El obispo de Málaga ha presidido la Solemne Misa estacional de la festividad de la patrona de la ciudad y la Diócesis.
En su homilía, el obispo de Málaga ha destacado que «la Iglesia reconoce en la Virgen María un miembro suyo eminente y singular, adornado de toda virtud y gracia». Don Jesús ha destacado que «María es la belleza de Dios, la mejor obra de sus manos, la manifestación más sublime de la ternura y del amor divinos. En ella se ha extasiado el Padre, ha tomado carne el Hijo y se ha desbordado el Espíritu Santo, llenándola de gracia», y ha añadido que María «es la sonrisa materna de Dios, la expresión del poder divino, el tabernáculo del Espíritu. Pero toda esa maravilla y magnificencia la Virgen Nazarena la vive con sencillez, humildad, fe, confianza, silencio y diligencia. Podía estar orgullosa, pero fue la más humilde».
El prelado malacitano ha invitado a los malagueños a implorar «su poderosa intercesión, para que nos ayude a salir victoriosos en la lucha contra el mal».