abierto en canal a desconocidos, hemos crecido y, por supuesto, nos hemos emocionado y mucho. Hemos reído a carcajadas, nos hemos enfadado, pero no entre nosotros y hemos llorado, en alguna ocasión. No nos hemos vuelto eruditos, ni teólogos de sermón fácil. Hemos comprendido un poco más que significa ser cristiano, qué significa seguir a Jesús».
