San Sebastián, mártir

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

Se trata de uno de los primeros mártires de la Iglesia que murió en Roma, al comienzo de la persecución de Diocleciano.

El libro “El coro de la Catedral de Málaga. Una joya del barroco español”, de Francisco García Mota, ha sido editado por la Fundación Málaga. Disponible en librerías.
El sacerdote Francisco García Mota explica en su obra “El coro de la Catedral Basílica de Málaga” que este santo, tan representado en la iconografía cristiana «nació en Milán, de padres cristianos. Perteneció, como capitán, a la guardia del emperador Maximiano. Fue modelo de soldado cristiano; ayudaba a los cristianos que estaban en las cárceles. Acusado por eso, fue martirizado con flechas y dado por muerto, pero lo recogió una viuda llamada Irene, que lo curó. Una vez curado, se presentó ante el emperador para echarle en cara su crueldad. De nuevo lo martirizaron, hasta la muerte. Su cuerpo fue enterrado en las catacumbas de Vía Apia (20 enero 288) donde se construyó la Basílica de San Sebastián Extramuros. Su fiesta se celebra el mismo día de su muerte».
Se trata de un santo honrado desde la más remota antigüedad con mucha devoción. Fue invocado como especial santo protector de Málaga y varias localidades de la Diócesis en numerosas epidemias. Muestra de ello son las numerosas parroquias que tienen a este santo como titular, entre las que se encuentran Coín, Alhaurín de la Torre, Antequera, Cañete la Real y Gaucín, de donde García Mota, autor de este libro, es hijo adoptivo. Incluso el Seminario de Málaga está dedicado a santo Tomás y san Sebastián.
Iconográficamente, san Sebastián se representa, desnudo, atado a un árbol y con el pecho atravesado por flechas. En el coro, frente a él, se encuentra san Ambrosio, uno de los padres de la Iglesia de Occidente, junto con Gregorio Magno, san Agustín y san Jerónimo. San Ambrosio, explica García Mota, se representa «con una colmena en la mano, porque su nombre, proviene de “ambrosía”, que significa el néctar de la abeja».

Beatriz Lafuente

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