El 17 de abril celebramos la fiesta de uno de los tres santos considerados fundadores de la reforma cisterciense: Roberto de Molesmes.
Nacido en 1028 en el condado de Champagne, ingresó con tan sólo 15 años, en el monasterio de Montier-la-Celle donde, apenas una década después, fue elegido prior.
Un grupo de ermitaños le pidió en 1074 que dirigiera su nuevo monasterio lo que le llevó a fundar, con el visto bueno del papa Gregorio VII, una comunidad en Molesmes cuyo éxito se equiparó al famoso monasterio de Cluny: con múltiples conventos y monasterios adheridos a su forma de vida. Queriendo llevar una existencia más sencilla y alejada del ruido, dejó este convento para fundar el monasterio de Citeaux. Siendo el primer abad de la que sería futura nueva orden del Citeaux (Cister), tuvo que regresar, no obstante, por obediencia, al antiguo convento de Molesmes, donde pasó sus últimos años hasta su muerte en 1111.
En Málaga, contamos con un convento de la orden cisterciense en El Atabal, y con el Centro Diocesano Císter (edificio del antiguo convento de la orden junto a la calle del mismo nombre en la capital) en el que tienen su sede los centros teológicos y distintas delegaciones diocesanas.
